CULTURA, HECHOS Y NO PLABRAS!

EL FOGÓN IDELÓGICO

PARA LOS

LECTORES Y LECTORAS

REVOLUCIONARI@S DEL MUNDO

A mi hijo Paul Fortis-Mair.

Casi nada se oye sobre la Secretaria de Cultura y bueno lo correcto considero, es opinar y recomendar sin intención de dañar a nadie, lo cual no significa que tenga que saludar con la testuz doblada, si las cosas van mal ante los ojos del consenso nacional e internacional.

Si por cultura entendemos la expresión acabada del pensamiento colectivo o la máxima expresión del pensamiento de una comunidad, considero que es deber de todas las partes formantes contribuir al desarrollo y enriquecimiento de dicha expresión colectiva sin anteponer a dicha contribución intereses dañinos individuales que, demostrado está, no contribuyen en nada al engrandecimiento del patrimonio artístico nacional, al fin y al cabo, los verdaderos creadores no necesitan oficinas o puestos encumbrados, sino los medios para producir su obra y entregarla al pueblo.

Para quien dirija la oficina o Secretaria de Cultura debe tomar en cuenta que lo más importante es apoyar la creación, desarrollo y difusión de la obra artística y no pasarse la vida o el período para el cual han sido designado haciendo planes de los cuales el pueblo y la comunidad artística nunca se da cuenta y en consecuencia se desconoce la objetividad de los mismos.

Pregunto: Por qué no se presenta teatro al pueblo, por qué no se dan recitales populares, por wue no se organiza la caravana artista nacional por la paz contra la violencia, por qué nunca se oye de talleres en la diversidad de las bellas artes, por qué en las Casas de Cultura lo menos que se hace es cultura, por qué nuestro pueblo no tiene el hábito de lectura, por qué no se impulsa la publicación y difusión de los nuevos creadores, dónde están las exposiciones permanentes de nuestros buenos pintores y escultores, cuales son los lineamientos culturales de la escuela salvadoreña en todos los niveles, dónde están los programas sinfónicos nacionales, dónde están las bandas regimentales y escolares alegrando al pueblo, dónde está el apoyo estatal a nuestras hermanas y hermanos creadores populares, cuál es la ayuda financiera para nuestros artistas, que se está haciendo para motivar a nuestra infancia para la creación artística, donde están nuestro teatro y coros infantiles, cuál es el impulso al arte nativo de nuestros pueblos originales, cuales son los talleres artísticos infantiles que se están dando, cual es la orientación cultural al periodismo nacional?

Todas estas preguntas no encontrarán respuestas correctas si todas las partes interesadas no participamos en dárselas y la Secretaría de Cultura, en particular; tiene la obligación de ser la guía para encontrar dichas respuestas.

Nuestra cultura artística se desarrollará hasta que todos los creadores comprendamos que a lo largo de la historia la creación artística es producto más que todo del esfuerzo personal y que si queremos el apoyo estatal tenemos que empujar al estado con proposiciones objetivas sin mezquindad de intereses que no sean netamente artísticos, ya que cuando anteponemos intereses particulares, éstos llevan el germen subyacente de la destrucción en el individualismo elitista contrario a los intereses de la colectividad.

Los creadores somos nada más un medio, la obra de arte un fin, así; García Márquez, el genio humilde y el más humilde de los genios, declara que jamás imaginó que aquella frase: “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo", lo conduciría a días incansables de escritura constante y de creación maravillosa, de la misma forma: “ En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme” llevaría a Cervantes a la creación de la primer novela trascendental que la mente humana haya podido concebir en el reducto físico donde la escribió, o los escuálidos lugares donde los más grandes pintores en su soledad continua absorbidos por el silencio, hayan parido las obras más bellas que la plástica hay conocido hasta la actualidad o la enervación de la naturaleza en los tejidos del alma musical de los grandes compositores, todo lo cual es indicativo de libertad artística, de irreverencia al status quo y de autovaloración del ser para sí y además, la obra salida de las manos del artista se independiza y cobra su propia vida, los fenotextos o la fenomenología que la produjo quedó atrás, la obra pertenece a la interpretación de la colectividad humana y no de particulares, pensando como tales debemos de cooperar al desarrollo cultural del medio en que nos toca vivir, lo demás es sencillamente atavismo barato y callejero.

PAUL FORTIS