En el momento político que vive nuestro país se están dando manifestaciones de las corrientes políticas que arriba se apuntan y bueno, por el bien o el mal ciudadano tenemos que vivirlas y luchar por salir adelante con los cambios sociales que tanto necesita nuestro pueblo.
La izquierda propone cambios que si posiblemente buenos para la ciudadanía no se pueden forzar ni decretarlos por el simple hecho de que los proponentes de esos cambios no están en el poder y si lo están, lo están en forma aislada que no les da la fuerza para forzarlos a nivel de los tres poderes del estado.
La derecha con su partido tradicional hecho pedazos se agazapa y forma otros partidos que en nada cambiarán su forma de ver y hacer las cosas ya que representan la idolología del sistema, lo cual no significa que la derecha esté débil, hay que diferenciar entre los títeres del circo y los que tiran de los hilos de los mismos y los mueven a voluntad de los que están detrás del telón y que por lo tanto estarán siempre impulsando la explotación y el enriquecimiento ilícito para satisfacer su gula de poder basada en la explotación y expoliación de los trabajadores.
Los anarquistas que le hacen el trabajo a la derecha proclaman que aquí no hay cambios. Encerrados y encerradas en sus oficinas no se preocupan de contactar ministerios, alcaldías o al movimiento popular para darse cuenta lo que está sucediendo en la nación, es más, algunos de ellos que ayer fueron elegidos por el voto fraudulento, manifiestan su repudio a los procesos electorales y paradójicamente crean nuevos partidos electoreros no con otra finalidad que ser mantenidos por el Erario Nacional.
El gobierno y el partido están trabajando de acuerdo a la plataforma y si hay malos entendidos no son entre el ejecutivo y partido como tales, sino entre miembros particulares de ambos.
Cierto es que hay muchas cosas que no se están dando como se plantearon en la plataforma; pero hay que recordar que ni Mauricio era Presidente ni el Partido estaba en el gobierno como tal y que en toda campaña política se ofrece a sabiendas que no es lo mismo ofrecer que dar. La economía internacional no da visos de mejorar y los precios del café siendo nuestro rubro principal de exportación andan por el suelo.
Criticar malsanamente al Partido y al Gobierno (por parte de la militancia) equivale a estarnos destruyendo entre la militancia y no tomar en cuenta que el enemigo sigue fuerte y avanza en su campaña mediática contra el Gobierno, el Partido y el Pueblo. Los elementos políticos no partidarios que critican al partido y al gobierno, por supuesto tienen sus objetivos y su propia agenda y no es otra que resurgir como estrellas del muladar político en el que ahora se encuentran.
Como militante salvadoreño considero que es mi deber histórico trabajar con nuestras bases, con nuestro pueblo, llevando cultura, educación por la paz, gestionando microempresas, enseñándole y aprendiendo junto a nuestro pueblo a razonar con libertad, trabajando con el movimiento popular, con la sociedad civil para demandar cambios posibles y como escritor y poeta escribiendo para mi pueblo el cual está cansado de tanto bagazo del bagaje politiquero y clama por hechos y no palabras.
Enseñarle al pueblo a leer es aprender con él cuales son las necesidades prioritarias del mismo y las posibilidades del partido del pueblo y del gobierno para darle respuestas objetivas. Los anarquistas dirán que esto asistencialismo, mi pregunta es: qué hacen ellos por el pueblo?
Paul Fortis
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