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domingo, 20 de junio de 2010

FOR WHOM THE BELL TOLLS

POR QUIEN DOBLAN LAS CAMPANAS..POR ARENA Y POR GANA.






Each man's death diminishes me, For I am involved in mankind. Therefore, send not to know for whom the bell tolls It Tolls For thee. (John Donne) Han estado doblando desde hace ratos, Ponciano. Los golpes lamenteros comenzaron mucho antes de que se iniciara la pasada campaña electoral, lo que pasa es que la gente creía que doblaban por los pobres y engañados mareros que se habían ajusticiado entre ellos mismos y que por eso los repiques sepulcrales eran tan frecuentes. Todos o la mayor parte se equivocaron, yo no creo que vos y vos, no creés que yo. Recuerdas Izalco, Ponciano?. Allá lo dijimos vos y yo: Ésta es la última vez que los enemigos de la Nación de Los Izalcos lanzan su campaña desde la tumba de nuestros antepasados masacrados en 32. Ahora, Feliciano se levanta con la aurora, vigila y conduce a su pueblo por los caminos autóctonos hacia la verdadera libertad y justicia social. Recuerdas San Julián, Ishuatán, Nahuizalco, San Antonio del Monte, Acajutla?, también ahí doblaron y siguen doblando las campanas de la muerte. Quién ha estado muriendo desde largo rato para que no cesen de doblar? y lo mismo pasó a lo largo de todos los pueblos de la nación donde la estrella roja de Farabundo se prendió como un carbunclo multicolor lleno de rayos de luz y esperanzas. Por supuesto que no estás triste Ponciano, esos dobles son para nosotros, la alegría de la libertad. Son los dobles para los doblados para siempre, los que nunca volverán a levantarse desde sus opacas tumbas, desde sus ateridas y solariegas guaridas. Cómo que no vas a estar alegre, Poncianito!, contemplando desde las atalayas proletarias alzarse la alfabetización ideológica que nos permitirá tener una visión objetiva de la realidad que nos circunda para cambiar lo que podamos cambiar y luchar contra las murallas impuestas por la ignorancia y la explotación del hombre por el hombre. Yo estoy más que contento. En lugar de que me cause pavor lo que pasa en el Centro de San Salvador, me llena de alegría, el pueblo dándose verga por sus derechos contra un alcalde maltrecho y producto del más grande fraude histórico en la comuna capitalina. Ese perro sarnoso no tiene ningún derecho de atacar al pueblo, el pueblo lo desconoció desde antes de que agarrara la rienda de una mula que jamás le ha pertenecido y por lo tanto nunca lograra amansar y más feliz estuviera si algún ondillero le pegara en medio de los ojos de psicópata diarreico. Cómo podemos estar tristes Ponciano?, Nunca había habido tanta luz en este pueblo. Es tiempo de limpiar la casa, de marchar con nuestro FRENTE y quien no quiera al FRENTE que se vaya a Mi Gente a enriquecer al cliente. Lo que soy yo, Poncianicus, estoy más que contento, ya que jamás he trabajado para que el pueblo me mantenga, sino y al contrario; para ayudar al pueblo y si como todos tengo necesidades, pues a la rebusca chusca y si no te sale la cuenta entonces hay que poner la renta, de todas formas nosotros siempre se la hemos pagado a ellos, es tiempo de que nos regresen lo que nos pertenece. Recuerda Poncianito, aquella canción que escribiste y cantábamos cuando jóvenes: Asesinan al pueblo, lo masacran y nadie dice nada, asesina al pueblo, lo masacran y nadie dice nada, maldita burguesía que parió la tierra, patria de los burgueses por un millón más un trillón de veces, maldita seas. Ello para mi todavía es vigente, mientras toda nuestra gente no tenga alimentación, casa, abrigo, salud y escuela, no hay tregua y es por ello que debemos aunar fuerzas los salvadoreños dignos y dignas fuera y dentro de la patria para hacer que la voluntad del pueblo se cumpla ya que no puedes dar espacios ni aun marginales al enemigo, hay que exterminar la hidra, el cáncer enemigo hay que extirparlo para siempre. No olvidemos las lecciones del Príncipe: La mejor forma de tratar al enemigo es destruyéndolo, si no te destruye el a ti y en caso de la lucha por los derechos del pueblo, los fines justifican los medios.
Paul Fortis

Veintidós razones por las que la clase trabajadora estadounidense odia al Estado


Introducción

¿Por qué el ataque lanzado desde la derecha contra el «Papá Estado» se deja oír cada vez más entre la clase trabajadora? Los liberales afirman que la población asalariada actúa «contra su propio interés» aludiendo a programas sociales como la seguridad social o las prestaciones por desempleo. Los progresistas sostienen que los trabajadores hostiles al Estado son «racistas», «fundamentalistas» y/o actúan de forma irracional o ciega a causa del miedo injustificado a las amenazas a las libertades individuales. Expondré aquí que hay muchas razones sensatas, racionales y materiales para que la clase trabajadora se rebele contra el Estado.

Veintidós razones por las que la clase trabajadora estadounidense odia al Estado

1.) La mayoría de las personas asalariadas pagan una suma desproporcionadamente más elevada de impuestos que los empresarios ricos y, por consiguiente, millones de estadounidenses trabajan en la «economía sumergida» para llegar a fin de mes, con lo que se exponen a ser detenidos y a que el Estado los procese por tratar de ganarse la vida eludiendo impuestos onerosos.
2.) El Estado concede exenciones generosas durante varios años a las empresas, con lo que elevan la carga fiscal de las personas asalariadas o eliminan servicios esenciales. Las políticas no equitativas de recaudación fiscal del Estado suscitan resentimiento.
3.) Los impuestos altos, unidos a la reducción y encarecimiento de los servicios públicos, incluidos el aumento de los costes de la educación superior y de los gastos sanitarios, alimentan el antagonismo popular y la frustración ante el hecho de que se les está negando a ellos y a sus hijos las oportunidades de progresar y vivir sanos.
4.) A muchos trabajadores y trabajadoras les sienta mal que el Estado gaste el dinero de sus impuestos en guerras remotas e interminables y en financiar rescates en Wall Street, en lugar de invertirlo en reindustrializar Estados Unidos para crear puestos de trabajo bien remunerados o ayudar a quienes no tienen empleo o están subempleados y son incapaces de afrontar el pago de sus hipotecas y se exponen a un desahucio o a vivir sin techo. Casi todos los trabajadores rechazan los gastos presupuestarios injustos que privilegian a los ricos y niegan a la clase trabajadora.
5.) A los trabajadores les horrorizan la hipocresía y los dobles raseros del Estado cuando denuncia a los «aprovechados» que se llevan unos centenares de dólares y hace la vista gorda con los estafadores de bancos y empresas, y los gastos militares del Pentágono cuestan excesos presupuestarios de centenares de miles de millones de dólares. Pocos trabajadores creen que exista la igualdad ante la ley, con lo que implícitamente no aceptan sus exigencias de legitimidad.
6.) Muchas familias trabajadoras se niegan a admitir el hecho de que el Estado reclute a sus hijos e hijas para guerras que se traducen en muerte y en lesiones atroces en lugar de para puestos de trabajo en el sector público, mientras que los hijos de las personas ricas y acomodadas se forjan una carrera en la vida civil.
7.) El Estado subvenciona y mejora en los barrios acomodados las infraestructuras públicas (carreteras, parques y servicios), mientras ignora las demandas de mejora en las comunidades de rentas más bajas. Además, el Estado sitúa las instalaciones contaminantes (incineradoras, industrias con alto contenido de residuos, etc.) muy cerca de los hogares y las escuelas de los trabajadores.
8.) El Estado mantiene el salario mínimo por debajo de los incrementos del coste de la vida, pero fomenta y promueve el aumento desmesurado de beneficios.
9.) En los barrios ricos los desvelos para hacer cumplir la ley son rigurosos, y en las comunidades con rentas bajas son laxos, lo que se traduce en una tasa más elevada de homicidios y robos.
10.) El Estado impone restricciones sobre las organizaciones sindicales que luchan por garantizar los salarios y los beneficios, e ignora la intimidación y el despido arbitrario de trabajadores que llevan a cabo las empresas. El Estado favorece las fusiones y adquisiciones empresariales que desembocan en monopolios, pero pone freno a la acción colectiva nacida desde la base.
11.) Las instituciones económicas del Estado buscan a las personas que ocuparán cargos públicos en los bancos e instituciones financieras para que tomen decisiones que favorezcan a sus antiguos jefes, mientras que los asalariados quedan excluidos y no cuentan con representación en los cargos rectores de la política económica.
12.) Cada vez más, el Estado quebranta las libertades individuales de los activistas sociales mediante la Ley Patriótica y las detenciones arbitrarias, y garantiza la impunidad de la violencia policial y castiga a quienes denuncian irregularidades, con lo que desdeña las críticas de los ciudadanos con su capacidad de castigar.
13.) El Estado se muestra receptivo a la financiación del complejo militar-industrial, la deslocalización de empresas multinacionales en el extranjero y los elevados ingresos del lobby de Israel, y aumenta las partidas presupuestarias que les destina, mientras recorta la financiación de inversiones públicas en actividades productivas, tecnología aplicada y formación ocupacional en alta tecnología de los trabajadores y asalariados estadounidenses y de sus hijos.
14.) Las políticas del Estado llevan décadas incrementando las desigualdades existentes entre el 10 por ciento más rico y el 50 por ciento más pobre, lo que convierte a Estados Unidos en el país industrializado con las desigualdades más acusadas.
15.) Las políticas del Estado han supuesto un descenso del nivel de vida, ya que los asalariados tienen que trabajar más horas con menos seguridad laboral, durante más años para recibir una pensión y disfrutar de la seguridad social y soportando mayores riesgos medioambientales.
16.) Los cargos elegidos del Estado incumplen la mayoría de las promesas electorales que formulan durante sus campañas ante los trabajadores, y en cambio cumplen las promesas que hacen a las élites bancarias, empresariales y de las clases altas.
17.) Las autoridades del Estado prestan más atención y se muestran más receptivos a unos cuantos grandes contribuyentes económicos que a millones de votantes.
18.) Las autoridades del Estado son más sensibles a los sobornos de los lobbies empresariales que preservan los beneficios de las empresas que a las necesidades sanitarias, educativas y de renta del electorado.
19.) Los vínculos entre las empresas y el Estado se traducen en desregulación, que desemboca en contaminación del medio ambiente y lleva a la quiebra de los pequeños negocios y a la pérdida de muchos puestos de trabajo, así como a la desaparición de zonas recreativas, lo que deteriora el descanso y el recreo de la clase trabajadora.
20.) El Estado eleva la edad de jubilación en lugar de aumentar las aportaciones de los ricos a la seguridad social, lo que se traduce en que los trabajadores de entornos no saludables disfrutarán de menos años de jubilación con buena salud.
21.) Es más probable que el sistema judicial del Estado dicte sentencias favorables a los demandantes ricos que disponen de abogados con un salario alto y buenas relaciones políticas, y contrarias a los trabajadores, a quienes defienden abogados de oficio y sin experiencia.
22.) Es más fácil que los recaudadores del Estado inspeccionen a los contribuyentes asalariados que a los directivos empresariales de clase alta que contratan a contables especializados en lagunas fiscales y en tomar medidas de protección libres de impuestos.

Conclusión

En sus múltiples actividades, ya sean las relacionadas con velar por el cumplimiento de la ley, reclutar soldados, establecer políticas fiscales y de gasto, o promulgar legislación y administrar el medio ambiente, las pensiones o la jubilación, el Estado favorece sistemáticamente a las clases altas y las élites empresariales en contra de los trabajadores y los pequeños empresarios.
El estado es permisivo con los ricos y represivo con la clase trabajadora y asalariada, y defiende los privilegios de las grandes corporaciones y la impunidad del Estado policial cuando quebranta las libertades individuales de los trabajadores.
Las políticas del Estado extraen cada vez más de los trabajadores en concepto de ingresos fiscales, y ofrecen cada vez menos en prestaciones sociales, al tiempo que disminuyen la contribución fiscal de Wall Street e hinchan las transferencias del Estado.
La percepción de la población de a pie de que el Estado es hostil y explotador se corresponde con su experiencia práctica cotidiana; su conducta antiestatal es selectiva y racional; la mayor parte de los trabajadores sustentan la seguridad social y las prestaciones de desempleo, y se oponen a las subidas de impuestos porque saben o intuyen que son injustas.
Los universitarios y expertos liberales que afirman que los trabajadores son «irracionales» son a su vez profesionales de una crítica muy selectiva: señalan los (menguantes) beneficios sociales del Estado al tiempo que ignoran un sistema fiscal injusto y no equitativo y la conducta parcial del sistema judicial, policial, legislativo y normativo.
El personal del Estado, los legisladores y las autoridades policiales son atentos, receptivos y respetuosos con los ricos, y muestran hostilidad, indiferencia o arrogancia hacia los trabajadores.
En resumen: lo que de verdad pasa no es que la gente está contra el Estado, sino que el Estado está contra la mayoría de la gente. Ante la crisis económica y las guerras imperialistas prolongadas, el Estado se muestra descaradamente más agresivo a la hora de recortar el nivel de vida para canalizar unos fondos públicos que alcanzan cifras de récord hacia los especuladores de Wall Street y el complejo militar-industrial.
Mientras los «liberales-progresistas» siguen sumidos en la ideología estatista «neokeynesiana», anticuada ante un Estado profundamente arraigado en las redes empresariales, la retórica «antiestatista» de la Nueva Derecha se hace eco de los sentimientos, experiencias y argumentaciones de sectores importantes de las clases trabajadoras y los pequeños empresarios.
El esfuerzo de los liberales y los progresistas por desacreditar esta revuelta popular contra el Estado indicando que el movimiento antiestatista está financiado por las grandes empresas y manipulado por la derecha está condenado al fracaso, pues no logra abordar las profundas injusticias que padecen hoy día las clases trabajadoras en sus relaciones cotidianas con un Estado gestionado en buena medida por militaristas y liberales defensores de la gran empresa. La ausencia de una izquierda antiestatista ha abierto la puerta al ascenso de una masa apoyada en la «Nueva Derecha».
En la sociedad civil emergerá una «nueva izquierda» cuando logre reconocer el pernicioso papel explotador del Estado y sea capaz de explicarlo mediante los poderosos vínculos existentes entre el «bienestarismo» del liberalismo, el militarismo y el corporativismo. La recuperación y la expansión de los mermados programas sociales para las clases trabajadoras sólo pueden tener lugar si se desmantela el aparato estatal actual, y eso depende de que se produzca una ruptura absoluta con el bando de la gran empresa y se establezca un calendario que «revolucione» el funcionamiento de la política en Estados Unidos.

James Petras

Traducido para Rebelión por Ricardo García Pérez

Japòn, despierta!


Japon se convirtió tras la Segunda Guerra Mundial en un estado subordinado a EE.UU., humillado después de la haber sufrido los dos y, de momento, únicos ataques con arma nuclear de la historia contra la población civil, en Hiroshima y Nagasaki, una vez la guerra estaba decidida.

La rendición supuso la perdida de la soberania nacional y la prohibicion de reclamar los daños economicos y el juicio a los criminales genocidas, que mantuvieron sus bases militares allí por si acaso los japoneses querian reclamar justicia o independencia.

El dominio de EE.UU. de los archipielagos japoneses, tan cercanos a la costa oriental de la URSS y al estrategico extremoo oriente, fue acompañado de feroces campañas de anticomunismo, que criminalizo la ideologia de los trabajadores hasta el punto de hacer, como sucede hoy en el este de Europa, que incluso los que reconocen con creces la superioridad del Socialismo frente al capitalismo criminal no se atrevan a votar a los partidos comunistas, en el caso de que estos no esten prohibidos o existan.

Sin embargo, en Japon la situación esta cambiando, y ademas de los ultimos intentos del gobierno de cerrar las bases militares norteamericanas (que acabaron con la dimision de los que propusieron tal idea), la juventud del pais esta zafandose de la dominacion propagandistica y cada año las filas del comunismo van en aumento.

Cierto que las circunstancias economicas estan sirviendo como despertador para que los obreros japoneses empiezen a abrir los ojos a la realidad, y a desprenderse del velo ideológico que ya Nietzsche llamo el "velo de Maia", o que sociologos como Bordieu o Foucault denominaron "violencia simbólica".

Quizás en Rumania tengamos que esperar algunos años mas para el despertar de la conciencia de clase, tal y como sucede en todo el mundo tras 20 años de manipulación y construcción de una determinada realidad conveniente a la clase dominante, aunque el todepoderoso bombardeo mediatico de los medios del capital para evitar que los rumanos (u otros pueblos) superen la contradicción entre la consideración de que en el Socialismo se vivia mejor (mas del 60% de los rumanos lo piensan) con el atrevimiento de votar, apoyar y afiliarse al comunismo), es un arma todavia dificil de vencer. Solamente el control de los medios de informacion por la clase obrera, al igual que el de los medios de produccion, conseguira que la realidad sea la que beneficia a sus intereses, la consecucion de una verdadera democracia economica, social y, por qué no, electoral, es decir, completa, en la que cada ciudadano participe dia a dia en la construcción de su futuro.

¿Por qué todo este rollo? He leido un artículo en L´Humanite sobre el resurgir del comunismo en Japon, que me ha llamado la atención por el parecido, salvando las distancias, de la situación, de la ideologia de los trabajadores en lo paises del este, sobre todo en cuanto al feroz e interesado anticomunismo mediatico. Puede que, como en Japon, en Rumania la crisis economica comienze a agrietar el muro de la falsa realidad construido para asentar la dominación de algunos sobre la mayoria, y que los rumanos empiecen a valorar lo que perdieron, sin dejar de criticar sus defectos, y a actuar en consecuencia (vivienda y trabajo para todos, vacaciones pagadas, acceso al deporte y a la cultura, sanidad gratuita, y tantas otras cosas que la austeridad que llega va a continuar destruyendo aun mas, si cabe).


Noveno alcalde comunista en Japón : el éxito de una política de unidad popular del partido para romper el consenso anticomunista dominante.

Asahi es un pequeña ciudad de 17.000 habitante de la provincia de Toyama. La elección de un nuevo alcalde, Wagi Shigeo, en este pequeño pueblo de pescadores podría parecer anecdótica, No lo es.

Porque Waki Shigeo es comunista. Y se suma al pequeño club de los otros ocho alcaldes comunistas de Japón.

¿Cómo explicar esta anomalía cuando el Partido Comunista Japonés es un partido de masas, con 400.000 militante, su diario Akahata (bandera roja) tira más de 1,4 millones de ejemplares, y obtuvo casi 5 millones de votos en las pasadas legislativas de 2009 ?

Por el contexto histórico en el que el Partido Comunista ha desarrollado su acción. El PC Japonés es un partido marginado, si no condenado al ostracismo, criminalizado durante décadas : sus miembros inscritos en las listas negras, perseguidos por la justicia, despedidos por razones políticas.

El consenso anticomunista permanente en la clase dirigente nipona prohíbe de hecho toda alianza de los partidos centristas (El Partido Demócrata, el Partido Socialdemócrata) con el Partido Comunista. Una anticomunismo difuso de la gran burguesía que ha conseguir impregnar a la sociedad nipona, y que se agrieta día a día gracias a la crisis.

En otras palabras, cada victoria, local o nacional, ganada en este contexto por los comunistas sólo se ha conseguido valiéndose de sus propias fuerzas, en medio de la adversidad más total.

Y es en este marco histórico y político donde el éxito de Waki Shiego adquiere todo su valor. Como señala un artículo de Acata, tras el escrutinio, Shiego ha sabido afrontar una violenta campaña anticomunista y la obstrucción frontal de las fuerzas políticas del sistema.

Su campaña se ha centrado en la defensa de la democracia contra los métodos autocráticos de la administración anterior, como revela un consejero municipal que le animó a presentarse : “M. Waki era la única persona que yo conozca que ha protestado contra el autoritario alcalde en la Asamblea. Su manera de trabajar y de hablar con la gente era tan honesta que yo no podía imaginar a nadie más para desafiar al alcalde en estas elecciones. Asahi es una ciudad conservadora, pero la gente sin ninguna afiliación política como yo y como un amplio abanico de personas, entre ellos miembros del PC e incluso conservadores, se han unido por primera vez, para terminar con este régimen autoritario.”

Waki ha sabido presentar su candidatura comunista como la del cambio frente a las eternas alternancias sin alternativas : “Estamos decepcionados tanto del Partido Liberal Demócrata como del Partido Demócrata de Japón. M. Waki es un comunista, pero a mucha gente le gusta su personalidad. Yo mismo me he hecho agente electoral de M. Waki para movilizar r a los ciudadanos a votar por él”, revela Nakajin Masao, presidente de la Asamblea de Asahi. En definitiva, el candidato comunista ha sabido poner en el centro de su campaña las preocupaciones sociales, la defensa y el desarrollo de los servicios de sanidad y de educación así como la defensa de los trabajadores de las industrias locales, como atestigua Wakiyama Masami, responsable de la cooperativa de pesca local : “Estamos muy contentos de que M.Waki sea en adelante nuestro alcalde. Ahora, sabemos donde ir y a quién consultar sobre cuestiones ligadas a nuestra actividad”

La fuerza que el Partido Comunista del Japón ha desplegado para romper el consenso anticomunista en Asahi, proponer una alternativa a las alternancias entre buenos aliados, para aglutinar a los ciudadanos japoneses en torno a un proyecto democrático y social, es la misma que el Partido despliega a nivel nacional desde hace más de 80 años para evitar su marginación. Actualmente, en un contexto de renacimiento del pensamiento marxista en Japón, crece la afluencia de nuevos afiliados (15.000 nuevas afiliaciones al año) hacia la organización histórica de la clases obrera nipona. El Partido Comunista Japonés, encarna más que nunca el partido del porvenir, legítimo heredero histórico de luchas y de resistencias

viernes 18 de junio de 2010

Constantin Dobrogeanu Gherea y la "Neoservidumbre"

La Neoiobăgia o Neoservidumbre fue un concepto elaborado por el marxista rumano Constantin Dobrogeanu Gherea en los tiempos convulsos antes de la Revolución Soviética. En este ambiente político surgió Constantin Dobrogeanu Gherea, que fue el pensador socialdemócrata que mejor supo diseccionar la sociedad rumana de su época. Su pensamiento influirá profundamente en el futuro programa político del Partido Comunista Rumano, que se creará poco despues, en 1921.

Busto de Constantin Dobregeanu-Gherea en Ploiesti

Constantin Dobrogeanu-Gherea (nacido Solomon Katz en 1855 en el Imperio Ruso, en la actual Ucrania, y murio en 1920 en Bucharest). Tras la guerra ruso-turca (1877-78) se instalará en la recien nacida Rumania, que se independizo como pais como consecuencia de esta confrontación, tras la union de los principados de Moldavia y Tara Romaneasca en 1859.

Dobrogeanu-Gherea se instalaría tras la independencia rumana en la ciudad de Ploiesti, ciudad de gran crecimiento y agitación por el descubrimiento de grandes yacimientos de petroleo, los primeros de Europa. Fue periodista y crítico literario, labor en la cual fue abriendose camino entre la intelectualidad rumana.

Gherea realizó trabajos de pequeño tamaño dentro del marxismo, y en 1908 después de una famosa revuelta campesina en toda Rumania (entonces solo Tara Romaneasca y la actual Moldavia), acallada sangrientamente con los cañones del ejercito, publicó su volumen más extenso y conocido: “Neoiobăgia (Studiu economico-sociologic al problemei noastre agrare)” -Neoservidumbre (Estudio social económico de nuestra cuestión agraria)- .

La fama de Dobregeanu-Gherea le hará conocido entre los comunistas europeos, y llegará a ser tener importantes relaciones con Leon Trosky, que le acompañara en un miting en 1913 en la ciudad de Bucarest, junto al tambien comunista bulgaro Christian Rakowsky. Por aquel entonces Trosky no habia pasado al partido bolchevique.

El territorio rumano habia estado a lo largo de la historia sometido a diferentes luchas imperialistas, lo que hizo que a mitad del siglo XIX la actual Rumania solo fuera un fragmentado territorio dominado por diferentes potencias (la Tara Romaneasca y Moldavia entre el Imperio Otomano y el Ruso, y Transilvania integrada en el Imperio Austrohungaro, sin contar con la creciente influencia de Francia en toda Europa).

Como hemos dicho antes, en 1877 se establece un estado rumano, nominalmente independiente, pero profundamente dependiente de las potencias “protectoras” de occidente (Alemania-Inglaterra-Francia) que habían hecho mucho para expulsar de la zona la influencia turca y rusa. El estado que se creó a partir de ese momento tomaba la forma de un Estado Monárquico Constitucional, adoptandose una constitución basada en la carta belga de 1831, tratando de crear un estado democrático burgués a la forma de la monarquía británica, se montó toda una estructura liberal burguesa a imagen y semejanza de los países más avanzados de occidente.

Trosky, Gherea y Rakowsky juntos en Bucarest (1913)

La cuestión nacional había posibilitado que la lucha por la independencia fuera una gran causa nacional. En esta cuestión, la oligarquía rumana logró integrar al campesinado, ya que grandes extensiones de tierras se encontraban en manos de los extranjeros y la promesa del reparto de la tierra aglutinó al pueblo en torno a ciertos dirigentes nacionales (Reforma de Cuza, 1864).

Las diferentes guerras en las que participa Rumania desde su independencia logran unificar las zonas de mayoría etnica rumana, y al acabar la I Guerra mundial podemos decir que la cuestión nacional estaba finalizada para los rumanos. Rumania habia conseguido unir la mayor parte de la Bucovina, toda Transilvania, la parte noroeste del Banato y Basarabia (que habia sido anexionada de la URSS aprovechando la Guerra Civil entre bolcheviques y mencheviques, y que los sovieticos recuperarían después). El pacto de Trianon dio a Rumania el doble de su superficie y zanjaron la cuestión nacional rumana.

Otro problema era la cuestion social. A pesar de las promesas para atraerse el apoyo de las masas, las clases oligárquicas rumanas (terratenientes-burguesas) no harían nada para desarrollar la revolución democrático-burguesa. Tenían que pagar, en primer lugar, el peaje a las potencias imperialistas que le habían ayudado a lograr la independencia en las diferentes guerras, y en segundo lugar no podían iniciar el reparto de tierras entre la enorme masa campesina sin ver menguado su poder político y económico.

La realidad estaba clara, Rumania era una economía semifeudal (contratos de semiesclavitud, dependencia personal etc.), ahora convertida además en una semicolonia de occidente (especialmente de Francia). Sobre esta base, era imposible desarrollar las instituciones democráticas. Los intentos de reforma chocaban siempre con las clases terratenientes aglutinadas en los dos partidos (liberal y conservador), la exigua burguesía trató de fomentar alguna industrialización del país y la secularización de los bienes clericales, pero con muy poco éxito.

Por un lado, economía agraria y relaciones de producción semifeudales en el campo. Por otro, la relación económica que los rumanos habían tenido con los Imperios Zaristas y Otomano, dieron paso a unas relaciones de explotación por el imperialismo extranjero mucho más avanzadas.

La inversión en la industria propiamente dicha fue muy reducida hasta 1914. La inversión se destinó hacia diferentes sectores, en el caso de estos países casi todo el capital afluyó hacia préstamos gubernamentales -destinados en la mayoría de los casos a ejército, policía y obras públicas-, a transportes y comunicaciones, el petróleo y a la producción agrícola. Estos criterios de inversión y la importación de productos industriales a bajo precio, impuso a Rumania un tipo de “desarrollo especial”.

La economía preexistente fue destruida, los campesinos que tenían tierras acabaron por perderlas, al igual que los artesanos fueron desapareciendo. El capital de la nación, aunque exiguo, afluyó hacia el comercio y la usura, ya que el desarrollo industrial nacional quedó bloqueado en este proceso.

Monumento a la Rascoala campesina de 1907 que dio lugar al texto de Gherea

Por otra parte, se fomentó el desarrollo de la industria de exportación, como consecuencia las mejores tierras pasaban a manos de compañías extranjeras (algo que volvio a suceder de forma identica en 1990, pero esta vez con la potente industria socialista). La agricultura fue quien más lo sufrió, y a la pérdida de tierras y de la tradicional fuente de subsistencia, se sumo la superpoblación campesina, provocada a su vez por la afluencia del artesanado urbano despojado sobre las áreas rurales en busca de subsistencia.

La confluencia de factores que hicieron de la Rumania de posguerra un verdadero hervidero de luchas sociales e inestabilidad política, fueron:

*Por un lado, la cuestión nacional de las minorías húngaras, ucranianas y alemana que serían un foco de inestabilidad constante.

*La Reforma Constitucional y reconstrucción económica.

*Pero sobre todo destacó la Cuestión Agraria.

En este ambiente político surgió Constantin Dobrogeanu Gherea, que fue el pensador socialdemócrata que mejor supo diseccionar la sociedad rumana de su época. Gherea realizó trabajos de pequeño tamaño dentro del marxismo, y en 1908 después de una revuelta campesina en Rumania, publicó su volumen más extenso y conocido: “Neoiobăgia (Studiu economico-sociologic al problemei noastre agrare)” -Neoservidumbre (Estudio social económico de nuestra cuestión agraria)- .

En definitiva, la llegada de un capitalismo tardío a Rumania había generado un híbrido, una mezcla entre lo viejo y lo nuevo. El resultado era la instalación aparente de todo un aparato liberal burgués con sus leyes e instituciones, mientras que por otra parte el campesinado seguía limitado a un esquema de tierras excesivamente pequeñas que no podía abandonar debido a versiones modernas de las restricciones feudales (tales como contratos de trabajo y leyes sobre la inalienabilidad de la tierra).

El campesino se encontró esclavizado tanto por el peso de una pobreza de la cual no había escapatoria pues estaba ligado por los viejos lazos de la servidumbre. La condición del campesino era la "neoservidumbre" o "neoibăgia", una palabra que se convirtió en la marca registrada de la escuela de Gherea.

Los intereses de las viejas clases feudales fueron protegidos en Rumania por una estrecha élite burocrática, que utilizó a las instituciones democráticas para mantenerse constantemente en el poder. Así Rumania se encontraba atrapada en un estado de desarrollo capitalista mínimo, que a la vez se aseguraba por medio de la semifeudalidad una explotación del campesinado más fácil. Según Gherea la Reforma Agraria de Cuza (1864) sólo aplazó el dramático resultado.

Em este contexto prerevolucionario, muy similar al que vivian obreros y campesinos rusos antes de 1917 , se fue forjando el Partido Comunista de Rumania, que se encuentra en una situación en la que la incipiente industria, centrada sobre todo en las infraestructuras (especialmente ferrocarril) y el petroleo, esta dedicada enteramente a pagar prestamos y ayuda de las potencias occidentales, y que se basa en contratos leoninos y unas condiciones miserables de la nueva clase obrera.

Dobregeanu-Gherea fue uno de los principales teóricos marxistas de esta Rumania recien nacida, y uno de los padres del nacimiento del Partido Comunista Rumano en 1921, un año despues de su muerte, aunque entre sus fundadores si que estaria su hijo, Alexandru Dobregeanu-Gherea.Constantin Dobregeanu-Ghera fue muy valorado por Leon Trosky, que en 1915 escribe sobre el en sus "Perfiles Politicos"

http://www.marxists.org/archive/trotsky/profiles/gherea.htm

Fuentes:

http://webpages.ull.es/users/capburoc/Semif_paises/Rumania.htm

http://en.wikipedia.org/wiki/Constantin_Dobrogeanu-Gherea