Por Arleen Rodriguez Derivet
Todo ocurrió a solo unos metros del neurálgico paradero de Playa, en
naves que alguna vez cobijaron un taller de reparación de ómnibus y
donde ahora el arte gobierna los espacios hasta desbordarse generoso
hacia las calles de un barrio, El Romerillo, que, por su humilde origen y
su escasa urbanidad, suele verse como la antítesis de Miramar, su
elegante vecino.
En la esquina de 120 y 7ma,
se abría el “Kcho Estudio Romerillo Laboratorio para el Arte” en la noche del 8 de enero de 2014, para “celebrar la entrada triunfal de
Fidel a La Habana hace 55 años”, según la carta del anfitrión a los más de 200 asistentes, entre amigos, colegas y periodistas.
Sobre las 9 de la noche, Kcho pidió a sus invitados salir a la calle
para develar la tarja, pero demoraba en hacerlo. Hasta que por la
esquina de la Avenida 9na aparecieron las primeras señales de un
visitante, seguramente inesperado para casi todo el mundo, excepto para
el propio artista.
“Es Fidel, es Fidel”, se oía decir en medio de los respetuosos
forcejeos de algunos por alcanzar una perspectiva visual que confirmara
el rumor. Después solo se escuchó el Himno Nacional y un breve fragmento
grabado de las palabras del líder de la Revolución aquella noche de
hace 55 años: “… es un momento decisivo de nuestra historia. La tiranía
ha sido derrocada. La alegría es inmensa. Sin embargo, queda mucho por
hacer todavía. No nos engañemos creyendo que en lo adelante todo será
fácil, quizás en lo adelante todo será más difícil”. Tras la alocución,
Kcho y Eusebio Leal develaban la tarja que consigna el acontecimiento.
Posiblemente a la misma hora en que logró llegar a la tribuna de la
liberada Columbia 55 años atrás, esta vez Fidel entró al taller de Kcho,
asistió a su apertura oficial y luego, apoyado en un bastón y en el
brazo de su terapeuta, caminó hasta la sala de arte Martha Machado,
donde la exposición “Lam, eres imprescindible” permanecerá hasta marzo.
Desde allí, sentado en una butaca, saludó con visible alegría a
Eusebio Leal,
Abel Prieto, Homero Acosta, Rafael Bernal,
Miguel Barnet,
los generales Samuel Rodiles Planas y Álvaro López Miera, entre otros
invitados y dialogó animadamente con casi todos, interrogando unas
veces, comentando otras, siempre en un tono bajo, solo al alcance del
interlocutor del momento.
Más de una vez habló con interés sobre el acto por los 55 años de la Revolución
celebrado durante la tarde en Venezuela. Y más de una vez elogió la programación de teleSUR, cuyos periodistas considera entre los mejores del mundo.
Vestía un sencillo conjunto deportivo de chaqueta oscura con una
bufanda verde olivo al cuello y calzaba zapatillas negras. En las manos
los espejuelos, al parecer todavía innecesarios, cuando tomó de
improviso la libreta de notas de la periodista Aleyda Piñero Meneses
para evaluar su letra y comentar que quizás tuvo maestros menos
exigentes que quienes le enseñaron caligrafía a él.
Del equipo de colaboradores directos de Kcho, llamó la atención sobre
el hecho de que todas son mujeres, a lo que el artista replicó que son
el soporte de toda su obra. Y en el diálogo con los generales de las
FAR, les comentó la demanda de Julio Camacho Aguilera, que ya va a
cumplir 90 años, y de su esposa Gina, para que les haga el prólogo de un
libro que escribieron ambos. “Yo no sé de dónde sacan ustedes tanto
tiempo…” decía, cuando Kcho le preguntó sus impresiones del lugar. “Si
te digo lo que pienso te vas a echar a perder… porque lo que pienso es
muy bueno”, aseguró sonriendo.
“Es un día muy especial -dijo Kcho- y es muy especial que usted esté
un día así en un barrio cubano como Romerillo”. Fidel respondió con una
de sus legendarias reflexiones: “…lo importante es qué vamos a hacer
dentro de 100 años. Si la gente pudiera al menos estar informada de
todos los problemas del mundo en que vive…”
“Yo antes leía muchos cables, recordó Fidel, ahora lo que mas leo son
artículos que llegan por Internet, Rebelión y otros sitios, hay sitios
argentinos muy buenos. Hay sitios del mundo entero, algunos tienen un
perfil político ambivalente, pero hay que pensar también en lo que les
imponen las direcciones a sus periodistas.
Temas como las epidemias que debido a la interconexión del mundo
contemporáneo pueden llegar a causar hoy más muertes que las guerras -el
caso de la influenza- o el espionaje norteamericano a sus propios
aliados, que es un verdadero escándalo mundial, estuvieron en el centro
del diálogo. Fidel llamó la atención sobre el hecho de que los yanquis
no han espiado a los ingleses. “Ellos colaboran, son de la misma
familia.” Y temen a China “por sus poderes productivos y su condición de
prestamista.”
Para ese momento, tanto Fidel como Kcho habían entrado a “La Nave”,
espacio para el arte contemporáneo, según se le identifica, donde ahora
está la exposición El Pensador, del propio artista. Allí Kcho explicó el
plan de transformación del barrio, que ya convirtió basurales inmensos
en parques con canchas deportivas, cabinas telefónicas y otros medios de
servicio comunitario. Uno de los parques lleva el nombre de Hugo Chávez
y otro se llama Ismaelillo. El próximo y esperanzador paso es
transformar positivamente la arteria principal de Romerillo, la hoy
intransitable calle 120, por donde se mueve cada día cerca de un cuarto
de millón de personas. En cuanto a La Nave, en momentos difíciles, como
puede ser en temporada de ciclones, podría servir como refugio: “un
espacio para la vida” dijo Kcho ante una advertencia de Fidel sobre el
poder de los meteoros en esta zona cercana al litoral.
Casi en la despedida, Danylo Sirio, presidente del ICRT le saludó
confirmando que ya le había enviado copia de la prestigiosa serie de
televisión “Duaba” y Fidel se extendió en relación con la adaptación de
temas históricos, comentando sobre el filme sobre Toussaint Loverture,
en el que parecen haberle impresionado las caracterizaciones, tanto de
Loverture como de Petion. Y se preguntó sobre Bolívar, a quien le
hicieron tantas trampas, cobrándole hasta su muerte el precio de su
liderazgo rebelde. “A nosotros también -dijo con un brillo de
combatiente victorioso en la mirada- 55 años, pero no pudieron”.
Fidel inaugura estudio de arte en el barrio Romerillo, de La Habana. Foto: Estudios Revolución.
Con Kcho. Fidel inaugura estudio de arte en el barrio Romerillo, de La Habana. Foto: Estudios Revolución.
Fidel inaugura estudio de arte en el barrio Romerillo, de La Habana. Foto: Estudios Revolución.
Fidel inaugura estudio de arte en el barrio Romerillo, de La Habana. Foto: Estudios Revolución.
Fidel inaugura estudio de arte en el barrio Romerillo, de La Habana. Foto: Estudios Revolución.
Fidel inaugura estudio de arte en el barrio Romerillo, de La Habana. Foto: Estudios Revolución.
Junto
a Danilo Sirio, Presidente del ICRT. Fidel inaugura estudio de arte en
el barrio Romerillo, de La Habana. Foto: Estudios Revolución.
De
espalda, Eusebio Leal (izquierda) y Miguel Barnet (derecha). Fidel
inaugura estudio de arte en el barrio Romerillo, de La Habana. Foto:
Estudios Revolución.
Saludando
a Miguel Barnet, presidente de la UNEAC. Fidel inaugura estudio de arte
en el barrio Romerillo, de La Habana. Foto: Estudios Revolución.
Con Eusebio Leal. Fidel inaugura estudio de arte en el barrio Romerillo, de La Habana. Foto: Estudios Revolución.
Fidel inaugura estudio de arte en el barrio Romerillo, de La Habana. Foto: Estudios Revolución.
Fidel inaugura estudio de arte en el barrio Romerillo, de La Habana. Foto: Estudios Revolución.
Fidel inaugura estudio de arte en el barrio Romerillo, de La Habana. Foto: Estudios Revolución.