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martes, 22 de marzo de 2011

¡El Cangrejo Azul!

¡El Cangrejo Azul!


Aristides Espinoza

Historias de Misterio



Me encontraba atrapado en la oscuridad, el silencio y el suspenso; afuera la lluvia arreciaba, el cielo no dejaba de soltar sus descargas eléctricas y si eso fuese poco escuchaba retumbar como si estuviera a punto de entrar en erupción. Si un desconocido se encontraba dentro de la casa solo me quedaba una salida: huir, pero con la lluvia torrencial en aumento, cuesta abajo en la oscuridad y llevando como carga mas de cien libras de cobardía no era aconsejable bajo esas condiciones.

Tenía que mantenerme firme y afrontar la situación pues para empeorar las cosas no iba a arriesgarme a sufrir una caída o afrontar otro peligro. Aun con los disturbios en mi mente quien se llevo el cangrejo no iba a volver.


Había logrado su cometido, sin embargo tenia que mantenerme vigilante, entonces comencé a escuchar ruidos extraños, siluetas blancas se cruzaban por el porch. El crujir de maderos, cristales rotos, caer de libros de los estantes a lo que se sumaban marcos de pinturas y fotografías que flotaban dentro de la sala me estaban llevando a creer que la casa estaba embrujada.

Busque ayuda en Johnny Warker, me bebí casi la botella, me encerré en la habitación, me quede dormido y no supe a que hora retorno la energía hast que me desperté a eso de las 5AM que sumado a madrugada fría de ese lunes me parecía escuchar la risa burlona de mi mujer por haberme hecho cargo de vigilar un cangrejo. Las siguientes 24 horas no paso nada.

El martes a la hora que mi amigo se presento a recogerme estaba dispuesto a desenmascarar su juego. Llego puntual, había en su rostro mucha ansiedad y esperanza, y aun molesto por lo que había vivido lo recibí de la manera mas amigable. Y cual fue mi sorpresa cuando su reacción a la mala noticia se puso blanco como un papel; se volvió como loco y esto no podría ser parte de un juego. Lo busco donde menos me lo imaginaba, mas allá de los limites de su demencia; en cada esquina del cielo y del mar; y finalmente salió al traspatio y a gritos exclamo: Cirila, Cirila… ¡No es justo que me hayas hecho esto! ¿Pero quién era Cirila? El misterio del cangrejo y que señales esperaba recibir se quedar on en el vacio. La situación no era favorable para mayores explicaciones.

Se encontraba desmoralizado, vencido pero al menos me hubiera gustado saber si la casa contaba con una entrada secreta. Durante el trayecto de regreso no cruzo palabra alguna, mi mujer estaba muerta de risa pero pasada una semana cuando recibimos la noticia de su muerte el asunto del cangrejo dio otro giro. Durante su funeral su esposa me confeso que padecía una enfermedad terminal y que en su desesperación había recurrido a curanderos toda clase. Su versión me ayudo a entender lo que había afirmado cuando dijo que su vida dependía de ese crustáceo y no bromeaba. ¿Pero significado tenia la jaula para pájaros? ¿Que señales esperaba obtener durante esas 72 horas de vigilia? -¿Quien además del anciano sabia de este asunto? Nunca investigue mas a fondo sobre este misterio pero un mes mas tarde en horas tempranas de la mañana escuche extraños ruidos debajo de mi cama. Intrigado me levante para buscar su origen y descubrí que en una esquina se encontraba un cangrejo de caparazón azul que misteriosamente había llegado hasta mi alcoba.

FIN.


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