PEDRO PRADA, EMBAJADOR DE CUBA, UNA PONENCIA HISTÓRICA

Hacía falta a la Academia Salvadoreña escuchar a unos de los hijos de la Revolución Cubana, hablarnos del proceso de liberación de la patria de Céspedes, Antonio Maceo y José Martí. Cuán bello sentirse electrificado por el Grito de Yara de Céspedes, por la firmeza del Titán de Broce Antonio Maceo, por el internacionalismo de Máximo Gómez, por los héroes y mártires del Moncada, por los hombres del Granma, por las mujeres Patriotas y Heroínas de nuestra Revolución Cubana.
Qué ponencia!, interrumpida por intermezzos de aplausos por una academia que todos los días recupera el campo perdido. Qué alegría tener siempre a nuestro hermano Wladimir y su querida esposa, a la nueva embajadora de Venezuela Norita Uribe, a Magda Prada, a Azarías Sandinista, a Universi Zambrano, embajador del Ecuador Valiente y su compañera, a Ismael Cañas, Ministro Consejero de la Embajada de Venezuela, al compañero diplomático mexicano y a
toda la academia vibrante dirigida por el Rector en Funciones, arquitecto Miguel A. Pérez, y a todo el corpus revolucionario que jueves a jueves nos hacemos presente para gritarle al enemigo: No Pasaran!

Cuanta belleza y orgullo! Un discurso que deconstruyó la historia ominosa imperialista, de esa nación de filibusteros y piratas, la cual desde mucho antes de la seudo independencia de los países latinoamericanos tenía en su agenda pública posesionarse de la Isla de la Libertad sueno que fue desmantelado cuando las tropas guerrilleras comandadas por Fidel, Camilo y el Che bajaron de la sierra y el heroico pueblo cubano desmantelo las últimas guaridas del imperialismo.

Ponencia que fue una traslación de Yara, de la Guerra Chiquita y de la Guerra Larga, del Moncada, del Granma, del Uvero y Santa Clara y de la lucha centenaria de ese valiente y heroico pueblo que ha dado a luz y desarrolla la única verdadera revolución que ha tenido la humanidad.

Cuán orgullosos de entonar el Himno de Guerra Cubano, de tener a nuestro hermanos y hermanas cubanas acá en nuestro amado Cuscatlán, compartir nuestras experiencias de luchas latinoamericanas y comenzar a hacer realidad el sueño
de Bolívar, de Martí, de Morazán, de Sandino, de la Unidad Latinoamericana, haciendo una sola patria sin fronteras y con un solo Ejército Libertador en una sociedad que dé lugar a una democracia representativa y participativa donde se comience a repartir de cada cual según su capacidad a cada quien según su trabajo y necesidad.

Cuba ha dado al mundo algo que no tiene precio: la construcción de una sociedad socialista en las puertas de la guarida enemiga y la convicción cualitativa de que: Cuando un pueblo se levanta no hay enemigo capaz de detenerlo.

Recibe Pedro y Magda todo nuestro amor y respeto al pueblo cubano.

Patria o Muerte!