CARTA ABIERTA A LA DISIDENCIA

Señores diputados: Por lo que pudo expresar el diputado vocero del grupo por TV el día martes, 13 del presente, es digno de considerar que hay tiempo en que el ser humano tienen que tomar decisiones que pueden marcar la huella que se deja a nuestro paso por la vida.
No voy a decirles como pensar, sencillamente les invito a pensar. Aquí no está en juego un puesto o el destino político de los doce disidentes, sino al contrario, el bienestar de la ciudadanía salvadoreña, la cual les agradece desde ya y les llama a que tomen decisiones que favorezcan a las mayorías y no a grupúsculos cuyo interés ha quedado demostrado a lo largo de los años. Ustedes tienen dos opciones: trabajar por el pueblo que los eligió o ser marionetas de intereses de una minoría que los sigue tratando con desprecio, según lo expresado por un vocero de ustedes en la TV nacional.
Decirle a un buen número de legisladores que al nomás oír que no van a ser reelegidos los pone de rodillas, es además de una ofensa, irrespeto a su condición de legisladores y falta de fraternidad partidaria y el no tomarlos en cuenta para ser miembros de dirección, es irrespeto y desprecio a su condición pensante.
Los partidos democráticos deben ser eso, democráticos, lo cual significa que tanto las bases como la dirigencia tienen los mismos derechos. Cuando estos partidos se llenan de mitómanos y ególatras, se convierten en partidos dictatoriales y los seres libres no deben aceptar órdenes ciegas, vengan de quien vengan, por lo tanto cuando la dirigencia rompe con los mandatos estatutarios, es deber de las bases no obedecer y romper con la dirigencia, lo cual es su caso particular.
Tal como se puede ver el caso y ustedes lo saben muy, pero muy bien, no es de ninguna forma un pleito entre ustedes o el pueblo que los eligió, sino; simplemente las víctimas de las ambiciones de dos expresidentes, que a diferencia de ustedes tienen millones de dólares en los bancos extranjeros y si no se han ido, es por temor a la justicia internacional por crímenes de lesa humanidad, robo al Erario Nacional de nuestra patria y la ciega creencia de que pueden volver, aun cuando la ciudadanía ha dispuesto sabiamente enterrarlos para siempre.
Ninguno de esos dos ex presidentes tiene poder jurídico, son ustedes y no ellos los actuales legisladores. Ustedes no pueden perder ni salarios ni empleos los cuales están asegurados al menos durante tres años y una decisión correcta podría ser tomada muy en cuenta por el pueblo que es al fin y al cabo quien decide.
No deseo entrar a profundizar en hechos harto conocidos por ustedes, sino, de nuevo, invitarlos a reflexionar sobre el presente y futuro de nuestra patria. Estamos como estamos no por culpa de ustedes, sino por culpa directa de los que los tienen metidos en el atolladero en que ustedes ahora se encuentran y no se equivoquen, ustedes están marcados y hagan lo que hagan, digan lo que digan, firmen lo que firmen, ni Arena ni ustedes volverán a ser los mismos que antes de que su postura se conociera en público.
Piensen, reflexionen, lo de ustedes no es una insurrección, una sublevación, simplemente una solicitud sencilla para que se les tomara en cuenta, la cual ha sido bochornosamente degradada a los términos que ustedes mismos han expresado públicamente.
Sinceramente,

Ponciano Montañés