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martes, 20 de agosto de 2013

Sofocos previos a la menopausia reducen riesgo femenino de sufrir un infarto


Salud


Un estudio realizado por investigadores estadounidenses reveló que los sofocones premenospáusicos, son un marcador de un menor riesgo de ataque cardíaco o ataque cerebral en el futuro.
Los sofocos en la mujer, un trastorno caracterizado por la repentina sensación de calor corporal y el aumento de la sudoración, muchas veces acompañados del enrojecimiento de la piel, se asocian fundamentalmente a una menopausia declarada y a sus efectos negativos, pero estos expertos acaban de demostrar que no siempre es así.
El hallazgo surgió de un nuevo análisis a un estudio clínico llamado Women’s Health Initiative Observational Study (Estudio Observacional de la salud femenina), en el que se analizó la salud de 60 mil mujeres durante diez años para determinar la relación entre los síntomas menopáusicos y los trastornos cardiovasculares.
“Nuestro estudio proporciona pruebas de que los clásicos síntomas de menopausia precoz, experimentados por la mayoría de las mujeres en la madurez, son un marcador de un menor riesgo de ataque cardíaco o ataque cerebral en el futuro”, señaló la doctora JoAnn Manson, que participó en el estudio.
Los datos aportaban que aquellas mujeres que experimentaban esos síntomas al inicio de la menopausia tenían un 17 por ciento menos riesgo de ictus, y un 11 por ciento menos de posibilidades de sufrir una enfermedad cardíaca o de fallecer por cualquier otra causa durante el lapso del estudio.
Por su parte la endocrinóloga Emily D. Szmuilowicz, de la Universidad Northwestern, y autora principal del estudio comentó que “aunque los sofocos nunca serán agradables, quizás estos resultados los hagan más tolerables”.

Los hombres también pueden tener accesos de calor corporal

En ciertas circunstancias especiales, los varones también pueden tener accesos repentinos de calor corporal, incluso aunque no se den cuenta de que padecen este síntoma, de acuerdo a una investigación liderada por Laura J. Hanisch y apoyada por el Departamento de Defensa de Estados Unidos y el Hospital de la Universidad de Pennsylvania (EE.UU.).
Los autores del estudio, publicado en la revista científica ‘Psychophysiology’ emplearon una técnica llamada ‘conductancia de la piel esternal o del esternón’ (SCL, por su sigla en inglés) para identificar los ‘golpes de calor’ en un grupo de pacientes que ya no producían testosterona por diversos motivos, como por ejemplo haberse sometido a tratamientos para el cáncer de próstata.
Por una parte este estudio ha demostrado que la SCL puede utilizare para detectar los sofocos en los hombres de una manera análoga a su utilización entre las mujeres, según sus autores.
Por otro lado, saber que los varones también son susceptibles de padecer estas alteraciones de la temperatura del cuerpo, supone un adelanto para “desarrollar tratamientos seguros y eficaces que podrían ser una alternativa a la toma de hormonas sustitutivas de las que genera el propio organismo o a la interrupción de la terapia oncológica”, según los autores del estudio.
Para la doctora Hanisch y su equipo, una de las razones por las que se desconoce la existencia y magnitud de los sofocos masculinos es que, probablemente, los pacientes terminan adaptándose a este problema y le quitan importancia.
“La mayoría de las personas no son conscientes de que los hombres pueden tener sofocos, e incluso los propios pacientes a menudo no lo son de que los están sufriendo”, ha señalado Hanisch, que también señala que el hecho de que los sofocos pasen desapercibidos puede ser una señal de que los varones pueden adaptarse a ellos y beneficiarse de la terapia cognitivo-conductual y los tratamientos farmacológicos.
Fuente: teleSUR

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