El ataúd entró a la catedral flanqueado por una guardia de honor. En la iglesia estaban todos aquellos a quienes la Dama de Hierro hubiera querido ver en su última audiencia. La reina Isabel II llegó antes. Ella llegó a la catedral saludando a todos los invitados y ocupando su lugar de honor en primera fila. 
En el servicio de la catedral de San Pablo estaban también el ministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido, William Hague, el exprimer ministro John Major, el alcalde de Londres, Boris Johnson, el presentador de televisión Jeremy Clarkson, el compositor Andrew Lloyd Webber. El primer ministro actual y líder del Partido Conservador, David Cameron, llegó a la catedral ya iniciado el servicio. Además, cómo especificó en su legado la misma Thatcher, fueron invitados antiguos miembros de su gabinete de ministros, antiguos presidentes aún vivos, colegas extranjeros.
Los invitados a la ceremonia fúnebre debieron seguir un dress code específico, durante el día un traje de ceremonias sencillo, por la mañana, un vestido o traje oscuro, por la tarde, un vestido con sombrero. A quienes poseyesen alguna medalla o símbolo de distinción, se les permitió lucir las medallas u órdenes correspondientes.
Después, todo el cortejo se dirigió al Hospital Real de Chelsea, donde resposan las cenizas del marido de la Thatcher. En el hospital, el cuerpo de la Dama de Hierro fue incinerado, el procedimiento se llevó a cabo solo en presencia de familiares e íntimos. En señal de duelo, las banderas ondeaban a media asta por doquier y el carrillón de la torre del Big Ben en el edificio del parlamento, quedó en silencio.
Es necesario recalcar que todo transcurrió según el guión escrito por la baronesa. En la calle, delante de la catedral de San Pablo, decenas de opositores políticos de Margaret Thatcher se volvieron de espaldas al ataúd. Algunos de los británicos sostenían en sus manos carteles con mensajes contrarios a ella, entre la multitud se escucharon algunos gritos. También añadió más leña al fuego la información sobre los gastos de la ceremonia, seis millones de libras esterlinas. Uno de los carteles reflejaba “Yo no quiero pagar el entierro de la Thatcher”. El legado político de la Dama de Hierro siempre ha sido un tema controvertido. ¿Por qué el estado ha querido hacer un entierro al más alto nivel, solo un escalón por debajo de lo previsto para la realeza?. Porque es indiscutible que Thatcher fue una gran primera ministra, la doctora en ciencias históricas, Natalia Kapitónova está convencida de este hecho: 
A la llegada del siglo XXI, en el Reino Unido se hizo una encuesta entre los historiadores y políticos más destacados. En base a esta encuesta se creó un escalafón de los primeros ministros más sobresalientes del siglo XX. En este listado, la Thatcher ocupó el tercer lugar entre otros veinte. El primer lugar lo ocupó Churchill, el segundo correspondió a Lloyd George. Este lugar ocupado por ella es impresionante. Indiscutiblemente fue una gran primera ministra. 
La Dama de Hierro, en realidad, destruyó la vida de muchos británicos. Sin embargo, su papel en el restablecimiento del potencial económico del país es difícil de subvalorar, destaca el experto de la Escuela Superior de Economía, Igor Kovalev: 
El problema radica en que ella cambia completamente el desarrollo socio-económico del Reino Unido. Thatcher logró comprender que era necesario renegar de los mecanismos de regulación de la economía y la sociedad que imperaron más de medio siglo. Ella se dio cuenta que ellos no jugaban su papel y a inicios de los años ochenta eran necesarias otras herramientas. Thatcher fue capaz de encontrarlas y logró sacar al país de la seria crisis económico-social en que estaba inmerso. 
Después de la incineración, las cenizas de Margaret Thatcher serán enterradas en el cementerio del Hospital Real de Chelsea, junto a las de su marido, el industrial Denis Thatcher. Los invitados extranjeros, amigos de la familia Thatcher podrán expresar sus condolencias en dos recepciones. Una de ellas la organizará el ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido, la otra, el ayuntamiento de Londres. En ambas participarán los familiares de Thatcher, el primer ministro Cameron y miembros de su gabinete.
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