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Una publicación de Diario Co-latino / Miércoles 16 de Octubre de 2013
La separación de Salomón Padilla de la presidencia del Órgano
Judicial no fue una sorpresa. Y es que algunos de los magistrados que se
han apoderado de esa Sala, ya habían anunciado que declararían
inconstitucional el decreto legislativo que nombró a Padilla como
Presidente de esa Sala y por ende del órgano judicial, tras el flojo
argumento de que aquel era un militante partidario.
Lamentablemente la
sociedad salvadoreña en general y la intromisión de los Estados Unidos
los ha empoderado, a los cuatro magistrados de la Sala de lo
Constitucional, de tal forma que cualquier capricho es aceptado sin
ninguna oposición, dentro de los parámetros democráticos existentes en
el país.
Y cuando así lo hicieron algunos, sobre todo la Asamblea
Legislativa, inmediatamente todos, incluyendo a sectores progresistas y
cercanos a la izquierda se lanzaron contra la Asamblea Legislativa.
La Asamblea, que elige a
funcionarios de segundo grado, ha sido obligada cada vez que ha habido
elecciones de segundo grado, a apegarse a criterios que no están en la
Constitución, y que han sido sacados de experimentos o caprichos de uno o
dos de los magistrados conocidos como los “cuatro fantásticos”.
Luego, con el cabildeo del partido ARENA y de los aliados por la
democracia, constituida por empresarios e históricos funcionarios
“oenegeros”, han logrado cabildear hasta en el Congreso, a través de la
Embajada de los Estados Unidos, para que se les tienda un innecesaria
cortina de protección a los magistrados en mención, lo que les ha
elevado el ego, de tal suerte que, si acumulan todas las sentencias
relacionadas en los aspectos del sistema político del país, la
Constitución presenta ya un buen porcentaje de modificaciones.La Sala de los Constitucional, con esos apoyos, se ha convertido en el Primer Poder del Estado Salvadoreño, en detrimento del Legislativo, Ejecutivo y el Judicial. Es decir, se modificó, de hecho, la configuración y el orden de los órganos o poderes en El Salvador.
La destitución de Salomón Padilla, que solo era cuestión de tiempo, fue una violación más a los derechos políticos y ciudadanos de cada uno de los y las salvadoreñas contemplados en la Constitución, como el hecho de ser parte de un partido político o crear uno.
Claro, en el fondo, la Sala de lo Constitucional ha tratado de atacar y provocar al FMLN, no solo porque es el único partido bien consolidado, y que los y las salvadoreños con su voto, se lo han reconocido, sino porque es potestad del soberano, le permitiría no solo dirigir los órganos legislativos y ejecutivo, sino que también el órgano judicial, dado que esto puede ser posible producto del voto popular y la agilidad y habilidad para lograr correlación en el legislativo.
Y ha sido esta realidad, que ha llevado a la derecha y fuerzas foráneas a convertir a la Sala de lo Constitucional, en el instrumento para deshacer cualquier acción legislativa que permita que en la Corte Suprema de Justicia llegue decente y capacitada con otro ideología que no sea la de la derecha.
En estos momentos electorales, el FMLN no debe aceptar la provocación, más bien deben ser los funcionarios y los salvadoreños que ya han entendido la patraña, los que deben hacer la lucha jurídica y de opinión pública, fina y convincente, para lograr a posteriori una nueva correlación.
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