El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula Da Silva, rechazó este domingo las amenazas del gobierno de facto hondureño, que dio un plazo de 10 días al mandatario para que defina el estatus de su homólogo constitucional, Manuel Zelaya, que se encuentra en la sede diplomática sudamericana de Tegucigalpa.
En rueda de prensa ofrecida tras su participación en la II Cumbre América del Sur y África (ASA), el jefe de Estado dijo que "no acepta ultimátum de un gobierno golpista" y reiteró que Zelaya es el presidente legítimo de Honduras" y que su estatus es "huésped de la embajada de Brasil".
Subrayó que si "(los golpistas) entran a la fuerza (en la sede diplomática), violarían todas las normas internacionales"
"Zelaya fue expulsado del poder de la manera más vergonzosa posible", manifestó Lula, al tiempo que destacó que la solución para solucionar la crisis política en esa nación centroamericana es "simple: los golpistas deben salir del palacio presidencial".
Este sábado en la noche el régimen de facto de Micheletti, amenazó con tomar "medidas adicionales" no especificadas, si en diez días Brasil no define el estatus de Zelaya.Lula reiteró que Zelaya debe regresar al poder y se deben convocar elecciones" y recordó que si "los golpistas convocan comicios, muy pocos países reconocerían (los resultados)".
El gobierno de facto hondureño mantiene, a través de las fuerzas militares, una fuerte presión en los alrededores de la embajada brasileña en Tegucigalpa, donde se mantiene el presidente legítimo, Manuel Zelaya, desde hace una semana tras regresar a la nación de manera sorpresiva.Por medio de gases tóxicos y ruido ensordecedor, los oficiales intentan que el presidente Zelaya salga de la sede diplomática para se arrestado.
TeleSUR _
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