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domingo, 6 de septiembre de 2009

¿Independencia?

De los tres "gritos de independencia" que la élite criolla independentista que ha dominado El Salvador nos ha impuesto vanagloriar y recordar, yo recuerdo que sólo el Primer Grito el Cinco de Noviembre de 1811 y el Tercer Grito final el 15 de Septiembre de 1821, se celebraban con pompa y platillo año tras año hasta Duarte, y eran las dos únicas fechas que daban asueto nacional pagado para los empleados del gobierno y escuelas. Al menos yo así recuerdo…

¿Porqué se barajó el Segundo Grito del 24 de Enero 1814? Yo me he rebuscado entre el pijo de “Historias de El Salvador” que encontré, pero ninguno se abre de par en par y claramente explicar el desbalance en las celebraciones independentistas.

Especular se vale ya que no hay respuesta precisa y acuciosa, entonces yo sospecho que ese grito de libertad fue genuino levantamiento del pueblo, un movimiento encabezado por indios y mestizos, liderados por Pedro Pablo Castillo, pero lastimosamente apaciguado y traicionado por la Familia de León, algo así como el trabajo de apaciguador del Nobel tico de hoy… y es por eso que ese grito valió verga cuando la élite decidió cuál festejar, puedo estar equivocado, quizás porque enero nunca ha sido mes de escuela y no hay monos majes como fui yo para mandarlos asolearse y marchar 20 cuadras, pero esta no es respuesta que llegue a la razón del porqué este “grito” valió pelones celebrarlo al nivel de los otros dos...

Muy pocos connacionales se acuerdan que fecha fue el así llamado Segundo Grito. Una vez por estos días, en el año 2000, entre compañeros estudiantes del sexto año de medicina en una universidad privada en el terruño, les pregunté si alguien sabía la fecha del Segundo Grito, y, puta! nadie sabía!, sólo sabían que eran tres gritos y casi todos recordaban la fecha exacta de dos, pero nadie sabía cuándo y que pasó en el Segundo Grito...

Esto que escribo quizás lo debía titular “History of El Salvador for Dummies” pues no soy académico de Historia, no me doy paja, pero me fascina leer y compartir…, y el blog me da la oportunidad de hacerlo con quien quiera libremente leerme.

"Primer Grito"

La versión oficial de la insurrección del Cinco de Noviembre de 1811 dice que: "José Matías Delgado, a las 4 de la mañana, lanzó el primer grito de libertad tocando a rebato las campanas de La Merced"… ¡Puta! ¿Fue así de simple? Una familia sola por sí misma no creo hubiera hecho tanta historia, se necesitaba la participación de las masas y golpes precedentes para iniciarla. Previo al 5 de Noviembre de 1811 ya había habido pequeños levantamientos de los mestizos e indios contra la dominación española en todo el territorio salvadoreño y en Centroamérica. Levantamientos que fueron inmediatamente aplastados, pero mostraron el deseo y voluntad de luchar por los nuevos derechos a que aspiraban esas mayorías.

La versión de historiadores oficiales, o avocados al sistema elitista que siguió a la independencia, narran que después que Delgado de León repicó las campanas de la Iglesia La Merced (enfrente del cuartel de la cuilia), Manuel José Arce de León se trasladó cerca al Ayuntamiento y proclamó la Independencia ante "cientos de patriotas allí reunidos". Pero nada dicen acerca de que todas las ramas de la familia de León, descendientes y seguidores, se hallaban presentes vitoreando, escuchando... y azuzando a las masas.

Allí estaban los hermanos Nicolás, Vicente y Manuel Aguilar de León, Mariano y Domingo Antonio de Lara (sobrinos de los Aguilar), José Simeón Cañas y Villacorta (primo de los de León) y su hermano Juan Vicente Villacorta, Bernardo Arce de León (padre de Arce), los hermanos Juan Miguel y Francisco Delgado de León (hermanos del cura líder Matías), Leandro Fagoaga de León (sobrino de doña Antonia Fagoaga y Aguilar, madre del rico hacendado Manuel J. Arce) los hermanos Arauzamendi de León…, y entre sus seguidores también había mestizos e indígenas. Sin embargo, tampoco esto fue así de fácil. El tumulto aumentó y los gritos amenazadores contra los españoles también aumentaron. Esto puso en aprietos a los miembros de la familia de León pues temían se les escapara de sus manos la planeada situación que ellos mismos crearon.

Entonces de agitadores pasaron a pacificadores e intervino José Matías Delgado de León con su prestigio, su sotana, su superioridad, y usando sus mejores esfuerzos logró calmar momentáneamente a las masas.

Se nombra a Manuel José Arce de León que represente a los alzados ante el Intendente español Antonio Gutiérrez y Ulloa, pero las masas sorpresivamente, fuera ya de control, asaltan el Salón de Armas apoderándose de los fusiles, lo mismo asaltan la tesorería del estado y se apoderan del dinero; para empeorar, deponen a Gutiérrez y Ulloa y nombran sus propios alcaldes y gobernador.

Las autoridades centrales civiles y religiosas en Guatemala declaran a los insurrectos "asesinos herejes".

Ya imposible escapar de la situación, la familia de León trataba, desesperadamente y públicamente, de encausar el momento a su favor, por lo que ruegan y predican por calma a las masas en descontrol... Pero mientras, siniestramente, intermedian otros planes con las autoridades españolas locales y de Cádiz.

La familia de León quería una independencia pacífica, negociada y arreglada por acuerdos entre ellos y la junta gobernante española, (a la cual pedían concesiones a cambio de papel apaciguador) La junta gobernante de España batallaba ella misma contra Napoleón, no deseaba otra fuente de desgaste; por lo cual, había convocado en los próximos meses de 1812 a una reunión en Cádiz con el objeto de crear una nueva constitución, y también para buscar soluciones contra las rebeliones en sus colonias.

La insurrección de Noviembre continuó hasta Enero en Cojutepeque, Usulután, Metapán, Sensuntepeque, pero colapsó con el aprisionamiento de varios líderes, muchos de ellos miembros del clan de León quienes aceptaron de buen grado, y hasta alivio, la llegada de tropas españolas llegadas expresamente de Guatemala para pacificar el país.

Los movimientos independentistas ya se habían esparcido en toda Centroamérica, y cual peste para España, el mismo año 1811, estalla una rebelión en Nicaragua, y en enero de 1812 se rebela Honduras...

Las situación en San Salvador quedó con el mismo estado de cosas. Los principales líderes encarcelados, gran parte de las masas ejecutadas, o internada en prisiones, y José Matías Delgado de León enviado a proceso en Guatemala, donde su defensa fue que él sólo cumplió misión apaciguadora como cura que era. España obligó a todo el pueblo a jurar la nueva Constitución española de 1812, aprobada en Cádiz, y el cura Delgado de León da un sermón alabando la dicha constitución.

"Segundo Grito"

La situación permaneció igual, hasta que llegaron las elecciones para Alcaldes en 1813. Después de tres elecciones, una tras otra nulificadas por el nuevo Intendente español Cnel. José María Peynado quien luchaba usando la nueva Constitución de Cádiz para evitar ganaran líderes mestizos y aún oponiéndose ganara la familia de León, pero no pudo evitar que cuatro de la familia fueran elegidos, ellos fueron: Manuel J. Arce de León, Manuel Delgado de León, Santiago José Celis (cuñado de Cañas), y finalmente uno de los vencedores por la Alcaldía de barrio de San Salvador para Primer Alcalde: Juan Manuel Rodríguez de León (el medio hermano mestizo del cura Delgado de León),... ¡Pero un hombre del pueblo se escabulló con el voto popular como Segundo Alcalde: el mestizo Pedro Pablo Castillo.

Casi en perfecto ritmo, las distintas versiones oficiales acuerdan que debido a la ebullición generada por los independientes, y a raíz de las elecciones que explotaron en manifestaciones, mítines, pinta de paredes con eslogan independentistas, folletines independistas, todo fue debido a que "los patriotas pedían la libertad del cura Manuel Aguilar". El cura Aguilar de León, en 1813, aún permanecía preso por su papel agitador de 1811, pero no sólo él estaba preso, habían muchos patriotas que no eran ricos como el cura Aguilar de León, y más queridos por las masas pues eran de los suyos.

Cronistas como Francisco J. Monterrey dicen que Peynado no tuvo más recurso que dejar libre al reo Aguilar en 1813 debido a las “protestas por su liberación”…, ¡mientras el resto quedó olvidadó ya que fueron liberados hasta 1818!.

Roque Dalton, en su Monografía, permite conocer la versión ideológicamente opuesta a la oficial... La versión "comunista", como diría la Tandona, o el rotativo de propaganda "Diario de Hoy".

"El movimiento del 24 de enero de 1814, en San Salvador... estuvo a punto de transformarse en una gran insurrección popular organizada. Este grandioso movimiento popular fue dirigido por el valiente y radical Alcalde Segundo de San Salvador, Pedro Pablo Castillo. Bajo un plan concebido por él, milicias reclutadas dentro de las masas y armadas con piedras, garrotes, machetes y otros instrumentos parecidos, fueron destacadas en los puntos estratégicos de la ciudad. Peinado... había anulado dos veces las elecciones para la integración de las municipalidades, realizadas conforme a los preceptos de la Constitución de Cádiz (aprobada en 1812, por las Cortes). En esas elecciones habían salido victoriosas las fuerzas anticolonialistas, aunque en ese momento estaban encabezadas por políticos vacilantes que aspiraban solamente a obtener concesiones del régimen español, sin romper completamente con él. La victoria de las fuerzas populares era lo que enojaba al intendente y por ello anuló dos veces consecutivas las elecciones.
En una tercera elección, Peinado consiguió algunos "éxitos," pero comprendiendo la falsedad de esas victorias y la existencia real de una fuerza popular rebelde, se orientó hacia el fortalecimiento de un cuerpo de Guardia Civil llamado Voluntarios Honrados de Fernando Vll... y, apoyándose en ellos, ordenó la captura de todos los alcaldes de barrio que no eran partidarios suyos. Las masas de trabajadores indígenas y mestizos se pusieron en movimiento indignadas ante la agresión del intendente, y Pedro Pablo Castillo se puso a la cabeza de ellas para exigir: la libertad de los presos políticos y el desarme de los voluntarios... Con el fin de adelantarse a la acción de las masas, (los criollos) integraron una "Comisión de Notables," que se reunió con Peinado y lo convenció de que pusiera en libertad a los alcaldes presos, para evitar mayores consecuencias. Peinado cedió, más que por las súplicas de los "notables," por la amenaza que para su autoridad significaba la vasta movilización popular dirigida por Pedro Pablo Castillo... Los "notables," ante la firme actitud adoptada por el alcalde segundo, se dispersaron por la ciudad y se distribuyeron en los lugares donde estaban listos los destacamentos populares en espera de las órdenes para entrar en acción. En esos lugares dieron principio a una labor de ablandamiento, argumentado a los rebeldes que con toda seguridad serían aplastados por el enemigo e instándolos a abandonar sus puestos de combate. El prestigio que Arce, Celis, Rodríguez y demás próceres, tenían entre las masas, les permitió convencer a la mayor parte de los hombres de Castillo, logrando así desmontar la insurrección, cuando estaba a punto de producirse... El intendente ordenó la carga de sus tropas sobre las desmoralizadas fuerzas populares, agenciándose una fácil victoria que no se detuvo en dispersar a los rebeldes, sino que continuó con decenas de capturas entre las que se contaron por cierto, las de los mismos próceres que con sus vacilaciones, con sus apaciguamientos e inconsecuencias, habían contribuido tanto a la derrota del pueblo. Después, en los juicios instruidos contra ellos (los llamados 'Juicios de infidencia") confesaron paladinamente su participación en el apaciguamiento y desmoralización de los insurgentes, acusando a Castillo de ser el único responsable de los sucesos, y prometiendo fidelidad al rey de España".

Pero de todos los próceres de la primera familia oligarca de El Salvador, cuando llegó 1821 sólo sobrevivían cuatro: José Matías Delgado y de León, Manuel José Arce de León, José Simeón Cañas y Villacorta, y Juan Manuel Rodríguez de León.

Todos los demás habían caído en su lucha por la Independencia de España, pero sin saborearla... La cual concluyeron sus primos con un Tercer Grito.


Que quedo debiendo para otra vez. Mar.

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