Posted: 24 Jul 2014 07:00 AM PDT
No sabría cómo describir la alegría que me
embargó este martes al asistir a la entrega de 1,262 escrituras a
familias campesinas. Es ese sentir de justicia, de haber saldado una
deuda histórica. No es para menos, hemos garantizado para estas personas
su legítimo derecho a la posesión, uso y provecho de sus parcelas.
La administración del expresidente Funes
inició esta labor de legalizar las propiedades de nuestros agricultores.
A pesar de encontrarse con muchas trabas, producto de la ineficiencia
de los gobiernos del pasado que nunca quisieron resolver la situación de
inseguridad jurídica de miles de familias, se inició un proceso de
escrituración serio y transparente. En un tiempo record se han entregado
46,462 títulos de propiedad.
Gracias a estas escrituras las familias
tendrán diversos beneficios, como un mejor acceso a programas de
vivienda, créditos, servicios básicos (agua y energía eléctrica),
proyectos agropecuarios, entre muchos más.
Me conmovió escuchar los testimonios de
los beneficiados. Algunos de ellos tuvieron que esperar hasta sesenta y
cuatro años para ser propietarios legítimos de las tierras que habitan y
trabajan. Verlos pasar a recibir su escritura fue un momento muy
emotivo. En sus rostros se dibujaba esa sonrisa que proclama que la
espera terminó. Es algo que no tiene precio.
Nuestro Gobierno ha asumido la
responsabilidad de continuar haciendo realidad el sueño de las familias
salvadoreñas de convertirse en verdaderos propietarios de sus tierras.
Hay muchos casos pendientes, pero la voluntad para resolverlos es firme y
constante.
Estoy seguro que todos los salvadoreños y
salvadoreñas nos alegramos de este gran logro de nuestro pueblo. Es un
orgulloso comprobar que somos un país más justo, con oportunidades para
todos. Hoy podemos decir que la tierra ha dejado de ser un privilegio
para pocos.