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viernes, 5 de diciembre de 2014

Epigmenio Ibarra: “El futuro de América Latina se jugó en El Salvador”

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El productor destaca que los Acuerdos de Paz son un precedente que la Naciones Unidas retoma para resolver conflictos en todo el mundo.
 
DIARIO LA PÁGINA - 04 DE DICIEMBRE DE 2014 22:07 | POR DAVID ERNESTO PÉREZ
 
http://www.lapagina.com.sv/userfiles/Dec_2014/FCLB_ZXBpZ21lbmlvLmpwZw==.jpgEpigmenio Ibarra fue corresponsal mexicano en El Salvador durante la Guerra Civil.  Durante varios años siguió paso a paso los enfrentamientos entre el Ejército y la insurgencia pero lo que más le conmovió, en sus propias palabras, fue el asesinato de los seis sacerdotes jesuitas ocurrido en la madrugada del 16 de noviembre de 1989. 
 
Pasado el conflicto, Ibarra regresó a su país y entrevistó al Subcomandante Marcos cuando los zapatistas se alzaron contra el gobierno de Carlos Salinas de Gortari; con su productora Argos –fundada con Carlos Payán, exdirector de La Jornada y Hernán Vera “Maravilla”, locutor de Radio Venceremos- también produjo telenovelas como Mirada de Mujer, Nada Personal y otras que trataban de alejarse de los convencionalismos impuestos por Televisa. 
 
El experiodista ahora se ha embarcado en un proyecto que cruza el continente: Argos producirá la serie televisiva “Cortar el Puente” que tratará sobre el crimen del jesuita Ignacio Ellacuría mezclado con una historia de ficción que se rodará en el segundo semestre de 2015. 
 
En esta breve entrevista el productor mexicano –quien ha recorrido palmo a palmo el país- destaca el significado de la guerra salvadoreña a la que llama “una de las más importantes del mundo” porque fue uno de los últimos cuadriláteros de la Guerra Fría; resalta, asimismo, que las estrategias militares desarrolladas en la época “son las más audaces de la historia”.
 
¿Por qué llevar a la pantalla el crimen de los jesuitas?
 
Es un compromiso y un deber. Tengo la plena convicción que la revisión de la historia es un elemento central para la reconciliación profunda y verdadera; ya lo hizo España cuando comenzó a tratar en el cine la guerra civil, y Europa con el cine bélico. Revisitar constantemente la Segunda Guerra Mundial tiene un propósito: estos fenómenos producen muchísimas heridas sobre las cuales hay que volver para que cicatricen, si no se hace jamás estarán selladas.
 
¿Qué significa para América Latina el crimen de los jesuitas?
 
El crimen de los Jesuitas, la Ofensiva (Hasta el Tope, 1989), el proceso de negociación (de los Acuerdos de Paz) es una enseñanza brutal que no ha sido suficientemente estudiada. De alguna manera ha privado aquella cuestión de que era una guerrita, y no se acaba de entender la enorme importancia que este conflicto tuvo a nivel geopolítico mundial porque fue el último de la Guerra Fría: estaba involucrado Estados Unidos hasta acá –se toca la frente-, la Unión Soviética, los cubanos, los sandinistas. El futuro de América Latina se jugó en El Salvador –un país de 21,000 kilómetros cuadrados-, es donde se desarrollaron las estrategias militares más audaces de la historia militar, se desarrollaron las estrategias políticas más audaces y donde, tanto la izquierda como la derecha, dieron una lección a la humanidad al sentarse, negociar y llegar a un acuerdo que es la joya de la corona de las Naciones Unidas.
 
Este acuerdo, que honra al pueblo salvadoreño y a América Latina, no ha sufrido ni una sola violación en 25 años. Eso, incluso, los propios salvadoreños no lo aquilatan suficientemente, pero digamos que hay dos hechos fundamentales en la historia de El Salvador: la independencia y los Acuerdos de Paz, porque son fundacionales y marcan, en muchos sentidos, la historia de América Latina. Los mexicanos, españoles, argentinos, todos debemos aprender a mirar con reverencia y cuidado lo que en El Salvador ha sucedido.
 
¿Y por qué cree que en el mundo no ha sido vista la guerra a profundidad? 
 
Por tontos, porque a veces no encontramos las cosas evidentes y poderosas. 
 
¿Están presentes las ataduras ideológicas?
 
Están también los prejuicios, es un país pequeño y por lo general los pequeños imponen lecciones a los grandes. Torrijos (Omar, expresidente de Panamá) me dijo hace muchos años que los pueblos grandes tienen experiencia y los pueblos chicos tenemos esperanza; El Salvador es la esperanza para América Latina y para el mundo porque la solución negociada a los conflictos, que aquí se estableció como precedente, es la que debiera privar.
 
¿Qué opina que al día de hoy el crimen de los Jesuitas siga impune?
 
Es uno de los asuntos graves, ha sido parte de un proceso de negociación, o sea, el perdón y el olvido a veces es cuestionable y a veces es un mecanismo de reconciliación. Creo que el propio Ellacuría hubiera entendido perfectamente lo que está pasando.
 
¿Quiere decir que es negociable la justicia?
 
No es negociable pero son mecanismos que… no sé cómo se hubiera resuelto la guerra en El Salvador sin una dosis de olvido y perdón de parte de ambas partes. Es una lección de pragmatismo político que no implica necesariamente transgresión de principios, sino establecimiento de otros principios, la paz como un valor superior.
 
¿Qué pasa cuando en las sociedades no se curan las heridas de las guerras?
 
Las guerras se vuelven a gestar. Allí donde se negocia un armisticio –mal negociado- se establecen las bases para la próxima guerra.
 
¿Cree que haya relación entre la impunidad de la Guerra y la de la posguerra?
 
Hay una relación pero a mí me gusta, pensando en El Salvador, resaltar el hecho de la transición que se ha producido en este país y de que 20 años después el FMLN gobierna El Salvador.
 
¿Hay muchas diferencias entre El Salvador de esa época y el actual?     
 
Al que levantaba la cabeza se la cortaban; los que en ese entonces levantaron la cabeza están en Casa Presidencial. Eso es inconcebible, inaudito, no ha pasado en ninguna parte del mundo, eso debía hacerles sentir profundamente orgullosos. Es cierto que tienen fenómenos añadidos como las maras, pero eso tiene que ver con los Estados Unidos.
 
Pero en El Salvador crecieron gracias a la pobreza y la marginación…
 
Pero de allá los mandaron, o sea, la lógica criminal-pandillera es un producto de exportación. 
 
¿Después de firmada la paz El Salvador tomó el rumbo correcto?
 
Yo creo que no hay rumbo correcto, está tomando uno y tiene muchos pendientes.
 
¿Cuáles son esos pendientes?
 
La justicia, la igualdad.

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