El Sindicato de Trabajadores Petroleros de Río de Janeiro convocó a unas mil personas en la noche del jueves en la Plaza la Candelaria, desde donde marcharon por la avenida Río Branco y pasaron por frente a la sede de Petrobras, al sureste del país.
Los manifestantes, en su mayoría jóvenes, protestan “no a la licitación”, pues sostienen que el petróleo debe estar en manos de la nación y no de extranjeros.
Condenan la decisión del Gobierno de licitar el campo Libra, descubierto por la empresa estatal Petrobras y señalan que los empleados de sector exigen también un reajuste salarial del 16,53 por ciento.
El presidente de este gremio en Río, Emanuel Cancella, exigió también la suspensión del análisis del proyecto de ley que reglamenta el trabajo subcontratado, pues a su juicio, esta propuesta empeora las condiciones laborales y atenta contra los derechos de los trabajadores.
Las protestas no solo se registraron en la ciudad de Río, sino en Sao Paulo (sureste), la de mayor población de Brasil y en Brasilia (centro), donde hubo una marcha hasta la sede del Ministerio de Minas y Energía para pedir la anulación de la subasta del mayor campo de crudo del país.
Ante esta situación, el Gobierno descartó un desabastecimiento de gasolina y diesel en los estaciones de combustibles, mientras reforzó la vigilancia en el sitio de la subasta del campo Libra en esta ciudad, prevista para el lunes próximo.
Representantes de la mayor empresa petrolera de Brasil, Petrobras, garantizaron el jueves el normal funcionamiento de las operaciones que realiza la compañía, así como el total abastecimiento de combustible al mercado; esto pese a la huelga por tiempo indefinido que llevan adelante sus trabajadores con el fin de pedir la cancelación de la subasta a realizarse el próximo lunes 21 de octubre.
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