Cuando veo que el tiempo corte como alma que lleva el diablo y veo que de la noche3 a la mañana estaremos de nuevo en otra campaña electoral me hago la siguiente pregunta: Han pensado los candidatos y candidatas en la clase de país que queremos o que quiere la ciudadanía?
Como un pobre ciudadano, pero no un ciudadano pobre, tengo todo el derecho a hacer preguntas, pero más que todo a proponer y sugerir la clase de país que quiero para mis semejantes y para mi: Un país con Paz y Justicia Social. Esas dos pequeñas palabras cargan el peso semántico de lo que ha sido el sueño de este pueblo por el cual se ha derramado sangre a lo largo de nuestra historia.
Los políticos deben de pensar y examinarse con honestidad y preguntarse si su paso por X o B cartera gubernamental va a afectar positivamente la vida de las mayorías y hacer lo que está en sus posibilidades para lograr objetivos concretos y si no es así, mejor ser honest@s y no auto engañarse, ya que al pueblo no nos están engañando y tratar de hacer una vida en algo que sea más útil para ellos y para el pueblo. Por otro lado, aunque nunca he ocupado ni jamás he aspirado cargos políticos, no es nada fácil, conozco a un buen número de personas de la clase política que nunca tienen tiempo ni para lo más sagrado, sus hijos e hijas, ya no digamos sus familiares lejanos y otra cosa, en política no hay amigos, sino contratos políticos y no ha sido sólo un caso acá en el país de ver a un buen número de políticos caer en la desgracia, por ello; machete estate en tu vaina, que nada te pasará.
La tesis de Macchiavello: Los fines justifican los medios, si aplicada en forma mezquina trae la traición, el zancadillismo, las luchas intestinas de poder, la falta de fraternidad y lealtad que hacen mucho mal a la clase política y el pueblo es quien paga las consecuencias. Sin embargo, la clase política es necesaria o como dijera alguien por ahí, es un mal necesario, entonces los políticos deben tratar de ser lo más potables posible para con su pueblo.
A diario nos damos cuenta de todos los pleitos por las candidaturas a puestos políticos y hay algunos más viejos que el tufo, que han estado mamando el Erario Nacional, se han enriquecido fraudulentamente, son miembros de partidos resucitados y otros de partidos más partidos que la carne de salpicón y todavía como mamíferos genéticos quieren seguir mamando la misma teta… por no decirles otra cosa. Esa gente debería de enterrarse con sus vicios y su pudrición y darle paso a la nueva generación de salvadoreños y salvadoreñas ya que ellos y ellas no han probado sapiencia, honestidad y transparencia en el manejo de la cosa pública.
Ayer, de visita a la feria del Libro, hablaba con un viejo amigo, académico renombrado, periodista ganador de varias preseas nacionales e internacionales, Renán Alcides Orellana y abordamos entre varios temas, el tema del Modelo de País, que nos gustaría tener. El como yo, somos viejos luchadores por la paz y la justicia social y estuvimos de acuerdo que nuestro país nunca será pobre mientras tenga a este pueblo trabajador y que lo que hace falta es que los dirigentes encuentren la brújula que nos oriente por mejores derrotero. Veamos: Tenemos un pueblo trabajador en todos los campos, necesitamos invertir para producir, ordenar las finanzas y la responsabilidad fiscal ciudadana y empresarial, solamente así y mejorando la educación, la salud, los deportes, la situación laboral podremos avanzar en el camino hacia la paz con justicia social.
El problema de nuestro país no es específicamente lo económico, sino la inseguridad. Tanto el Ministerio de Justicia y los cuerpos armados hasta ahora han sido incapaces de controlar a las maras aun en los presidios, sólo hace falta que encontremos tanques y cañones de guerra dentro de las cárceles, ya que jamás pudieron controlar la entrada de Chips, teléfonos, machetes y pistolas y las nuevas tácticas de los dirigentes de las maras de usar a los familiares de los presos para crear el caos desde la calle como medida diversionista, mientras desde adentro se planifica la fuga masiva.
Siempre lo he enfatizado que los deportes en todo lugar y momento dan respuestas objetivas contra la violencia, pero falta más que ello para resolver un problema que tiene magnitud internacional y es nuestro deber ciudadano contribuir a la solución del problema.
Veía y escuchaba al Sr. Presidente de la república haciendo un llamado a la clase política para que pongan corazón y oído a las necesidades de los más desposeídos, que dejen el enfrentamiento brusco 
interpartidario y que cada quien haga una campaña culta, ya que ello hablará del partido al que representan y lo mismo, a no ser parte de la violencia que tanto mal causa a nuestra nación.
Personalmente pienso que en el mes cívico cada quien debemos pensar en contribuir al engrandecimiento nacional, poniendo aparte intereses mezquinos que en nada ayudan a la patria y poder decir mañana con orgullo: ESTE ES EL SALVADOR QUE AYUDE A CONSTRUIR.
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