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viernes, 11 de octubre de 2013

El agua a precio de sangre o la sed que mata

 http://spanish.ruvr.ru/2013_10_11/El-agua-a-precio-de-sangre-o-la-sed-que-mata-6246/

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De una fuente de la vida, el agua se está convirtiendo en una amenaza a la existencia de naciones enteras. La población del planeta no deja de crecer consumiendo cada vez más recursos naturales.

En muy poco tiempo, podemos enfrentarnos a una escasez global de agua. El agua potable ya es más cara que el petróleo. Próximamente, la sed puede causar un nuevo reparto del mundo. 
El clima global se está calentando. Podemos discutir sobre las causas de este fenómeno, pero un hecho es un hecho, la media anual de temperaturas en el planeta está subiendo. Expertos internacionales pronostican su aumento de 1,5 a cuatro grados centígrados en cien años. Y es que nos faltan solo dos grados para que comience el deshielo de los glaciares. Para algunos países, como, por ejemplo, los de Asia Central, esto significaría un desastre: sufrirían una sequía irremediable, según afirma el director del programa Clima y Energía de WWF, Alexéi Kokorin: 
–El glaciar acumula toda la humedad producto de las precipitaciones de invierno y la devuelve a la atmósfera paulatinamente. Si hay un glaciar, el río tendrá un caudal más o menos parejo y adecuado a lo largo de todo el verano. Y si no lo hay, se dan unas fuertes crecidas en la primavera, cuando se derrite y baja la nieve de las montañas, después de lo cual viene la sequía. Es bueno si hay instalaciones hidrotécnicas modernas. Pero son muy costosas. Y en los países que mencionamos, ya son obsoletas e incapaces de cumplir debidamente su función. 
Los intentos de construir nuevas represas causan conflictos internacionales. Así, Uzbekistán advierte abiertamente a Tayikistán que comenzará una guerra, si éste último le restringe el abastecimiento de agua construyendo la central hidroeléctrica de Rogún, arriba el río Vajsh .
Una situación similar se observa en África . La cuenca del Nilo es compartida por una decena de países. Todas tienen cuotas definidas de consumo de agua. Pero desde la época colonial, es Egipto el que se queda con el grueso del caudal. El Cairo siempre se ha negado a revisar las cuotas, pero últimamente el país está debilitado por una crisis interna, y Etiopía decidió aprovechar la ocasión. En el territorio etíope tiene sus orígenes el Nilo Azul que proporciona la mayor parte del caudal del gran río africano. Addis Abeba comenzó a construir allí una represa. Los etíopes sostienen que podrían prescindir de la ayuda alimentaria desde el exterior, si logran irrigar sus campos con el agua del Nilo. Los egipcios se ven indignados. El analista Ahmed Al-Najar, del Centro cairota de Estudios Económicos y Políticos, comenta:
–Etiopía trata de solucionar el problema unilateralmente, lo que siempre supone graves consecuencias. Pretende revisar a su propio antojo nuestra cuota histórica del caudal del Nilo que nos fue asignada desde antaño. No le importa que durante miles de años esta agua mantenía la vida en el delta regando los campos y siendo una garantía de la propia existencia humana en la tierra egipcia. 
Los egipcios están dispuestos a defender con las armas su derecho al agua. Hay una canción egipcia que dice: “Restableceremos con nuestra sangre cada gota del Nilo que nos falte”. 
Cabe decir que las regiones del mundo aparentemente exentos de los problemas de escasez de recursos acuáticos, tampoco pueden sentirse protegidas de los conflictos en torno al agua. La población mundial sique creciendo y consume ya más de lo que puede recuperar el planeta. Según previsiones de la ONU, al ritmo que vamos, gastaremos todo el crudo en los próximos cincuenta años, el gas natural en sesenta años, y en solo diez años la mitad de la población del planeta se enfrentará a una fuerte escasez de agua dulce. Entonces, una guerra sería inevitable, inicialmente en los medios de comunicación y luego como Dios quiera. Rusia con sus enormes riquezas de agua dulce y el singular lago Baikal es el primer candidato para ser agredido, según opina el profesor docente de la Escuela Superior de Economía, Oleg Matveichev: 
–La guerra informativa significa un lavado de cerebros global para convencer a todo el mundo de que las riquezas naturales son de patrimonio universal y forzar a Rusia darles a todos un libre acceso al Lago Baikal y a sus depósitos de agua dulce en general. Es como el aire que todos respiramos. De la misma manera deberíamos usar el agua. Luego legaría la hora del crudo y las riquezas naturales de la plataforma continental del Ártico. Este plan ya se está poniendo en marcha. Abogados suizos y franceses insinúan que desde el punto de vista legal todas las riquezas naturales del planeta son patrimonio de todas las personas. Solo que en este caso no queda claro para qué murieron millones de nuestros compatriotas defendiendo estos recursos y la soberanía del país en todas las guerras. 
Solo un consumo razonable de riquezas naturales permitiría evitar la batalla. Y el primer paso en este sentido podría ser el consumo de agua a la hora de cepillarse los dientes. Con el chorro que sale del grifo en un promedio de un minuto y medio que necesitamos para hacerlo se puede llenar un cubo. Es decir, en un año perdemos por negligencia al menos tres mil seiscientos cincuenta litros de agua por grifo. Y si usamos un vaso, solo gastamos doscientos mililitros de agua en un cepillado, lo que equivale a setenta y tres litros anuales. El ahorro y las tecnologías modernas permitiría evitar la catástrofe ecológica y el agua ya no correría el riesgo de convertirse de una fuente de la vida en un motivo para matar.
nv/sk
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.

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