Los legisladores locales piensan no solo perfeccionar los métodos de defensa de las informaciones en la web, sino también desarrollar sistemas de ciberataques.
El Parlamento sueco insiste en que se preste un mayor apoyo financiero a los programas nacionales de diseño de equipos especiales para los ciberataques. El miembro de la Cámara Social de Rusia, Alexánder Vlásov, señaló que el “efecto Snowden” obliga a pasar a la táctica ofensiva incluso a Estados tan tolerantes como Suecia:
—Suecia es un país bastante desarrollado y se puede permitir gastar dinero en esos programas. Otra cosa diferente es que el problema de muchos países estriba en que de todos modos se ven obligados a usar programas operacionales, equipos informáticos y servidores no propios, sino diseñados allende el océano. De ahí que, en este sentido, tendrán que hacer mayores esfuerzos para verificar todos esos equipos por si pueden cumplir otras funciones no declaradas y tratar de eliminarlas.
El experto destaca que los objetivos centrales de semejantes sistemas no serán los Estados, sino, probablemente, los piratas informáticos, que pueden intentar vulnerar el sistema de gestión estatal, o los estafadores que roban dinero de los sistemas electrónicos de los bancos. Entre tanto, el miembro de la dirección de la Asociación de Directores de los Servicios de Seguridad Informática, Alexánder Tokarenko, afirma que el diseño por Suecia de semejantes sistemas difícilmente resulte ser un fardo liviano para un Estado económicamente tan próspero:
El “escudo y la espada” se perfeccionan de forma paralela, y por eso será imprescindible mantener y perfeccionar el sistema, lo cual requerirá inyecciones financieras permanentes.
Por otra parte, el afán del Parlamento sueco de potenciar el desarrollo de cibersistemas ofensivos puede no proceder de Estocolmo. Alexánder Tokarenko indicó que hace mucho ya que Suecia se encuentra bajo el protectorado tácito de EEUU, y el diseño en el país nórdico de un sistema propio de ciberarma no es más que la preparación de los futuros ataques de Washington contra sus potenciales enemigos políticos.
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Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.