El colectivo de la ciudad helvética de Lausana es el segundo participante del festival internacional dedicado al centenario del famoso ballet.
Se considera que  La Consagración de la Primavera es la obra que divide la coreografía del siglo XIX y el XX, la clásica y la moderna. Durante cien años de existencia de esta obra en el mundo han sido creadas varias versiones emblemáticas. Maurice Bejart y su compañía ganaron fama mundial precisamente gracias a La Consagración de la Primavera puesta en 1959. Gil Roman, primer solista de la compañía, que después del fallecimiento de Bejart asumió la dirección de la colectividad, cuenta:
—Este ballet tuvo gran importancia para Maurice Bejart. Trabajé con él más de 30 años. Para mí, es como un padre. Y yo conservo La Consagración de la Primavera en su forma inicial por respeto a este ballet y a esta escenografía. Para nuestra compañía es un gran honor actuar aquí porque el Teatro Bolshói es un lugar donde se vive el arte del ballet.
Los moscovitas vieron La Consagración de la Primavera con la coreografía de Maurice Bejart por primeras vez hace veinticinco años. El público soviético no tenía aún experiencia de percepción de una coreografía que nació así (citamos el libro de Maurice Bejart): "La Primavera es el ballet de un alucinado. Me alucinaba  la música de Stravinski, poniéndola a todo volumen, para que me aplastara entre el martillo y el yunque. Necesitaba una fuerza animal”. En la puesta de Bejart los espectadores quedaban impactados por la franqueza con la que se presentaban en el escenario las relaciones entre hombre y mujer. Así considera Azari Plisetski, hermano menor de la célebre bailarina Maya Plisétskaya, pedagogo, ex solista del Teatro Bolshói. Ya durante más de veinticinco años trabaja con la compañía de Bejart.
—En realidad, este fue un avance en el sentido de la negación de todos los tabúes. Es un rasgo característico de Bejart. Era absolutamente libre en su creación. Y esta libertad me sorprende y atrae. Y esto a pesar de que Bejart siempre respetó lo clásico. Y puso todas sus obras sobre una base clásica. Sus bailarines pueden hacerlo todo: ser modernos y ser clásicos.
Después de montar La Consagración de la Primavera Maurice Bejart comenzó a invitar a su escuela de ballet a pedagogos rusos. Hoy día después del fallecimiento del coreógrafo, en su compañía internacional hay, como antes, artistas que hablan ruso. En la gira moscovita, por ejemplo, el papel principal de la Elegida en La Consagración de la Primavera lo protagoniza Katia Shálkina. Con este papel comenzó su carrera en la compañía. Katia afirma sentirse feliz de bailar en el Bolshói, donde antes participó en un concurso.
—Es lo mejor que pudiera pasar con nosotros, con nuestra compañía y conmigo personalmente. Soy mitad rusa mitad ucraniana y trabajo ya diez años en esta compañía. Me parece que es uno de los acontecimientos más relevantes de mi carrera.
Además de La Consagración, la compañía Bejart presenta en Moscú tres espectáculos de diversos años. Entre ellos se destaca Ofrenda a Stravinski.
vs/mo/er