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sábado, 23 de abril de 2011

LA VIDA Y EL TIEMPO



Sin tomar en cuenta calendarios y calendarizaciones, es mejor entrar con pié firme y mente abierta a tratar de comprender la subyacencia mítica de la vida. Personalmente considero la vida como el paso de la alegría por los cuerpos y no otra cosa y los calendarios como la extirpación de la alegría de la vida.

La vida es la que cada quien haga de ella y la medida del tiempo depende de lo cuántico del cerebro de cada quien. El tiempo es diferente para cada persona. Un minuto para un adicto se convierte en eternidad, así puede ser un minuto de alegría para quienes saben extenderlo en su beneficio.


La vida me ha enseñado que de nada sirve preocuparse por nada, que el odio destruye y que el amor construye, que de nada sirve tratar de estar por encima de la colectividad, ello no es más que complejo de inferioridad elevado a la enésima potencia, como quienes creen que manejando un carro de cien mil dólares los hace mejores personas que los demás.




Insensatos de aquellos a quienes la acumulación de bienes les roba la alegría de la existencia. Se levantan como ogros y se acuestan como lechuzas con los ojos abiertos cuidando lo que les roba la alegría de la vida y que al final de cuentas va a caer en manos extrañas que exterminan lo acumulado en un par de días. Muchos que en nombre de ser ricos destruyen la vida de miles de seres, exterminan el medio ambiente y mueren como pobres esperpentos a quien nadie ni siquiera quiere enterrar por temor a que sigan haciendo mal a la tierra.




En política, las luchas intestinales de poder llevan a los políticos a traicionar aun a los amigos o compañeros más cercanos, ignorando que son ellos mismos los que se están auto destruyendo y psicópatas encumbrados se creen moldes sociales cuando no son otra coas que sanitarios donde pasan las heces más putrefactas de la sociedad y el tiempo concebido se les va sin vivir una vida productiva y significativa.

Cuántos encumbrados sátrapas han caído como pútridas piltrafas a quienes todo mundo odia aunque no se los digan, cuántos que están en el poder se dan cuenta que aun los buenos días de los súbditos significan que te mueras luego hijo de tantas, y sonríen con una sonrisa grotesca y sus rostros no son más que máscaras esperpénticas de seres que no viven, son esqueletos levitando en su agonizantes maremotos de angustias existenciales.

La vida significa alegría, significa floración de primaveras eternas, fraternidad universal, colectividad, amor al prójimo, respeto y cuidado para nuestros semejantes y para toda especie de la tierra, significa continuidad y permanencia absoluta fuera del mito inexistente de la muerte. Creer en la muerte es ignorar las leyes naturales de la dialéctica, específicamente la ley de la negación de la negación y la ley de los cambios cuantitativos en cualitativos, es no ver en la geminación de la semilla la manifestación permanente de la vida y no ver en la mujer la permanencia de la especie humana.


Cuando la humanidad aprenda sencillamente a convivir, a repartir el producto terminado entre la colectividad, cuando aprendamos a vivir sin envidias y bajezas como la traición y la especulación, cuando aprendamos a amarnos a nos mismos, entonces comenzaremos a levantar la escuela universal de la existencia donde el amor nos dará la comprensión y el saber de que sólo podrá subsistir la especie bajo los códices de amor desechando en odio entre humanos.

El tiempo es eterno como la vida, es el calendario lo que lo ha esclavizado. Desde el aparecimiento de la propiedad privada y con ello el esclavismo, la humanidad ha sido forzada al sistema, esa hora que la humanidad force al sistema y lo haga desaparecer para dar lugar a la comunidad de amor sobre la tierra. No son ni siquiera fórmulas matemáticas o teorías económicas extemporales, la humanidad no necesita más que abrigo, alimentación y salud y la vida nos enseñará a encontrar la alegría en el canto de la corriente, en las gotas de agua, en un ínfimo grano de polen, en la raíz, en el canto matutino de las aves, en la planta que crece y que florece, en la bella e infinita sonrisa de la infancia, en la sapiencia de los ancianos y ancianas, sacerdotes y sacerdotisas de la vida quienes al despertar no se extrañan de que el sol alumbre, sino que se preguntan qué pasaría si no alumbrara.

Las comunicaciones mediáticas entorpecen la mente de los pueblos, inhiben el despertar de la conciencia hacia el ser filosófico mientras el espejismo hace pasto del sudor de los pueblos: Aló, estás ahí, te estoy viendo, creando de esta forma una generacion universal de míseros con celulares.

Es tiempo de producir maestros de enseñanza objetiva, tiempo de analizar y suplir las necesidades objetivas de la realidad y de suprimir el desperdicio del producto terminado, no es tiempo de acaparar trillones de toneladas de alimentos mientras continentes enteros mueren de hambre.

No hay mejor revolución que educar ideológicamente a nuestros pueblos para que tengan una visión objetiva de la realidad que nos circunda, todos descubrirán lo inocultable, que es el sistema explotador el causante de todos los males de la tierra y que éste no será destruido si seguimos soportando y manteniendo a seudo líderes traidores enemigos de los intereses de la colectividad.

Tendremos pan y tendremos leche cuando se lo arrebatemos a nuestros enemigos.


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