EL CONTRA ATAQUE-ENEMIGO Penetramos a la capital el sábado en la noche. Y durante toda esa noche hubo combates con las líneas de defensa, pero fue hasta el 11 de la mañana del domingo 12, que la fuerza enemiga realizó el primer intento de desalojo, ya organizado, con medios blindados y todo eso. El combate estuvo apretado porque justamente sucedió en el marco de nuestro problema ese, de la superación de nuestras formas tácticas de operar y, además del cansancio que teníamos luego de dos noches y dos días sin dormir y llenos de tensión. Porque estábamos tensionados, combatientes y jefaturas del Alto Mando, que se le reflejaba a uno hasta en la misma cara, desencajada, abatida… y el apretón inmenso de las fuerzas enemigas. Entre la 1:00 y las 2:00 de la tarde de ese día estuvieron a punto de sacarnos. Tuvimos que echar mano a todo para detenerlos. La presión y la organización que ellos hacían de sus fuerzas era muy fuerte. Estuvieron a 70 metros del puesto de mando y ellos lo sabían. Decían: “Es el puesto de mando el que nos interesa, allí están esos babosos”. Y sabían que a la vuelta de la esquina, hasta donde llegaron las tanquetas, estaba el mando. Sin embargo, a las 4:00 de la tarde de ese mismo día derrotamos esas fuerzas. En la noche, nosotros tocábamos las puertas de las casas y la gente no abría. Hablaba allí y se quedaban callados. No hubo contacto con la población. Una que otra gente, que era de organismos comunales, sindicales, salía y nos decía un par de cosas, pero luego se volvía a meter en sus casas. LA POBLACION ADQUIERE CONFIANZA Después de la derrota de la Policía de Hacienda y la Guardia Nacional, la población que se había mantenido recelosa, a la expectativa de los acontecimientos, cobró confianza en nuestra capacidad militar y comenzó a comunicarse con los combatientes y jefes, ya de forma más fluida. El lunes la gente se volcó a la calle. Aquello parecía una feria. Mucha gente abriendo trincheras, arrancando los adoquines. Y los adoquines de las calles de Ciudad Delgado no nos resultaron tan fácil de arrancar. En otras partes estaban pegados con arena, pero allí los pegan con cemento. Entonces hubo que romperlos con barra. Eran numerosas gente arrancando adoquines, haciendo las zanjas antitanques, las zanjas para protegerse del fuego de la aviación. El martes el enemigo volvió a organizar un contraataque, pero nos halló un poco más asentados y los derrotamos nuevamente. Les destruimos ese día dos tanquetas. Eso nos consolidó aun más y acentuó la relación con la población. Ya la gente sintió más confianza, era más abierta la relación. A partir de lunes y el martes comenzaron a florecer un montón de comités de toda naturaleza, para andar controlando las bodegas que tenían alimentos, para transportar heridos, los comité de defensas que eran esos que hacían los hoyos y las zanjas anti-tanques, para controlar a los orejas (soplones). Hubo florecimiento de la organización y comenzaron a formarse las columnas guerrilleras de gente recién incorporadas. Esta tenía varias características. Había gente que decía: “mire, participo combatiendo con ustedes, pero en la noche”. Y efectivamente en la noche, a las 6:00 de la tarde, comenzaban a aparecer. Les fuimos dando misiones, les asignamos hacer postas, para que los combatientes durante la noche descansaran. Claro que combatieron en la noche, pero no era el combate nocturno el más fuerte. Uno podía dormir realmente en paz. Habían otras personas que se metían a tiempo completo y otras que después de la primera noche de estar allí, decían: “No, yo me voy a quedar aquí” y se incorporaban. Ese lunes sacamos la primera columna hacia la retaguardia, con dos hombres armados y el montón de jóvenes, a traer armas para armarlos. Al día siguiente, el martes, se ubicaron ya equipados y a ocupar posiciones e incorporarse plenamente. Hay que decir que eran estudiantes y gente sin empleo. Las primeras incorporaciones se dieron con “cipotes” que comenzaron a combatir el mismo día que vinieron, con mucha fiereza, aunque con los problemas de disciplina normales. Pero con gran audacia y valentía. Incluso por el conocimiento detallado que tenían del lugar, constituyeron un gran apoyo a las jefaturas. Daban sugerencias, recomendaciones, en muchos casos, valiosas y oportunas; Por ejemplo, decían: “Mira Comandante, allí donde nos ha puesto ese jefe nos van a ver bien, decile que mejor nos pongan mas abajo. Anda, decirle a esos que se metan”. Un aspecto importante en cuanto a la incorporación de las masas al combate, fue la variada extracción social de su procedencia. Pese a que se incorporaron algunos vagos y hasta ladroncitos, al ubicarse de inmediato en las líneas de fuego, la gente, a partir de ese momento, ya los media con otros criterios, pues se estaban fajando, estaban combatiendo, lo cual, los reivindico en el acto como personas. Es decir, su incorporación no obstruyó la participación de otros sectores sociales. Algo parecido sucedió en las Colonias de Apopa, en la Chintú, muchas incorporaciones de gente. Allí fue más rápido y más espontáneo. Son colonias nuevas donde hay bastante gente que ha estado relacionada con la guerra, son desplazados del interior del país. Fue una incorporación así, muy rápida. Mucha solidaridad con los compañeros. Lavándoles la ropa, haciéndoles trincheras, abriendo hoyos en las casas, yéndoles a recoger información de las posiciones enemigas. Allí hubo combates, pero no fueron tan fieros como los de Ciudad Delgado y Mejicanos, hubo ataques aéreos más fuertes, pero la gente también se sentía protegida por nuestra fuerza militar. Los jóvenes de Ciudad Delgado, después de cada combate, tanto era su entusiasmo que corrían hacia el puesto de mando a contar que habían sacado corriendo a los soldados enemigos y contando cuantas bajas les habían ocasionado. Así se fueron metiendo. Ya para el miércoles sacamos otra columna de jóvenes recién incorporados. Entre el sábado y el miércoles, tuvimos decenas de incorporaciones y no teníamos esas bajas. La incorporación fue buena. Se había abierto y comenzaba a ampliarse. Por ejemplo, el día que yo salí de Ciudad Delgado hacia la Escalón, quedaron organizados en grupos de apoyo al combate(de información de apoyo y otras cosas), decenas de muchachos que venían ya para adentro. Habían recibido la instrucción del uso de las armas que nosotros cargábamos en el área y toda la proyección era meterse de combatientes. Y ENTONCES COMENZARON A CAER LAS BOMBAS Nosotros valoramos que justamente en ese punto es que el enemigo se decidió a usar la aviación y la artillería masivamente contra la población. Cuando entramos a Ciudad Delgado, ellos cerraron los barrios. Solamente dejaban entrar, pero no dejaban salir. A partir del martes, miércoles, cuando ellos se dan cuenta que el planteamiento es que la población nos respalda, que nos apoya, que eso está así, cambian el discurso y a través de altoparlantes comienzan a llamar a la población a que nos abandone, amenazando que iban a bombardear, que iban a atacar con artillería. Parece que no habían tomado la decisión todavía, pero comenzaron a utilizar las amenazas como presión, y a partir del miércoles comenzó el ataque artillero, primero fue artillero fuerte, con cañones de 155 mm, desde la base de la Primera Brigada de Infantería, luego metieron los tanques sobre Aguas Calientes y ahí, por las calles alrededor de Cartografía y la Farmacia La Salud, comenzaron a tirar sobre los barrios. Directo hacia los barrios. Luego fue el uso de la aviación. Entonces fue notorio que la población comenzó a encerrarse, mientras había helicópteros, uno no miraba un alma en las calles. Los primeros días no fueron así, como la aviación solamente la usaban solo para transporte y otras cosas, o las usaban en otras áreas, en las carreteras andaban los helicópteros y los aviones C-47, y toda la gente moliendo en el molino, moviéndose por aquí, por allá, consiguiendo pan sin problemas. Pero después comenzó la reacción de protección, de abrir zanjas dentro de las casas y, por último de abandonar los barrios, producto de la intensidad del bombardeo de la artillería, como una necesidad lógica de salvar vidas. UNA MARCHA DIFERENTE, HACIA LA COLONIA ESCALON EL CAMBIO DE PLANES El movimiento inicial hacia la aristocrática Colonia Escalón, fue diseñado partiendo de la base de tener el control en las otras colonias capitalinas, Mejicanos, Cuscatancingo, Ayutuxtepeque y Zacamil. Entonces dijimos -esa es una especie de escalera-, saltando piedras hasta llegar a La Escalón. Pero en realidad ya no fue posible hacer eso. La situación militar había variado en los lugares y hubo que hacer las cosas de manera diferente a como se había planeado. Eso nos planteó una situación nueva. En el caso de Ciudad Delgado. conocíamos el terreno, dominábamos el área, lo cual, nos facilitó el trabajo allí, pero esto que venia era completamente desconocido para nosotros, nos íbamos a mover en terreno que no dominábamos, que era el mapa, la brújula y el picacho del Volcán de San Salvador, que lo teníamos enfrente, lo que nos servía de ruta. Tampoco teníamos información del enemigo. El día domingo19 a las 9:00 de la noche, siguiendo el picacho, pasamos la Carretera Troncal del Norte y nos tiramos a los barrancos, hasta la calle de Mariona. Nuestro criterio era evadir el dispositivo enemigo que suponíamos existía allá en Cuscatancingo, Mejicanos, Ayutuxtepeque y pasarle al norte y, así trabajamos. Llegamos a la zona del volcán por San Roque, el día lunes 20 a las 9:00 de la mañana, comenzamos a buscar comida y después continuamos nuestro desplazamiento hacia La Colonia Escalón ya por las faldas del volcán, también en áreas completamente desconocidas. Hacíamos experiencias como la siguiente: llegando allí ese día, sacamos dos compas a caminar hacia la Escalón, buscando camino. La gente volvió como a las 3:00 de la tarde y, una hora después, a las 4:00 de la tarde, ya encolumnados los hombres con aquellos guías, después de haber caminado la noche anterior, de haber caminado todo el día, reiniciamos la marcha. Una voluntad de la gente impresionante, una inmensa fortaleza. LOS HERIDOS TAMBIEN MARCHARON Otra cosa que quiero destacar, antes de todo, es la experiencia que hicimos con los hospitales. Como nosotros nos separamos de Ciudad Delgado, partimos el hospital médico para acá, con la columna que iba hacia la Escalón y los heridos, entonces yo le pido al que esta en el hospital: “Mira, yo necesito que me selecciones a los heridos que se van a recuperar en los próximos 10 días y los heridos que se recupera en 15 o 20 días. Los heridos que tenemos que mandar a la retaguardia, a los complicados que tenían fracturas, los encolumnamos para la retaguardia con un guía y dos hombres armados, los otros se quedaron en Ciudad Delgado, que era donde quedaba la fuerza principal. La cantidad de gente seleccionada para la operación de la Escalón y los heridos que estaban en mejores condiciones de caminar, debían marchar detrás de la columna, para recuperarse en la marcha, y cuando estábamos haciendo esa partición allí, ya habían compañeros de las fuerzas especiales y de la columna que estaban heridos, que lloraban, así, como niños, cuando yo les decía que se iban a quedar. Y comenzaron hacer planteamientos locos, de que aguantaban y que querían ir con nosotros, porque para la gente estaba claro que esa columna se iba a meter más a la profundidad de la capital y querían ir allí. Hubo heridos que no lograron recuperarse durante lo que fue todo el movimiento y anduvieron hospitalizados en toda la marcha. Fueron a la Escalón hospitalizados, se encaramaron al volcán (de San Salvador) hospitalizados y regresaron al Guazapa todavía en el hospital. Los heridos y las voluntades no quebraron la voluntad y decisión impresionante de la gente. Compas que los hirieron dos veces, anduvieron hospitalizados allí, se recuperaron y volvieron al combate. Entonces realmente la marcha hacia la Escalón, lo que tuvo fue un alto grado de audacia y arrojo, así la decisión de tirarnos a campo abierto, sin guía, sin fuerzas que nos asegurara la marcha, solo con la única advertencia a los compas de adelante de la columna, de que podrían encontrar a otros compas adelantes del FMLN y que, antes de tirar, trataran de establecer la identidad de los blancos, esa era la única recomendación. Quiero decir una cosa sobre esto y es que en nuestro caso funciono muy bien la calidad de la jefatura. Nosotros tenemos una jefatura allí, en el Frente Central, muy calificada, con una firmeza y con una iniciativa enorme, de tal forma que si uno les pide realmente cualquier cosa, se meten con arrojo y se convierten en una alta garantía para el éxito. LA COLUMNA PECULIAR En un momento por allí, caímos en territorio que no conocíamos, que es la parte del volcán más atrás de Mariona, y los jefes de las exploraciones de los pelotones, que son unos tigres, iban encaminando la marcha con una firmeza y una decisión admirables en terrenos desconocidos, sin conocer la situación enemiga y con la gran columnota de casi 300 hombres, que ya guardando la distancia, se extendía por casi dos kilómetros, así nos metimos allí, encafetalados, nos metimos al volcán, bordeamos el volcán y saltamos a La Escalón. EL ENEMIGO SE DEFIENDE En cuanto a la organización de la defensa del enemigo, a partir del sábado 18 y domingo 19, ya fue notorio que ellos comenzaron a escalonar el uso de sus fuerzas. Montaron un dispositivo, el primer escalón de fuerzas era con los cuerpos de seguridad y algunas compañías de la Primera Brigada que cuidaban el borde de las colonias. Un segundo escalón organizado con unidades de las otras brigadas y los destacamentos, despegó del área urbana, del casco urbano, y se adelantaban unos 500 o mil metros. Se emboscaban (meterse en el bosque) y patrullaba. las áreas de posible penetración nuestra. Ya la siguiente semana ese dispositivo comenzó a asentarse, primero tuvo dificultades, los soldados no se atrevían a salir de las colonias, se mantenían pegados a las casas, pero luego el dispositivo se fue asentando. Ya cuando nosotros entramos a la Escalón, el 29 de noviembre, el dispositivo empezó a funcionar, combatimos al objetivo y entramos, prácticamente burlándolo. Así nos acercamos y nos metimos. La entrada ya a la Escalón Norte fue rompiendo ese dispositivo, burlando una parte y abriendo el primer escalón. El tercer escalón que ellos estructuraron estaba formado por unidades de los batallones élites, a las cuales heli-trasportaban en algunos casos, y las subían como en el caso del volcán hasta El Picacho, y comenzaba esa fuerza a desplazarse para abajo, para empujarnos contra el segundo escalón, para agarrarnos por arriba, y después por abajo. Sobre la asimilación de las tácticas de combate urbano por parte de las Fuerzas Armadas (FAES), ese proceso fue más lento que en el caso nuestro, en un momento determinado, las instrucciones de los jefes de batallones a las tropas enemigas fue: “hagan lo que esos cabrones vienen haciendo, rompan las casas y avancen por las casas, atrinchérense en las casas, combatan dentro de las casas”, Porque al principio nos comenzaron a combatir por la calle y sufrían muchas bajas. Algunos de sus batallones no aprendieron nunca a lo largo de toda la ofensiva. Hay que decir, sin embargo, que ellos introdujeron algunas cosas nuevas en el combate urbano. Por ejemplo, el uso de gas lacrimógeno para combatir en las casas, esto lo utilizó el Atlacatl y la Fuerza Aérea. Ninguna otra unidad utilizo este material de combate. Claro, después de la sorpresa inicial aprendimos a neutralizar sus efectos encendiendo fogatas, con las cuales el gas se consume, se quema y, empleando otros recursos. Cuando comenzamos a romper paredes de casas utilizando explosivos para avanzar hacia nuestras posiciones, se produjeron combates casa por casa, allí dentro de las casas, pero luego diseñamos mecanismos de defensa, permitíamos que rompieran la pared, pero les impedíamos el paso con minas antipersonales. LAS CASA DE LOS RICOS NO SON IGUAL QUE LAS CASA DE LOS POBRES Para nosotros que íbamos de combatir en un barrio popular, en la Escalón nos encontramos con una situación completamente distinta, en términos de las características de las construcciones, cada casa es una fortaleza, las puertas no pueden abrirse con ráfagas de fusil, es necesario emplear explosivos, casi por lo general todas son pequeñas fortalezas. Lo otro es que el problema este de la construcción y de fortificación dentro de las casa es mucho más complicado, en Ciudad Delgado en cuestión de poco tiempo se tiene una casa bien fortificada, allí en la Escalón las paredes son gruesas y no tienen solo la capital de concreto, sino que son fuertes, luego los terrenos, el tipo de construcción caprichosa, de repente uno sale de una casa y se encuentra con un muro de 20 metros de alto, o para arriba o un muro alto para abajo, y no hay como continuar. Esto convirtió en un proceso lento la consolidación de las fuerza en el terreno y nos obligo a modificar la forma de avance, no podíamos aplicar mecánicamente la instrucción de avanzar por dentro de las casas, tratando de no quebrar una medida que habíamos planteado: “no avanzar sin registrar las casas” porque sabíamos que había tropa enemiga en ellas y para evitar que fueran a quedar las mismas metidas y nos atacaran por la espalda. Otro elemento distinto fue el comportamiento de la aviación. Allí la aviación le tiró a las calles, ametrallaban en las calles, no ataron la construcción. Claro, los del Atlacatl si no respetaron las casas, desde que tomo posición comenzó a ubicar nuestras líneas de defensa y con el cañón 80 mm comenzó a desarmar las casas, unas casas bien bonitas que hay allí, con el techito rojo, parecen casitas de ensueño… las cañonearon, arrancándoles los techitos.. Donde creían que había presencia nuestra agarraban a cañonazo casa por casa. Pero el comportamiento de la aviación fue distinto totalmente que allá en Ciudad Delgado, Apopa, Soyapango y que en la Zacamil. Después del miércoles que tomaron la decisión de bombardear, nos encaramaron todo lo que tenían, con la artillería y la aviación, tirando ya sin ninguna consideración. Allí fue difícil para la población, a eso se debió precisamente, el hecho de que no hubiera allí en la Escalón ninguna baja de la población civil. Los muertos que se registraron en el Centro de Información Nacional (CIN) y que fueron presentados por el gobierno como civiles, eran en realidad efectivos militares, estaban bien armados. La población civil en algunas casa nos disparó, pero fueron rápidamente neutralizados, sin siquiera herir a alguien, ahí hallamos las casa de los burgueses preparadas para combatir. Después supimos por otras fuentes que ellos se habían preparado para la ofensiva, eso en referencia a los que se habían quedado, ya que una parte se había ido, varios de ellos organizados en las “Defensas Patrióticas”, que tienen comunicación telefónica y radial, se comenzaron a avisar desde que escucharon los primeros disparos y las primeras explosiones, entonces prepararon las municiones, las escopetas, las pistolas, las mesas llenas de tiro, cerca de las ventanas, pero cuando oían el timbre, el estallido de la carga explosiva en la puerta, era una sola carrera, ahí os compas encontraban la escopeta y los tiros regados (desparramados) por toda la sala. En las casa que fueron blanco de los cañonazos del Batallón Atlacatl, la gente que esta allí, nosotros la sacamos y la metíamos en los cuartos de abajo, la protegíamos aún a riesgo de tener bajas en nuestras fuerzas. Eso redujo los riesgos de baja en la población civil. LOS EMPRESARIOS NO CONOCIAN EL MUNDO Otra experiencia en la Escalón fue la conversación con los empresarios, que nos dejo varias lecciones importantes, uno es el aislamiento de esa gente del mundo en que viven, desconocen un montón de cosas, es increíble… y uno se puede crear la impresión de que con todo lo que se dice en la radio, que con toda la información que sale en todos esos noticieros, todo el mundo tiene que saber de todo en este país. Y no es así, el otro problema es que esa gente en gran manera desconocía los propios planteamientos del FMLN, hablando con esa gente, se sentían extrañados de muchos planteamientos nuestros. Hubo quienes nos dijeron: “Si, yo soy de ARENA, me gusta Cristiani yo vote por Cristiani, creo en Cristiani”, Así, y a continuación el planteamiento de como veían ellos las cosas, preocupados por la profundización de la guerra, preocupados por la reducción de sus empresas, porque iban para atrás por la destrucción que causaba el conflicto, planteando y expresando su disposición de incorporarse a la búsqueda de una solución, expresando también que existen otros empresarios abiertos, que nos escuchan, críticos de los escuadrones de la muerte, críticos de la Fuerza Armada, críticos en términos generales, del ejercito, de los militares, pero que no conocen absolutamente nuestros planteamientos. Yo creo que esos efectos de esa experiencia y de esos contactos eran un reto para el FMLN. Trazar, diseñar líneas que nos permitan tener acceso a esos sectores, y no que solamente conozcan nuestros planteamientos, sino que diseñar, plantear formas que los hagan expresar cual es su pensamiento y su posición, porque son sectores que pesan en la vida del país. Así que hay que buscar la forma de como canalizar sus inquietudes y sus preocupaciones. Los empresarios se mostraron sorprendidos del trato que les dábamos. Los compas me informaban por radio y preguntaban ¿Qué hacemos? estamos en la casa de fulano de tal, y los trasladaban de lugar. Los combatientes son fieras para combatir el enemigo uniformado, pero ese que llevaban ahí, que siendo enemigo de clase y todo, le decían: “Agáchese que aquí están disparando”. Entonces la gente misma se mostraba sorprendida de esa actitud de los compañeros: “Mire, agáchese que aquí los soldados miran este sector y le pueden tirar. Mejor entremos por la sala para que no le vayan a disparar”. Entonces se sentían como protegidos por la gente que ellos consideraban sus enemigos. Casi todos decían después que se consideraban así mismo muertos cuando se daban cuenta que habían caído en manos del FMLN, por eso se mostraban sorprendidos del trato humano que recibieron. LOS MEDIOS DE PRENSA Respecto a los medios de prensa, hay que decir que en Ciudad Delgado no habíamos visto ni un solo periodista desde que entramos, a saber porque razón, realmente el tratamiento que le dio el ejercito a Ciudad Delgado fue completamente distinto al de los otros puntos de la capital que fueron tomados por el FMLN en la ofensiva. Allí en la Escalón estaban los periodistas, escuchamos los nombres de algunos que estaban queriendo entrar, la respuesta de los oficiales era: “Pídale autorización al Estado Mayor”, y el periodista que respondía: “Si ya tenemos permiso”, pero no los dejaban pasar. En otros casos la prensa se metía y salía a la hora que quería, en el caso de Ciudad Delgado que fue la posición que duro más en poder del FMLN, no permitieron el acceso de la prensa, nosotros nos encontramos con la prensa hasta en la Colonia Escalón y allí dimos declaraciones. LOS DIPLOMATICOS, UN TRATO ESPECIAL Nosotros teníamos instrucciones previas de la Comandancia, hacia el personal diplomático, extranjero, debíamos darles un trato especial. Dimos todas esas medidas al entrar, de advertirles a las embajadas, a los cónsules. Aparte era labor que hacía la radio (del FMLN), que estaba pasando orientaciones de como manejarse para las embajadas en el caso de que las fuerzas nuestras penetraran a las colonias, nosotros también hacíamos eso, el llamado, la advertencia: “Miren, metan a los guardias, a los policías que tengan allí para no tener problemas con nosotros, no tenemos nada contra ellos ni contra ustedes, pero que no disparen, métanlos”. La mayoría de los embajadores casi todos metían a los policías a las casas, algunos hasta los desarmaron temiendo de que el policía se les liberara y se armara una balacera. Hubo un solo incidente en el que estuvimos a punto de chocar, fue un camión de la Embajada de Alemania que iba saliendo, todavía temprano medio oscuro, fue el día 29, entonces un compa paró el camión, y encandilado por los faros, no se daba cuenta que venía gente armada arriba, entonces, cuando el compa salió de los efectos de la luz del camión, le aparecieron 3 hombres con fusiles G-3 apuntándole y gritándole que eran de la Embajada Alemana: “Ah, bueno, que les vaya bien” les respondió el compa, y se fueron. El compa, en realidad, se quedo helado cuando vio los fusiles, y esto es importante y lo menciono por el hecho que se trata de combatientes campesinos, humildes, sencillos, con una psicología de confrontación al enemigo armado; pero como, y aún en medio del fragor del combate, le funciono la cabecita para aplicar las instrucciones impartidas por el mando en cuanto al personal diplomático, de no tocarlos, que no era importante, por tales y tales razones. Pero ya en concreto, ese hombre allí, frente a los fusiles, pudo haber disparado, entonces, incluso, les dio la espalda: “Ah, que les vaya bien” En lo que se refiere a que si hubo pláticas con diplomático, hubo una conversación pero con un asesor norteamericano, que realmente no nos dimos cuenta inicialmente que era un asesor, supimos cuando la Comandancia nos informó que allí en el área había un oficial norteamericano y que el Departamento de Estado estaba preocupado por la situación de él, porque había quedado en un sector nuestro y hasta daban la ubicación de la casa; el contacto con él fue cordial, había una compañera herida y los compañeros entraron a la casa, él pidió que se nos ayudara, la esposa del asesor hablaba español y nos ayudo. Así, mientras se curaba a la compa se dio la conversación. Dicen que el hombre, posteriormente, informo que había tenido contactos con jefes del FMLN y que le pareció gente madura, serios, con capacidad militar, porque estuvieron haciendo preguntas: ¿Cómo va? ¿Cómo viene? y todas esas cosas. La casa de ellos no se tocó, ni el cateo normal que le hacíamos a todas las casas se hizo allí, por la actitud que se encontró en ellos. EL CONTRA-ATAQUE RESULTO CRUENTO E INFRUCTUOSO Es aquí donde yo sentí mayor esfuerzo del enemigo por desalojarnos, y por eso es que el volumen de bajas del enemigo en La Escalón fue muy alto, fueron más de 40 muertos, fueron 43 los muertos, fue un desangramiento profundo de esa fuerza. El primer combate en la madrugada se dio con el Batallón de Infantería de Marina, ellos estaban cuidando la zona, a ellos fue que empujamos y a los que sacamos del área, más tarde entró el Batallón Belloso, fue la segunda columna que aplastamos, y quedo el montón de mochilas, agarramos los primeros fusiles y radios de comunicación, después entraron los blindados a intentar sacar los cadáveres del Belloso, los derrotamos también, destruimos las tanquetas, luego entro la IV Brigada de Infantería, al oriente del Hotel Sheraton, hacia arriba y, ya antes de entrar al área ya llevaba bajas, cuando llegó a las líneas de combate, todo su esfuerzo y apoyo aéreo que pedía, era sólo para sacar del área de combate a sus heridos. El Batallón Atlacatl no entró de inmediato porque había subido al volcán, se bajó y nos entro por el norte, por la pedrera, allí comenzamos a combatir con ellos, fue la unidad que hizo más resistencia y más esfuerzo por penetrar, pero a partir de las 3:00 de la tarde, todo el combate del Atlacatl era para sacar también a su grupo de heridos y murtos que tenían metido en un hoyo. Así, bien rápido, se había revertido el papel de la fuerza ofensiva, en una fuerza que peleaba por sacar a sus bajas. LA GUERRA LLEGO AL CORAZON DEL ENEMIGO Si se analiza el plan de la ofensiva, a excepción de Cuscatancingo, donde se atacó el cuartel de la Policía Nacional, no hubo ningún otro caso de inversión de fuerzas del FMLN buscando una victoria militar, todo eminentemente, fue la toma de los barrios, en las colonia, en los poblados, para atraer fuerzas enemigas, desgastarlas, y con nuestra presencia estimular la incorporación de las masas. Así se presentó esto. En el caso de Ciudad Delgado, examinamos como la vida demostró que fue correcta la apreciación de que con nuestra permanencia en los barrios y el desgaste de las fuerzas enemigas, íbamos a estimular a las masas a que se incorporaran, así sucedió en los barrios populares, y la masa se incorporó y se metió. El movimiento nuestro hacia la Escalón se dio con la proyección general de desestabilización de toda la conducción política y militar del enemigo, como efectivamente sucedió. Se concibió en función de desestabilizar la cabeza enemiga. Tanto en lo político como en lo militar, y de estimular a las masas. Ya había un sentimiento de demanda en las masas, que veían necesario que la guerra se llevará a las colonias privilegiadas. Nosotros apreciamos que después de cuatro o cinco días de desconcierto, de desorganización, y después de sobreponerse al impacto de la ofensiva, ellos comenzaron a mover sus fuerzas y a darles las primeras formas de organización si se quiere. En principio fue una reacción primitiva de halar fuerza para protegerse, porque se sentían amenazados, porque vieron cerca la derrota, vieron cerca el hundimiento, y lo sintieron y lo expresaron así, entonces comenzaron a halar fuerzas. Al principio uno podía darse cuenta que había desorganización completa en el enemigo, el montón de unidades metidas en la capital, metidos en los territorios con un montón de problemas de coordinación, pero poco a poco el plan se fue acentuando y estuvo vinculado a que ellos no tenían mucha presión en la cabeza. Ellos tienen mandos regionales que asumen la conducción regional de la fuerza, que deciden el apoyo que necesita el Estado Mayor, que pide según el caso, el apoyo de la aviación, la artillería, pero que fundamentalmente, son los mando regionales los que asumen la jefatura de las operaciones en esta región. Así pasa con el mando de San Miguel, Usulután, Zacatecoluca. Con el traslado a la Escalón, la desestabilización en el mando de la cabeza fue llegando y comenzó la desbandada de los familiares de los militares, era un drama, la gente esta salía corriendo de la colonia, metían las maletas en sus carros, se montaban, y allí, en lo oculto, salían las columnas guerrilleras que andaban en la zona haciendo barricada, y la gente que venía corriendo de la Escalón venía a caer en otra atarraya guerrillera. Me contaron un día que hicieron una barricada con 57 vehículos, allí por Olocuilta, y casi todos los carros repletos de maletas. Entonces se produjo la desorganización. Se desestabilizó la cabeza del enemigo, ya el hecho de que al militar se le vaya la mujer, los hijos… ya su cabeza la tienen complicada con otros problemas, además de los que tienen en los frentes de combate, el sentir amenazada su colonia, su carro, es una complicación y, andaban preguntando frecuentemente por radio cómo era la situación en el área donde vivían, y andaban metida esa preocupación en su cabeza, porque allí estaba su mujer, sus hijos y sus carros, los bienes materiales que había acumulado durante la guerra, por los cuales se había arriesgado tanto. Después de la incursión que se hizo por el lado de la colonia La Sultana y del Estado Cuscatlán, el abatiendo de los militares -se sentía así por la radio- era enorme, compañeros que se encargaban de mantener el control de esas áreas informaban que todos los días, en las tardecitas, como a las 4:00 de la tarde, comenzaba la columna de carros de allí de la Colonia Arce, a salir con colchones y maletas, y se iban a dormir a otra parte temiendo los ataques nocturnos nuestros. Esa desestabilización se dio, el siguiente hecho lo ejemplifica: desde el propio Estado Mayor disparaban los morteros para defenderse cuando estaban compañeros por la Torre “Democracia”, desde el parqueo del Estado Mayor disparaban las bengalas. Imagínate cual es el estado de las jefaturas que están metidas allí en los cubículos esos, en operaciones de información, de conducción, dándose cuenta que ya tienen que estar disparando. Y EL ENEMIGO VIO MUY CERCA LA DERROTA MILITAR La incursión a la Colonia Escalón constituyó un momento sumamente crítico para la dictadura militar, no fue una acción aislada, sino, parte de un movimiento más amplio con otras direcciones de ataque, entre ellas la que abarca desde la Sultana hasta la Monserrat, el Estadio Cuscatlan, que son más de dos kilómetros. En una zona importantísima, desde el punto de vista militar, con acceso al Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de El Salvador, a la Colonia Manuel José Arce, prácticamente exclusiva de jefes militares, a la autopista sur y otros pueblos relevantes, esta fue una dirección que asustó al enemigo porque les comenzaron a reportar la presencia de columnas guerrilleras por el edificio “Democracia”, que está detrás del Estado Mayor y enfrente de la colonia de los militares, y comenzaron a comunicarse por radio detectándoseles no sólo la desesperación, sino impotencia, incapacidad para organizar una defensa efectiva. “Ahí vienen avanzando, vienen rompiendo casas, son un bergo(un montón, muchos)”, decían, y comenzaron a llegar los primeros refuerzos, aparecieron los helicópteros, a verificar que efectivamente era una gran cantidad de guerrilleros los que estaban bajando desde la Colonia La Cima, el otro refuerzo fue el de los blindados, y estos a los que llegaron fue a esconderse, porque desde que llegaron allí, por la 49 avenida sur frente a Monserrat, les tiraron el primer cohetazo, y a partir de allí los tanques se escondieron, cubriéndose de la línea de fuego de los coheteros. Estabilizar momentáneamente la situación planteada por nuestro movimiento, fue bastante difícil y costoso para el enemigo, el impacto de los combates en la profundidad de su retaguardia, en su propia guarida, les hizo sentir como nunca antes la posibilidad de una derrota en el terreno militar. La maniobra sobre la Escalón, San Benito y el sur poniente de la capital, configuró, junto con el accionar en otros puntos de la San Salvador y del interior del país, un cuadro delicado para las Fuerzas Armadas, que los aproximo a la derrota total, la vieron muy cerca, yo creo que no deseaban, ni les convenía, volver a estar en una situación igual, y sabían que podía volver a ocurrir. |