A la madre le dieron el Premio Nacional de Maternidad y una pensión permanente por haber sobrevivido el parto por censaria transversal por el nacimiento del becerro de 50 libras. El Guinness Book of Records, le dio una pensión permanente por el milagro del parto, los descendientes de Atila, Rey de los Hunos, llegaron a reclamarlo como uno de los suyos trayendo grandes talegos llenos de vino, de la misma forma, los descendientes de Gengis kan, Alexander “El Grande”, y de los Reyes Vikingos, sin embargo; la Sociedad Adolfina, expulsó inmediatamente a todos los apóstatas portores e inmediatamente los declararon hijo primogénito de Bavaria y lo bautizaron con el nombre Filipo Alexander Atila Adolfino Getz Kan y para no tener problemas en memorizar dicho rosario de nombres lo apocoparon en el sustantivo polisemántico TUMA, guardando el significado de dichas siglas en lo más profundo de la bóveda armada del Cuartel Central
de los Visigodos, de tal forma que nadie hasta hoy sabe el verdadero significado de dicha sustantivación.
La lactancia le fue suspendida después del primer contacto ya que la madre sentía que le destrozaba el tórax y le arrancaba el corazón cuando por primera vez topó sus enormes mandíbulas a sus pechos, por lo cual dispusieron alimentarlo con una mezcla de cereales y frutas fermentadas la cual ponían en un biberón de 10 litros diarios que el becerro deglutía en menos que la ciencia médica bávara podía concebir e imaginar.
No gateó. Un día; ante los ojos asustados de la vecindad, salió corriendo y agarró un avestruz por el pescuezo y lo ahorcó sin misericordia alguna. Es el prototipo ario, es el hombre de Nietzsche, exclamó un viejo antropólogo que se sentía orgulloso del comienzo de las Aventuras de TUMA.
Tenía tres años cuando ya parecía adolescente y había ocupado los dos anteriores para descabezar todos los juguetes de los alrededores y algunas acciones por las cuales los que lo rodeaban por no comprender su inmensa fuerza, le dieron en sobre nombre de Tuma Mefistofélico Vesubiano. Hubo que darle educación personalizada porque estando en primer grado vergueó a diez estudiantes del liceo, les bajó los calzones a cuatro profesoras, les levantó los gabanes a tres monjas y le zampó un morrazo al vicario con una campana que había arrancado del campanario del colegio, dejando al pobre clérigo viendo estrellas divinas por una eternidad como las que TUMA vería cuarenta años después en su visita a la tierra de Doña Bárbara donde firmaría contratos perennes ad infinitum para el envío de polvos maravillosos para las celebraciones constantes de Ateolandia del Bejucal.
Como Cristo, también se perdió durante su infancia, sobre aquel se especula la escuela de los esenios, sobre éste, se sabe con claridad y sin ninguna duda que fue educado en la Escuela Militar Adolfina, dirigida por Militares Pacifistas que de la noche a la mañana se habían vuelto creyentes y pedían a Marte que no iniciara otra guerra germánica hasta que el semental tuviera 13 años y pudiera dirigir las brigadas visigodas contra las huestes cristeras mediterráneas. Aprendió de corazón las tácticas de emboscadas cruzadas que sus hijas pusieron en práctica en la reciente guerra de Ateolandia en la derrota desmedida que le causaron a las huestes cristeras de los obispos cruzados: Alasquebradas y Colindante. Su formación escolar incluyó estudio sobre Cálculo Mortal, Alambiques Inalámbricos, Retroceso Aéreo, la filosofía de Nietzsche, la poesía de Heine, Economía Política Marxista, Tácticas de Mercadeo Fenicio, Meditación
Sexual Oriental, Lenguas Frisias o norgermánicas, Eslavas y Romances o Neolatinas, la Biblia y la Economía, Tácticas y Estrategias Militares Modernas, Filosofía de la Comunicación, Mercadeo Parapsicológico, Música Sacra Gregoriana, y más que todo, Inventiva Experimental, pensum que pondría en práctica cuando vendió el cadáver de su abuelo a un grupo extraterrestre con el cual hizo contacto en Santa Helena de Cartagena de Indias cuando fue llamado por los descendientes de la Mamá Grande para que coronara a la Reina de la Cocaleca.
En la memoria de la escuela militar aparece que un día para probar su puntería y su teoría de que los gatos no tienen siete vidas, lanzó al aire a la siamesa recién parida y sus seis cachorros y los despedazó en el aire y es más, cuando venían en picada, les voló las siete colas y las catorce orejas teniendo tiempo para sacar el magazine mostrando a los maestros los dos tiros sobrantes de un alimentador de treinta. Ese día causó un revuelo de la gran puta. Oficiales de alta graduación perdieron sus estrellas ya que no habían sido jamás capaces de pegarle a un avestruz en vuelo estacionario y les ordenaron comenzar de nuevo con el arme y desarme de pequeñas pistolas, aceitamiento y limpieza de la fusilería y de los uniformes y zapatos de TUMA, al mismo tiempo; lo pusieron de jefe de una brigada donde todos los oficiales de alta graduación fueron degradados y no pasaban de chipiolos. Fue ordenado que a dicha brigada le diera un
curso de sobrevivencia en el Mar Muerto y la Siberia y de una brigada de ochenta hombres sólo regresaron seis de apellidos Rommel, Goebels, Smicdt, Braun y Luxemburg, supuestamente hijos o parientes de los generales que pusieron del culo a toda Europa en la Segunda Guerra Mundial. Muchas versiones y crónicas vertieron de la forma en que sobrevivieron llegando a la conclusión que se comieron a los otros 74 y que no habían ido a la Siberia de donde venían los tatarabuelos de TUMA y que ni siquiera salieron de Bavaria, sino que fusilaron a los otros 76 por maricones y se los tiraron a los leones del zoológico de Berlín, por ahí fue cuando comenzó la Guerra contra los santeros ya que el gobierno de Franco dijo que había ofendido a la Isabel y a los Borbones, sin embrago, su mentor Ponciano Montañés, asegura TUMA, le había infundido la muerte contra cualquier uniformado que se interpusiera a su desarrollo vertical, como el desprecio a la
mediocridad y la falta de cojones.
La infancia de Tuma terminó a los diez años. El principado de Cracovia se encontraba de fiesta y fue invitado especial a las carreras de toros. TUMA, en lugar de torearlo, uso el manto rojo como sentadera y se encasquetó en el toro que aturdido, en lugar de rugir como orgulloso león, balaba como cabra asustada y la gente al ver al inmenso toro de lidia convertido en un ternero recién destetado, echaba hurras a un TUMA endiablado y reventaban andanadas de pirotécnicos. TUMA de un salto estrombótico, saltó al césped revolcado por aquel toro herido en su orgullo taurino. En ese momento uno de los picadores mal intencionado se acercaba como lancero al ataque, TUMA, con sus manos de felino enardecido pescó al potro de una oreja y potro y picador cayeron a la grama. Thais is my man (ese es mi hombre) gritó la princesa de Cracovia y TUMA sin mediar palabra la agarró de la cadera y se perdió entre las brumas del atardecer.
La noche cayó con la virginidad perdida de la princesa, TUMA como un toro de lidia en celo permanente había cumplido con el mandato de su destino: tener su primera mujer a los diez años de edad. La princesa, por el otro lado; se desmayó después del primer polvo volador de su existencia sin darse cuenta que sería la única vez que vería al que en su vida fuera el causante eterno de su descabrajamiento óseo.
de los Visigodos, de tal forma que nadie hasta hoy sabe el verdadero significado de dicha sustantivación.
La lactancia le fue suspendida después del primer contacto ya que la madre sentía que le destrozaba el tórax y le arrancaba el corazón cuando por primera vez topó sus enormes mandíbulas a sus pechos, por lo cual dispusieron alimentarlo con una mezcla de cereales y frutas fermentadas la cual ponían en un biberón de 10 litros diarios que el becerro deglutía en menos que la ciencia médica bávara podía concebir e imaginar.
No gateó. Un día; ante los ojos asustados de la vecindad, salió corriendo y agarró un avestruz por el pescuezo y lo ahorcó sin misericordia alguna. Es el prototipo ario, es el hombre de Nietzsche, exclamó un viejo antropólogo que se sentía orgulloso del comienzo de las Aventuras de TUMA.
Tenía tres años cuando ya parecía adolescente y había ocupado los dos anteriores para descabezar todos los juguetes de los alrededores y algunas acciones por las cuales los que lo rodeaban por no comprender su inmensa fuerza, le dieron en sobre nombre de Tuma Mefistofélico Vesubiano. Hubo que darle educación personalizada porque estando en primer grado vergueó a diez estudiantes del liceo, les bajó los calzones a cuatro profesoras, les levantó los gabanes a tres monjas y le zampó un morrazo al vicario con una campana que había arrancado del campanario del colegio, dejando al pobre clérigo viendo estrellas divinas por una eternidad como las que TUMA vería cuarenta años después en su visita a la tierra de Doña Bárbara donde firmaría contratos perennes ad infinitum para el envío de polvos maravillosos para las celebraciones constantes de Ateolandia del Bejucal.
Como Cristo, también se perdió durante su infancia, sobre aquel se especula la escuela de los esenios, sobre éste, se sabe con claridad y sin ninguna duda que fue educado en la Escuela Militar Adolfina, dirigida por Militares Pacifistas que de la noche a la mañana se habían vuelto creyentes y pedían a Marte que no iniciara otra guerra germánica hasta que el semental tuviera 13 años y pudiera dirigir las brigadas visigodas contra las huestes cristeras mediterráneas. Aprendió de corazón las tácticas de emboscadas cruzadas que sus hijas pusieron en práctica en la reciente guerra de Ateolandia en la derrota desmedida que le causaron a las huestes cristeras de los obispos cruzados: Alasquebradas y Colindante. Su formación escolar incluyó estudio sobre Cálculo Mortal, Alambiques Inalámbricos, Retroceso Aéreo, la filosofía de Nietzsche, la poesía de Heine, Economía Política Marxista, Tácticas de Mercadeo Fenicio, Meditación
Sexual Oriental, Lenguas Frisias o norgermánicas, Eslavas y Romances o Neolatinas, la Biblia y la Economía, Tácticas y Estrategias Militares Modernas, Filosofía de la Comunicación, Mercadeo Parapsicológico, Música Sacra Gregoriana, y más que todo, Inventiva Experimental, pensum que pondría en práctica cuando vendió el cadáver de su abuelo a un grupo extraterrestre con el cual hizo contacto en Santa Helena de Cartagena de Indias cuando fue llamado por los descendientes de la Mamá Grande para que coronara a la Reina de la Cocaleca.
En la memoria de la escuela militar aparece que un día para probar su puntería y su teoría de que los gatos no tienen siete vidas, lanzó al aire a la siamesa recién parida y sus seis cachorros y los despedazó en el aire y es más, cuando venían en picada, les voló las siete colas y las catorce orejas teniendo tiempo para sacar el magazine mostrando a los maestros los dos tiros sobrantes de un alimentador de treinta. Ese día causó un revuelo de la gran puta. Oficiales de alta graduación perdieron sus estrellas ya que no habían sido jamás capaces de pegarle a un avestruz en vuelo estacionario y les ordenaron comenzar de nuevo con el arme y desarme de pequeñas pistolas, aceitamiento y limpieza de la fusilería y de los uniformes y zapatos de TUMA, al mismo tiempo; lo pusieron de jefe de una brigada donde todos los oficiales de alta graduación fueron degradados y no pasaban de chipiolos. Fue ordenado que a dicha brigada le diera un
curso de sobrevivencia en el Mar Muerto y la Siberia y de una brigada de ochenta hombres sólo regresaron seis de apellidos Rommel, Goebels, Smicdt, Braun y Luxemburg, supuestamente hijos o parientes de los generales que pusieron del culo a toda Europa en la Segunda Guerra Mundial. Muchas versiones y crónicas vertieron de la forma en que sobrevivieron llegando a la conclusión que se comieron a los otros 74 y que no habían ido a la Siberia de donde venían los tatarabuelos de TUMA y que ni siquiera salieron de Bavaria, sino que fusilaron a los otros 76 por maricones y se los tiraron a los leones del zoológico de Berlín, por ahí fue cuando comenzó la Guerra contra los santeros ya que el gobierno de Franco dijo que había ofendido a la Isabel y a los Borbones, sin embrago, su mentor Ponciano Montañés, asegura TUMA, le había infundido la muerte contra cualquier uniformado que se interpusiera a su desarrollo vertical, como el desprecio a la
mediocridad y la falta de cojones.
La infancia de Tuma terminó a los diez años. El principado de Cracovia se encontraba de fiesta y fue invitado especial a las carreras de toros. TUMA, en lugar de torearlo, uso el manto rojo como sentadera y se encasquetó en el toro que aturdido, en lugar de rugir como orgulloso león, balaba como cabra asustada y la gente al ver al inmenso toro de lidia convertido en un ternero recién destetado, echaba hurras a un TUMA endiablado y reventaban andanadas de pirotécnicos. TUMA de un salto estrombótico, saltó al césped revolcado por aquel toro herido en su orgullo taurino. En ese momento uno de los picadores mal intencionado se acercaba como lancero al ataque, TUMA, con sus manos de felino enardecido pescó al potro de una oreja y potro y picador cayeron a la grama. Thais is my man (ese es mi hombre) gritó la princesa de Cracovia y TUMA sin mediar palabra la agarró de la cadera y se perdió entre las brumas del atardecer.
La noche cayó con la virginidad perdida de la princesa, TUMA como un toro de lidia en celo permanente había cumplido con el mandato de su destino: tener su primera mujer a los diez años de edad. La princesa, por el otro lado; se desmayó después del primer polvo volador de su existencia sin darse cuenta que sería la única vez que vería al que en su vida fuera el causante eterno de su descabrajamiento óseo.
PAUL FORTIS
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