A Celia María Hart Santamaría
Qué bello es contemplar en la alborada de la vida
La alegría suprema
La sonrisa plena de los niños
Que antes fueron prohibidas.
Ver alzarse la montaña en ímpetus floridos
Explotando como en la edad primera
Del manantial herido
Las flores de la eterna primavera.
Cantar por la alegría
De verte liberada patria mía
Abrazarte al final de la jornada
FARABUNTERRA MIA, AMADA MIA!
Ver a nuestros ancestros
Emanciparse por siempre de sus tumbas
Y con la luz de eternos aquelarres
Iluminar la Patria Farabunda.
Ver a los niños corriendo hacia la escuela
Por nunca más desierta
La maestra abrazando a sus hijitos
Las aulas repartiendo bendiciones
Con las puertas abiertas.
Marchar con mis hermanos y hermanas
A cumplir la tarea encomendada
Y en las horas tempranas
Saludar nuestra patria liberada.
Decir hasta aquí a los criminales
A la cleptocracia repugnante
Y ahocar en las plazas populares
A todos los malditos traficantes.
Cerrar cárceles y abrir escuelas
Cerrar prostíbulos y construir teatros
Repartiendo el producto del trabajo
Y de esa forma enterrar el hambre.
Que más! Dar la tierra a las manos que la cuidan
Que la hacen producir y que la aman
A aquellos@ que reclaman
El derecho natural de la semilla:
“Sembrad, creced, multiplicad
Cualitativamente
Y no hagáis de tu pueblo
Míseros penitentes”
Ver al fin, de la montaña y sus heridas.
La permanente erupción de vida
Y cantar a la patria liberada
La eterna Canción de la Alegría.
Nada más, nada menos
Final y principio de jornada
Abrazar para siempre con mi pueblo
Por siempre…la patria liberada!
Paul Fortis
Volcán de San Salvador.
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