La explicación la encontramos en la composición del gobierno. Recordemos que la unión de Verdes y Campesinos es un partido de centro derecha, pero que entre las coaliciones “nacionalistas” letonas es la opción menos escorada a la derecha en política económica. En lo referente a Unidad, esta coalición la forman el Partido de la Nueva Era del Primer Ministro Dombrovski (nacionalismo letón, populismo y conservadurismo: partido popular europeo), la Unión Cívica (liberal conservadores: partido popular europeo) y Sociedad para una Nueva Política (social liberalismo, centrista).
Veamos el reparto de carteras que han hecho. La primera división es entre coaliciones, seis son para los Verdes y Campesinos y siete para Unidad. Para los primeros han quedado los ministerios más asociados al estado de bienestar (raquítico en el caso letón): agricultura, medioambiente y desarrollo regional, educación, asuntos sociales, transportes y sanidad. Para los segundos quedan los ministerios decisivos para el desarrollo de políticas sociales y la orientación económica del país: finanzas, asuntos exteriores, economía, defensa, interior y justicia. Es decir, los primeros no podrán hacer nada que no quieran los segundos y como ahora veremos, los segundos tienen muy clarita la orientación neoliberal del gobierno y su supeditación a los dictados económicos de intereses extranjeros. Por ello, en el ministerio de Finanzas van a colocar a Andris Vilks, un economista del banco sueco SEB. Una de las entidades financieras responsables de la burbuja financiera e inmobiliaria en los países bálticos y que, por lo demás, lo ha estado haciendo tan mal que en su día tuvo que recibir ayuda del gobierno sueco (igual que otros bancos) y ahora, está buscando desesperadamente una fusión con el hermano mayor, Swedbank (banco sueco que es el primero en los países bálticos). Pues nada, finanzas para los bancos suecos y su objetivo de cuidar los planes de pensiones de los escandinavos a cuenta del sufrimiento social de los habitantes de los países bálticos (*).
Avanzando un poco, vemos que economía seguirá en manos de Artis Kampars, miembro del Partido de la Nueva Era, es decir, partido neoliberal de derechas. Y mientras, los liberales, los zurdos de la coalición Unión, se van a quedar con dos ministerios que no cortan ni pinchan en asuntos económicos (no sea que se les ocurra hacer algo diferente a hincar la rodilla ante los poderes financieros). Por una parte tienen Defensa, que es una auténtica maría en un país con unas fuerzas armadas pequeñas y que lo único que tiene que hacer es obedecer a la OTAN y ponerse a las ordenes de EEUU para crear alianzas internacionales en sus aventuritas militares como las de Irak o Afganistán. Bueno sabido es que hay que quejarse mucho de la ocupación soviética, pero este pequeño país desde que es independiente ya ha participado en dos ocupaciones, Irak y Afganistán. Ante todo coherencia (sic). El otro ministerio que tendrán los liberales será Justicia. Bien, para que intenten lavarle un poco la cara y esas cosas. Ojalá tengan éxito. Pero, como comentaba nada de economía, relaciones exteriores o cultura. Una señal clara de que este gobierno tendrá muy poco de liberal en lo político. Por supuesto, que nadie piense que se solucionará la situación de las más de 300.000 personas que aún siguen siendo apátridas; y es que el Estado letón es la mar de "democrático e inclusivo" (sic). Vamos que desde las teorías liberales de la elección social se podría decir que Letonia tiene unas instituciones con una extraordinariamente baja utilidad social (ver Colomer, 2001: Instituciones Política. Ariel: Barcelona).
Ante este panorama, a los chicos de Sociedad para una Nueva Política no les ha quedado más que presionar para que Alianza Nacional quede fuera de la coalición electoral. Y es que aunque hasta ahora han compartido cama gubernamental, la verdad que queda muy feo que un partido que predica el liberalismo social y la regeneración política en Letonia forme alianza con un partido de derecha extrema y más nacionalista de lo habitual en el panórama político letón. Algo es algo, el resultado simbólico es un tanto a favor de ellos, sin embargo, en la praxis gubernamental, reparto de carteras y orientación política del gobierno, es una goleada contra los postulados del liberalismo social. Continuará.
(*) Por no comentar los precios abusivos de los servicios de los bancos suecos en los Países Bálticos. ¿Os parecen que los españoles lo son? Sí, pero de risa en comparación con la práctica de los bancos suecos en los Países Bálticos. ¿Habéis escuchado alguna vez que os cobren comisión por ingresar dinero en un número de cuenta del banco donde lo depositas? Pasaros por Swedbank en Riga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario