Es cielo se puso color rosa como si una nube opial anaranjada bajara del corazón del firmamento. Las noticias del bando municipal habían anunciado que TUMA, TUMITA y el LIC. JHONNY BILL MAKER venían de camino después de haber llegado de BAVARIA donde recibieron dos premios Adolfines y un cáliz de oro en forma de Pipa de la Paz que el Vaticano les dio por haber inventado La Máquina del Futuro.
Las vedettes de la Rueda Loca estaban que bailaban en una pata de la gran felicidad al darse cuenta que Tumita poseía un ave celestial como un cañón de 105.mm y esperaban como pájaras lubricadas la llegada de aquel ángel de la guarda, un semental becerro entrenado y probado una y mil veces en los Kínderes de La Haya a donde Tuma lo había enviado para especializarlo en el reparto improporcional, la fabricación de alambiques inalámbricos y de básculas imantadas.
Las calles principales habían sido adornadas con esencia de floripondio secado entre hojas de sándalo y cubiertas con harina blanca de Medellín otorgado por la embajada colombiana por medio de la representación del pentágono en la patria de la “Sonrisa Macabra”. La ciudad estaba perfumada, todo mundo aspiraba sin perder nada en le proceso, convirtiendo el acto de la respiración en una operación biológica de felicidad eterna y por lo tanto registrada en la memoria histórica sin historia de Ateolandia del Bejucal.
Una maishtra desempleada que había perdido su puesto de directora departamental de deseducación reunió a sus corifeos en la Casa de la Incultura tratando de congraciarse con el nuevo gobierno dijo en una conferencia de etimología y mitología que los nombres eran mitológicos y que Tuma y Tumita venían del Arameo a lo cual la voix populi la descalificó de primas a primeras, certificando que ambos vocablos traían la polisematía del Frisio Nórdico y que sus acepciones significaban: Tuma : Tuamakana, Tumazarca, Tumacolla y hasta tu madre si andás dándole otros significados y que Tumita no es un diminutivo del primero sino, Tumitad pelona, puntuda, peluda y pujona y que el mismo tiempo los vocablos sí, tenían que ver con la piraguas vikingas y mucho que ver con la mitología goda: Tuma: ave rapaz queriendo entrar al nido, Tumita, ave rapaz comenzando a romper nidos, quizá descendientes nórdicos del Alción de Loch Ness.
A las entradas del pueblo, grandes murales llamaban a la población a respirar sin parar, pero no exhalar No pararse en los polvos divinos, no embolsarse el floripondio sandalino, ni intentar pensar que no había para todos ya que Ateolandia rico en flores sensitivas, en somníferos, en plantas sufijada en ina e inmensa producción de hortalizas, cereales y carnes ha sido por siempre un edén idílico envidiado por todo el mundo y quizá a ello se deba también la potencia sexual de sus habitantes y de toda la fauna local.
Ocho días antes cuando comenzaron los anuncios de la Coronación de Tuma por orden directa del Papa Rata Ratzin, el General Timochenko ordenó que se destazaran 20 peligueyes, cien gallinas campuchas, 20 novillas, treinta toretes y cuarenta cabros holandeses de la raza que regaló a la población la Reina Juliana, al mismo tiempo; se pidió a la juventud femenina vestirse con vestidos floreados transparentes y no usar ropa interior y a la juventud masculina estar físicamente aptos para satisfacer a sus compañeras cuando ellas así lo demandaran.
Los cuatro Fuertes Guerrilleros ubicados dos en el Cerro de la Cruz Decapitada, uno en la Loma Shalom y el otro en la elevaciones del cerro El Coyotecojo, tenían a las tropas en máxima disposición combativa y los cañones de 350 mm que dejaban ver sus fauces ahumadas en las barricadas de hormigón compuesto, resguardaban la seguridad del pueblo iconoclasta.
Cuando las lenguas de fuego comenzaron a salir por las chimeneas del restaurant la Rueda Loca y las grandes nubes de de incienso encantado y divino comenzaron a cubrir el cielo anaranjado, todas las amazonas comenzaron a salir de sus aposentos lúbricos como sonámbulas diosas e celo del Hélade dispuestas a rendir tributo máximo al nuevo Gobernador de la nación sin presidente y sin autoridad máxima que el Gobernador y el Senado de Filósofos Filosos.
El Conde Bullanguini ahora noble y libre, antes condenado por los cristeros, vestía las mejores ropas. Un traje avellano y una boina Mao que lo hacia parecer un monje tibetano. En sus diálogos con Milquilini Contrera, el Calabrés; decían que la hora estaba próxima a llegar, que aquella nube de garzas rojas volando en V de victoria era la señal cosmogónica del advenimiento, Todos esperaban, pero todos sabían que la hora de la verdad se acercaba como tromba huracanada.
Cuando se escucharon los cuernos de guerra desde las alturas del cerro del Coyotecojo y las trompas metálicas de los cañones guerrilleros asomaron sus fauces guerreras, las campanas de los templos ateos comenzaron a mecerse, las arpas comenzaron a trinar en liras divinas como canto de sirenas celestiales, el reverendísimo Monseñor Paiz en capa azul granata brillante acompañado del filósofo el Dr. Calixto Espinola, quien vestía de blanco con una toga azafrán sobre su cabello amarillento cano, se internaron al templo ateo en espera de los actos protocolarios, en ese momento el Ing. Fredy Taravillano, del brazo con Juana Kantilano y la Jueza de Paz Esperanza Peluzzada, daba órdenes al pueblo para que tomaran posiciones en el inmenso auditorio al aire libre, hasta los viejos cristeros arrepentidos pidieron perdón y jurando lealtad al nuevo gobernador fueron aceptados
condicionalmente ante la supervisión del comandante Lala que no les quitaría el ojo avizor con órdenes de decapitarlos a la primera intención o sin ella. El telón del inmenso escenario se cerró al instante mientras una columna de amazonas blancas bajaba de las montañas del cerro de la Cruz Decapitada cargando armas de guerra de la última edición alemana. Son las hijas de TUMA, expresó el Conde Bullanguini, son las mismas guerreras que terminaron con los cristeros, son las hijas de TUMA, repetía el conde, son de la cosecha de hace veinte años cuando vino a hacer sus prácticas sobre el retroceso aéreo por lo cual fue llamado por la asociación de Adolfinos y entregado a la academia germana para estudiar aeronáutica militar y economía Judía, viaje del cual regresó mas endiablado que el Rey Salomón para adueñarse con su compadre Johnny Bill Maker de todo lo que tuviera algún valor en la Bolsa Europea Fortis Mutual Funds
con lo cual pretendían adueñarse de varias islas mediterráneas.
El Calabrés, esperaba que apareciera su paisano Ponciano Montañés y Ermitaño, olvidándose que el monje junto a Ivanovich “El Rojo” habían sido designados por orden vaticana para que acompañaran a TUMA y su delegación desde el puerto donde aterrizaban las nuevas máquinas espaciales inventadas por Billmaker con el objetivo de vendérselas a los países no productores de petróleo, dichas naves eran propulsadas por una mezcla vegetal que sólo ellos conocían, pero que se especulaba que era esencia de punto rojo de los cultivos locales ya que cuando se hicieron las primeras pruebas no tripuladas se había ordenado al fitólogo Mauro Girón que sustituyera el café por dicha plantación, comenzando también la producción masiva hidropónica con la cual la Rueda Loca recibía a la inmensa clientela foránea.
El alarido de un trombón metálico que hizo reventar las nubes telúricas en una llovizna anaranjada fue el anuncio principal que TUMA llegaba o que ya estaba ahí, pues siempre en las otras ocasiones había llegado más clandestino que los amores del padre don Chusito Relicario.
La Orquestaloca dirigida por la barítona Miriam Caribe en sustitución de su padre a quien le habían apeado un ojo y las dos orejas en la guerra contra los cristeros dio, de forma inusitada; el anuncio de la fiesta. Bajo la dirección del maestro Angelito Saponella se empezó a ejecutar The Crazy Elevator, himno guerrero tumático importado del Rin. Al compás de aquella música que era una mezcla africana- goda y un apagón de las lámparas de mercurio, se abrió el gigantesco telón rojo apareciendo una inmensa arca con puertas doradas de la cual saltaron cuatro morenas de traseros bombásticos amorrados en los cuales los hilos dentales se perdían como nylon de pesca en las fauces de un cetáceo en celo permanente. Comenzaron a bailar como molinos movidos por lava ardiente ante los ojos luctuosos de la juventud de Ateolandia que salivaban como machos cabríos pavlovianos indefinidamente ante aquel espectáculo de furia sexual
interminable.
Como se llaman, preguntaban embramados. Pregunten en Técnica International, contestó una voz atronadora. Ya llegó TUMA, ya llegó TUMA, gritaban loas mujeres al unísono, mientras la masculinidad emancipada de los guerreros de Ateolandia apuntaba al centro de las cuatro diosas cuya tés de jade y obsidiana semejaban diosas africanas crecidas en el Norte Europeo, muy diferente al norte colectivo que les querían dar los potrillos atelolandeses.
La algarabía y locura colectiva llegó a tal grado que las féminas se levantaban sus faldas floreadas olvidándose que les había sido ordenado no usar calzones, dejando sus rosas negras como gallos sangrados en recias batallas a muerte, expuestas a los cuatro vientos y no a los ojos porque los ojos de los machos habían quedado electrizados y paralizados mirando los cuatro puntos cardinales que como panales alborotados se dejaban ver en medio de las piernas torneadas de las diosas del eros terrenal.
Cuando una gran puerta del arca se abrió, todo mundo hizo silencio. Un TUMA como con cuarenta años más joven apareció en el escenario. TUMA es milagroso, expresó la cristera arrepentida. No soy TUMA, expresó el becerro enardecido, soy TUMITA. AVE TUMITA! gritaban todas las amazonas queriéndose saltar las defensas del auditorio para darle inmediata cacería.
Una inmensa grúa hidráulica bajaba una enorme corona de oro y diamantes importados de Costa de Marfil. Seis combatientes se apresuraron a bajarla, pero pesaba más que sus cuerpos y se les hizo imposible, de repente una puerta aun más grande se abrió y un TUMA más gigantesco que el que vimos partir después de su fusilamiento, hizo temblar el escenario de caoba brasileño, mientras las amazonas rubias y bermejas como pitahayas saltaron con sus RPK y lanzacohetes formando un cordón cerrado de seguridad, TUMA y Billmaker hicieron su aparición histórica en aquel escenario. La luz se vio opacada por el brillo de las vestiduras de gladiadores que ambos portaban. El reverendo Paiz apareció en el escenario y de una sola patada TUMA lo dejó trabado en el último Angulo puntiagudo del campanario desde donde después de su embalsamiento contemplaría con los ojos tristes por una eternidad el advenimiento de una nueva civilización. Otra inmensa grúa
hidráulica metió sus manos mecánicas al arca desde donde extrajo una estatua metálica y marmólica de 100 metros que de tres golpes repetidos plantó en un pozo de cemento armado de granito y hormigón, en la estatua, TUMA clavó la corona de oro y diamantes y advirtió que cualquier intento de escalarla sería causa indiscutida de ajusticiamiento inmediato, después de ello se procedió al acto principal de la Coronación de TUMA como nuevo Gobernador de Ateolandia del Bejucal. Ninguna de las mujeres hubiera podido coronarlo si TUMA no hubiera dispuesto meter su mocheta de león siberiano en medio de las piernas y elevar en vilo hacia su melena cana a una de los monumentos afros para que lo coronara.
TUMA como un centurión coronado, se sentó en el trono hidráulico y sacando un fajo de papiro se levantó a leer el discurso inaugural preparado por Billmaker. Lo primero, expresó, es darle las gracias a mi hermano Billmaker por haber inventado esta máquina reproductora de cualquier moneda internacional a imagen de las originales, de tal forma que nuestro pueblo jamás volverá a trabajar para ganar dinero para el mercado internacional ya que aquí en Ateolandia muere el capitalismo explotador y con ello muere la moneda como mercancía de intercambio en compra y venta y se decreta la agricultura, la ganadería y la piscicultura como ocupación obligatoria para todos los habitantes, al mismo tiempo, los cursos intensivos de inventiva General, la Filosofía y las Artes como obligatorios desde el nacimiento hasta después de la vida ya que antes de morir cada Ateolandés tendrá que dejar un invento comunitario. Se nombra como Ministro de
Economía Nacional e internacional al Dr. Johnny Billmaker para que sea quien dirija los destinos económicos de nuestra nación y al mismo tiempo se decretan cuarenta días de orgia permanente con lo que esperamos una reproducción ciudadana masiva que sustituya a los cristeros muertos en la última guerra.
La gente mostraba sus imágenes de felicidad. TUMA agarró a dos de las diosas afras y se las sentó en las rodillas de mamut prehistórico, las otras dos acariciaban a Billmaker cuya cabeza yacía en medio de las piernas de una y sus manos de octopus emblemático recorrían el reino del amor de la otra. TUMITA había sido pescado por la Juana Kantilano y la Jueza Peluzzada y a penas se veía su cabeza de pájaro carpintero picoteando entre la piernas de las féminas. Una voz emblemática expresó: no bajen al reverendo, déjenlo ahí que se lo coman los rapaces infernales, que pague el mal que nos hizo con sus creencias santiferas. Se dio un informe que los últimos cristeros entre ellos el ex alcalde Santos Bocaguada, Fidelino El Tuerto y la Dorata Vallepelado habían muerto de envidia y que ya habían encontrado a diez nonagenarios desmayados a causa del sexo continuado después de haber ingerido y digerido sendos cocteles de moluscos enviagrados y
empolvados que se estaban ofreciendo gratis en la Rueda Decapitada.
Ocho días después de auto inaugural hasta las hijas de TUMA habían descansado los RPK y los lanzacohetes y en forma continua practicaban la Sonata del Sube y baja. El Viejo Ponciano Montañés junto al Jurisconsulto Tertuliano Méndez, EL Dr. José Mario Zavaneta e Ivanovich Monterojo despertaban de un sueño irrepetible. En lo alto, una inmensa bandera flameaba en los ápices de la corona del Gobernador.
PAUL FORTIS
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