El viejo se llevó un montón de alegrías que ahora Ponciano, trato de rescatar en estas memorias del que en vida fuera Villergas, el más harragán de todos los profesores de la nación, y el más divertido de todos los chiveadores del pueblo el más grande juglar que Ateolandia Libertad haya producido en los últimos cien años. Ayer, a las 3:p. m. un viento huracanado sacudió la comunidad acompañado de una horrible tormenta que ahogó los polo del monje trapense y cuarenta vacas de Johnny BillMaker del rancho El Trancazo perecieron ahorcadas en los enormes bejucos cuando trataban de huir de una lluvia de rayos que devastaron gran parte de la fauna y la flora de Ateolandia.
El doctor Calixto Espino viejo filósofo del pueblo exclamo que todos estos sucesos era la negación celestial para no dejar entrar a un mentiroso como lo fue Villergas al reino de los escogidos y sin embargo prefieren dejar entrar a muchos escogidos y que haya sido bien cogidos.
El ingeniero Angelo Carello quien lo acompaño en los últimos minutos de su vida expresó que Villergas había muerto de encule prolongado ya que tres de las cientos de novicias populares eran quienes lo ordeñaban continuamente; no sólo -exclamo Carrello - murió de encule prolongado, sino de una fiebre incontrolable de contínuos celos al haberse dado cuenta que una de sus niñas, la Raspahielo, había sido vista haciéndole el sexo en la cama del camión al Indio Rogelio ex alcalde de los Rojinoles.
Fue tanta la prisa de sus dolientes alegres por su muerte que inmediatamente que el juez Mauro Girón leyera el fallo forense los alegres dolientes rompieron con los ritos tradicionales de Ateolandia al haberlo ido a zampar dieciocho cuartas bajo tierra sin haber hecho ningún velorio ante lo cual los amigos de Villergas condenaron la avaricia de los contentos indolentes dolientes expresando que lo habían ido a botar inmediatamente para no dar café y tamales en la vela. El sacerdote Chico Medina se negó a ofrecer la misa a la que todos los muertos tienen derecho aduciendo que Villergas fue quien terminó con el vino de consagrar de la iglesia de los ateos, fue un juglar multifacético que en sus viajes al puerto se ponía la cuellera y la túnica que le robara al reverendo don Chusito Pocas cachas, y de inojos frente a los comedores del puerto se ponía a rezar la bienaventuranzas de los pescadores: " Bienaventurados los pescadores, que viviendo en la arena jamás han sido de ARENA, de ellos serán el Reino del Señor… Medardo González. Bienaventuradas todas las mujeres de los puertos por dejar a los marineros tuertos, y dejarlos después de las polvaredas casi muertos, de ellas será el reino del Señor…" No terminaba de recitar las jerigonzas iglesieras cuando las mujeres de la playa le servían grandes bocas coloradas, acompañados de cerveza en ausencia del vino de consagrar.
En sus setenta años de vida, durante los cuales jamás trabajó, Villergas estuvo presente en miles de velorios donde siempre despedía al muerto con el siguiente villancico con música del caimán : " Una vieja se fue a mear al pie de una sepultura el muerto saca la mano y le toca la rajadura, amén, se va el caimán, se va el caimán … " Este sábado veintitrés de septiembre de Dos Mil Once, en el cielo de Ateolandia, se vieron largas lenguas de fuego, los caballos se montaban en las vacas, los toros en las yeguas , las gallinas en vuelo suicida quedaban achicharradas en los alambres eléctricos, si embargo en lugar de afligirse los moradores de Ateolandia sencillamente expresaron que era el alma del difunto jugando mica con el diablo.
Villergas, aunque fue profesor titulado y nombrado en una escuela local jamás dio una clase, pero, siempre estuvo anuente a darles certificado de fin de años a los estudiantes aunque no hubieran ido como él ni un día a la escuela. Un supervisor escolar que no podía leer y apeas escribir le dio el premio de cálculo aduciendo que el profesor fue el mejor calculador hacia cual esquina tiraba los chivos en el ruedo en el que siempre fue acompañado por el alcalde Santiago Ráfaga que por cincuenta años se ha jugado la ayuda que el Estado y las Naciones Unidas han brindado a Ateolandia.
Los universitarios dirigidos por el rector de la universidad local Ingeniero Vidal Lala le llevaron una inmensa corona de ramas de cagalero como muestra de simpatía y agradecimiento al juglar Villergas por haber sido el mejor relator oral de la Lotería de Atiquizaya adonde todas las mujeres le echa tufo la raya, y de las estrofas del Caimán afirmando que al que no coge le dan.
Paz a los restos incestos de Villergas que por setenta años vivió haraganeando contando mentiras, chiveando y siempre a verga.
La Comunidad de Ateolandia lo llora… por no haberse muerto antes…Amén!
La secta de ateos de Ateolandia.
Pastor Balta Contreras.
Magistrada Esperanza Peluzza .
Ingeniero Modesto Bonilla.
Juez Mauro Girón
Jefe de los naiperos del atardecer.
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