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lunes, 30 de enero de 2012

LAS NECIAS

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Dos años perdidos, el fracaso inevitable y una sola alternativa: "LIBRE"

Posicionamiento del FNRP – Libre, con respecto al desempeño del gobierno de Porfirio Lobo Sosa

Al cumplirse dos años de la gestión de Porfirio Lobo, se hace obligatorio evaluar el cumplimiento de los objetivos del “Gobierno de Transición”, según los cuales, después del cruento golpe de estado debía estabilizarse la situación política, menguarse la crisis económica y social, así como legitimarse las instituciones públicas.

El momento es propicio, pues se empieza a vivir el país un intenso ambiente político de cara a las próximas elecciones de 2012 y 2013, que de acuerdo a los voceros de la élite empresarial que controla el Estado, traerá el anhelado fin de la crisis que vive la sociedad hondureña.

Honduras: ¿un estado fallido?

Veinte años de aplicación de políticas de libre comercio y desregulación del mercado, interrumpidas sólo durante la gestión del Presidente Manuel Zelaya Rosales, han configurado una situación económica alarmante, que se ve empeorada por el impacto del golpe de Estado y la pésima gestión del Partido Nacional.

El derrumbe del Producto Interno Bruto en 2009 (-2.1%), la consecuente reducción de los ingresos del Estado (-13%), así como una disminución importante de la inversión, la contracción del consumo y el aumento del desempleo, son problemas que no ha podido superar la administración actual a cargo del Partido Nacional.

A esto debe sumarse las consecuencias de la ineficiente gestión gubernamental y el escandaloso latrocinio de los bienes públicos, que hacen que el gobierno se vea en serios aprietos para cubrir su gasto corriente y abandone la inversión social.

Como resultado de todos estos factores, Honduras es unos de los 2 países en Latinoamérica donde en los últimos 3 años (2009 al 2011) ha aumentado la pobreza. Con la juventud siendo la más afectada, que se ve obligada emigrar a los EEUU donde en muchos estados son tratados como esclavos.

Sin embargo, la crisis no afecta a todos por igual. Como es natural en el sistema capitalista, y sobre todo en su fase mas despótica, la neoliberal, mientras las capas medias y pobres de la población ven empeoradas sus niveles de vida, la oligarquía continúa acumulando capital.

Las políticas económicas aplicadas por el Estado al servicio de la élite empresarial garantizan la transferencia de las riquezas desde los más pobres hacia los más ricos. “Si originalmente las sociedades mercantiles captaban el 31 por ciento del ingreso nacional, la aplicación de las acciones de política económica del Estado empresarial y la actuación misma de la élite en el contexto creado por esa política, posibilitaron que su participación ascendiera al 52 por ciento. En contraste, los asalariados y las empresas familiares vieron disminuida su participación dramáticamente.

Destruyendo los derechos sociales y las conquistas populares.

Una parte esencial del paquete de medidas neoliberales recomendadas por el FMI y aplicadas por Porfirio Lobo, es el sistemático desmontaje de derechos adquiridos por la clase trabajadora conseguidos después de décadas de lucha.

Cada vez más, el Estado se distancia de su obligación de proveer los derechos básicos como salud y educación, obligando a las personas a recurrir a servicios privados o simplemente a abstenerse de usarlos.

La eliminación del Estatuto del Docente, la intervención del INPREMA, la aprobación de la Ley de empleo Temporal, la derogación del decreto agrario 18-2008, la amenaza de continuar con la privatización de la salud y la administración de las aduanas y los puertos, el potencial asalto a los fondos de pensiones de los empleados públicos, son todas medidas que se llevan a cabo para “atender las necesidades que dictan los mercados”, eufemismo usado para ocultar el despojo acelerado a las y los ciudadanos de bienes, servicios y derechos adquiridos.

Como resultado, en estos últimos dos años Honduras estancó su Índice de Desarrollo Humano y empeoró sus posibilidades de cumplir con los objetivos del milenio para el 2015.

Ilegitimidad total de las instituciones públicas

La característica principal de este período es la ingobernabilidad; expresada en el desprestigio de las instituciones públicas, el mínimo nivel del control del Gobierno Central y la constante contradicción entre funcionarios de alto rango.

La supuesta integración de un “Gobierno de Unidad Nacional”, que hoy se sabe fue un mandato de la Embajada Norteamericana, resultó en un fiasco, pues se incluyeron en el gabinete los mismos sectores coludidos con el golpe de Estado y marginalmente, otros serviles políticos de partidos parasitarios.

En teoría, el Partido Nacional debía mantener control férreo dentro de los poderes del Estado, con los cuales realizar una gestión ordenada y con suficiente margen político como para llevar a cabo un programa de Gobierno de acuerdo al interés de renovar la imagen de las instituciones de gobierno, convirtiéndose en un factor de estabilización social.

Sin embargo, la verdad termina siempre por emerger, y muy pronto se hicieron notar la inconsistencia ideológica y la bancarrota moral de la oligarquía que dirige el partido nacional al no haber en los dirigentes ninguna intención o acuerdo mínimo por lograr el bien común de la sociedad, el régimen se descompuso en una serie de proyectos mezquinos que buscan sólo una buena plataforma política para la siguiente contienda electoral o un puesto para llenar sus bolsillos a costa de los bienes públicos.

El propio Porfirio Lobo, en su mensaje a la nación de Este año, aceptó su impotencia de controlar esta situación, limitándose a pedir a sus ministros y miembros de otros poderes del Estado, discreción al momento de entrar en campaña.

No existe institución pública o poder del Estado en el que el pueblo tenga credibilidad: la Corte Suprema de Justicia, el Congreso, el Ministerio Público, el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, las fuerzas de seguridad y defensa; todos son identificados por la población como cómplices del crimen del golpe de Estado de 2009 y como instrumentos de la elite dominante cuyos intereses están contrapuestos a los de las mayorías.

Sucede lo mismo con otras instituciones no estatales, como las grandes empresas religiosas o las corporaciones mediáticas, que solían validar y prestigiar el sistema económico, social y político, pero con su descaro de encubrir y apoyar el crimen ven reducido drásticamente su nivel de incidencia en el pueblo.

¿Trabajo y Seguridad?

A pesar de que la crisis es generalizada en todos los órdenes de la vida nacional, son paradójicamente las promesas de campaña de Porfirio Lobo - Trabajo y Seguridad - dos de los factores principales de descrédito de su administración.

En cuanto al trabajo, las estadísticas indican el aumento creciente del desempleo abierto y el subempleo visible, con el agravante de la pérdida de calidad de los puestos de trabajo como consecuencia de leyes que permiten y hasta promueven la precarización y la tercerización laboral.

Los pronósticos no son más halagüeños, se espera al empeoramiento de esta situación debido a la disminución de la inversión, la tendencia a la reducción del aparato de gobierno y, sobre todo, la continuación por dos años más de políticas enmarcadas dentro del modelo neoliberal ya fracasado .

Violencia; violación a los derechos humanos, Inseguridad y miedo

El problema de la vilipendia e inseguridad ciudadana el más sentido por el pueblo, que se encuentra en completa indefensión ante la incompetencia del Estado para brindarle protección. Honduras esta calificado hoy como uno de los países más peligrosos del mundo, penosa situación a la que llegamos por el rompimiento del orden constitucional y ha ido empeorando a pesar de la instalación de la administración de Lobo Sosa.

Asesinatos, narcotráfico, robos y extorción son parte de la cotidianeidad de las y los hondureños. La percepción generalizada es que esos problemas no podrán ser resueltos por autoridades coludidas con el crimen organizado.

Por el contrario, la constantes violaciones a los derechos humanos y la impunidad de que gozan los autores del golpe y los crímenes de lesa humanidad dejan claro la farsa de la “reconciliación nacional”, tan cantada por la élite gobernante.

La coyuntura internacional desfavorable a la oligarquía

Acudimos a un momento histórico de cambio signado por el declive de la hegemonía de Estado Unidos como poder unipolar, que da paso a un mundo con múltiples actores económicos y geopolíticos.

En ese contexto la situación de Honduras es particularmente complicada, pues los niveles de dependencia con la economía norteamericana son muy altos ( 40% del comercio es con ese país, y 18% del PIB lo representan las remesas desde EEUU). Es decir, que nuestro país, está sujeto a los vaivenes de una economía con pronósticos negativos.

La respuesta obvia ante esta situación sería la diversificación de los mercados y el comercio hacia otros lugares del mundo, sobre todo a Latinoamérica, que en medio de una crisis económica mundial, destaca por su crecimiento continuo y buenas perspectivas hacia el futuro.

Sin embargo, más allá de la tímida petición de ser incluida en Petrocaribe, y el temor de acceder al ALBA, la administración Lobo, persiste en una relación de sumisión ante los intereses económicos y por extensión, políticos del imperialismos norteamericano.

Como resultado de esta actitud, Honduras sigue siendo señalada como un país de alto riesgo para la vida y por tanto con muy pocas posibilidades de ser parte de importantes foros y mercados que ayudarían a aliviar la difícil situación económica que vive.

Aunado a esto, los altos índices de narcotráfico desde el régimen golpista y la inestabilidad política, así como las constantes violaciones a los derechos humanos y los asesinatos de periodistas y amenazas a la libertad de prensa, hace del país un destino poco deseado para la comunidad internacional y la inversión extranjera.

El Plan de Nación y Visión de País de la élite

La matriz rectora de la ideología y las acciones de la administración del partido nacional está plasmada en el Plan de Nación – Visión de País, ley aprobada de manera ilegal e ilegítima, con la que se pretende sentenciar el destino de las y los hondureños para los próximos 25 años.

En ese documento se resume la quintaescencia del pensamiento fascista neoliberal, que en Hondura, fue resucitado después del golpe de Estado. En el marco de esa “ley de la República”, se prevé la total entrega de los bienes públicos, los recursos naturales y la soberanía nacional.

Este Plan de Nación – Visión de País de la Oligarquía aprobado por los representantes del bipartidismo y sus comparsas, constituyen la máxima prueba de los propósitos comunes a largo plazo de la élites gobernante que, incapaces de proponer un modelo de desarrollo nacional, se resignan una vez más a ser comparsas de los poderes económicos transnacionales.


La paciencia del pueblo se agotó

El pueblo Hondureño vive desde hace dos décadas un paulatino pero continuo camino de organización y toma de conciencia, que floreció gracias a las esperanzas de transformación trazadas en el gobierno constitucional del Presidente Jose Manuel Zelaya Rosales, y vive un proceso acelerado de crecimiento espiritual después del Golpe de Estado.

Más allá de reaccionar ante los constantes atropellos y retrocesos impuestos por la fuerza de las armas y el control del Estado, la organización de nuevo tipo que construye el pueblo alrededor del Frente Nacional de Resistencia Popular, Partido Libertad y Refundación (Libre), propone cambios estructurales en las relaciones sociales, la cultura y el marco jurídico del Estado.

La combinación de las luchas social y política como elementos complementarios, son el factor decisivo y característica principal en la construcción de una nueva sociedad.

Libertad y Refundación (Libre) participará en el próximo proceso electoral con la certeza de que el camino de la victoria es el plan revolucionario de un socialismo democrático que respete la libertad de todos los actores, pero en procura de la igualdad a que todos tenemos derecho sin perder de vista que se debe lograr la transformación estructural del sistema

La Constituyente es la única salida

En la raíz de los históricos problemas estructurales de nuestra sociedad, y la necesidad imperativa de dar al pueblo participación en la definición del Estado, crear las políticas públicas y el control de la gestión gubernamental; consideramos que la constituyente y la democracia directa y participativa son las soluciones que demanda el pueblo para terminar con la crisis, por lo que procederemos a su construcción y perfeccionamiento.

Convocar al poder originario del pueblo, para que éste formule los nuevos pactos que comprometan a las diferentes clases y sectores sociales en la Refundación del Estado, ha sido desde el principio el objetivo principal de la Resistencia Popular hondureña.

La Refundación de nuestra sociedad, es la promesa irrenunciable de las organizaciones populares, revolucionarias y democráticas, para realizar los cambios profundos que requieren estos difíciles tiempos.

El Frente Nacional de Resistencia Popular, el Partido Libertad y Refundación (Libre) considera que la verdadera reconciliación del pueblo hondureño y su única oportunidad de lograr bienestar y paz, pasan por el reconocimiento de esta necesidad histórica, de respeto a la soberanía popular, por lo que habremos de crear cuanto antes los mecanismos de consulta, organización e instalación de Asamblea Nacional Constituyente

Cabe aclarar que ante la reiterada negativa del gobierno de la oligarquía de impedir este proyecto constitucional originario, demandamos la urgente convocatoria a elecciones internas y generales con el fin de cambiar este gobierno de la " unidad" nacionalista, con el fin de convocar la próxima asamblea nacional constituyente como el primer acto del gobierno de LIBRE.


Tegucigalpa M.D.C 30 de enero de 2012

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1.
Los refundacionales utópicos y el partido del pueblo

Luis Aguilar

Tal vez nunca en la historia de Honduras ha estado tan cerca la clase trabajadora de un proyecto político verdadero en el que el pueblo ejercería la democracia por sobre los poderes hegemónicos anti democráticos de la clase dominante; la burguesía capitalista y terrateniente.

Sin embargo, la izquierda revolucionaria debe estar siempre en alerta ante lo que pasa en ciertos espacios de discusión en los que los socialistas utópicos, arremeten en contra de la clase obrera, el pueblo y sus aliados más cercanos en particular en lo que se refiere a sus intenciones de tomar el poder político de la nación e invertir la correlación de fuerzas en la sociedad.

La agresividad que representa el acto de impulsar unas encuestas con intenciones segundas es muy reprochable, pero más nos preocupa el impacto a largo plazo de otras acciones que puedan encontrar motivación y que, por desgracia, caen en las manos de la burguesía local y el imperio occidental para a su vez ser utilizadas a nivel mundial y dar una cierta imagen de Honduras y del proceso latinoamericano en general. Con los resultados de la encuesta de ERIC ya salieron algunas notas publicadas en medios de comunicación y agencias de noticas más allá del continente americano.

Este caso no es aislado y se repite, y quien tenga mayor experiencia y formación política quizá tenga mucho más que contar sobre estos desencuentros ya que los capítulos seguirán dándose mientras la sociedad sea capitalista.

Análisis del contexto histórico reciente

Los refundacionales mas radicales habían perdido toda credibilidad al seno del FNRP cuando pocas semanas después de la asamblea del 26 de febrero de 2011 empezamos a observar que el camino propuesto por los resultados obtenidos en la misma nunca se materializo, nunca se trazo un esquema. A partir de entonces el proceso auto convocatorio era algo que se escuchaba únicamente en las sirenas de alarma del programa de Radio de Felix Molina al tiempo que los anarquistas mas empedernidos empezaban a escandalizar a la población en Honduras y en Estados Unidos sobre los problemas, que en espejismo era el ingreso a la OEA, una institución moribunda, cuando en realidad era el miedo a la predominancia de la vía partidaria si se firmaban los acuerdos de Cartagena de Indias.

Pasaron meses y el proyecto auto convocatorio era apenas un poco mas que un sueño. De igual manera, por todos es conocida la frustración con la cual se expresaron los anarquistas y refundacionales utópicos cuando la resistencia hondureña emprendió el camino de la acción política partidaria.

En contraposición al proceso de auto convocatoria constituyente, los mandamientos de la asamblea de Junio de 2011 se vieron materializados en menos de 6 meses. Al punto que resulta impresionante el nivel de organización popular entorno a este proyecto que también es refundador, pero que ve el proyecto constituyente desde el punto de vista político y emancipador. Para nosotros la idea constituyente nació para ser un proceso que va a transformar la totalidad de la sociedad hondureña y no un juego utópico que desvanecerá entre los astros y la divinidad. Sin embargo, amplios sectores de la rama refundacional han sabiamente decidido distinguir que este camino es la vía correcta hacia la liberación de la nación y se han unido al pueblo en esa lucha.

Aunque vimos con mucha ilusión este proceso, Chiapas es un ejemplo de esto, en donde se construye un experimento que no ha cambiado en nada a México, un pueblo que parece adormecido. Es cierto que en las montañas de La Candona se ha establecido un pacto social diferente, un proyecto refundacional que esta trasformando esa parte de la sociedad. Pero, más allá de eso las grandes mayorías de mexicanos se hunden en la miseria y la violencia, en un país que fue un ejemplo de libertad a nivel mundial durante gran parte del siglo XX se ha reducido a títere del imperialismo.

En la actualidad Chiapas ha pasado a segundo plano en la política de vanguardia en América Latina, y resulta extraño como al interno de las sociedades occidentales la Chiapas de Marcos sigue ocupando un espacio sobre dimensionado cuando se habla de actualidad latinoamericana; tal vez por eso sea que en La Candona se pasean cualquier cantidad de Europeos y Norteamericanos en búsqueda de su verdad divina mientras desprestigian los procesos de liberación en otras naciones.

El proyecto refundacional constituyente en Honduras habría podido fácilmente tomar el camino de Chiapas. Sin embargo, el pensamiento latinoamericano le ha abierto el camino a las razones del proletariado y el pueblo reusándose a ser un parque de atracciones para revolucionarios mal informados del norte que quieren imponer en el sur conclusiones sociales sobre realidades que son particulares de los paises industriales occidentales. Es en este punto en donde se diferencia el pensamiento latinoamericano popular del resto del mundo y especialmente del pensamiento occidental burgués que por conjetura cree que América Latina es su espacio privilegiado de influencia.

En Honduras el proyecto de refundación nacional es un proyecto político que influenciara aspectos fundamentales de la vida de los 8 millones de hondureños y hondureñas, y ejercerá soberanía popular en solidaridad con pueblos y países amigos del caribe, América Latina y el mundo siempre y cuando en estos sea ejercida la democracia de las mayorías.

Las amenazas a la clase obrera por parte de sectores burgueses obviamente tendrá una historia tan larga como la historia moderna de la nación, sin embargo esto se ha visto acentuado en la última década y aumenta su impacto a medida que se acerca el momento de la victoria y la gloria para el pueblo.

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2.
Entrevista a Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique en español
“El progresismo puede tener varios años por delante”

Página12

Periodista y escritor, Ramonet dijo a Página/12 que la mayoría de los gobiernos de Sudamérica cumple la función de los socialdemócratas europeos en los ’50 y que si no cometen errores pueden aspirar a un ciclo largo de gobierno.


Nacido en Pontevedra y emigrado con su familia a Francia, Ignacio Ramonet dirige hoy Le Monde Diplomatique en español. Fue uno de los animadores del primer Forum en 2001 y es uno de los periodistas que más recorren el mundo y observan sus distintas realidades.

–Sobre el final del Forum hay derecho a preguntarse si fue útil y qué cambió respecto del primer foro, el del 2001.

–Cuando el foro se creó, no había en América latina otro gobierno de los que yo hoy llamo neoprogresistas que no fuera el de Hugo Chávez, que además vino al foro. Al año siguiente, en 2002, por primera vez Chávez se declaró socialista. También vino Lula cuando aún no era presidente, sino candidato. Ahora en cambio los gobiernos neoprogresistas están llevando a cabo las políticas de inclusión social y al mismo tiempo el foro es menos un foro de los movimientos sociales. Es un foro en el que se discutió la crisis europea, el movimiento de los indignados en general (los chilenos, Wall Street, etcétera) y la cuestión de la memoria. La jornada de Flacso del viernes, el día de conmemoración del Holocausto, fue una de las actividades centrales. La organizaron el Forum Social Temático y el Foro Mundial de la Educación. Hasta ahora ésos no eran temas del foro. Los indignados son un tema que no lleva más de un año, y el debate sobre la memoria no se había planteado de esa manera. Dominaban el antiimperialismo y la denuncia de las guerras de los Estados Unidos en Irak o en Afganistán. Se está llegando a un nivel diferente. Los gobiernos aquí en Sudamérica lo están haciendo globalmente bien. Pero ojo, llega una nueva etapa y hay que mejorar ciertos aspectos cualitativos.

–¿Qué habría que mejorar en América del Sur?

–No creer que esta bonanza que está viviendo América latina va a ser duradera. Depende del éxito norteamericano y europeo y de si hay baja o no en la economía china que afecte a potencias agrícolas o mineras.

–Uno de los puntos es cómo aprovecha América del Sur su actual ventaja por los precios beneficiosos de los productos primarios que vende para que otra vez el rédito principal no sean palacios franceses en medio de la pampa húmeda.

–La economía funciona por ciclos. En Europa no podemos hablar de palacios en medio de la nada pero sí de grandes aeropuertos modernísimos que ahora casi no funcionan u óperas en medio de ciudades pequeñísimas. La riqueza ha pasado y no siempre se ha sabido aprovechar. Aquí, en Sudamérica, la solución es crear más y más mercado interior. Y mercado interior protegido. Y también ampliar los intercambios en el marco de la solidaridad latinoamericana. Ahora el mercado latinoamericano tiene que articularse para que haya masa crítica para todos. Si no, Brasil se desarrollará pero Uruguay no. Ahora que desaparecieron 80 millones de pobres hay una clase media que consume. Brasil introdujo la tasa sobre la producción de automóviles frente a China y aumentó esa tasa en un 30 por ciento. Es protección y es correcta.

–¿Qué discusión mundial nueva apareció en el Forum?

–Por lo pronto, muchos constataron que, más allá de las opiniones, la globalización existe. Si existe hay que analizarla y ver cómo evitar los inconvenientes de la globalización. A escala mundial en una mesa sobre la crisis del capitalismo, una de las opiniones fue que había que pensar quizás en desglobalizar y reducir la globalización. No hay solo una crisis económica. Hay una crisis de la política, de la democracia, alimentaria, ecológica. Muchos países latinoamericanos no están pensando en las otras crisis, en particular en la ecológica. Boaventura de Souza Santos subrayó que no es normal que se acuse a comunidades indígenas y se las acuse de terroristas cuando quieren proteger el medio ambiente. Las realidades van cambiando. El Movimiento de los Sin Tierra de Brasil, que antes ocupaba tierras, no lo hace porque no las tiene. Cualquier pedazo de tierra es soja. Y como el MST cuando se asienta realiza producciones ecológicas, el agronegocio se lo reprocha.

–La discusión ecológica es clave también porque habrá una cumbre mundial en Río en junio.

–La precaución ecológica es algo que se ha recordado y que en cierta medida hace que los gobiernos estén pensando en hacer las cosas bien. Dilma dijo que quería dar casas a la gente. A mí me parece muy bien, realmente muy bien. Pero tengamos cuidado de no llegar al pragmatismo chino, que en nombre del desarrollo destruye lo que se oponga a esa idea, y terminemos entrando sin necesidad en una gran contradicción.

–Dilma diría: “Está bien, Ignacio, pero yo tengo que gobernar Brasil y terminar con la miseria”.

–Es que la preocupación ecológica y la social no se oponen. El Forum apreció mucho que Dilma haya decidido venir aquí y no haya viajado al Foro de Davos. Cuando Lula vino y dijo que luego se marchaba a Davos, alguien le dijo: “No se puede servir a dos amos a la vez”. Es una frase bíblica. “Hay que escoger.”

–Quizá Lula necesitaba ir a Davos porque también eso ayudaba a la consolidación política de su gobierno y en cambio hoy Brasil no necesita de Davos.

–Claro, las condiciones cambian. Y el foro debe cambiar también. Antes muchos dirigentes o presidentes venían a nutrirse. Chávez y Lula, a quienes ya nombré. También Evo Morales, Rafael Correa y Fernando Lugo. Para algunas discusiones, una reunión del foro puede tener hoy un mayor sentido en Europa, para discutir allí mismo la tremenda crisis. El año próximo está previsto que tenga lugar en un país árabe, porque los movimientos sociales no sólo se están desarrollando, sino que han conseguido ganar en dos países. Y hay nuevas discusiones, por ejemplo entre movimientos sociales laicos y movimientos sociales islamistas.

–¿Qué podría discutirse en Europa?

–En Europa hay ya algunas discusiones que se producían en América latina. Una idea de que la política está gastada y hace falta una renovación política. Que la sangre y la vitalidad nueva van a venir por el movimiento social. De esa vitalidad puede surgir un cambio. Este foro no tendría el mismo sentido organizado en Madrid, Atenas o Barcelona, donde hay sociedades que sufren y a la vez registran en algunos sectores gran voluntad de cambio. Aquí, en Sudamérica, por suerte para ustedes, hay situaciones donde la preocupación es seguir creciendo y cómo hacerlo mejor.

–¿No hay un riesgo de endiosar a los movimientos sociales como factores de cambio? Si no hay construcción política, ¿no se diluyen?

–Sí, es importante ver cómo se pasa de un momento a otro. Todavía no estamos en esa etapa en Europa, me parece. Aún no. Nadie expresa mejor el sufrimiento social que el movimiento social. Pero si no se da el paso a la política, todas las grandes crisis siempre sirven a la extrema derecha, que aparece como bajo la forma de movimientos y partidos antisistema. Prometen los cambios más radicales, demagógicos, transformacionales. Es importante que el sufrimiento social se encarne en movimientos que tengan vocación de implicarse en la política.

–¿Por qué todavía no ocurre ese paso?

–Entre otras cosas, en mi opinión, porque hacen falta líderes. Hasta el momento el movimiento social incluso rechaza tener líderes. Son muy igualitaristas desde el punto de vista del funcionamiento democrático. Es como la enfermedad infantil del movimiento social. Ya llegará el momento de la adolescencia o la madurez, cuando seguramente se generarán líderes. No líderes salvadores. Hablo de dirigentes democráticos que puedan entender al movimiento social y ayudarlo a encontrar respuestas. Después de la crisis del sistema político venezolano, el final de lo que se llama el “puntofijismo”, ¿habría habido cambios sin Chávez y lo que él representaba? Y me hago la misma pregunta con Ecuador y Correa, Bolivia y Evo, Brasil y Lula, la Argentina y Kirchner.

–¿Y cómo funciona la relación entre los líderes, los movimientos y los partidos en esos países de Sudamérica?

–Mi percepción es que hoy los partidos tienen menos influencia que hace diez años y los movimientos sociales también porque los gobiernos están haciéndolo todo. Los líderes de los gobiernos conducen el cambio. Hubo una energía social que produjo el cambio pero el cambio está tan encarrilado que a veces hay una desvitalización de la política que paradójicamente no molesta demasiado.

–Tal vez con las construcciones políticas ocurra lo mismo que con los ciclos económicos. Quizá deban o puedan ser realizadas antes de que el ciclo actual de gobiernos sudamericanos termine.

–La función de estos gobiernos es muy semejante a la de los gobiernos europeos de los años ’50 que, esencialmente, fueran conservadores o progresistas, tenían como funciones construir el Estado de bienestar, reconstruir cada país después de la guerra y aumentar el nivel de vida de la gente. Eso les dio 40 años de estabilidad política. Pero se terminó. Si los neoprogresistas sudamericanos no lo hacen demasiado mal, quizás haya por delante varios decenios como si fueran la socialdemocracia nórdica. Hoy mejoran estructuras, el nivel de vida, crean trabajo. No es casualidad que sean gobiernos neoprogresistas los que están trabajando bien. Así ocurrió con los viejos partidos socialdemócratas. Además, la construcción del Estado de bienestar y el aumento del nivel de vida termina con cualquier tipo de recurso para las oposiciones tradicionales conservadoras. Ahora la gente percibe cómo los países reconstruyen sociedades derruidas. Las favelas eran pensadas como una fatalidad. Para la derecha, era así porque es así. Pero la fuerza de la derecha desapareció, y también el elemento militar. Las leyes de la memoria son las que deben culpabilizar –sin venganza, con documentos y base histórica sólida– y establecer responsabilidades. No vengarse, sino terminar con la impunidad. A pesar de que lo que voy a decir parece escandaloso, estamos en el momento más fácil de Sudamérica. Si no hay errores y una gestión tranquila, los gobiernos de signo neoprogresista pueden quedarse en el poder mucho tiempo. Por eso hay que pensar bien las sucesiones políticas. En la Argentina eso funcionó bien. En Brasil, lo de Lula fue ejemplar. Es una lección. Y por eso hoy Dilma tiene más aprobación popular de la que tenía Lula en su primer año de gobierno.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-186473-2012-01-29.html
http://www.cubadebate.cu/wp-content/uploads/2012/01/siria-terroristas-tr.jpg
3.
Atentado contra gasoducto en Siria, mientras Occidente recrudece campaña mediática

“Un grupo de terroristas armados”, según los calificó la agencia siria estatal de noticias, Sana, atentó contra un gasoducto en las cercanías de la frontera con el Líbano, en la provincia de Homs. La explosión causó la fuga de unos 460.000 metros cúbicos de gas, según se informa por el momento.

No es la primera vez que esta tubería sufre un ataque. A principios de este mes, tuvo lugar otro atentado contra el gasoducto, calificado por las autoridades de ‘terrorista’. Sin embargo, en aquella ocasión no provocó un daño significativo.

La situación en Siria viene exacerbándose desde marzo pasado, cuando estallaron las primeras protestas antigubernamentales. Países occidentales acusan al régimen sirio de reprimir a los manifestantes que demandan reformas democráticas y la dimisión del presidente Bashar al Assad.

Por su parte, la prensa occidental arreció su campaña mediática contra el gobierno de Bashar Al Assad, reforzando las etiquetas de “guerra civil” y “masacres” para referirse a los enfrentamientos que tienen lugar entre fuerzas leales y adversarias al Presidente. El diario español ABC titulaba ayer “Rebelión a las puertas de Damasco”, subrayando que en Túnez, Egipto y Libia el control de la capital había sido clave para el “derrocamiento de la Revolución”. El Mundo, por su parte, aseguraba que las fuerzas de Bashar Al Assad bombardeaban los alrededores de la capital, pero nada decía de las agresiones armadas de fuerzas de la oposición.

Las autoridades sirias han asegurado que a la oposición la representan varios grupos insurgentes que reciben armas y recursos desde el extranjero y que una gran parte de ellos son terroristas, responsables de los numerosos atentados que desde finales de diciembre sacuden al país.

http://www.cubadebate.cu/wp-content/uploads/2012/01/portaaviones-tr.jpg
Buques de guerra hacia el Mar Rojo
4.
Envía EE.UU dos buques de guerra con misiles al Mar Rojo

Dos buques de guerra de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, el submarino nuclear USS Annapolis y el destructor USS Momsen, pasaron por el canal de Suez y salieron del mar Mediterráneo al mar Rojo. Ambas embarcaciones están equipadas con sistemas de lanzamiento de misiles de crucero Tomahawk.

Cuando las naves pasaban por el canal de Suez, las autoridades egipcias elevaron las medidas de seguridad, temiendo que sean blancos de ataques por parte de terroristas.

No se informó adónde se dirigen el submarino y el destructor, pero los expertos señalan que últimamente EE. UU. viene aumentando su presencia en la región del Golfo Pérsico. En particular, hace una semana llegó a esa zona una flota, encabezada por el portaaviones de propulsión nuclear USS Abraham Lincoln, apodado ‘Abe’, junto con un barco británico y uno francés.

También en la región del Golfo Pérsico está presente otro grupo de buques de guerra, encabezado por el portaaviones Carl Vinson, mientras se espera que en marzo llegue el portaaviones Enterprise. Los expertos no excluyen que el submarino Annapolis y el destructor Momsen se dirijan a la misma zona.

El hecho tuvo lugar en un contexto caracterizado por el aumento de la tensión en las relaciones entre Occidente e Irán, provocado por las divergencias sobre el programa nuclear del país islámico. EE. UU. y Europa amenazaron con trabar las exportaciones del petróleo iraní. Teherán, a su vez, respondió con la advertencia de cierre el estrecho de Ormuz, por dónde circula una cuarta parte del crudo que se extrae a nivel mundial.

Washington declaró que aplicaría la fuerza para impedir el bloqueo de esa vía marítima y prometió crear un arma capaz de destruir las instalaciones subterráneas nucleares de Irán. El Pentágono pidió al Congreso los recursos adicionales para aumentar la potencia de su bomba más potente, apodada en los medios como “destructora de bunkers”.

Pero en la actualidad, los militares estadounidenses confiesan hasta esta bomba todavía no es capaz de eliminar las plantas nucleares subterráneas iraníes. Al mismo tiempo el jefe del Pentágono, Leon Panetta, declaró que Irán puede crear un arma nuclear en un año y los dispositivos para transportarla, durante dos o tres años. Para EE. UU. e Israel esa sería la fecha límite. En ese sentido, Panetta sostuvo que no se puede negar ningún tipo de medidas contra el programa nuclear de Irán.

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5.
Discurso de Raúl Castro: “El rumbo ya ha sido trazado”

Discurso del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la clausura de la Primera Conferencia Nacional del Partido, en el Palacio de Convenciones, el 29 de enero de 2012, “Año 54 de la Revolución”. (Versiones Taquigráficas - Consejo de Estado)

La Primera Conferencia Nacional del Partido que hoy concluye sus sesiones ha estado dedicada, en correspondencia con la convocatoria librada por el 6to Congreso, a evaluar con objetividad y sentido crítico el trabajo del Partido, así como determinar con voluntad renovadora las transformaciones necesarias para situarlo a la altura que demandan las actuales circunstancias.

No olvidemos que solo el Partido, como institución que agrupa a la vanguardia revolucionaria y garantía segura de la unidad de los cubanos en todos los tiempos, solo el Partido, repito, puede ser el digno heredero de la confianza depositada por el pueblo en el único Comandante en Jefe de la Revolución Cubana , el compañero Fidel Castro Ruz (Aplausos).

No me detendré a exponer los datos de los participantes en el proceso de discusión del proyecto de Documento Base ni las numerosas modificaciones que resultaron del mismo, considerando el informe presentado por el Segundo Secretario del Comité Central, compañero José Ramón Machado Ventura, en la inauguración de este evento, que como todos conocen no comenzó ayer, sino casi inmediatamente después de la clausura del Congreso del Partido.

Tras la elaboración del primer borrador del Documento y su posterior análisis en múltiples reuniones del Buró Político y del Secretariado antes de la discusión en las organizaciones de base del Partido y la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), durante los meses de octubre y noviembre del pasado año, sus resultados fueron analizados por el Tercer Pleno del Comité Central, celebrado el 21 de diciembre de 2011.

También en las primeras semanas de este mes, a nivel de provincia, se realizó el estudio y discusión por parte de los delegados a la Conferencia y otros cuadros. En total se elaboraron nueve versiones del Documento.

A diferencia del proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución , cuyo debate incluyó, en uno u otro modo, a toda la población, el Documento Base de la Conferencia , dado su alcance menos abarcador y su enfoque más dirigido al funcionamiento interno del Partido fue analizado por toda la militancia, si bien nuestro pueblo conoció íntegramente su contenido a través de los medios de prensa.

Por otra parte, en el proceso preparatorio de la Conferencia fue debatido el papel de los militantes en interés del perfeccionamiento de las relaciones del Partido con la UJC , la Central de Trabajadores de Cuba y demás organizaciones de masas, de manera que las mismas incrementen, en las actuales condiciones, su protagonismo e influencia en la sociedad.

Como era de esperar, desde la publicación del Documento no han faltado las críticas y exhortaciones de quienes, confundiendo sus más íntimas aspiraciones con la realidad, se ilusionaron con que la Conferencia consagraría el inicio del desmontaje del sistema político y social conquistado por la Revolución , a lo largo de más de medio siglo, con el apoyo de la mayoría de los cubanos.

En este sentido, no fue nada casual que el primer objetivo del mismo exprese: “El Partido Comunista de Cuba, fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, es fruto legítimo de la Revolución , al propio tiempo su vanguardia organizada y quien garantiza, junto al pueblo, su continuidad histórica”. Este concepto, al que jamás renunciaremos, se encuentra en plena correspondencia con el artículo cinco de la Constitución de la República , aprobada en referendo por el 97,7 por ciento de los electores, mediante el voto libre, directo y secreto.

Nuestros adversarios y hasta algunos que simpatizan con nosotros, abstrayéndose de la historia de permanente agresión, bloqueo económico, injerencia y el cerco mediático, expresado en las incesantes campañas de la prensa supuestamente libre, subordinada en su mayoría a los intereses imperiales predominantes, todo lo cual ha debido enfrentar la Revolución Cubana , nos exigen, como si se tratara de un país en condiciones normales y no una plaza sitiada, la reinstauración del modelo multipartidista que existió en Cuba bajo el dominio neocolonial de los Estados Unidos.

Renunciar al principio de un solo partido equivaldría, sencillamente, a legalizar al partido o los partidos del imperialismo en suelo patrio y sacrificar el arma estratégica de la unidad de los cubanos, que ha hecho realidad los sueños de independencia y justicia social por los que han luchado tantas generaciones de patriotas, desde Hatuey hasta Céspedes, Martí y Fidel.

Con el fin de organizar la lucha por la independencia de Cuba y Puerto Rico concibió Martí la creación de un solo partido político, el Partido Revolucionario Cubano, según sus propias palabras: “Para fomentar la revolución de modo que puedan entrar en ella… todos los cubanos de buena voluntad:… Todos los que amen a Cuba, o la respeten”.

Cuando ya la victoria sobre España era inminente, después de treinta años de guerra, se produjo la intervención norteamericana y una de las primerasmedidas fue disolver ese partido, al igual que el glorioso Ejército Libertador, para dar paso a lo que vino después, el multipartidismo de la república burguesa y la creación de un nuevo ejército con su represiva guardia rural incluida, garantía del dominio absoluto de todas las riquezas de la nación, de las que se apropiaron en los cuatro años de la primera ocupación militar.

Ese fue el triste final de los dos pilares de la revolución independentista, el Partido y su Ejército Libertador, resurgidos exactamente al cabo de 60 años bajo la conducción de Fidel, inspirado en las enseñanzas de Martí. No permitiremos jamás que esa historia se repita.

No es mi propósito, en esta intervención, hacer un recuento de la evolución histórica del término Democracia, desde su conceptualización en la antigua Grecia, como el “poder del pueblo”, aunque la mayoría esclava no contaba para nada. Tampoco pretendo filosofar sobre la vigencia y utilidad de la llamada democracia representativa, que en definitiva es harto conocido que ha devenido invariablemente en la concentración del poder político en la clase que detenta la hegemonía económica y financiera de cada nación, donde las mayorías tampoco cuentan y cuando se manifiestan, como sucede en estos precisos momentos en muchos países, son brutalmente reprimidas y silenciadas con la complicidad de la gran prensa a su servicio, también transnacionalizada.

El mejor argumento es el que nos ofrece la democracia norteamericana, la cual se pretende imponer como modelo a todo el mundo, en la que se alternan el poder los partidos Demócrata y Republicano defendiendo, sin mayores diferencias, los intereses del mismo gran capital, al cual ambos se subordinan.

Ahí están, por citar unos pocos ejemplos, la Base Naval de Guantánamo, territorio ocupado por Estados Unidos ilegalmente, contra la voluntad del pueblo cubano y que así ha permanecido por más de 100 años, con independencia del partido en el poder en ese país, que tanto proclama la defensa de los derechos humanos al tiempo que, a pesar de las promesas del actual presidente, mantiene allí, hace una década, una prisión, donde en un limbo legal en estos momentos más de 170 ciudadanos extranjeros son sometidos a torturas y vejaciones.

El segundo ejemplo, la invasión por Playa Girón, concebida y planificada por un presidente republicano, Eisenhower, y llevada a cabo por el presidente Kennedy, apenas tres meses después de tomar posesión, que era del Partido Demócrata; y por último, el bloqueo económico, que ha perdurado medio siglo, sin importar si es republicano o demócrata quien ocupa la Casa Blanca.

Sin el menor menosprecio a ningún otro país por tener sistemas pluripartidistas y en estricto apego al principio del respeto a la libre determinación y la no injerencia en los asuntos internos de otros estados, consagrado en la carta de las Naciones Unidas, en Cuba, partiendo de sus experiencias en la larga historia de luchas por la independencia y soberanía nacional, defendemos el sistema del partido único frente al juego de la demagogia y la mercantilización de la política.

Si hemos escogido soberanamente, con la participación y respaldo del pueblo, la opción martiana del partido único, lo que nos corresponde es promover la mayor democracia en nuestra sociedad, empezando por dar el ejemplo dentro de las filas del Partido, lo que presupone fomentar un clima de máxima confianza y la creación de las condiciones requeridas en todos los niveles para el más amplio y sincero intercambio de opiniones, tanto en el seno de la organización, como en sus vínculos con los trabajadores y la población, favoreciendo que las discrepancias sean asumidas con naturalidad y respeto, incluyendo a los medios de comunicación masiva, mencionados varias veces en los Objetivos aprobados en esta Conferencia, los que deberán involucrarse con responsabilidad y la más estricta veracidad en este empeño, no al estilo burgués, lleno de sensacionalismo y mentiras, sino con comprobada objetividad y sin el secretismo inútil.

A este fin es necesario incentivar una mayor profesionalidad entre los trabajadores de la prensa, tarea en la que estamos seguros contaremos con el apoyo de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), los medios de comunicación y de los organismos e instituciones que deben tributarles información fidedigna y oportuna para, entre todos, con paciencia y unidad de criterio, perfeccionar y elevar continuamente la efectividad de los mensajes y la orientación a los compatriotas.

Al propio tiempo, la conformación de una sociedad más democrática contribuirá también a superar actitudes simuladoras y oportunistas surgidas, al amparo de la falsa unanimidad y el formalismo en el tratamiento de diferentes situaciones de la vida nacional.

Es preciso acostumbrarnos todos a decirnos las verdades de frente, mirándonos a los ojos, discrepar y discutir, discrepar incluso de lo que digan los jefes, cuando consideramos que nos asiste la razón, como es lógico, en el lugar adecuado, en el momento oportuno y de forma correcta, o sea, en las reuniones, no en los pasillos. Hay que estar dispuestos a buscarnos problemas defendiendo nuestras ideas y enfrentando con firmeza lo mal hecho.

Ya hemos dicho en otras ocasiones y así también se recogió en el Informe Central al 6to Congreso, que lo único que puede conducir a la derrota de la Revolución y el Socialismo en Cuba, sería nuestra incapacidad para erradicar los errores cometidos en los más de 50 años transcurridos desde el primero de enero de 1959 y los nuevos en que pudiéramos incurrir en el futuro.

No ha existido ni existirá una revolución sin errores, porque son obra de la actuación de hombres y pueblos que no son perfectos, enfrentados además, por primera vez, a nuevos y descomunales retos. Por eso creo que no hay que avergonzarse de los errores, lo grave y bochornoso sería no contar con el valor de profundizar en ellos y analizarlos para extraerles las enseñanzas a cada uno y corregirlos a tiempo.

En este sentido, por su permanente vigencia, es oportuno recordar las palabras del compañero Fidel el 28 de septiembre de 1986 al clausurar el Tercer Congreso de los CDR, cuando señaló: “La lucha contra las tendencias negativas y la lucha contra los errores cometidos continuarán indefectiblemente, porque tenemos el deber sagrado de perfeccionar todo lo que hacemos, perfeccionar la Revolución, tenemos el deber sagrado de no estar satisfechos jamás, ni siquiera cuando creamos que estamos haciendo las cosas bien hechas, mucho menos vamos a estar satisfechos cuando sabemos que no están haciéndose todas las cosas lo bien hechas que tienen que hacerse”.

La generación que hizo la Revolución ha tenido el privilegio histórico, pocas veces visto, de poder conducir la rectificación de los errores cometidos por ella misma, muestra elocuente de que no tuvieron una repercusión estratégica, de lo contrario, no estaríamos hoy aquí. No pensamos, a pesar de que ya no somos tan jóvenes, desaprovechar esta última oportunidad.

Al referirme a este asunto, me siento en el deber de alertar, una vez más, que no caigamos en la ilusión de creer que las decisiones adoptadas en esta Conferencia Nacional y ni tan siquiera los acuerdos de alcance estratégico adoptados por el 6to Congreso, constituyen la solución mágica a todos nuestros problemas.

Para impedir que nuevamente caigan en saco roto las instrucciones del Partido, el Buró Político decidió, al igual que como se indicó en su momento con respecto a la marcha de la actualización del modelo económico y el cumplimiento de los planes anuales y el presupuesto, que los plenos del Comité Central analicen dos veces al año la aplicación de los Objetivos de trabajo del Partido aprobados por esta Conferencia. Del mismo modo procederán los comités provinciales y municipales del Partido, en la forma y frecuencia que establezca el Comité Central.

La experiencia nos ha enseñado que aquello que no se controla con efectividad, no se cumple o se ejecuta superficialmente.

Se impone trabajar y perseverar con Orden, Disciplina y Exigencia por hacer realidad los Lineamientos de la Política Económica y Social, igual que los Objetivos aprobados en este evento, dejar atrás el lastre de la vieja mentalidad y forjar con intencionalidad transformadora y mucha sensibilidad política la visión hacia el presente y el futuro de la Patria , sin abandonar, ni por un instante, el legado martiano y la doctrina del marxismo leninismo que constituyen el principal fundamento ideológico de nuestro proceso revolucionario.

Para lograr el éxito en este empeño es imprescindible, como se expresa en el objetivo número 37, “fortalecer la unidad nacional en torno al Partido y la Revolución, estrechar el vínculo permanente con las masas y consolidar la convicción de preservar la nación cubana y las conquistas económico-sociales, sobre la base de que Patria, Revolución y Socialismo, están fusionados indisolublemente”.

Ahora bien, el meollo del asunto no está en haber formulado adecuadamente ese objetivo o cualquier otro, sino en determinar las vías y formas en que lo llevamos a la práctica, con la máxima firmeza, de manera que podamos evaluar con integralidad cuánto y cómo avanzamos, detectar a tiempo las tendencias negativas y ser capaces de movilizar a la militancia y al pueblo en la consecución del objetivo en cuestión.

Esto mismo es aplicable a los enunciados relacionados con la Política de Cuadros, área que como también expresa el Informe Central del 6to Congreso, sufrió los efectos de la improvisación y la falta de previsión y sistematicidad, trayendo como secuela que no contemos todavía con una reserva de sustitutos experimentados y maduros, con preparación suficiente para asumir las complejas funciones de dirección en el Partido, el Estado y el Gobierno, tarea que por razones obvias, como todos comprenderán, reviste una importancia estratégica para la Revolución y en la cual trabajamos sin precipitación, pero sin pausa, en el cumplimiento de los acuerdos del Congreso.

Aprovecho la ocasión para ratificar que en la medida en que avancemos en la definición de todos los ajustes que será necesario introducir a la Constitución de la República y al marco legislativo complementario, entre otros asuntos, implementaremos la decisión de limitar a un máximo de dos períodos consecutivos de cinco años, el desempeño de los cargos políticos y estatales principales. Al respecto, considero que una vez definidas y acordadas las políticas por las instancias pertinentes podemos iniciar su aplicación paulatina sin esperar por la reforma constitucional, recurso al que no debemos estar acudiendo a cada rato, o sea, ir a modificar algo de la Constitución, aunque sea por el propio Parlamento, sin necesidad de referendo. Igualmente deberán modificarse en ese sentido los Estatutos y otros documentos rectores del Partido.

Al hablar de estos temas, no puede dejar de mencionarse la importancia de asegurar que la autoridad moral del Partido, de sus militantes y en especial de los dirigentes, en todos los niveles, se fundamente en el ejemplo personal, a partir de demostradas cualidades éticas, políticas e ideológicas y el permanente contacto con las masas.

La Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes, que tanta sangre costó a nuestro valeroso pueblo, dejaría de existir sin efectuarse un solo disparo por el enemigo, si su dirección llegara algún día a caer en manos de individuos corruptos y cobardes.

Estos conceptos, que no son nada nuevos, bien vale la pena tenerlos siempre presentes por el daño real y potencial que para el presente y futuro de la nación significa el fenómeno de la corrupción.

En las últimas semanas los diputados de la Asamblea Nacional y numerosos cuadros y funcionarios de todo el país, han recibido copiosa información acerca de algunos procesos investigativos, que en esta materia desarrollan los órganos especializados del Ministerio del Interior, en estrecha armonía con la Fiscalía y la Contraloría General de la República. A su debido tiempo, luego del pronunciamiento de los tribunales correspondientes, toda nuestra población conocerá con amplitud estos hechos.

No hace mucho, al intervenir en la clausura de las sesiones del Parlamento el pasado mes de diciembre, me referí a la convicción de que la corrupción es, en la etapa actual, uno de los principales enemigos de la Revolución, mucho más perjudicial que el multimillonario programa subversivo e injerencista del gobierno de Estados Unidos y sus aliados dentro y fuera del país. También dije que en lo adelante no permitiríamos que las acciones de enfrentamiento al delito fueran efímeras, como ciertamente nos ha sucedido en otras ocasiones.

Afortunadamente, sin el menor ánimo de restarle gravedad a este mal bastante generalizado en el planeta, considero que nuestro país puede ganarle la batalla a la corrupción, primero frenarla y luego liquidarla sin contemplaciones de ningún tipo. Ya advertimos que en el marco de la ley seremos implacables con el fenómeno de la corrupción.

Con frecuencia, varios de los implicados en los casos detectados ostentaban la militancia del Partido, demostrando fehacientemente su doble moral y el empleo de esa condición para agenciarse posiciones en las estructuras de dirección, violando de manera flagrante los deberes de un militante comunista, establecidos en los Estatutos.

Por ello, sin esperar a la revisión que se ejecuta en el marco de la actualización de los documentos rectores del Partido, el Tercer Pleno del Comité Central, celebrado en diciembre pasado, precisó que la sanción a aplicar a quienes participen en hechos de corrupción no puede ser otra que la expulsión de las filas del Partido, sin menoscabo de la responsabilidad administrativa o penal que corresponda, pues hasta ahora, como práctica, esta medida -la de expulsión- era excepcional y se reservaba a casos de traición a la Patria y delitos graves.

No nos cabe la menor duda de que la enorme mayoría de los ciudadanos y los cuadros de dirección son personas honestas, pero sabemos que eso no es suficiente, no basta con ser honrados y parecerlo, hay que pelear y enfrentarse, pasar de las palabras a la acción.

Es cierto que el Partido desde hace años venía librando el combate contra este flagelo; sin embargo, este andaba por un lado y el Gobierno por otro. Para asegurar el éxito es preciso que el Partido asuma definitivamente la conducción del proceso, lo cual no significa en lo más mínimo que suplantará las funciones que a cada institución le pertenecen.

El Partido, en primer lugar, exigirá a todos responsabilidades por el cumplimiento de sus obligaciones, sin intervenir en la administración, pero sí llamar la atención, alertar y luchar allí, desde el núcleo, el municipio, hurgar, pensar y volver a pensar en cómo movilizar al conjunto de las fuerzas en ese empeño. Cada vez que hagamos eso, vamos a comprobar que la correlación de fuerzas en todos los sentidos nos favorece en este empeño de derrotar la corrupción. La importancia hay que dársela a la organización y constancia de esa lucha.

Además, esta no es función exclusiva de los militantes, es también un deber de cada ciudadano y ciudadana, militante o no, que se preocupe por su país.

Vale en este contexto retomar, por su actualidad, conceptos definidos desde 1973, hace casi 40 años, como parte del proceso preparatorio del Primer Congreso.

El Partido debe estar en capacidad de dirigir al Estado y al Gobierno, controlar su funcionamiento y el cumplimiento por ellos de las orientaciones trazadas, estimular, impulsar, coadyuvar al mejor trabajo de los órganos de gobierno, pero en ningún caso sustituirlos. Los dirige mediante el control, y este término debe entenderse en la acepción de comprobar, examinar y revisar, nunca en el sentido de intervenir o mandar.

Aunque no está en el texto, está en el pensamiento de todos, de toda la masa de militantes, que en el Partido debe acabarse definitivamente el “mandonismo” su fuerza es moral, no jurídica, por eso hay que tener moral para dirigir el Partido y llevar a la masa de militantes ese espíritu, ¡es la fuerza moral!

El Partido dirige controlando que sus directivas, junto a las del Estado y el Gobierno, se ejecuten apropiadamente por quienes corresponda.

La organización partidista controla por intermedio de sus estructuras y de todos sus militantes, de arriba a abajo y viceversa, lo cual no niega el papel de control que el Gobierno realiza sobre la actividad administrativa a su cargo.

El control es simultáneo, pero no presupone interferencias. En una empresa de la producción o los servicios, este se ejerce por la administración de la entidad, por sus niveles superiores y por organismos estatales o gubernamentales, según competa, ya sea la Contraloría , la Fiscalía , los bancos, las oficinas de la administración tributaria, etcétera.

Las organizaciones del Partido en la base llevan a cabo el control mediante el accionar de sus militantes, ya sean simples trabajadores o dirigentes, apremiando con el ejemplo, del que emana su autoridad, que la administración se atenga estrictamente al cumplimiento de las normativas jurídicas vigentes, sin dejar de trasmitir a los organismos políticos superiores la información pertinente. El Partido controla que

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