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miércoles, 27 de noviembre de 2013

Honduras, Los Necios.


PRONUNCIAMIENTO
Los Colectivos de Base que constituimos el Territorio 1 "Erick Alexander Martínez Ávila" del Distrito Central, del Partido Libertad y Refundación (LIBRE), en relación al proceso electoral del recién 24 de noviembre, manifestamos lo siguiente:
a) Nosotros, los Colectivos de Base de Tegucigalpa y del resto del país, fuimos los encargados de organizar y capacitar a los miembros de mesas electorales y de asegurarnos la participación de la población en dicho proceso.
b) Durante la campaña electoral el pueblo hondureño fue testigo, del uso y abuso de los recursos del Estado para favorecer la imagen del candidato presidencial del Partido Nacional.
c) Que a pesar de la masiva publicidad, a través de los diversos medios, a favor del candidato Juan Orlando Hernández, fue visible, como nunca había sucedido en la historia reciente de Honduras, que existiera un candidato tan impopular como dicho personaje; a tal grado, que jóvenes universitarios declararan “días anti JOH”. En los medios de transportes colectivos, la expresión de la mayoría de los ciudada- nos fuera su preocupación por que era voz populi, que Juan Orlando no tenía el respaldo popular, pero que se sabía que él sería el ganador a través de un fraude.
d) Con indignación escuchamos la misma noche de las elecciones, que el Tribunal Supremo Electoral diera resultados, con un mínimo de urnas escrutadas y además con datos manipulados, en donde se daba una tendencia que favorecía a Juan Orlando Hernández y que con el transcurso de los días han ido confirmando.
e) Revisando en la página del Tribual Supremo Electoral , el día 25 de noviembre, encontramos que la cantidad de votos que le asignan a LIBRE en alguna mesas, de las cuales tenemos las actas en nuestro poder, no coincide con las mismas. El 26 por la mañana, que nuevamente entramos a dicha página, sorpresivamente, esos datos ya eran los obtenidos en dichas mesas. Las preguntas son ¿Por qué sucedió esto?
f) Con preocupación hemos escuchado el respaldo de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Unión Europea, al proceso electoral en mención, por haber transcurrido con tranquilidad y transparencia.
g) La trama se completa cuando el presidente Lobo , sin esperar la declaratoria oficial del Tribunal Supremo Electoral, declara ganador a su correligionario Juan Orlando Hernández y además se reúne con él, para hablar del traspaso de gobierno; haciendo oídos sordos a las masivas denuncias de fraude por parte del Partido Libertad y Refundación y también del Partido Anticorrupción.
En vista de todo lo antes expuesto, nos pronunciamos en los siguientes términos:
1. Repudiamos y condenamos el gran fraude electoral, que pretende asesinar de tajo la endeble “democracia” en que vivimos los hondureños, a la vez que manifestamos que no estamos dispuestos a contemplar con las manos atadas, tal pretensión.
2. Condenamos en forma enérgica la posición irresponsable del Tribunal Supremo Electoral y a la vez le exigimos rectificar de manera honrosa tal conducta, pensando primero en los más caros intereses patrios.
3. Urge que toda la base del Partido Libertad y Refundación, junto con los demás sectores del pueblo hondureño, se expresen contundentemente, en contra de éstas prácticas cavernarias, de atropellar la voluntad de las mayorías.
4. Expresarle a doña Xiomara Castro, nuestro total respaldo en estos momentos. Decirle: “Aquí estamos”, no hemos claudicado, permanecemos en pié de lucha porque la patria nos necesita. Usted es la PRESIDENTA electa y estamos dispuestos a obligar hacer lo que no quieren hacer los aprendices de dictadores.
5. Expresarle a la opinión pública nacional e internacional que LIBRE más que un partido político, es la fuerza viva del pueblo, que después del terrible golpe de estado del 28 de junio de 2009, comprendió la imperante necesidad de organizarse para lograr la toma del poder y salvar a Honduras de ésta oligarquía voraz y corrupta.
Dado en Tegucigalpa D.C. a los 27 días del mes de noviembre de 2013
¡NO AL FRAUDE ELECTORAL!
¡ LOS VENCIMOS EN LAS CALLES Y LOS DERROTAMOS EN LAS URNAS!
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ACTAS QUE NO CUADRAN (1571)

Estas son actas en las que el total de votos, no concuerda con la suma de los votos de las casillas, ya sea porque el total que viene en el acta es incorrecto (debió no ser tabulado) o porque los datos ingresados en las casillas son incorrectos/manipulados.
7, 13, 19, 20, 34, 36, 64, 88, 92, 99, 102, 103, 138, 140, 143, 147, 194, 197, 215, 229, 231, 235, 254, 259, 267, 281, 285, 296, 309, 326, 328, 346, 350, 354, 356, 358, 361, 362, 364, 440, 457, 459, 460, 494, 509, 530, 541, 542, 555, 568, 575, 582, 584, 606, 633, 662, 693, 714, 725, 736, 739, 749, 823, 837, 869, 875, 879, 881, 885, 891, 896, 898, 906, 911, 912, 918, 945, 947, 968, 1021, 1024, 1027, 1034, 1035, 1044, 1047, 1052, 1059, 1062, 1080, 1101, 1102, 1106, 1114, 1115, 1117, 1119, 1127, 1167, 1182, 1197, 1202, 1208, 1220, 1238, 1239, 1240, 1247, 1266, 1267, 1298, 1302, 1312, 1324, 1326, 1335, 1337, 1338, 1361, 1362, 1370, 1372, 1395, 1409, 1417, 1419, 1421, 1422, 1434, 1455, 1462, 1468, 1489, 1504, 1509, 1512, 1528, 1565, 1572, 1580, 1585, 1614, 1626, 1633, 1635, 1644, 1650, 1655, 1664, 1701, 1709, 1711, 1719, 1722, 1728, 1731, 1734, 1750, 1751, 1753, 1767, 1775, 1776, 1826, 1844, 1869, 1888, 1894, 1928, 1970, 1979, 1980, 1985, 2009, 2033, 2036, 2047, 2080, 2093, 2106, 2107, 2120, 2123, 2127, 2137, 2142, 2152, 2157, 2161, 2189, 2190, 2215, 2238, 2240, 2241, 2242, 2243, 2244, 2253, 2260, 2261, 2262, 2283, 2293, 2313, 2352, 2374, 2375, 2391, 2410, 2411, 2412, 2427, 2431, 2436, 2442, 2453, 2456, 2458, 2460, 2474, 2475, 2481, 2486, 2490, 2491, 2519, 2520, 2547, 2585, 2587, 2606, 2612, 2620, 2621, 2638, 2655, 2671, 2674, 2675, 2677, 2681, 2714, 2730, 2777, 2798, 2806, 2818, 2829, 2842, 2857, 2871, 2883, 2914, 2919, 2924, 2925, 2929, 2940, 2945, 2952, 2953, 2957, 2967, 2993, 3074, 3078, 3083, 3090, 3092, 3098, 3108, 3110, 3111, 3121, 3128, 3137, 3138, 3141, 3146, 3158, 3162, 3164, 3175, 3197, 3202, 3214, 3222, 3226, 3227, 3228, 3232, 3234, 3259, 3275, 3278, 3291, 3308, 3311, 3319, 3322, 3324, 3332, 3341, 3360, 3369, 3380, 3388, 3401, 3421, 3425, 3455, 3458, 3475, 3486, 3491, 3495, 3497, 3500, 3520, 3526, 3527, 3529, 3530, 3532, 3542, 3551, 3553, 3571, 3576, 3577, 3592, 3640, 3641, 3647, 3653, 3661, 3662, 3693, 3695, 3697, 3704, 3707, 3719, 3722, 3723, 3727, 3742, 3743, 3747, 3748, 3756, 3758, 3775, 3779, 3780, 3781, 3786, 3787, 3803, 3818, 3820, 3826, 3836, 3843, 3850, 3851, 3864, 3873, 3876, 3878, 3890, 3897, 3901, 3912, 3927, 3938, 3942, 3949, 3951, 3968, 3986, 3994, 3995, 3999, 4002, 4003, 4007, 4012, 4013, 4020, 4024, 4028, 4031, 4046, 4057, 4075, 4078, 4085, 4093, 4094, 4102, 4106, 4121, 4156, 4160, 4166, 4172, 4175, 4177, 4180, 
4194, 4199, 4200, 4202, 4206, 4212, 4219, 4220, 4227, 4236, 4241, 4246, 4263, 4272, 4291, 4292, 4310, 4315, 4334, 4349, 4396, 4402, 4405, 4407, 4414, 4427, 4439, 4444, 4507, 4508, 4518, 4524, 4529, 4554, 4555, 4591, 4599, 4610, 4623, 4624, 4632, 4662, 4664, 4673, 4688, 4689, 4696, 4712, 4713, 4714, 4729, 4740, 4757, 4762, 4768, 4777, 4785, 4786, 4808, 4810, 4832, 4850, 4853, 4859, 4863, 4868, 4870, 4871, 4885, 4898, 4903, 4908, 4912, 4914, 4924, 4969, 4977, 4980, 5010, 5053, 5062, 5070, 5100, 5104, 5119, 5134, 5142, 5156, 5165, 5241, 5252, 5255, 5266, 5275, 5277, 5291, 5292, 5296, 5298, 5299, 5302, 5305, 5306, 5309, 5321, 5324, 5325, 5332, 5337, 5340, 5341, 5356, 5357, 5358, 5359, 5370, 5382, 5403, 5412, 5420, 5475, 5479, 5480, 5481, 5511, 5513, 5515, 5540, 5542, 5549, 5564, 5567, 5576, 5589, 5614, 5626, 5629, 5637, 5642, 5643, 5656, 5658, 5660, 5663, 5667, 5685, 5709, 5712, 5713, 5715, 5716, 5717, 5724, 5728, 5735, 5737, 5738, 5743, 5747, 5769, 5793, 5797, 5806, 5821, 5828, 5831, 5838, 5843, 5847, 5850, 5859, 5860, 5863, 5866, 5879, 5880, 5882, 5883, 5885, 5909, 5929, 5950, 5975, 5978, 5981, 5984, 5998, 6005, 6020, 6024, 6026, 6043, 6057, 6066, 6071, 6072, 6073, 6076, 6099, 6102, 6110, 6115, 6147, 6258, 6300, 6335, 6343, 6344, 6351, 6384, 6387, 6396, 6414, 6424, 6425, 6431, 6445, 6493, 6505, 6511, 6514, 6523, 6528, 6531, 6534, 6551, 6555, 6564, 6578, 6617, 6623, 6712, 6731, 6737, 6748, 6751, 6783, 6801, 6803, 6848, 6854, 6862, 6873, 6879, 6900, 6904, 6908, 6909, 6914, 6934, 6937, 6940, 6949, 6950, 6962, 6968, 6970, 6974, 6978, 6984, 6994, 7005, 7007, 7019, 7033, 7042, 7043, 7081, 7083, 7105, 7112, 7200, 7203, 7207, 7213, 7220, 7226, 7234, 7247, 7262, 7281, 7283, 7292, 7303, 7315, 7319, 7326, 7337, 7350, 7365, 7369, 7370, 7380, 7383, 7411, 7414, 7415, 7427, 7430, 7442, 7443, 7444, 7459, 7461, 7469, 7474, 7478, 7495, 7523, 7533, 7535, 7541, 7544, 7549, 7585, 7591, 7612, 7616, 7619, 7623, 7632, 7704, 7707, 7709, 7710, 7713, 7717, 7719, 7725, 7732, 7734, 7737, 7742, 7745, 7750, 7753, 7761, 7763, 7771, 7800, 7807, 7815, 7818, 7835, 7838, 7843, 7853, 7855, 7856, 7859, 7860, 7861, 7862, 7864, 7871, 7872, 7879, 7883, 7905, 7907, 7912, 7913, 7915, 7924, 7928, 7931, 7932, 7933, 7938, 7939, 7940, 7946, 7947, 7955, 
7957, 7961, 7964, 7973, 7976, 7978, 7983, 7992, 7995, 8000, 8012, 8022, 8029, 8037, 8039, 8045, 8051, 8052, 8068, 8079, 8085, 8088, 8092, 8102, 8104, 8112, 8119, 8123, 8125, 8126, 8131, 8134, 8137, 8141, 8145, 8155, 8156, 8165, 8175, 8191, 8197, 8224, 8227, 8229, 8243, 8270, 8272, 8276, 8299, 8300, 8303, 8314, 8315, 8321, 8325, 8344, 8345, 8349, 8350, 8355, 8362, 8370, 8382, 8385, 8386, 8391, 8392, 8399, 8400, 8405, 8406, 8413, 8415, 8417, 8418, 8419, 8422, 8427, 8443, 8457, 8460, 8461, 8462, 8463, 8464, 8467, 8475, 8487, 8488, 8489, 8493, 8496, 8503, 8504, 8505, 8509, 8526, 8548, 8554, 8561, 8562, 8563, 8570, 8580, 8588, 8590, 8591, 8601, 8602, 8605, 8606, 8608, 8626, 8631, 8633, 8640, 8643, 8653, 8656, 8675, 8680, 8687, 8698, 8702, 8705, 8712, 8723, 8725, 8730, 8731, 8746, 8750, 8754, 8755, 8763, 8768, 8771, 8781, 8784, 8797, 8798, 8800, 8804, 8807, 8808, 8809, 8824, 8826, 8827, 8833, 8835, 8838, 8844, 8845, 8850, 8857, 8859, 8862, 8871, 8876, 8886, 8898, 8901, 8903, 8911, 8915, 8925, 8936, 8937, 8938, 8957, 8969, 8978, 8983, 8994, 8996, 9006, 9013, 9025, 9037, 9045, 9047, 9049, 9052, 9053, 9062, 9064, 9065, 9066, 9070, 9077, 9079, 9090, 9092, 9101, 9126, 9137, 9139, 9142, 9146, 9147, 9151, 9166, 9171, 9178, 9181, 9196, 9199, 9200, 9201, 9213, 9224, 9237, 9242, 9256, 9260, 9268, 9273, 9285, 9290, 9292, 9293, 9299, 9306, 9319, 9320, 9321, 9322, 9326, 9333, 9337, 9339, 9346, 9366, 9382, 9386, 9390, 9391, 9394, 9401, 9407, 9416, 9417, 9427, 9444, 9445, 9457, 9460, 9461, 9466, 9475, 9477, 9479, 9480, 9488, 9500, 9501, 9509, 9511, 9513, 9521, 9522, 9524, 9526, 9551, 9556, 9558, 9565, 9580, 9584, 9589, 9599, 9600, 9622, 9632, 9638, 9647, 9655, 9658, 9662, 9664, 9665, 9680, 9689, 9703, 9715, 9723, 9728, 9731, 9742, 9745, 9755, 9759, 9793, 9794, 9797, 9799, 9807, 9836, 9843, 9856, 9860, 9863, 9868, 9869, 9878, 9887, 9895, 9906, 9910, 9914, 9915, 9923, 9965, 9966, 9969, 9970, 9973, 9997, 10015, 10030, 10031, 10046, 10064, 10067, 10069, 10074, 10075, 10079, 10126, 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11812, 11864, 11878, 11931, 11941, 11955, 11966, 11986, 11988, 12172, 12186, 12208, 12310, 12312, 12317, 12332, 12333, 12335, 12341, 12364, 12372, 12373, 12388, 12411, 12422, 12425, 12429, 12476, 12482, 12485, 12486, 12490, 12495, 12501, 12518, 12521, 12548, 12549, 12582, 12591, 12627, 12637, 12639, 12643, 12646, 12650, 12658, 12668, 12670, 12676, 12677, 12695, 12721, 12723, 12744, 12822, 12835, 12841, 12877, 12883, 12903, 12913, 12918, 12925, 12934, 12937, 12940, 12943, 12944, 12953, 12954, 12969, 13010, 13065, 13073, 13092, 13142, 13144, 13174, 13178, 13180, 13197, 13203, 13232, 13245, 13246, 13277, 13278, 13283, 13337, 13348, 13357, 13359, 13363, 13371, 13372, 13410, 13426, 13431, 13432, 13433, 13439, 13440, 13448, 13456, 13471, 13486, 13490, 13499, 13502, 13505, 13510, 13515, 13561, 13563, 13579, 13585, 13588, 13593, 13597, 13635, 13643, 13664, 13665, 13683, 13735, 13753, 13768, 13772, 13775, 13777, 13795, 13796, 13823, 13827, 13831, 13835, 13861, 13897, 13914, 13942, 13960, 13962, 13965, 13975, 13989, 14000, 14031, 14035, 14044, 14045, 14078, 14121, 14186, 14188, 14198, 14202, 14233, 14249, 14256, 14261, 14263, 14295, 14322, 14330, 14331, 14344, 14356, 14357, 14394, 14405, 14406, 14407, 14409, 14413, 14417, 14420, 14423, 14434, 14449, 14466, 14487, 14490, 14495, 14496, 14497, 14503, 14511, 14513, 14572, 14574, 14603, 14616, 14627, 14644, 14649, 14662, 14665, 14693, 14702, 14703, 14720, 14744, 14758, 14762, 14775, 14793, 14825, 14859, 14861, 14888, 14889, 14893, 14900, 14904, 14910, 14914, 14932, 14934, 14935, 14940, 14943, 14947, 14950, 14953, 14955, 14968, 14995, 14997, 14999, 15005, 15014, 15015, 15028, 15032, 15045, 15080, 15103, 15127, 15140, 15158, 15166, 15172, 15234, 15235, 15236, 15238, 15249, 15250, 15253, 15259, 15262, 15264, 15298, 15304, 15320, 15321, 15324, 15358, 15359, 15371, 15372, 15382, 15384, 15398, 15400, 15414, 15432, 15438, 15442, 15446, 15454, 15455, 15488, 15509, 15527, 15530, 15570, 15578, 15580, 15594, 15596, 15620, 15635, 15636, 15643, 15659, 15666, 15675, 15727, 15731, 15760, 15795, 15813, 15819, 15856, 15865, 15871, 15872, 15874, 15877, 15940, 15949, 15950, 15952, 15954, 15958, 15988, 16029, 16063, 16067, 16068, 16085
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Este es un grupo de correos de amigos de la Organizacion Politica Los Necios. Creemos en el debate, en el ejercicio de opinar y difundir pensamiento revolucionario, sentimiento humano. Tambien para hacer acopio de ideas, observaciones, criticas y pensamientos que contribuyan con la construccion de una nueva sociedad hondureña y centro americana, que a la vez nuestra luz crezca y se comparta con el mundo.

¡Venceremos!
¡Necedad!

OPLN

TRANSPARENCIA ACTIVA

Transparencia Activa

Presidente Funes realiza lanzamiento de tarjeta solidaria en la zona oriental del país

El Presidente de la República, Mauricio Funes, junto al ministro de Economía, Armando Flores, realizó en San Miguel el lanzamiento oficial de la Tarjeta Solidaria para la zona oriental del país.
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Presidente Funes a favor de investigación de contrato entre CEL y Nejapa Power

El Presidente de la República, Mauricio Funes, expresó su respaldo a la iniciativa de que una comisión especial de la Asamblea Legislativa investigue el contrato entre CEL y Nejapa Power, que habría implicado pérdidas al Estado de unos 700 millones de dólares.
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Presidente Funes pide evitar juicio paralelo en caso CEL-ENEL y permitir que las instituciones funcionen

El mandatario exhortó a los medios de comunicación a no crear un juicio paralelo sobre el caso CEL-ENEL y pidió dejar que las instituciones funcionen, ya que deben ser los tribunales los que determinen la culpabilidad o inocencia de los imputados en este caso.
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Presidente Funes insta a diputados a no superar observaciones a reformas de Ley de Pesticidas

El gobernante pidió a los diputados no superar las observaciones que hizo al Decreto Legislativo No. 473 que contiene reformas a la Ley sobre Control de Pesticidas, Fertilizantes y Productos para Uso Agropecuario.

El Blog de Salvador - Nuevo post Prestigiando la Cultura y el Arte



Posted: 27 Nov 2013 05:30 AM PST
La formación artística será clave para el disfrute de las artes en todos los niveles del sistema educativo, especialmente en bachilleratoLa formación artística será clave para el disfrute de las artes en todos los niveles del sistema educativo, especialmente en bachillerato
La cultura y el arte son esenciales para el desarrollo integral de las personas y contribuyen a la construcción de una sociedad democrática más próspera, justa, humana y respetuosa de los derechos humanos.
El tema de la cultura no puede ser secundario, pues es el origen de la identidad, un derecho humano que se encuentra en el nuevo tejido social para los cambios, y entrelazada con los nuevos planteamientos de desarrollo productivo y social.
La cultura es inductora de desarrollo y cohesión social, de la diversidad cultural, la integración de comunidades minoritarias, los procesos de igualdad de género y la problemática de las comunidades urbanas y rurales marginadas en el pasado.
Nuestro próximo gobierno impulsará una política de Estado para el desarrollo cultural, la cual sentará las bases para  una verdadera industria cultural y artística, que aporte al desarrollo integral del país, a la sustentabilidad y a la creación de empleos.
En ese sentido asumimos los compromisos que nos permitan rescatar, fortalecer y promover nuestra cultura, por ejemplo: la creación del Ministerio de Cultura de El Salvador como institución rectora de la política de Estado para el desarrollo artístico y cultural. Desde esta instancia se formulará y desarrollará la política del Estado en materia cultural, donde todos los ciudadanos podamos interactuar y cooperar con oportunidades de creación y disfrute de las expresiones culturales.
Otra acción a realizar es la gestión de recursos financieros, subvenciones y becas para apoyar las iniciativas creativas culturales que nacen desde la ciudadanía.
Es compromiso de nuestro próximo gobierno impulsar la formación artística en todos los niveles del sistema educativo, especialmente en bachillerato. Consideramos fundar el Instituto Superior de las Artes, para impulsar licenciaturas en las distintas disciplinas y propiciar espacios de intercambio creativo a escala regional, latinoamericana y de otras latitudes.
Crearemos el Programa Nacional de Acreditación Docente para Artistas, de manera que certifiquemos la trayectoria y experiencia pedagógica de artistas de las diferentes ramas (música, danza, literatura, teatro, entre otras) dedicados a la enseñanza de las artes y las incorporaremos al sistema de seguridad social y respeto pleno a sus derechos laborales.
También vamos a impulsar y velar por la aplicación de la Ley de Cultura y Arte , que nos permita fomentar la creatividad y realizaciones culturales de todos los habitantes, involucrando a los distintos actores de la vida social, económica, política y cultural del país en el ejercicio y protección de los derechos culturales consagrados en nuestra Constitución.
Esos y otros compromisos hemos asumido en el tema cultural de El Salvador. Y a ti ¿cuál o cuáles son las manifestaciones culturales que más te agradan y que propones para impulsarlas?
Si deseas conocer más sobre estas y otras propuestas descarga el Programa de Gobierno “El Salvador Adelante” visitando el sitio salvadoryoscar.com

Vuelan 90 salvadoreños para ser atendidos por Misión Milagro Internacional

Serán atendidos en Caracas y Vargas
Vuelan 90 salvadoreños para ser atendidos por Misión Milagro Internacional

San Salvador, 27 de noviembre de 2013 (Prensa MPPRE).- Como parte de la ayuda social y humanitaria que brinda la República Bolivariana de Venezuela a El Salvador, esta semana viajaron 90 salvadoreños a la Patria de Bolívar, quienes serán atendidos en el Hospital Militar de Caracas y en el Centro Oftalmológico del estado Vargas.

Este viaje forma parte del relanzamiento mundial de la Misión Milagro, que se inició también en El Salvador el pasado 13 de noviembre con la realización del vuelo 69 con 80 pacientes del país centroamericano.

Las salvadoreñas y los salvadoreños serán intervenidos quirúrgicamente en Venezuela para corregir patologías oculares como cataratas y terigio.

Con este grupo se alcanza el número 70 de vuelos que se han realizado desde el año 2006 y que ha permitido atender a más de seis mil pacientes con intervenciones médicas gratuitas que incluyen traslado aéreo, asistencia personalizada, hospitalización y seguimiento a la recuperación de los pacientes.

Misión Milagro es uno de los proyectos  que se ejecutan desde la Alianza Bolivariana de Nuestra América (ALBA), una iniciativa de Fidel Castro, siendo Presidente de Cuba, y del Comandante Eterno Hugo Chávez. 

La embajadora Nora Uribe Trujillo, así como representantes de la misión diplomática de la República Bolivariana de Venezuela en El Salvador, despidieron a las y los pacientes, todas y todos beneficiarios de un programa internacional de salud que ratifica el compromiso del gobierno venezolano y del presidente Nicolás Maduro Moros de cooperar con los pueblos de Nuestra América a través de la ayuda social humanitaria.


(Prensa/Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en El Salvador)

96º aniversario de la revolución socialista de 1917 El sueño de la Revolución de Octubre

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=177389


Mundo Obrero


 Cuando en 2002 Eric Hobsbawn publicó su autobiografía a la edad de 85 años hubo quienes se extrañaron al leer que el gran historiador británico se refería a la Revolución de Octubre como “un sueño que todavía vive en mí”. Que ese sueño sobreviviera en la conciencia de una persona longeva bien conocedora de la contemporaneidad, que apenas tenía tres meses cuando se produjo la toma del Palacio de Invierno, da fe de la onda expansiva de un acontecimiento que dio forma a las aspiraciones políticas y personales de varias generaciones a lo largo de sus vidas. La Revolución Rusa es por eso y por mucho más el acontecimiento más importante del Siglo XX, un golpe de timón que cambió el curso de la historia instituyendo una nueva temporalidad. La grandeza de semejante acontecimiento radica en su originalidad y en sus repercusiones.
La originalidad es manifiesta. La revolución de Octubre trajo consigo la construcción del primer Estado Obrero de la historia. En sus contenidos la revolución dinamitó la piedra angular del modelo civilizatorio imperante, la propiedad privada, y durante un tiempo desplegó a través de los soviets la democracia más intensa hasta entonces conocida. El sujeto de semejante cambio lo conformó una alianza de sectores subalternos entre los que se encontraban campesinos depauperados, intelligentsia desclasada y soldados rasos a punto de convertirse en carne de cañón, al frente de los cuales estuvo el proletariado industrial políticamente organizado. Aunque sus procedimientos entroncaron con la tradición jacobina y la experiencia insurreccional de la Comuna de París los bolcheviques introdujeron novedades fundamentales que evitaron el destino de esas experiencias de emancipación: la derrota inmediata que siguió a la conquista del poder. Entre esas novedades estaba la alianza tejida con el campesinado a partir de una lectura ajustada de sus anhelos, la apropiación del vigor de algunas reivindicaciones nacionalistas y la puesta a punto de un instrumento centralizado y formado por cuadros entregados a la causa en cuerpo y alma: un instrumento llamado partido que supo sortear el aparato represivo de la dictadura zarista, frenar a la reacción en medio del caos revolucionario y constituirse en el embrión del nuevo Estado cuando el viejo Leviatán se vino abajo.
La Revolución fue, como la calificó Antonio Gramsci, una revolución contra El Capital, una revolución socialista que no aconteció en el epicentro del capitalismo occidental, sino en una de sus periferias más vastas y subdesarrolladas. Que fuera allí lo explica en parte la teoría que el arquitecto de la revolución, Lenin, elaboró precisamente para incentivarla, en uno de los mejores ejemplos de la performatividad del pensamiento revolucionario, que crea con su inspiración el mundo que enuncia. En la teoría del eslabón más débil Lenin planteaba que las cadenas del capitalismo no se romperían allí donde el desarrollo material había narcotizado con sus concesiones a una parte de la clase obrera y cooptado para la gestión a su vanguardia política y sindical, sino en los países de la periferia donde a la rabia por la explotación económica se le podría sumar la rebeldía frente a la dominación extranjera. La conclusión de que en su fase de desarrollo imperialista el capitalismo canalizaba la competitividad intranacional hacia afuera, lanzando a los países a confrontar militarmente por la apropiación de recursos y la apertura de mercados, fue vista por Lenin como una oportunidad para apelar al malestar de los comunes y convertir esa guerra de intereses económicos entre Estados en una guerra nacional entre clases.
La Revolución de Octubre rompió la lógica de los tiempos y quebró los esquemas interpretativos y propositivos de la Segunda Internacional. Los bolcheviques no se resignaron a esa concepción del tiempo lineal, progresiva y teleológica que exigía pasar previamente por un largo estadio de desarrollo liberal burgués para construir más tarde el socialismo. Tampoco se sometieron a la tiranía de las condiciones objetivas, ni anduvieron a la espera de que el desarrollo mecánico de las fuerzas productivas les diera luz verde para la subversión. Los bolcheviques supieron leer las condiciones materiales como condiciones de posibilidad, acelerando a voluntad el tiempo histórico y dilatando los límites de la realidad por medio de la acción subjetiva. La acción política de los bolcheviques se movió entre la urgencia y el sentido de la oportunidad, entre su negativa a concebir el socialismo como advenimiento fatal y el olfato que les llevó a lanzarse a la toma del poder justo en el momento en el que poder estuvo al alcance de sus manos y cuando realmente hubo un empuje popular autónomo que pudiera elevarles a esa posición. Para conservarlo en condiciones de tanta pobreza y ante la brutal ofensiva blanca, de dentro y fuera del país, tuvieron que recurrir también a la política del terror, con la brutalidad que supone para quien la sufre y la degeneración que entraña para quien la ejecuta. De ese subdesarrollo, de ese terror, de la frustración de la expansión de la revolución por Europa y sobre todo de la reacción termidoriana del estalinismo surgieron no pocos engendros y también algunos de los límites que varias décadas después la colapsarían.
Si esta fue su originalidad, las repercusiones fueron tremendas. De esta revolución surgió la URSS, una potencia que irrumpió en el ámbito de las relaciones internacionales para disputar la hegemonía a las potencias capitalistas. Pero además de la amenaza externa, la Revolución de Octubre penetró en el interior de esas grandes potencias a través del caballo de Troya de los partidos comunistas. La Revolución Rusa, más que rusa, fue concebida como el detonante de una revolución mundial, que, si bien se vio frustrada inicialmente y no tuvo replica en occidente, desató varias oleadas revolucionarias tras las cuales un tercio del mundo estuvo regido por sistemas políticos inspirados en ella. La Revolución Rusa supuso una sacudida universal en las conciencias de los trabajadores que desató sus esperanzas y les dio una seguridad que estuvo en la base de los grandes cambios que promovieron durante medio siglo. Igualmente azuzó el miedo de los de arriba, que para hacerla frente en muchos sitios tuvieron que echar mano del fascismo. También la derrota del fascismo en la Segunda Guerra Mundial hubiera sido impensable sin la entrada en combate de los hijos de la revolución.
De todo aquello todavía puede sacarse mucho para dar impulso a una política emancipadora, por lo menos la fuerza de una memoria irreverente que, como nos recuerda Slavoj Zizek, resulta inasimilable para cualquier propuesta progresista conciliadora. De aquellos revolucionarios cabe rescatar la voluntad obstinada de impulsar un proceso de transformación radical y la supeditación de toda práctica a esa finalidad: la idea de la revolución como horizonte y su afirmación como principio regulativo de la práctica cotidiana, incluso en los momentos donde obviamente no resulta posible. También la necesidad de modificar los análisis y las estrategias a las condiciones siempre cambiantes de la realidad. También la consideración de que la acción política sólo es revolucionaria cuando forma parte de las aspiraciones del movimiento real de los comunes. También la importancia de la lealtad a las propuestas programáticas, aunque eso tenga como coste asumir ignominias como en Brest Litovsk.
En cualquier caso la Revolución de Octubre ofrece algunas respuestas - pero sobre todo mantiene abierto el interrogante - a la cuestión central que atañe a cualquier movimiento que se pretenda revolucionario: cómo procurar la conquista del poder por parte de los de abajo y cómo hacerlo sin reproducir con ello la propia lógica del poder. Mientras respondemos a ese interrogante no viene mal vivir el sueño de la Revolución de Octubre.

Juan Andrade es miembro de la Sección de Historia de la FIM y profesor en la Universidad de Extremadura.

Del golpe de estado al golpe en las urnas

Honduras


Lo que hemos vivido los últimos días en Honduras merece un análisis mucho más profundo, pero a modo de reflexión preliminar y síntesis, podemos decir que la voluntad mayoritaria de refundar el país manifestada por el pueblo hondureño ha sido cercenada por las élites políticas y económicas. Todo ello además sufriendo un nivel de injerencia por parte de la Embajada de Estados Unidos nunca visto antes.
En estos momentos podemos hablar de una situación no resuelta en Honduras donde el Tribunal Supremo Electoral tiene 30 días para dar resultados definitivos y son ya 3 los candidatos que se han declarado ganadores de las elecciones. La diferencia entre Juan Orlando Hernández y Xiomara Castro, candidata de Libre, que comenzó siendo de 7 puntos a favor del Partido Nacional, ha bajado en estos momentos a 5 puntos mientras el recuento continua, y todo parece indicar que se va a dar un empate con una diferencia todavía no se sabe a favor de quien, de en torno a 1 punto de diferencia. La situación y el escenario que se vislumbra son de incertidumbre y no se descarta incluso la posibilidad de repetición de las elecciones.
Mientras tanto, en un Estado fallido como Honduras donde la institucionalidad es prácticamente inexistente, los representantes políticos de los grupos económicos y los representantes económicos de los grupos políticos, continúan negociando votos y diputaciones y se han acercado a candidatos de Libre para sugerir que si quieren que se confirme su elección debe abonar una cantidad de dinero o comprometerse a ciertos favores futuros.
Genealogía de un fraude
En las calles hondureñas no se tiene ninguna duda de que Libre ganó las elecciones y ha sido víctima de un fraude cometido mediante una estrategia perfectamente organizada y diseñada por JJ Rendón y la Embajada de Estados Unidos. Si en algún momento llegamos a creer en la victoria de Libre, este golpe de estado electoral dado el domingo y televisado en directo nos devuelve a la realidad y demuestra que a veces la izquierda peca de inocencia y la derecha está perfectamente articulada tanto a nivel de medios como en el plano internacional.
Son varios niveles de este fraude en el que el menos importante es la compra de votos en zonas populares y regiones más pobres mediante la entrega de bolsas con comida por parte de delegados del Partido Nacional el mismo día de las elecciones. Pero hay dos niveles en los que es preciso detenerse. Por un lado uno más central y nuclear como es el propio Tribunal Supremo Electoral, cuyo presidente David Matamoros es militante y ex diputado del Partido Nacional. El Tribunal Supremo Electoral comenzó la noche del recuento publicando actas de zonas donde ganaba los cachurecos, como popularmente se conoce al PN, mientras al mismo tiempo mandaba a auditoria en torno a un 20% de las actas (que representan 400 mil votos) de territorios como el departamento de Santa Bárbara donde el voto mayoritario es para Libre. En el equipo de coordinación electoral del partido Libertad y Refundación se tiene la certeza de que en torno al 75% de las actas auditadas son ganadas por Xiomara. Todo lo anterior se realiza con el objetivo de crear la sensación de que el Partido Nacional estaba ganando las elecciones, sembrando descontento y desconfianza, e incitando a muchos fiscales de Libre a abandonar las mesas electorales después del recuento de los candidatos presidenciales, dejando vía libre para la manipulación de datos en el recuento de diputados y alcaldes.
El otro nivel es precisamente el territorial, en el que desde lo local se ha cometido fraude nacional. Los candidatos presidenciales eran 8 de  9 partidos diferentes y cada partido tenía 2 credenciales para sus representantes cada una de las mesas electorales (16 mil en todo el país). Sin embargo, en centenares de mesas como hemos podido comprobar personalmente en las actas escaneadas enviadas al TSE, el voto a 4 de estos candidatos era de 0 votos. Esto significa que ni siquiera los representantes de estos partidos en cada municipio han votado por su candidato, vendiendo sus credenciales al Partido Nacional. Los candidatos de estos 4 partidos, Democracia Cristiana, Alianza Patriótica del golpista Romeo Vásquez Velásquez, Unificación Democrática y PINU, ni siquiera alcanzan entre los 4 el 1% de los votos escrutados hasta el momento. Queda claro que se han presentado a las elecciones para hacer un negocio con las credenciales electorales otorgadas por el TSE.
Todo esta estrategia de fraude vino acompañada el domingo por una, hay que reconocer perfecta, estrategia mediática en la que el clímax fue la llamada de felicitación del Presidente de Colombia Juan Manuel Santos en mitad del discurso del candidato del Partido Nacional. Asimismo el actual presidente de Honduras Porfirio Lobo también ha reconocido como vencedor al candidato de su mismo partido cuando aún falta 1 millón de votos por escrutar y la diferencia a pesar del fraude es de tan solo 100 mil votos.
Una mirada hacia delante
La posibilidad de 8 años continuados de gobierno del Partido Nacional aterra de solo pensarla, pero es más real que nunca. El pueblo hondureño ha hecho un esfuerzo inmenso, logrando construir una herramienta para la transformación y refundación de Honduras llamada Libre y el primer objetivo en estos momentos debe ser defender la victoria de la candidata Xiomara Castro voto por voto, pero quizás hay que empezar a plantearse que en un escenario en el que el Partido Liberal (20% de los votos) no se ha hundido a pesar del golpe de Estado, y el Partido Nacional tiene mucha fuerza a pesar del fraude cometido, la izquierda necesita recorrer aun el camino hasta la madurez política que le permita ganar las elecciones con un proyecto identificado con los sectores populares que pase por encima de cualquier tipo de fraude e injerencia. También en algún momento es necesario analizar el papel del Partido Anti Corrupción, que se ha convertido en la tercera fuerza de Honduras habiendo sido en un primer momento menospreciado por todos los partidos, incluido Libre. El PAC ha canalizado mejor que la izquierda el voto antisistema, con un discurso populista y de derecha, pero que ha calado en varios sectores, especialmente entre la juventud.
El objetivo más allá de la defensa del voto para la candidatura de Xiomara, debe ser asegurar un buen porcentaje de alcaldes y diputados de Libre, así como mantener la cohesión de un partido frágil ideológicamente, en el que la izquierda, los movimientos sociales y sectores provenientes del liberalismo se han unido con el objetivo de romper el tradicional bipartidismo.
Es el momento de comenzar a pensar en (re)construir el partido, fortalecerlo política, ideológica y organizativamente para convertirlo de una vez por todas en el proyecto político de todo un pueblo, de toda una nación, de una Honduras libre y soberana.

*Katu Arkonada se encuentra en Honduras como observador electoral y acompañante internacional de Libre. 
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

América latina, de la década ganada a la década disputada




 
Análisis de la fase geopolítica
Las transformaciones geopolíticas (y geoeconómicas) en curso, sin precedentes en el pasado, apuntan hacia una transición sistémica en busca de una reordenación de los equilibrios de fuerza, con nuevas configuraciones institucionales, económicas, militares, cultural-ideológicas y comerciales. En el momento actual, inicios de la segunda década del siglo XXI, la primacía estadounidense está en parsimonioso declive y con ella el orden interestatal y la economía-mundo que se derivaron de ella. En este contexto, se abre un escenario incierto, marcado por la emergencia de nuevas potencias y bloques regionales, que si bien no asumen el rol de liderazgo global, sí producen un tambaleante equilibrio multipolar.
La crisis capitalista que sacude a los países centrales de la economía-mundo -convertida en crisis orgánica por ejemplo en muchos estados del sur de la Unión Europea- abre espacio para cambios políticos inéditos, y reconfiguraciones de bloques hoy difícilmente predecibles. El rol que jueguen China y, de forma relativamente subsidiaria, las economías del sudeste asiático, puede ser decisivo en el nuevo ajedrez global. Los países (mal) llamados emergentes, representados por los BRICS (más Argentina), siguen jugando un papel protagónico en este reordenamiento mundial. Todo se mueve a gran velocidad; los recientes análisis ya quedan caducos. La celeridad en esta metamorfosis geopolítica exige actualizar la mirada global, y más para el caso de América Latina como nueva región proactiva en este proceso de reconfiguración.
De hecho, América Latina, en estos años, encara este cambio de época, global y regional, con deseos de una propuesta convergente de integración regional en plena disputa, pero a la vez, con iniciativas opuestas, que oscilan desde cambios estructurales contrahegemónicos, pasando por propuesta posneoliberales moderadas, hasta otras formuladas ya conocidas, conservadoras del orden establecido, contra progresistas.
En los últimos años, la región ha sufrido innumerables cambios en cuanto a nuevos gobiernos, nuevas políticas económicas, y fundamentalmente, nuevos espacios de articulación de las relaciones económicas entre países. La última década, una década ganada para buena parte de América Latina en términos de desarrollo social y expansión democrática, se ha caracterizado por un desplazamiento vigoroso de las relaciones comerciales/productivas/sociales/culturales/políticas. En poco tiempo, los acuerdos comerciales han ido variando de condiciones, de países, de bloques. El interés creciente por estructuras productivas más sólidas ha conllevado a repensar las diferentes formas de interactuar económicamente con el mundo, y muy particularmente, desde el propio seno de la misma región. La elevada inflación integracional es justamente resultado de eso, de la indefinición propia de múltiples objetivos, de muchas corrientes, de intentos de conciliar los diversos modelos de desarrollo y de acumulación existentes a día de hoy dentro de la región. Además, de fondo, la tensión entre políticas de corte nacional-popular y la arquitectura transnacional (regional) es siempre un hecho que ha de estar presente en cualquier análisis prospectivo.
América Latina ya no es, por supuesto, la de las décadas pérdidas, en la que las políticas neoliberales eran implementadas a través de Programas de (des)Ajuste Estructural y Planes de (des)Estabilización. Hacia mediados de la década de los años setenta, la economía-mundo hace un giro importante en relación al modelo de acumulación capitalista, abandonando el rol protagónico que había tenido el Estado y transitando a un modelo donde (eso que mal llaman) el mercado jugaría un papel central. Esta nueva etapa neoliberal logra que el Estado se reduzca pero nunca sin desaparecer; es de hecho el nuevo Estado –corporativo y privatizador- quien facilita la entrada de América latina a las lógicas de la OMC (Organización Mundial del Comercio), de los Tratados Bilaterales de Inversión, y de sometimiento al CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones), juez y parte dependiente del Banco Mundial.
La expansión de los mercados financieros -motorizados por la rápida circulación de dólares- y la crisis del petróleo contribuyeron en gran medida al cambio del patrón de acumulación. La producción comienza a ponerse al servicio del capital financiero. La tendencia observada desde la década de los setenta indica una mayor movilidad geográfica del capital, producto de los cambios en la organización de los procesos de producción e intercambio. Y Latinoamérica no fue ajena a este proceso: la crisis de la deuda y la hiperinflación fueron las excusas perfectas para el desembarco de las políticas económicas neoliberales ya lideradas en el centro de los países centrales por Ronald Reagan en Estados Unidos, y Margaret Thatcher en Reino Unido. No obstante, la dictadura de Pinochet en Chile, y también la de Videla en Argentina, fueron de facto un fiel adelanto del neoliberalismo económico que vendría después.
El sistema mundo imponía nuevas condiciones a la periferia. Esta vez, era el turno de la apertura obedeciendo a las necesidades del gran capital financiero internacional. Durante estas décadas, las políticas económicas neoliberales fueron encaminadas a destruir al Estado como productor, como controlador de los sectores estratégicos, y a dejarlo (sí) como un regulador a favor de una asignación con mera lógica capitalista. Durante esos años, se implementaron todas las políticas necesarias para que se produjera una transferencia de valor de unos a otros, de una mayoría popular (empobreciéndose) a una minoría (enriqueciéndose). La soberanía era así extirpada a favor de otros intereses ajenos, a favor de inserción subordinada y desigual en el mundo. El modelo productivo, en esos años, había sido elegido para responder a las exigencias mundiales. El patrón primario exportador era fortalecido en los países de la periferia, y como tal, en América Latina; la desindustrialización fue un hecho. La demanda interna era satisfecha en gran medida por una significativa política de importaciones que generó una fuerte dependencia de la satisfacción de necesidades respecto a las empresas transnacionales. Eran éstas las que sustituían cualquier intento de producción interna. Así la transferencia de valor hacia el exterior estaba asegurada; las relaciones de intercambio eran absolutamente inequitativas; y el patrón productivo nacional, en tanto a productos y productores, estaba en fuerte grado de dependencia con los patrones productivos internacionales. El Consenso de Washington consiguió conformar una región que producía aquello que los países centrales requerían. El intercambio desigual entre centro y periferia era reforzado por la hegemonía de las políticas económicas neoliberales, y por sus instituciones internacionales (Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM), Banco Interamericano de Desarrollo (BID)). Esto, a su vez, generaba un intercambio ecológicamente desigual, donde los recursos naturales de los países periféricos estaban dispuestos para la expoliación de las multinacionales de los países centrales a cambio bajos salarios y una multitud de pasivos ambientales. América Latina reforzaba así su “especialización en perder”, resultado de sus grandes dotaciones en recursos naturales que eran requeridos desde los países centrales del sistema-mundo capitalista. El capitalismo (neoliberal) por desposesión, como dice Harvey, fue puesto en práctica.
En este periodo, la región nunca miró hacia sí misma, los escasos espacios de integración estaban diseñados desde el centro del sistema-mundo, atendiendo estrictamente a una óptica comercial, dejando de lado absolutamente el aspecto productivo, el financiero, el social y el cultural. Sólo y exclusivamente la integración comercial, más centrada en facilitar las reglas para que el comercio fuera asimétricamente libre, y creciera sin facilitar las mejoras estructurales requeridas en las economías nacionales para garantizar un cambio real en el patrón de acumulación a favor de las mayorías excluidas.
Las políticas económicas neoliberales tuvieron un alto impacto en la desintegración social y económica en todos los países de la región: incremento de pobreza, exclusión económica-social-política-cultural, desigualdades, desempleo, precarización de las condiciones de trabajo, erosión de la naturaleza y agudización de las exclusiones colonial y patriarcal. Ante este panorama, y con un creciente desgaste de los partidos políticos tradicionales, gran parte de la población respondió con fuertes movilizaciones originando un nuevo tejido social más organizado demandantes de cambios y transformaciones en el terreno político, económico, social y cultural. El núcleo común de todos los reclamos fue poner punto final a las políticas de corte neoliberal que resultaron fructíferas sólo para unos pocos a cambio del sometimiento de muchos. La región fue cambiando de signo político. Las acciones colectivas en algunos países de Latinoamérica han llevado a la elección de gobiernos denominados “progresistas”, que propusieron plataformas políticas “alternativas” al paradigma económico dominante. Son muchos los países que se han embarcado en este difícil pero necesario camino de construir una nueva organización económica, política, social y cultural, de fuerte profundización democrática, en medio de un mundo globalizado, que a pesar de su transición sistémica, aún conserva de fuerzas económicas y políticas que no permiten grandes disonancias respecto al orden económico constituido en el sistema capitalista mundial.
En este giro político en marcha, en medio de esta transición sistémica geoeconómica mundial, uno de los principales asuntos a destacar es que la región comenzó un largo camino para construirse a sí misma con mayor independencia de los poderes económicos dominantes a escala global. Fueron apareciendo espacios novedosos de integración, que no sólo atendían al deseo de un mayor intercambio comercial entre países vecinos (en el marco de la región), sino que comenzaron a plantear otros estadios de relacionamiento más equitativos y justos. Entre estos nuevos intentos, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) ha sido sin lugar a dudas el nuevo lugar de encuentro para que algunos países de la región comiencen a construir supranacionalmente un nuevo paradigma económico que establezca principios de justicia a la hora de relacionarse, ya sea en el ámbito comercial, en el cultural, en el social, en el financiero, y a pesar de haber llegado tarde, ahora acertadamente también con el ámbito productivo. No puede haber integración plena y virtuosa si no existe integración productiva en base a la complementariedad. Sólo así, con esa estrategia, se podrá llevar a cabo planes nacionales de desarrollo que sean sostenibles, soberanos, emancipadores y que logren verdaderamente intervenir en las razones estructurales de las asimetrías económicas.
América Latina ha aprendido en esta nueva época que “no existe cambio interno sin atender a los cambios en la relación con el exterior”; el proceso de sustitución adecuado en estos últimos años es aquel que ha dejado de tener una relación en condición monopolística con las economías centrales para transitar a una nueva estrategia de mayor afinidad con los nuevos polos económicos, pero muy especialmente, con la nueva región. Un mayor intercambio con complementariedad en la región es la única manera de emanciparse –al menos parcialmente- de las relaciones desiguales con el centro económico mundial. En este sentido, cabe dejar constancia que este requisito de mayor intercambio con complementariedad no puede ser satisfecho en exclusividad por el exceso de procesos de integración (inflación integracional) que se ha venido sucediendo en América Latina en los últimos años. No se trata de asimilar este desafío a partir de los múltiples procesos de integración regional, en los que existen solapamiento y superposición de ámbitos de integración (comercial/productiva/financiera); se trataría de ordenar virtuosamente América Latina, en forma inteligente, en un marco de integración que logre equilibrios entre soberanía nacional y arquitectura supranacional. Lo que también supondría, una política estatal que limite los intereses particulares de las empresas y las “reinserte” en nuevas relaciones económicas complementarias con empresas y emprendimientos estatales de la región, inclusive habría que pensar en la posibilidad que las nuevas integraciones establezcan actores económicos (privados, públicos o mixtos) que puedan sostener, viabilizar y defender dicha articulación regional.
Hasta hace pocos años, la región tenía dos grandes espacios de integración, mutuamente excluyente entre sí, la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y Mercado Común del Sur (Mercosur). Quien pertenecía a un lugar, no estaba en el otro. Pero desde la irrupción del proyecto bolivariano político, el ALBA-TCP, todo esto ha cambiado. Este nuevo espacio ha congregado a algunos países de Sudamérica, a otros de Centroamérica y el Caribe. El gran salto cualitativo de este proyecto es sin duda superar los criterios injustos para intercambios comerciales. Por primera vez en la región, nace un sistema de compensación que pretende evitar el intercambio desigual, con precios justos, a partir de un sistema de cuentas propias (vía Sistema Unitario de Compensación Regional (SUCRE)). Este hecho, unido al movimiento estratégico de Venezuela, dejando la Comunidad Andina de naciones (CAN) –definitivamente en el año 2011- para incorporarse a Mercosur, han sido determinantes para tener una región muy diferente en términos de integración. Por otro lado, la CAN después de la arremetida de la UE en relación a su propuesta de acuerdo de libre comercio, también ha quedado parcialmente desintegrada. La CAN se quedó sin Venezuela (hace décadas, en 1976, en la era pinochetista, ya se había quedado sin Chile), pero además se quedó con dos países (Perú y Colombia) atrapados en el bobo aperturismo por la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Europa, complicando así las condiciones de convivencia con otros países que no han aceptado esas asimétricas reglas del juego. Por otro lado, está un nuevo Mercosur; la llegada de Venezuela le hace ser la quinta economía del mundo, y se constituye así en un espacio muy atractivo por su potencial económico; Bolivia también aceptó entrar; y en la actualidad Ecuador aún sigue pensando formar parte; Paraguay vuelve a ser miembro de pleno después de las últimas elecciones (con la asunción presidencial ya ocurrida) pero aún con muchas cuestiones por dilucidar por nuevas preferencias neoliberales en su política exterior. Mercosur, sin duda alguna, se convierte en el nuevo protagonista del siglo XXI en cuanto a espacio integracional, en lo comercial, financiero y en lo productivo; pero a la misma vez, es un espacio caracterizado por las grandes disparidades de economías participantes. Brasil siendo parte de las nuevas economías emergidas; Argentina también forma parte del G20 y en tendencia creciente; y ahora Venezuela como otra gran potencia. A su lado, otras economías más pequeñas que peligran si no establecen condiciones que eviten intercambios desiguales, y lo que es más importante, una integración productiva desigual que de lugar a encadenamientos productivos con generación desigual de valor para unos y otros. Situación que puede empujar a estos países a percibir atractivos los tratados de libre comercio.
Por otro lado, no hemos de olvidar el papel geoestratégico de los países del Caribe, que han sido considerados por EEUU su frontera natural durante todo el s. XX, un término usado por el propio G. W. Bush, que la calificó de su “tercera frontera” Por razones obvias de geoestrategia regional, Washington siempre anheló mantener su influencia diplomática, política y económica en la región. Para ello, ha lanzado proyectos económicos y estratégicos dirigidos a crear y mantener los nexos de interdependencia con el Caribe y Latinoamérica. La Caricom (Comunidad de Estados del Caribe) ha sido el soporte natural de las políticas de Washington desde su creación. Sin embargo, esta influencia exclusiva queda actualmente cuestionada debido a la importancia creciente de la iniciativa, Petrocaribe, una alianza en materia petrolera entre algunos países del Caribe con Venezuela. basado fundamentalmente en que este país petrolero entrega crudo a los otros miembros en condiciones ventajosas, (con un financiamiento que llega a 40% cuando el precio del petróleo supera los 50 dólares; a 50% si sobrepasa los 80 dólares y a 60% cuando la barrera se sitúa en 100 dólares). Con todo ello , Centroamérica se constituye en sí mismo como otro espacio en disputa, donde Estados Unidos sigue teniendo amplia capacidad de influencia, China muestra su lado expansionista también sobre este territorio, y Venezuela ha logrado ser un aliado privilegiado en términos económicos, y a su vez, políticos. Tampoco debemos olvidar la apuesta que realiza lentamente Brasil justamente en esa área geopolítico por disputar el liderazgo de los Estados Unidos.
En este mismo sentido, el primer escenario de combate ha sido Honduras, con su reciente contienda electoral, en el que -contra pronóstico- los datos oficiales reflejan como ganador al candidato conservador del Partido Nacional frente a la lideresa progresista (Xiomara Castro; esposa del presidente derrocado Zelaya). Este país fue laboratorio de golpe militar hace pocos años (2009); y ahora, con una densa e indisimulada participación de la embajadora estadounidense (en el proceso electoral, en la formación técnica y después en calidad de observador internacional), vuelve a constituirse en un espacio de lucha de una amplia mayoría popular que resiste la hegemonía interna liderada desde afuera. Estados Unidos ha querido dejar claro que Centroamérica no era un espacio negociable. A pesar de las palabras de John Kerry, secretario de Estado de los Estados Unidos, la doctrina Monroe sigue actualizada.
Por otro lado, no se puede olvidar otro hecho determinante en esta nueva configuración de integración regional: la aparición de la Alianza del Pacífico (AP), donde Perú, Colombia, México y Chile (y Costa Rica previsiblemente en un futuro muy cercano), todos con acuerdos de libre comercio con EEUU y UE, se articulan entre sí, con sólidas afinidades en cuanto al modelo económico propuesto. De hecho, esta AP no puede ser vista ni mucho menos como un mero acuerdo comercial –como remake del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA)-, sino ha de ser calificada como un proceso de integración neoliberal en busca de acabar con la Década Ganada lograda en muchos países de la región gracias a las políticas de transformación a favor de las mayorías.
Cada vez es más diáfano el deseo de Estados Unidos (y de Unión Europea): una América Latina divida en dos, desgajada en -al menos- dos grandes mitades para que así deje de ser el bloque monolítico que venía conformándose en el nuevo mundo multipolar. Recientes informes de think tanks conservadores ya constatan la “madurez” de Latinoamérica y su mayor peso global, y abogan por un espacio geopolítico trilateral Unión Europea-Estados Unidos-América Latina, en base a sus comunes raíces “occidentales”, en términos estrictamente liberales: derechos individuales y mercados “abiertos”. Esta es la pretensión, también, de buena parte de la oligarquía financiera, del poder concentrado mediático, del capital transnacional y de los grandes caciques nacionales: una región dividida en dos mitades que disipe cualquier posibilidad de levantar y consolidar una alternativa global de avance en sentido posneoliberal, en paz, sin guerras, con redistribución, mejoras sociales y profundización democrática.
Es por ello, que en los últimos meses se han acelerado los múltiples movimientos de ajedrez en el actual juego de tronos que supone el curso geopolítico en América Latina; la tensión está servida entre procesos reformistas, revolucionarios y contrarrevolucionarios. Han sido muchos los intentos fallidos del poder hegemónico mundial para destronar a las propuestas progresistas: golpes a la democracia en Venezuela (2002), Bolivia (2008) y Ecuador (2010). Sin embargo, otros sí que fueron exitosos: Honduras (2009) y Paraguay (2012). Desde el rechazo al ALCA (2005), Estados Unidos a la cabeza (con la UE a su lado) no descansa hasta lograr, en una primera instancia, una América Latina dividida y partida en dos, con un bloque afín, representado en la Alianza del Pacífico, para luego, poder “colonizar” al resto, logrando así el deseo de antaño: un patio trasero que vaya desde México hasta Ushuaia. Esta Alianza del Pacífico es justamente la punta de lanza para asentar las bases del nuevo mapa geoeconómico codiciado por los intereses de los grandes capitales. Liderada por Colombia, atrayendo a países claves en Centroamérica (Costa Rica está muy cerca de ser nuevo miembro; El Salvador acaba de confirmar que se “piensa” su entrada en dicho bloque), la Alianza del Pacífico sigue construyéndose aceleradamente como bloque político regional de gran fortaleza.
Es por eso que los próximos años, después de esta década ganada que ha puesto final a las décadas perdidas neoliberales, supondrán un nuevo periodo de contienda, una suerte de década decisiva-década disputada, que determinará el rumbo de este nuevo polo político y económico. América latina no sólo está en disputa interna, sino también externamente como bien se explicita según la nueva estrategia marcada en el documento del Consejo Atlántico: The Trilateral Bond: Mapping a New Era for Latin America, The United States, and Europe' ('El Vínculo Trilateral: Inspeccionando una Nueva Era para América Latina, EE.UU. y Europa'). Este informe es contundente en cuanto a la importancia de América latina a nivel mundial; y por ello, se retoma así el deseo de incorporar a este bloque al “redil atlántico”, constituyéndose así en una prioridad en la política exterior de los EEUU y UE. América Latina no es ya sólo una región en disputa interna, sino un continente con mayor influencia en el sistema interestatal y que verá enfrentarse proyectos geopolíticos diferentes e incluso antagónicos para su nueva ubicación en el espacio global.
Por tanto, todo está en juego, en disputa, en movimiento: el ALBA, la UNASUR, el Mercosur, la Alianza del Pacífico, incluso la CAN, también la Organización de los Estados Americanos (OEA), y por supuesto, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
La desaparición de Chávez, Kichner y Lula del escenario político de una América Latina en la que los modelos políticos presidencialistas maximizan el peso del personalismo, sin duda pesará en detrimento del campo político progresista, construido en torno a la imprescindible retórica y relato de la transformación y la movilización de las masas, muy vinculado por otro lado a la capacidad tractora de estos liderazgos. La derecha continental por el contrario, instalada en la mediocridad política y el halo tradicional de credibilidad de sus propuestas tecnocráticas se vería beneficiada por, en ausencia de grandes liderazgos, un retorno de la “no política”.
La muerte de Chávez y la ofensiva nacional e internacional contra el chavismo liderado por Maduro; los resultados de la segunda vuelta en las elecciones de Chile que podrían beneficiar a Bachelet, empujada a llevar una agenda más progresista que en su anterior mandato –e incluso a hablar de cambiar la constitución postpinochetista- por los desplazamientos operados en la sociedad civil por los movimientos sociales; las otras elecciones en países estratégicos de Centroamérica, Costa Rica y El Salvador; la nueva apuesta de Paraguay al Pacífico; la vuelta del moderado Tabaré a Uruguay en sustitución del progresista Mújica –salvo que Constanza Moreira lo impidiera-; la nuevas elecciones en Argentina sin Cristina Fernández de Kirchner después del avance de la nueva apuesta de la derecha posneoliberal con Massa; el cada más vez sólido no aislamiento de Cuba (incluso presidiendo la CELAC); los enigmas del todopoderoso Brasil con una nueva política que deberá atender más adentro que fuera; las elecciones del 2014 en Bolivia que podrían seguir consolidando esta propuesta de cambio; los años de Correa en su último (o no) mandato con el objetivo de seguir con las transformaciones estructurales; México que vuelve a mirar hacia al Sur sin dejar de mirar al Norte; el modelo peruano tendrá que responder cuán sostenible es si sigue queriendo satisfacer a todos sin cuestionar a las injustas estructuras; la sucesión de Santos en una Colombia que vive la pugna en la propia derecha, así como un particular proceso de paz al mismo tiempo que ha ido consolidando los lazos con la OTAN; las elecciones irregulares en Honduras con un desenlace político y social aún incierto; y, además, el acuerdo comercial entre la Unión Europea y los Estados Unidos de fondo.
Algunas características del cambio de época latinoamericano 

Si se puede afirmar que Latinoamérica está viviendo un “cambio de época” es por la convergencia de grandes líneas de transformación que no cierran el horizonte de posibilidades futuras ni aseguran ningún destino, pero sí descartan la mera restauración del orden anterior.
Realizar un análisis, exposición crítica y discusión de los componentes de este nuevo tiempo político en la región excede con mucho la voluntad de este documento. No obstante, una somera enumeración, con más pretensión de mapeo que de exhaustividad, puede ser de utilidad para caracterizar mínimamente el escenario geopolítico en la región.
En primer lugar, uno de los rasgos más evidentes del nuevo tiempo político es la coincidencia, no casual, de gobiernos de signo democrático-progresista en la región. Pese a los diferentes ritmos, horizontes y acentos, nunca antes coincidieron en Latinoamérica y el Caribe tantos ejecutivos comandando procesos de redistribución, construcción de soberanía y ampliación del campo democrático. Además, estos gobiernos están liderando, como ya se ha explicado, procesos de integración y construcción regional que han superado los límites declarativos y apuntan en un sentido de transformación geopolítica. Este fenómeno, llamado del “giro a la izquierda”, así como las condiciones geopolíticas que lo han hecho posible, cuando en el pasado fue tantas veces truncado, merecen una atención prioritaria por las posibilidades de avance histórico y por su implicación global. Es bueno recordar que América Latina, en un momento global de violencia, desestructuración y desencanto, se ha convertido en un espacio político y cultural privilegiado para la mejora colectiva de la vida, y por tanto en una referencia mundial para las personas y los pueblos progresistas.
En segundo lugar, el panorama intelectual y cultural latinoamericano se encuentra marcado por un cierto repliegue defensivo –que no desaparición- de las ideas conservadoras-liberales y de los proyectos de las élites históricas, que están experimentando importantes mutaciones para adaptarse a los nuevos consensos en despliegue, anudados a partir de la crisis del modelo neoliberal y basados en una nueva centralidad política de “las masas” como sujeto político. Estos nuevos consensos en formación deben ser investigados, analizados y problematizadas sus dificultades, sus ángulos muertos y sus tensiones internas.
No obstante, este repliegue o necesidad de adaptación a un campo discursivo marcado por la centralidad de algunos de los términos, los valores y las propuestas progresistas, está considerablemente limitada al menos por dos elementos, que condicionan el alcance relativo de la hegemonía del relato posneoliberal y obstaculizan su sedimentación en una sociedad civil y una estatalidad que consoliden los cambios progresistas.
Por una parte, la escasez general de una nueva intelectualidad orgánica para la transición estatal, capaz de conjugar la movilización política con la gestión en clave transformadora y eficaz. La necesidad de ocupar posiciones para la disputa al interior del Estado, la ampliación de lo público y el carácter abrupto de las rupturas populares ha consumido las mejores energías de una primera hornada de militantes políticos que han tenido así muy poco tiempo para formar a sus sucesores en términos teóricos, ideológicos y políticos. Sólo esta formación es un antídoto contra las inercias de unas administraciones y sociedades civiles mayoritariamente hegemonizadas por la vieja política, el clasismo y el conservadurismo. Los procesos de cambio político de signo popular tienen entre una de sus principales dificultades la de producir, en un tiempo político marcado por la urgencia, los cuadros políticos para la construcción del nuevo Estado y los cuadros intelectuales para la renovación de la primacía cultural, moral y estética de las fuerzas emancipadoras. Además, estas dos tareas, en lo posible, deben irse entrelazando y entremezclando. Este aspecto requiere un trabajo prolongado de ir construyendo tanto las bases materiales –centros de estudio y análisis, publicaciones, becas, programas de formación, medios de difusión del pensamiento, premios literarios y científicos, estímulo a la cultura transformadora, etc.- como los mimbres conceptuales, gramaticales y simbólicos para un relanzamiento de la capacidad de las ideas del bloque popular para determinar el horizonte y los códigos de su tiempo.
Por otro lado, los hábitus culturales de las sociedades latinoamericanas, también aquellas atravesadas por procesos de acceso popular al Estado, siguen estando mayoritariamente marcados por prácticas sociales, horizontes estéticos y aspiraciones que responden a la mayor capacidad de seducción de los mitos, ficciones orientadoras y valores del capitalismo: violencia, machismo, consumismo, cultura de la indisciplina y la inmediatez, ineficacia, irresponsabilidad, etc. Esto constituye un considerable y poderoso freno –especialmente por su carácter “invisible”- a los procesos que buscan, partiendo de las comunidades de las clases populares, fundar una esfera pública socialista para el buen vivir, el vivir bien, el socialismo del siglo XXI o cualquier concepción cuya principal meta sea la expansión de la igualdad y de la libertad. Se trata aquí de afrontar una lenta modificación antropológica sin la cual las modificaciones jurídico-institucionales corren siempre el riesgo de quedar como trincheras desguarnecidas.
Al mismo tiempo, es importante recuperar un análisis sobre las derechas latinoamericanas y sobre las acciones de los grupos económicos y financieros. La mirada de las últimas décadas, colocada –principalmente- en los movimientos sociales y en el Estado nos ha hecho relegar en análisis sobre los “contrincantes” centrales que tienen estos gobiernos a la hora de la introducción de cambios económicos y políticos. Se hace necesario construir un mapa de los actores que desde el campo conservador son productores de análisis, propuestas, interpretaciones o expresiones que después se convierten en munición de primer orden para la batalla política. Este análisis no debe quedarse en identificar centros o instituciones, sino en diagnosticar sus principales estrategias en la disputa por el sentido, la interpretación y la proyección del presente.
En tercer lugar, el Estado vuelve a estar en el centro de la discusión política y social, ya no como problema, sino como espacio privilegiado –aunque no único- de la política y la vida en común. Su retorno reabre gran parte de las cuestiones históricas de los procesos emancipadores: su relación con la construcción de comunidad, con la democracia, la representación y la libertad, su articulación territorial y con la diversidad étnica, su transformación, la institucionalidad y los equilibrios de fuerzas, su autonomía relativa o sus inercias. Su condición de “máquina”, “sistema de aparatos y dispositivos” o “campo de disputa”. La cuestión del Estado es en Latinoamérica, especialmente en sus procesos de avanzada, la cuestión de la transición, que obliga al pensamiento crítico a trabajar por articular la política como conflicto y ruptura con la política como gestión y construcción de orden; el triángulo del que habla Rafael Correa para referirse a la necesaria conciliación de libertad, igualdad y eficacia.
En cuarto y último lugar, el socialismo o la propuesta de construcción de un gobierno popular, cobra una cierta importancia política no tanto como programa acabado sino como horizonte, como tensión emancipadora. Pero esta función da muestras de relativo agotamiento por cuanto los procesos de cambio y gobiernos populares se topan con dificultades que no están en los viejos manuales, mientras que, bajo la excusa de no adelantar o imponer paradigmas, la reflexión crítica no parece haber trascendido el momento de la ruptura ni haberse atrevido a sugerir líneas de desarrollo, que han sido sustituidas por la constatación de las contradicciones y la celebración del inmediatismo. La consolidación de este tiempo histórico de transformaciones exige pensar las condiciones de la “irreversibilidad relativa” –pues en condiciones de libertad nunca puede ser absoluta- los anclajes económicos, culturales e institucionales que pueden fortificar las posiciones conquistadas sin esclerotizar las posibilidades de conquista de nuevas y más ambiciosas plazas. Esto pasa, necesariamente, por la construcción de instituciones eficaces que conviertan en cotidianidad los avances realizados, que no exijan la movilización permanente y que construyan una estatalidad que responda a la emergencia de los sectores subalternos.
Un tiempo histórico tan rico, tan atravesado de desafíos, tan fértil, tan sometido a una guerra por su lectura, exige análisis, estudios e interpretaciones audaces. Es necesario aggiornar la agenda de la ruptura en la región, librar la batalla intelectual por fijar los términos de las confrontaciones por venir –entre ellas, una ya indisimulada contraofensiva conservadora regional- y atreverse a proponer rumbos estratégicos para el avance popular. Ni la academia ni quienes se dedican al trabajo intelectual pueden quedar al margen de este esfuerzo, a riesgo de convertirse en convidados de piedra de un proceso histórico, tomadores de notas, guardianes de la verdad de los textos clásicos u opinadores de ocasión.
La década decisiva-década disputada en América latina
Caracterizada la década ganada y apuntados los rasgos de este cambio de época, se evidencia la disputa que llega, la que se libra ya y que hace decisivos los años venideros, situando como primera tarea la búsqueda de esas condiciones de irreversibilidad relativa que puedan fortalecer, profundizar este cambio de época regional hacia la el mayor peso de las voluntades y el buen vivir de las mayorías.
Hace más de diez años señalábamos cómo la región reacciona en contra de la progresión de empobrecimiento de las mayorías y en contra igualmente de la renuncia a la soberanía nacional, iniciando un cambio de rumbo en el que ahora nos encontramos, en el que se consigue implementar políticas de redistribución de la riqueza, mejorar las condiciones de vida populares, recuperar la soberanía secuestrada, o incorporar a la realidad política amplias capas de población invisibilizadas.
Pero lo que está en juego ahora es la dirección de esta tangente de cambio: más allá de estas conquistas, de la década ganada, toca ahora hacer propia la década venidera, escribirla con nombres propios, con lenguaje propio, con retos propios, con placeres propios, dibujar la escena y elegir la arena de disputa. Adelantarse a los peligros y evitar enconarse en neocapitalismos amables.
Los procesos de cambio y gobiernos populares se topan con dificultades que no están en los viejos manuales, estamos en los momentos de innovar y emanciparnos de proyectos caducos. Es momento de revitalizar la reflexión y el pensamiento latinoamericano, con este deseo de seguir siendo parte del semillero de ideas progresistas, populares y democráticas para el cambio social con sentido emancipador.


Centro Estratégico Latinoamericano Geopolítico (CELAG) está integrado por Alfredo Serrano Mancilla [1] , Iñigo Errejón [2] , Auxiliadora Honorato [3] , Esteban De Gori [4] , Sergio Pascual [5] , Sergio Martín Carrillo [6]
[1] Doctor en Ciencias Económicas.
[2] Doctor en Ciencias Políticas.
[3] Licenciada en Derecho.
[4] Doctor en Ciencias Sociales.
[5] Master en Antropología, Candidato a Doctor.
[6] Master en Ciencias Económicas, Candidato a Doctor.
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Decretan en Venezuela control de precios, ganancias e importaciones


CARACAS.— El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, firmó sus dos primeros decretos tras recibir poderes especiales mediante la Ley Habilitante: uno, para el control de costos, precios y ganancias en el país, y el segundo, dirigido a regular el comercio exterior, reporta PL.
El Ejecutivo ha ordenado una revisión de los principales establecimientos comerciales para detectar casos de especulación.
El Ejecutivo ha ordenado una revisión de
los principales establecimientos comerciales para detectar casos de especulación.

 
Desde la ciudad de Maracaibo, en el noroccidental estado de Zulia, el dignatario promulgó la Ley para el Control de los Costos, Precios, Ganancias y Protección de la Familia Venezolana, cuyo carácter orgánico deberá ser ratificado por el Tribunal Supremo de Justicia.
Maduro dijo que este estatuto busca proteger a los venezolanos de aquellos sectores que practican usura y especulación como parte de lo que el Gobierno ha catalogado como una "guerra económica de la oligarquía" para desestabilizar el país.
El dignatario abogó por estabilizar márgenes de ganancias y precios justos.
Propuso además la edición de al menos cinco millones de ejemplares de este instrumento legal para que el pueblo se convierta en garante del mismo.
A continuación, Maduro promulgó la ley para la creación de un nuevo sistema institucional para la regulación de las importaciones, el fomento de las exportaciones y el manejo de las divisas que ingresan al país, fundamentalmente, gracias a la industria petrolera.
Según Maduro, el Centro Nacional de Comercio Exterior establecerá, por ejemplo, un "contrato de fiel cumplimiento" que obligará a las empresas a respetar sus compromisos de servicios o de importaciones una vez recibidas las divisas a través del sistema de asignación del Estado (6,3 bolívares por dólar).
Tales compromisos serán comprobados a posteriori, precisó el jefe de Estado. Aclaró que los dólares no serán depositados en cuentas en el extranjero, sino en Venezuela.
Igualmente —adelantó Maduro—, se creará un nuevo registro de importadores y exportadores, que tendrá en cuenta la pulcritud del historial de negocios de los aspirantes.
Por otra parte, la Corporación Nacional del Comercio Exterior acometerá operaciones de importación en las cuales podrá asociarse con empresas privadas.
El mandatario aseguró que estos decretos con rango, valor y fuerza de ley tienen como fin que la "burguesía parasitaria" no robe o malbarate los recursos que pertenecen al pueblo.

El buen ejemplo de la brigada médica cubana


Paraguay

• Calificó Ministro de Salud de la nación sudamericana como un verdadero ejemplo el trabajo que lleva adelante el colectivo de galenos antillanos, y expresó la intención de incrementar el vínculo entre los Ministerios de Salud de ambos países
ASUNCIÓN.— El vicepresidente paraguayo, Juan Afara, realizó este lunes una visita a la brigada médica cubana que presta sus servicios de colaboración en el distrito de María Auxiliadora, a más de 400 kilómetros de esta capital.
Este año, los médicos cubanos han atendido a dos mil 348 pacientes y realizaron mil 371 operaciones de cataratas y 895 de pterigium.
Este año, los médicos cubanos han atendido a dos mil 348 pacientes
y realizaron mil 371 operaciones de cataratas y 895 de pterigium.

 

Según Prensa Latina, los especialistas de la Isla, con su participación en la Operación Milagro, devolvieron o mejoraron la vista a miles de nacionales con las operaciones y tratamientos realizados de forma gratuita.
Afara fue acompañado en su visita por el ministro de Salud Pública y Bienestar Social, Antonio Barrios, y otros funcionarios, quienes intercambiaron con los miembros de la brigada y observaron de primera mano su dedicada labor.
El recorrido por la clínica donde operan los médicos cubanos sirvió para que Barrios instruyera a la viceministra de Salud, María Teresa Barán, para incrementar los vínculos regulares con ellos y se tratara sobre aspectos del convenio vigente entre los dos países.
Afara y sus acompañantes calificaron como un verdadero ejemplo el trabajo que lleva adelante el colectivo cubano que, solamente en los meses transcurridos de este año, atendió a dos mil 348 pacientes y realizó mil 371 operaciones de cataratas y 895 de pterigium.
Barrios comunicó sus felicitaciones al jefe de la Misión Médica, Boris Luis Carballo, le pidió hacerlas llegar a los restantes integrantes y aseguró que su labor se centrará en fortalecer las relaciones entre los Ministerios de las dos naciones.