La reunión del Consejo Permanente de Asociación Rusia-UE que se ha iniciado hoy, lunes, en Bruselas tiene por mira dar un nuevo impulso al desarrollo de las relaciones entre Moscú y Bruselas.
Pero, para un acercamiento real con Rusia la dirección de la UE debe definir primero sus propias prioridades. A saber: valorar qué es más importante para ella: la asociación con Rusia o la solidaridad euroatlántica con EEUU.
El Ministerio de Exteriores de Rusia confiere gran importancia a las actuales medidas de Bruselas, en particular al encuentro de Serguéi Lavrov con Catherine Ashton. Sobre todo, “en el contexto de los preparativos para el encuentro –en marzo en Moscú – del Gobierno de Rusia y de la Comisión Europea, así como de la cumbre Rusia-UE, donde se discutirán las perspectivas del fomento de las relaciones bilaterales en el marco de las hojas de ruta de los espacios comunes Rusia-UE.
La UE y Rusia asumen una responsabilidad especial por la dolución de los problemas paneuropeos, en primer lugar en la esfera de la seguridad, destacó en entrevista a nuestra emisora Nadezhda Arbátova, experta del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales de la Academia de Ciencias de Rusia.
—Hace tiempo que se impone la necesidad de analizar detenidamente lo qué es de actualidad hoy día y lo qué ha perdido su sentido y necesita cambio. A mi entender, existen cuatro tipos de seguridad europea: energética, humanitaria, seguridad interna de Europa y seguridad exterior de Europa. Y aquí puede hallarse lugar para todas las instituciones. En particular, para la UE.
Es obvio que de momento las exhortaciones de la UE a una cooperación edificante en los vectores enumerados no son confirmadas con actos reales. Hasta qué grado ha llegado la falta de voluntad de la dirección de la UE lo muestra palmariamente la historia escandalosa que se desenvuelve en torno a la privatización de la compañía griega de distribución de gas DEPA y de su filial, la operadora de redes eléctricas DESPA. Los problemas comenzaron al aclararse que el ofrecimiento más atractivo a la parte griega fue hecho por la compañía rusa Gazprom y el grupo Sintez. En respuesta, EEUU y la UE exigieron que el gobierno griego no abriera el mercado del gas nacional para las compañías y los intereses rusos. La presión sin precedente de los norteamericanos a Grecia que entra en contradicción directa con los intereses de la UE y su propios programas anti-crisis, han llevado ya a que el Consejo de Directores de la Agencia Nacional para la Privatización haya aplazado dos veces la decisión sobre la elección de participantes del negocio de privatización de DEPA y DESPA.
Ni la comisión Europea, ni el Banco Central Europeo reaccionan de modo alguno ante la escandalosa injerencia de EEUU en los asuntos internos europeos. En cambio, en la Comisión Europea no se escatiman ataques a Rusia que pretende, dizque, poner bajo control monopólico, “al margen del mercado”, los mercados europeos del gas, observó Nikolái Kaveshnikov, catedrático del Instituto de Relaciones Internacionales de Moscú.
—En la política de países occidentales están entrelazados complicadamente, digamos, tanto los motivos normativos, o sea a menudo la sincera aspiración a extender la zona de la democracia, con motivos prácticos. Estos últimos guardan relación con la garantía de sus propios intereses nacionales, en particular en la esfera de la economía y la seguridad. La política convierte frecuentemente en aliados a personas de puntos de vista encontrados. Por eso no se debe valorar tales o cuales actos de la UE, EEUU, la OTAN, la OSCE y otras instituciones desde el punto de vista de la justicia, derecho o sentido común.
Pero, como constata el periódico francés Le Monde, justamente la energética “sirve de buen ejemplo de ello: Rusia suministra a una parte considerable de las necesidades de petróleo y gas”. Nos queda esperar que los líderes de la UE puedan no solo conservar el bagaje acumulado de relaciones con Rusia sino que den a la cooperación con Moscú un carácter auténticamente estratégico.
vs/mo