01/11/2012 15:57
Aumenta
la cifra de personas que acuden a los centro de distribución de
alimentos gratuitos, según ha informado este jueves, el corresponsal del
canal Press TV., en Canadá.
De acuerdo a un informe, de los 34 millones de canadienses, un millón de personas no son capaces de abastecerse de víveres.
El informe señala que en el pasado mes de marzo, 882.000 personas acudieron a los comedores populares para poder alimentarse. Lo alarmante es que el 38 por ciento eran niños y jóvenes.
Asimismo, el índice de indígenas canadienses que ha acudido a estos centros es muy notable.
En muchos países petroleros del mundo, como Venezuela, el gobierno subsidia los alimentos, que provienen de las ganancias de la venta del petróleo, pero en el caso de Canadá, aunque es el tercer país del mundo respecto a reservas de crudo, aún muchos están obligados a recurrir a estos centros.
La activista Cathryn Sim, ha declarado este jueves que más del 40 por ciento de los hambrientos que acuden a estos centros son niños. Es una cifra muy elevada. La Seguridad Social no les cubre y sus parientes no tienen buenos puestos de trabajo, por lo tanto, no son capaces de proporcionales sus gastos ni comidas.
mkm/rh/hnb
De acuerdo a un informe, de los 34 millones de canadienses, un millón de personas no son capaces de abastecerse de víveres.
El informe señala que en el pasado mes de marzo, 882.000 personas acudieron a los comedores populares para poder alimentarse. Lo alarmante es que el 38 por ciento eran niños y jóvenes.
Asimismo, el índice de indígenas canadienses que ha acudido a estos centros es muy notable.
En muchos países petroleros del mundo, como Venezuela, el gobierno subsidia los alimentos, que provienen de las ganancias de la venta del petróleo, pero en el caso de Canadá, aunque es el tercer país del mundo respecto a reservas de crudo, aún muchos están obligados a recurrir a estos centros.
La activista Cathryn Sim, ha declarado este jueves que más del 40 por ciento de los hambrientos que acuden a estos centros son niños. Es una cifra muy elevada. La Seguridad Social no les cubre y sus parientes no tienen buenos puestos de trabajo, por lo tanto, no son capaces de proporcionales sus gastos ni comidas.
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