Una vez me invitaron a
una "Reunión
de Intelectuales" y les contesté que mientras no tomaran una posición ideológica
al lado del pueblo, que no gastaran ni siquiera un segundo en andarme mandando
invitaciones.
Tuve respuestas y alguien por ahí me dijo que la cultura y
el movimiento eran apolíticos, me limité a contestarles que no se volvieran a llamar
artistas o intelectuales si tenían esa
absurda posición la cual lxs colocaba en los límites de la traición al pueblo.
To be or not to be, that is the question, o estamos con el pueblo o con el enemigo. Personalmente
estaré con el pueblo hasta el ultimo momento de mi vida y no cambiaré
mi poción por mendrugos o puestos muchas veces inmerecidos.
Los grandes artistas
siempre han
acompañado a la humanidad en sus luchas liberadoras, de Mayakosky a
Vallejo, de
Roque a Nicolás Guillen, de Rivera a Guayasimín, de Delacroix a Van
Gogh, de Picasso a Degas, de Steinbeck a Dos Pasos, de Otto René
Castillo a Rigoberto López Pérez,
de José Hernández a Van Troy, de Martí al Che, de Vognadov a Saramago,
de todos los artistas
asesinados a lo largo del mundo por su posición revolucionaria a nuestra
juventud artística, por ello aquellas veletas que van donde el viento
del
oportunismo les arrastra les recomiendo leer Blasón de Masferrer.
Por otro lado, el arte elitista
trata de alejarse de la naturaleza y del pueblo y se inventan ismos por medio de los cuales
manifiestan su posición, ignorando que
toda manifestación artística no es más que una representación del objeto natural
y entre ellos la humanidad y la critica como la historia del arte, desde el
formalismo ruso hasta la actualidad no va mas allá que dar su apreciación
subjetiva de la obra de arte.
La sociedad es grotesca y
absurda, desde La Comedia De'll Arte pasando por el grotesco de Luigi Pirandello
al absurdo de Beckett, Ionesco, Arnau, Harold Pinter et all, que a la vez se enmarcan el existencialismo de Camus y Jean
Paul Sartre, más que todo ante la problemática de la existencia.
Stanislawki y su escuela, expresa
que se hace teatro para servir al pueblo y ello debe ser la función principal,
no para reírse o explotar al pueblo. Cuando defendí mi tesis de maestría sobre
el Teatro Grotesco escribí una estrofa de entrada que dice: "La
sociedad y yo, somos incompatible, lo serio para ella, para mi es risible"
lo cual después de mi defensa a dicha tesis resulto con altó
honores y una beca doctoral, lo dije y lo sigo diciendo porque hay
incompatibilidad entre la creación y la explotación imperialista.
Nuestras vidas están llenas de
congojas, pero no de contradicciones, la mayor parte del tiempo se nos olvida
por costumbre que es necesario comer, lo cual, convertido a hábito
es mucho mejor, así no salivamos de convertirnos
en perros pavlovianos salivando por
huesos que por carnosos que sean jamás pagarán nuestros continuos desvelos
y sufrimientos y es preferible morir creando que ser menteros alquilados por
una posición.
Démonos cuenta del grotesco social.
La sociedad presenta una máscara tras la cual se esconden las garras del odio, falta
de fraternidad, de corrupción y explotación y por ello tenemos que denunciarla
de forma permanente en nuestra creación.
Nuestra función no es sólo
interpretar el objeto natural y su fenomenología, sino cambiar lo que se tenga
que cambiar por el bien de la humanidad por medio del arte, por ello, vale más
para mí un mural denunciante anónimo que un abstracto que nadie entiende.
De arte podríamos hablar como se
ha hecho ad infinitum, para mi lo mas importante es crear por medio del arte una sociedad donde la
especie podamos vivir en paz en concierto con la naturaleza.
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