Como te decía anoche Ponciano, hay que buscarla en ti mismo y que sea tu lucha permanente la búsqueda y posesión de la felicidad.
Será Ponciano qué la verdad, la libertad y la felicidad son la misma cosa? Quizá si, en mi caso personal esa trilogía es lo que me hace feliz. La verdad en la que creo que no es otra que el reflejo en los ojos infantiles, la libertad para hacer todo lo que es posible por la humanidad y la felicidad de hacer lo que hago.
Cada persona cumple un trabajo en esta vida, las compensaciones materiales no son tan importantes como las espirituales, la felicidad es interior y cualquiera que sea tu qué hacer, debes hacerlo bien y para hacerlo bien debes de amar lo que hacés. Es obvio pensar que muchos dirán que no les gusta lo que hacen y que lo que hacen lo hacen por necesidad material, pero hay una vida y no es otra cosa que lo que tú hagas de ella.
Nunca hay que confundir la ética con el puritanismo. Lo ético en la vida no es otra cosa que hacer el bien. Haciendo el bien sin mirar a quién encontrarás la complementación de tu vida y la realización de tu ser. Cada quien debe tener sus parámetros para su propia libertad siendo los mío, poder vivir haciendo de mi vida lo que sea mi propósito sin dañar de ninguna manera los intereses de la colectividad.
Que más alegría Ponciano! Levantarte de tu choza, ver al infinito y buscar en su diversidad las formas genuinas de hacer de la vida lo mejor para la especie, esa es mi verdad, la libertad de elección de mis acciones y la felicidad que ello trae a mi existencia.
La vida debe ser una continua siembra de semilleros de bienestar. Las desviaciones espejistas te llevan a convertirte en un monstruo cuando quieres que tu felicidad sea la multiplicación de bienes materiales y ello se refleja en el espejo diario de la humanidad, todo mundo buscando estar encima del otro por todos los medios habidos y por haber traicionando de esta forma los intereses de la colectividad, siendo el bienestar de la colectividad, lo único que puede florecer en felicidad general, de ahí que la única revolución que pueden triunfar, mantenerse y desarrollarse será aquella que eduque a su pueblo para el bienestar de la colectividad y por ello, mi énfasis continuo en educarnos junto a nuestros pueblos para tener una visión objetiva de la realidad que nos circunda y que nos enseñe a buscar los medios para cambiar lo que se tenga y sea posible cambiar.
Los pueblos en levante no irán a ningún lado si cada uno, no ponemos la parte que nos toca en la educación de la colectividad, una educación que se finque en la libertad, la justicia y la paz, no permitiendo desviaciones ni juicios subjetivos que opaquen la claridad de los objetivos de los procesos de liberación. De ahí que se tienen que echar a las llamas toda planificación didáctico-pedagógica que no se base en la educación para la libertad.
El tercer mundo ha visto el sacrificio de millones de seres humanos en aras de la libertad, pero si nos preguntamos cuántos pueblos de ellos han borrado el analfabetismo, podríamos decir que únicamente Cuba, ya que hay otros que han enseñado a leer y escribir, lo cual está bien, pero no han educado a sus pueblos ideológicamente para el mantenimiento y desarrollo revolucionario del pueblo mismo hacia la construcción del Socialismo, recordando que el Socialismo no se construye por decreto, sino por el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción que apunten siempre a la proporcionalidad del repartimiento del producto terminado relativo al esfuerzo de trabajo invertido en una sociedad que no deje a nadie fuera de las obligaciones y retribuciones nacionales.
Entonces Ponciano, quizá mi verdad, mi felicidad y libertad, sea el contribuir tesoneramente al sueño de la felicidad colectiva que aunque utópico hasta hoy, no significa que no hay que luchar por él, sino al contrario; hacer de ello el parámetro más importante de tu vida.
Nunca hay que pensar que todo está hecho o que todo está bien, sino al contrario; buscar que todo se haga y que todo esté bien. Habrá veces que te lloverán pedradas y criticas malsanas, déjalos, ellos son tus enemigos porque son también enemigos de la libertad, de la verdad y la felicidad y por lo tanto ignóralos y tíralos al basurero al que han pertenecido siempre.
La vida, Ponciano, me ha enseñado que el tiempo bien invertido no es tiempo perdido y que los segundos pueden ser inmensos si tu visión va acompañada de valores combinados de ética y estética que te llevan a la verdad, te dan la libertad para existir y la felicidad de vivir. Es, al mismo tiempo; tan sencillo como ver la vida en una gota de agua o un delicado polen, ver en la infancia y la juventud no el futuro, sino en presente de la patria que por supuesto parirá un mejor futuro.
El odio, por supuesto; engendra odio y frutos envenenados, el amor todo lo contrario. Tus luchas deben ser como un poema inconcluso y tu vida ese poema que envuelva el canto al amor, a la verdad, a la belleza, a la justicia, a la libertad, la denuncia permanente, con ello harás de tu vida un abrevadero de ideas, donde la pureza de tu pensamiento pueda ser asimilada por sedientos caminantes que afanosamente luchan por la realización del sueño del ser humano en la tierra: la felicidad.
Filósofa Valky
Tu compañera y admiradora.
Cerro de la Mesa
Ateolandia Libertad.
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