por Noel Manzanares Blanco
Domingo, 19 de Agosto de 2012 01:15
Quien dejó la administración de México con un saldo social
espeluznante, incluyendo el aumento del narcotráfico, al menos por pudor
debía reconocer cuánto ha logrado la Revolución Bolivariana en lugar de
reprochar la gestión del Presidente Hugo Chávez
Una información reciente de EFE desde Cartagena, Colombia,
acredita que el expresidente de México Vicente Fox (2002-2006) acusó al
Jefe de Estado venezolano, Hugo Chávez, de haber engañado a los
venezolanos con políticas populistas, de despilfarrar petróleo y de no
haber reinvertido las ganancias en educación y desarrollo.
“Yo creo que seguir una política populista de demagogia como la que
ha seguido él (Chávez) es engañar a la gente, y a base de dar la torta
pretende tener contentos a sus súbditos, diría yo”; “otro gallo le
cantaría a Venezuela” si el beneficio de cada barril hubiera sido
invertido por Chávez en educación de calidad, en infraestructura
productiva para su nación —afirmó el exmandatario mexicano, según EFE.
Quien hizo tal consideración es el mismo señor Fox cuyo gobierno
arrojó mediocres resultados en materia de crecimiento económico y
creación de empleos; al tiempo que sí propició un incremento en los
niveles de desigualdad y concentración de la riqueza, de acuerdo con
análisis efectuados desde la nación azteca.
Incluso, se afirma que colaboradores y amigos cercanos de Vicente Fox
aseguraron que fue la ausencia de reformas estructurales el factor que
impidió que el modelo económico impulsado por el gobierno panista —el
mismo en esencia que los gobiernos de Carlos Salinas de Gortari y
Ernesto Zedillo— propiciara la inversión, el consumo interno y la
creación de empleos.
Una fuente consultada aseveró que Rodolfo de la Torre, académico de
la Universidad Iberoamericana y presidente del Comité Técnico para la
Medición de la Pobreza en la era foxista, afirmó que la desigualdad en
la distribución de los ingresos se estaba convirtiendo en un problema
mucho más grave y peligroso que los índices de pobreza que aún ubicaban a
más del 20 por ciento de la población en pobreza extrema y a 50 por
ciento sin condiciones para tener una vida digna.
Otra fuente consultada certificó que en tiempos del gobierno de Foz,
si bien se alcanzaron algunos aciertos en cuanto a Educación, en última
instancia se notó que muchas cosas las realizaron sin pensar qué
consecuencias o beneficios ello generaría para la prole, el pueblo, la
gente menos favorecida por el sistema socio-económico e ideo-político
mexicano.
Y ni hablar del panorama vinculado al narcotráfico: la consulta de la
literatura acerca del tema —usted puede comprobarla en Internet, igual
que los demás datos que refiero en este trabajo— me develó que es atroz y
luego más atroz. Por tanto, pregunto: ¿Acaso alguien en sano juicio se
atreve a desvincular la tragedia que vive México hoy día en este orden
de ideas con la herencia dejada en esa dirección por la administración
de Vicente Fox?
Entretanto, quizás la mejor imagen del quehacer de la administración
del susodicho en la arena exterior se localice en el siguiente suceso:
en marzo de 2002, Fidel Castro, entonces Presidente de Cuba, tuvo que
abandonar la Conferencia Internacional sobre Financiación para el
Desarrollo que se realizaba en Monterrey, Nuevo León, México, debido a
una situación especial creada por su participación en la magna cita.
¿Cuál fue realmente la situación creada? Pues que Estados Unidos
presionó al mandatario de su vecino del sur para forzar la retirada del
dignatario cubano, toda vez que el desheredero de Benito Juárez le pidió
al mejor discípulo de José Martí que permaneciera por poco tiempo en la
mencionada cumbre para evitar confrontaciones con el mandatario
estadounidense, George W. Bush. “Comes y te vas” —fueron las palabras
exactas de Vicente Fox a Fidel Castro en la ocasión de marras.
Como paradoja, al tiempo que en la Venezuela conducida por el
compañero Chávez se ha desarrollado a niveles nunca antes vistos la
democracia participativa y protagónica, ha tenido lugar lo que en la
hermana nación identifican como “Siembra petrolera” o sea, el ingreso
petrolero ha sido destinado prioritariamente a saldar la deuda social
acumulada producto del capitalismo y los regímenes puntofijistas.
Puedo agregar que con la Revolución Bolivariana se exhiben parte de
los menores índices de desigualdad en América Latina, porque la pobreza
extrema descendió, en tan solo 12 años, de 42% a 7,3%; y el Coeficiente
de Gini, que mide la desigualdad de la distribución del ingreso, llegó a
0,390, el más bajo de toda la historia venezolana, y el más bajo de
todo el Continente Latinoamericano, en relación a 1998 que era de
0,4865.
Por demás —sin mencionar la universalización en la
salud, cómo se está derrotando el desempleo, la garantía al acceso a los
alimentos, la soberanía en materia de política económica… —, la Patria
de Bolívar y Chávez ostenta indicadores entre los primeros lugares del
mundo en la Educación: por ejemplo, en 2005, a través de la Misión
Robinson, se logró la meta establecida por la UNESCO para declarar a un
país territorio libre de analfabetismo, que implicó alfabetizar a más de
dos millones de personas; 95 de cada 100 niñas y niños de edad escolar
están estudiando en la Educación Primaria; y algo muy relevante:
Venezuela ocupa el segundo lugar en América Latina y quinto en el mundo
con la mayor tasa bruta de matrícula universitaria.
Así, exclamo sin pensarlo dos veces:
¡Qué desfachatez la de Vicente Fox!