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viernes, 18 de junio de 2010

V Internacional



Miembros del grupo de la V Internacional lanzan la CYBERCORRIENTE DE LA IZQUIERDA ELECTRÓNICA.

Desde que se fundara el grupo de la V Internacional en Facebook, los administradores nos hemos dado cuenta de que la cyberlucha es una trinchera más de la lucha de clases. Un espacio para el debate, para la unidad de acción, para la organización contra la ofensiva mediática de los mass media controlados por el imperialismo. Si hacemos llamamientos a la unidad de acción en las calles, con más razón dentro de este espacio sin fronteras nacionales conquistado al enemigo de clase. No hay que añadir mucho más. El papel que en su dia jugara la radio en la Resistencia contra el totalitarismo, hoy dia, en forma cualitativamente superior, lo juega el cyberespacio. Grupos de lucha cibérnetica como Kaos en la Red, Indymedia, Rebelión...y herramientas como Facebook y Twitter, blogs, diarios digitales alternativos, dan a diario la batalla por la emancipación de nuestra clase. Por estas razones hemos concluido la necesidad de lanzar la CYBERCORRIENTE DE LA IZQUIERDA ELECTRÓNICA para extender en todos y por todos los medios los principios del internacionalismo revolucionario, su programa, la bandera roja de la Internacional.

Laura G. Bauer, Rodrigo Alonso y Martín Moreno
V Internacional.

CARTA A LOS MIEMBROS DEL GRUPO DE FACEBOOK DE LA V INTERNACIONAL (Por Daniel Guerra)

Compañeros, miembros del grupo de Facebook “La V Internacional” y simpatizantes. Como todos sabéis, este grupo nació a partir de la proclamación de la fundación de una V Internacional, realizada en Venezuela por parte el dirigente del PSUV, de la revolución bolivariana y a la vez presidente del país, Hugo Chávez.

Decir imperialismo es decir Internacional, ya que el capitalismo nos oprime a nivel mundial, y hoy por hoy no existe una auténtica Internacional que agrupe a partidos de masas, sindicatos, corrientes y organizaciones obreras bajo un auténtico programa revolucionario. Los trabajadores necesitamos contar también con una auténtica Internacional para contrarrestarlo y vencerlo.

En estos momentos, a pesar de las numerosas adhesiones que se han estado produciendo y que se han comunicando a través de este grupo, no nos consta aún una fecha concreta para el congreso fundacional.

Desconocemos para cuándo el PSUV tiene previsto continuar adelante e ignoramos la forma en la que intereses ajenos al movimiento obrero, los cuales existen en toda organización de izquierdas y que tal y como ya vaticinamos anteriormente, tratarán de obstaculizar tanto la marcha de la revolución bolivariana y la expropiación de los medios de producción bajo control obrero en Venezuela como la unidad internacional de la clase obrera.

La lucha contra los elementos burocráticos, arribistas, sectarios y reformistas en el seno de nuestras organizaciones obreras es un frente abierto más dentro de la lucha de clases. Sin embargo, si se han producido esfuerzos para obstaculizar la fundación de una V Internacional con organizaciones de masas y un programa revolucionario hasta el punto de intentar silenciar a sus principales promotores, esto no es más que una evidencia de la importancia y la magnitud de tal acontecimiento, haciendo prever a aquellos cuya intención fuera manipular y controlar dicha Internacional en interés propio, que la fuerza de la clase obrera organizada podría escapárseles de las manos.

No obstante, no es posible fingir como si nunca nadie se hubiera pronunciado al respecto, y tarde o temprano tendrán que proclamar su creación o dar explicaciones que no pueden ser muy convincentes.

Sin embargo, hay tres cuestiones que desde entonces no han variado:

1- El llamamiento a la V Internacional:

La iniciativa de la construcción de la V Internacional ya se ha lanzado al aire y rápidamente ha echado a volar. Se han pronunciado adhesiones, se han originado debates y ha despertado ilusiones entre trabajadores de todo el mundo. El principio revolucionario del internacionalismo es una necesidad incuestionable, y el avance de este grupo de Facebook es una prueba más de cómo esta propuesta ha calado en el seno del movimiento obrero y ya no hay quien la detenga. No sólo el PSUV está comprometido con esta iniciativa, sino todas las organizaciones de izquierdas del mundo. Entre ellas, está el PC Cubano, al que ya se le hizo también un llamamiento al respecto. (Véase el artículo del blog "La V Internacional y la revolución cubana, un llamamiento al PC Cubano")

2- América, revolución e internacionalismo:

En Latinoamérica se encuentra el epicentro de los procesos revolucionarios más importantes que se dan a nivel mundial, donde en Cuba sobrevive la revolución socialista, donde se habla de socialismo y de frentes anticapitalistas en países como Venezuela y Bolivia y donde se expropian empresas bajo control obrero. Es necesario y factible continuar luchando en este territorio para profundizar en estos procesos revolucionarios e instaurar el socialismo. También es allí de donde ha surgido la iniciativa de la V Internacional.

En cuanto a Norteamérica, por primera vez en mucho tiempo se han presenciado masivas movilizaciones durante las jornadas del 1ª de Mayo, y no hay que menospreciar el papel que allí ha de jugar la numerosa población inmigrante latinoamericana, cuyas tradiciones de lucha e ideologías revolucionarias exportadas de sus países de origen, unidas a la poderosa clase obrera estadounidense y su amplia experiencia en luchas sindicales, puede formar una mezcla explosiva que podría estallar bajo los pies de la base del imperialismo.( No es casualidad que en EEUU, país que dio origen al 1º de mayo, celebren el día del trabajador en el mes de septiembre debido a una hábil maniobra del presidente Grover Cleveland, tras declarar ilegal la huelga de 1886 y enviar a 12.000 soldados para sofocarla. Sin embargo, como podemos comprobar, las aguas buscan su cauce natural)

Para finalizar, es en el continente americano donde el principio revolucionario del internacionalismo hunde sus raíces en su Historia y sus más antiguas tradiciones revolucionarias, con el sueño de Bolívar de los pueblos de América unidos contra el imperialismo galopando por las venas de todos los oprimidos del continente.


3- Europa, hacia la internacionalización de la lucha de clases y la bancarrota del reformismo:

La necesidad de la unidad de la clase obrera por encima de fronteras nacionales y el fracaso de las políticas reformistas son cada vez más patentes en este continente. No hace mucho, la imagen de pancartas junto a la Acrópolis y el Partenón con la consigna de ¡PUEBLOS DE EUROPA, ALZAOS! ha despertado conciencias en todos los rincones del mundo. Después de Grecia, los trabajadores de España, Francia, Italia, Portugal, Rumanía, Hungría, los países bálticos,… se hayan en pie de guerra, luchando y sufriendo las consecuencias de la crisis de este sistema y comenzando a comprender que se enfrentan a algo más que a sus respectivos gobiernos, es decir, el FMI, la UE y el propio sistema capitalista. El GCEE griego y el CGIL italiano ya han solicitado a los demás sindicatos europeos una acción común para hacer frente a las medidas antiobreras y se comienzan a oír voces a favor de una HUELGA GENERAL EUROPEA.

Desde el grupo de la V Internacional apoyamos estas medidas y hacemos un llamamiento a los trabajadores de todos estos países para que formen comités de lucha con enlaces internacionales en los sindicatos, comités de empresa, barrios, asociaciones... con el fin de organizar la lucha a nivel europeo, fomentar el debate sobre el derrocamiento del capitalismo, causante de esta crisis, y trabajar para que esta acción común que se está proponiendo se concrete en la primera huelga general europea contra el capitalismo. De la clase obrera ha de surgir la elaboración de un programa revolucionario que defienda un empleo fijo y un salario decente para todos los trabajadores por encima de la tiranía del capital y de la sacrosanta libertad de mercado, y salir todos juntos, golpeando el mismo día a la misma hora, mostrando nuestro poder, dejando claro que sin nuestro permiso ni se enciende una luz ni gira una rueda, y demostrándonos a nosotros mismos más a que a nadie que la VICTORIA está en nuestras manos.

Tras todo lo expuesto, la pregunta es: ¿Existe un mejor contexto para la fundación de una V Internacional?

Apuntes marxistas sobre la historia del arte (Jonathan Fortich)

El desarrollo de la materia no sigue una línea continua y estable. Los años de prosperidad y el desarrollo de las actividades económicas y sociales, les llevarían a buscar en las piedras algo más que una herramienta para cortar, golpear o romper. Las manos de estos hombres y mujeres habían demostrado ser capaces de transformar la materia y a sí mismos, y dotados de un cerebro mayor y más complejo, la materia se veía de otra forma. Así, la talla de las rocas daría un salto cualitativo más allá de la simple utilidad práctica. Formas más “acertadas” darían a estos guijarros una utilidad superior a lo puramente económico.
Manifiestan categóricamente Karl Marx y Friedrich Engels en La Ideologia Alemana que:
“...la primera premisa de toda existencia humana y también, por tanto, de toda historia, es que los hombres se hallen para 'hacer historia', en condiciones de poder vivir. Ahora bien, para vivir hace falta comer, beber, alojarse bajo un techo, vestirse y algunas cosas más. El primer hecho histórico es, por consiguiente, la producción de los medios indispensables para la satisfacción de estas necesidades, es decir, la producción de la vida material misma, y no cabe duda de que es éste un hecho histórico, una condición fundamental de toda historia, que lo mismo hoy que hace miles de años, necesita cumplirse todos los días y a todas horas, simplemente para asegurar la vida de los hombres”1.
Georgi Plejánov, siguiendo las tesis de la concepción materialista de la historia, relaciona los orígenes del arte directamente con el trabajo y a las actividades económicas de las primeras sociedades. Las conclusiones del padre del marxismo ruso se basan en las observaciones hechas sobre las prácticas artísticas y culturales de los pueblos “primitivos” relacionadas en diferentes obras de los siglos XVII al XIX que podríamos considerar como precursoras de la antropología moderna.
Sin ser necesariamente una “imitación” de la realidad, las creaciones artísticas de los pueblos más atrasados estuvieron ligadas a la cacería y la agricultura, primeras actividades económicas del ser humano. Las cavernas de Altamira, Lascaux y Chauvet, descubiertas en el siglo pasado2, así como las piezas escultóricas más antigüas encontradas hasta ahora, entre las que destacan las famosas venus prehistóricas que, de manera casi unánime, la mayoría de estudios relacionan con la fertilidad, prueban lo acertado de las conclusiones de Plejánov, a pesar de lo limitado de las evidencias en ese entonces. Vale agregar que aun hoy estamos harto lejos de tener suficiente información sobre nuestro pasado.
En la introducción de su conocida obra La historia del arte Ernst Hans Gömbrich dice que “No existe, realmente, el Arte. Tan sólo hay artistas”3 a quienes define, a su vez, como aquellos que buscan la forma acertada en sus obras4. Dejando a un lado el eventual debate sobre esta definición está claro que en alguna parte de la Historia surge el oficio o la actividad de “artista”. Hasta entonces, las prácticas relacionadas con lo que hoy entendemos por arte habrían estado integradas a los diferentes aspectos de la vida de los primeros hombres y mujeres. El artista, como lo concebimos hoy, es un producto de la división del trabajo a través de la historia y, tal vez, en algún punto lejano de nuestro pasado, cada homo sapiens que habitaba la faz de La Tierra era artista, mago, sácerdote y médico; así como también cazador, explorador y recolector. Pero además, no como un individuo aislado, sino como parte de una comunidad de artista-mago-sacerdote-médico-cazador-explorador-recolectores como él o ella5.
Coloquialmente, palabras como primitivo o rupestre son usadas para referirse a aquello que está elaborado con tosquedad. Empero, cuando estudiamos el arte de los pueblos que llamamos primitivos encontramos, no solo belleza (un concepto que en estética se hace cada vez menos eficaz), también encontramos una importante destreza técnica y un nivel de complejidad considerable en la concepción de la forma. Es de anotar, además, que estas obras fueron hechas con herramientas mucho más rudimentarias que aquellas usadas por los artistas y artesanos de las sociedades esclavistas que aprendieron a usar el hierro y otros metales. Estrictamente hablando, aquellos primeros escultores usaron piedras afiladas y talladas con la ayuda de otras piedras. Seguramente agua y materias de origen vegetal o animal también, pero nada más que eso.
De acuerdo a lo expuesto por Friedrich Engels en El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre, el trabajo no sólo permitió a los primeros homínidos evolucionar hasta el homo sapiens actual, también les permitió desarrollar el lenguaje. A lo concluído por el filósofo alemán hace más de 130 años, agregamos que el trabajo les llevó, además, a la “forma”.
Volviendo a E. H. Gömbrich, este demuestra que todos los seres humanos tenemos el concepto de forma metido en la cabeza. Tener este sentido nos permite experimentar lo que el investigador austríaco llama “placer estético” cuando apreciamos una obra de arte. ¿Pero, de dónde surge esta “forma” que todos tenemos en la cabeza? Sería idealista y carente de fundamento decir que nacemos con ella6.
En el artículo mencionado arriba, Engels demuestra, entre otras cosas, que la capacidad de fabricar herramientas es lo que diferencia al ser humano de las demás especies. A pesar de que se ha descubierto que los chimpancés Gombe y Mahale fabrican pequeñas lanzas deshojando ramas cuya punta afilan con los dientes para cazar hormigas que viven en el interior de los troncos, la afirmación de Engels sigue siendo válida. Más bien, demuestra la validez de las tesis evolutivas expuestas en el siglo XIX por Engels y Darwin7. La fabricación de estas lanzas parece ser reciente y hasta ahora no parece haber generado cambios significativos en el entorno de los chimpancés. Probablemente en algunos miles de años, dependiendo de las condiciones materiales, esta práctica, si se complejiza, podría dar lugar a un salto evolutivo de esta especie hacia un nuevo tipo de homínido. Al fin y al cabo, las diferencias genéticas entre el chimpancé y el ser humano, difícilmente llegan al 2%. Pero mientras no se dé este salto evolutivo, el ser humano seguirá siendo el único animal capaz de fabricar herramientas para procurarse medios de vida y transformar su realidad material. En 1994 Savage-Rumbaugh y Lewin publicaron Kanzi: The Ape at the Brink of the Human Mind en el que analizaron las capacidades de Kanzi, un bonobo cautivo de quien esperaban que llegase a fabricar herramientas de piedra. A pesar de las habilidades de Kanzi el experimento resultó infructuoso: “Hasta ahora Kanzi ha demostrado un grado relativamente bajo de sutilieza tecnológica en cada uno de [los cuatro criterios] comparados a los observados en el registro del Paleolítico inferior.” “Por supuesto que hay una clara diferencia entre la habilidad picapedrera de Kanzi y los fabricantes de herramientas de Olduvai, lo que parece implicar que esos humanos primitivos habían dejado de hecho de ser simios”8.
Con respecto a este caso mencionan Alan Woods y Ted Grant en Razón y Revolución:
“Los primeros humanos eran capaces de descuartizar cadáveres de grandes animales, para lo que necesitaban herramientas de piedra afiladas. Sin duda los primeros homínidos utilizaban solamente utensilios ya hechos, como palos. Es el mismo tipo de actividad que podemos ver en los chimpancés. Si los humanos se hubiesen quedado en una dieta principalmente vegetariana, no hubiesen tenido necesidad de fabricar herramientas de piedra. Pero la capacidad de fabricarlas les dio acceso a una nueva fuente de comida. Esto sigue siendo cierto incluso si aceptamos que los primeros humanos no eran cazadores, sino principalmente carroñeros. Seguirían necesitando herramientas para abrirse paso a través de la recia piel de los animales más grandes”9.
El primero de nuestros antepasados que fabricó herramientas, y de ahí su nombre, fue el homo habilis, que vivió entre 2.3 y 1.4 millones de años atrás. Es de suponer que el homo habilis, incluso alguno de sus antepasados, pudo haber empleado lanzas como las de los chimpancés de Goodall, pero debido a la rápida descomposición de la materia vegetal no disponemos de evidencias para afirmarlo. Las pocas herramientas que conservamos de nuestros antepasados son de piedra y marfil, materiales resistentes al paso del tiempo.
Las herramientas más viejas que conocemos son los cantos tallados; esto es, guijarros con bordes tallados de manera rudimentaria. Los más antiguos datan de entre 2.9 y 2.4 millones de años. Aunque las fechas no son exactas, se puede deducir que fueron fabricadas antes del homo habilis. Se deduce que este borde se lograba golpeando la piedra contra una roca mayor. No sabemos qué uso se le daba a estos guijarros. Sabemos, por ejemplo, que no sólo se usaba el núcleo tallado, también las lascas filosas que salían de la talla eran aprovechadas. Tal vez los núcleos eran armas y herramientas de corte, mientras que las lascas serían cuchillas. Con el paso del tiempo, estos primitivos cantos tallados dieron paso a cabezas de hacha mucho más elaboradas. En estas, ya encontramos un sentido de la forma que, ciertamente, surgió de la experiencia acumulada sobre la práctica del trabajo.
Cuando se observan estas herramientas salta a la vista que nuestros lejanos ancestros precisaron de dar muchos golpes para descubrir que una determinada forma del núcleo, hacía la herramienta más efectiva para sus fines. No descartamos que el ritmo haya servido para hacer placentera una acción en principio monótona y que tal vez inspirara algún tipo de canción.
El desarrollo de la materia no sigue una línea continua y estable. Los años de prosperidad y el desarrollo de las actividades económicas y sociales, les llevarían a buscar en las piedras algo más que una herramienta para cortar, golpear o romper. Las manos de estos hombres y mujeres habían demostrado ser capaces de transformar la materia y a sí mismos, y dotados de un cerebro mayor y más complejo, la materia se veía de otra forma. Así, la talla de las rocas daría un salto cualitativo más allá de la simple utilidad práctica. Formas más “acertadas” le darían a estos guijarros una utilidad superior a lo puramente económico.
Habrían de pasar un millón de años para que los cantos tallados, las primeras cabezas de hacha y las puntas de lanza se transformaran en pequeñas esculturas de piedra y marfil. Sería pretencioso y fuera de lugar intentar describir paso a paso, los procesos que llevaron a un homo habilis que afilaba piedras a convertirse, después de varios saltos evolutivos, en un homo sapiens sapiens que talla pequeñas esculturas. Sin embargo, surgen un par de ideas sueltas que vale la pena expresar.
A nuestro modo de ver, las formas estéticas surgen en los primeros humanos de la efectividad que tengan las herramientas para unos determinados fines. La experiencia permanente de que una determinada forma hacía a una herramienta más eficaz, habría llevado a buscar la perfección de esa forma en sí misma. Esta búsqueda colectiva, en principio por lograr una hacha o lanza más efectiva, pondría en el trabajo los deseos de estos individuos por mejorar sus condiciones de vida en un entorno que les era adverso. El trabajo colectivo cargaría de significado esa forma buscada, y cuando decimos que un objeto o una forma adquieren un significado compartido por un grupo humano estamos hablando del símbolo. Este nuevo pensamiento simbólico sería el vehículo a través del cuál nuestros antepasados buscarían la forma más allá de la herramienta.
Aunque tradicionalmente el arte es audiovisual, es decir, la aproximación a la obra de arte se hace valiéndose de la vista o del oído, no quiere decir esto que la experiencia estética se limite a estos dos órganos en todos los casos de nuestra historia. Lo más probable es que la mano haya sido, más que una extremidad, un órgano vital para el hombre primitivo, lo que conocemos como sentido del tacto, pudo haber sido una verdadera forma de comunicación entonces.

Figura 1. Cueva de las Manos. Valle del Alto Río (Argentina). Foto de Historias de Cronopios.
Las manos de la figura 1 corresponden a niños de trece años de edad, aproximadamente. Algunos consideran que aquellos humanos que visitaron La Cueva de las Manos en Santa Cruz (Argentina) eran de una talla menor a los humanos actuales, así que tal ves los “firmantes” de esta cueva eran algo mayores. Hayan tenido trece, quince o dieciocho años de edad, lo cierto es que estas manos registradas por un método prácticamente igual al moderno estarcido o stencil son parte de un ritual de ingreso al mundo de los adultos. No era una mano la que había mejorado sus condiciones generación tras generación, era la suma de todas las manos las que procuraban los medios de subsistencia y, por qué no, los protegía con su magia de las fuerzas de la naturaleza. El trabajo colectivo, la obra de tantas manos unidas, había elevado al ser humano por encima de las demás especies. Estas manos transmiten hoy, como en el 7.350 a.n.e. la textura de la piedra indestructible que habían manipulado una generación tras otra para proveerse de mejores condiciones de vida. Este mural construido con el aporte de los hombres de toda la tribu (ninguna de las manos parece ser femenina) es un recuerdo o memoria colectiva, una importante lección acumulada se dejaba para la posteridad: La fortaleza y permanencia de la tribu se soportaba en la unión de los hombres a través del trabajo y la acción conjunta.
En muchos yacimientos prehistóricos se han encontrado instrumentos musicales. Flautas de hueso, principalmente. Esto permite suponer que ya desde entonces se conocía la música. ¿Cómo sonaba? Es difícil descifrarlo por la ausencia de registros de las obra musicales prehistóricas. Podemos inferir, sin embargo que, por lo menos, había un concepto de ritmo. Que, por ejemplo, puede percibirse en el mural de la cueva de las manos. Ciertamente un ritmo que se experimentaba más allá del oído. Sensación posible para muchos seres humanos y evidente para la mayor parte de los músicos.
Plejánov considera el ritmo un factor fundamental para entender el concepto de forma en el hombre primitivo.
“...la capacidad del hombre de percibir el ritmo y de deleitarse con él hace que el productor primitivo se someta gustoso a cierto ritmo en el proceso de su trabajo y acompañe los movimientos productivos de su cuerpo con sonidos acompasados de su voz o con el sonido cadencioso de diversos objetos que lleva colgados. Ahora bien, ¿de qué depende ese ritmo al que se somete el productor primitivo? ¿Por qué los movimientos productivos de su cuerpo observan precisamente esa cadencia y no otra? Ello depende del carácter tecnológico del proceso de producción, de la técnica de la producción dada. (...) A medida que se desarrollan las fuerzas productivas, disminuye la importancia de la actividad rítmica en el proceso de producción...”10.
La yuxtaposición de estas dos piezas nos permite ver sin mucho esfuerzo una evolución de la forma hacia algo más complejo. En ambas el tamaño es similar, tienen un extremo terminado en punta y otro más ancho. El salto se hace más evidente cuando se compara los bifaces con otras venus prehistóricas que comparten características comunes entre sí.
Por obvias razones, pocas personas pueden estar cerca de la Venus de Willendorf y sólo algunos privilegiados han gozado del placer de tenerla entre sus manos. Uno de estos afortunados es Chrisofer L. C. E. Witcombe. En un artículo titulado Women in Prehistory Witcombe defiende la hipótesis de que esta venus fue esculpida por una mujer, lo cual ya dice mucho sobre las relaciones de producción en las sociedades primitivas.
“Tampoco parece que haya sido hecha para yacer en posición supina. De hecho, su posición más agradable y satisfactoria es cuando se le sostiene en la palma de la mano. Cuando es vista en estas condiciones, se transforma absolutamente en una pieza de escultura. Al imaginar los dedos agarrando sus masas redondeadas y adiposas, se convierte en un objeto muy sensual, su carne resulta suave y blanda al tacto. ”11.
Las sensaciones descritas serían similares a la que habrían experimentado aquellas primeras artistas que sintieron en sus manos y vieron ante sí los deseos colectivos de un mundo mejor. Su sentido del tacto habría estado más desarrollado y habrían sentido en esas carnes “suaves y blandas” la fertilidad; es decir, una abundancia tal de alimentos que les permitiría engordar a sus anchas; no haría falta trabajar y los brazos, esbeltos por la falta de actividad descansarían plácidamente sobre los ingentes pechos, listos a amamantar una numerosa descendencia que aseguraría el futuro de la especie; se acabarían las largas caminatas en busca de nuevos medios de vida y no haría falta tener pies. Tal vez por esto mismo no harían falta los ojos y oídos siempre alertas y en la cabeza se podría trazar el paso de los días12. Hace más de 20 milenios en una región de Europa las mujeres de entonces fueron capaces de experimentar la forma como motor del placer estético y habrían usado este nuevo poder para mantener vivos una memoria de sus deseos por una vida mejor. Una vida sin necesidades que satisfacer.
Estos deseos no han desaparecido, infortunadamente. Aunque hoy “todo escolar sabe” que un cuerpo como la de las Venus prehistóricas representa un cuadro médico poco saludable, muchos seres humanos de hoy padecen carencias materiales similares a las privaciones que sufrieron aquellas maestras prehistóricas. En el caso de los pobres modernos no se debe a una falta de recursos, sino a que la clase dominante les impide el acceso a estos. Además se les niega el derecho a dejar un registro de su pasado. Hoy, la práctica del arte se ve obligada, necesariamente, a enfrentarse a la propiedad privada para poder existir y cada obra de arte que se crea sin el consentimiento del capital es un acto de rebelión.
Aunque la distancia que nos separe de la escultora de Willendorf sea de milenios, igual que ella los seres humanos buscamos, de una u otra forma hacernos a un mundo mejor. A veces nuestros esfuerzos materiales no son suficientes, pero el arte nos permite valernos de la forma para materializar nuestros deseos, aunque sea en el plano de lo simbólico.
El arte por el arte no existe. Y cómo lo hemos demostrado, nunca ha existido. Igual que las hachas, los martillos, las grúas y las siderúrgicas, el arte cumple una función. No quiere decir esto que el arte deba retroceder a la condición de herramienta. Todo lo contrario. Igual que en el pasado tenemos necesidades estéticas que sólo se satisfacen poniéndonos en contacto con las formas cercanas a nuestro sentir. Estas necesidades, más complejas que lo más básico de nuestra fisiología (que ya es en sí bastante compleja), nos exigen algo más que herramientas. Sobre esta necesidad se construyen el arte, la religión, la filosofía y las ciencias. Así, nuestro desarrollo material nos permite enriquecer nuestra relación con el mundo sensible, pero este nuevo sentir necesita alimentarse de nuevas formas para desarrollarse. Formas que dialoguen y crezcan con las relaciones sociales, culturales y emocionales cada vez más complejas que hemos ido creando en todos estos siglos de diálogo activo con la realidad. Si el desarrollo de las fuerzas productivas se estanca, por ende las formas y las ideas.
La mayoría de jóvenes de hoy, seres humanos que están dejando de ser niños y niñas para convertirse en hombres y mujeres al servicio del capital y así procurarse medios de vida, no pueden, según muestran las cifras, desear un futuro mejor que el de sus antecesores13. Ni siquiera nuestros ancestros de La Cueva de las Manos, vieron ante sí una situación tan desesperanzadora, tenían una conciencia de que gracias a su pasado podían garantizarle un futuro a sus hijos. Hoy es todo lo contrario. El No Futuro espetado por los punks británicos fue un grito de advertencia que expresaba las preocupaciones de la juventud británica en los setentas. Los adultos capitalistas de hoy se han encargado de que las pesadillas de los jóvenes trabajadores de ayer se hagan realidad y la noticia se ha filtrado all-media.
El arte le ha permitido a hombres y mujeres a lo largo de la historia, compartir sus deseos por un mundo mejor. El imperialismo, en su fase de decadencia y máximo punto de desarrollo, se muestra incapaz de que esta parte de nuestra realidad que ha tomado más de veinte mil años en construirse siga siendo posible. Cambiar esta realidad implica superar la actual sociedad con una “...en que el libre desarrollo de cada uno condicione el libre desarrollo de todos”. Para que esto
sea posible solo existe una vía: el socialismo.

http://www.corrientemarxista.org/teoria/4-teoria/105-apuntes-marxistas-sobre-el-origen-del-arte.html

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=107236

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