El fundador de
Wikileaks, Julián Assange se convirtió en celebridad mundial al difundir
miles de cables que contenían los sucios secretos del imperio enviados
por las embajadas de Estados Unidos desperdigadas por el mundo. Cada
cable era firmado por el embajador (a), pero sus primicias,
observaciones, datos, informaciones de gobiernos, personalidades y
países eran recogidos por los infaltables agentes de la CIA que, además,
imponían sus criterios y opiniones, inclusive para denigrar, insultar,
calumniar, satirizar a presidentes, jefes de gobierno, comandantes y
oficiales de fuerzas armadas y policiales, políticos y periodistas.
Los
cables de Wikileaks causaron asombro, estupor, repudios, indignaciones y
muchos sustos, y en el caso ecuatoriano ocasionaron la expulsión de la
embajadora Hodgges y la consiguiente ruptura de las relaciones
diplomáticas entre Estados Unidos y Ecuador.
Que alguien se
atreviera a exponer los trapos sucios de Washington, celosamente,
guardados como top secret, era impensable e inadmisible y, ciertamente,
había odio o resquemor contra Julián Assange desde la divulgación del
video sobre la matanza perpetrada desde un helicóptero yanqui a civiles
inocentes y, entre ellos, a periodistas, en Irak.
Desde entonces,
el mundo comenzó a mirar de otra manera a Estados Unidos al comprender
que el defensor de libertades y derechos humanos los violaba en cada
país intervenido militarmente, o en cada lugar en donde había una base
militar yanqui. Comprendía las verdaderas intenciones de Estados Unidos
al invadir Irak, Afganistán y, últimamente la famosa “primavera árabe”
creada por Occidente, para apoderarse de las riquezas, en particular,
las energéticas de los países árabes.
Al tiempo que Assange se
convertía en polémica celebridad, admirada u odiada, también se
convertía en enemigo público de extrema peligrosidad para Estados Unidos
que fue desnudado y mostradas sus miserias y vergüenzas en cada cable
publicado.
Es lógico que comenzara una persecución implacable a
Julián Assange, periodista australiano, que se propuso enseñar al mundo
la verdadera cara de banqueros y financistas, los crímenes imperiales,
el desconocimiento o pisoteo sistemático de la moral, la ética y del
derecho internacional por parte de la Casa Blanca, en cada injerencia o
brutal invasión armada con la consiguiente ocupación militar.
En
cuanto celebridad, Julián Assange fue buscado e invitado por
universidades, escuelas y facultades de periodismo u organizaciones
profesionales de periodistas a que dictara conferencias o participara en
foros y mesas redondas. Es fácil deducir que los servicios secretos de
Estados Unidos y, en especial la CIA, anduvieran tras sus pasos y mucho
más cuando en el año 2010 detuvieron al soldado Bradley Manning acusado
de ser el autor de la entrega de los cables reservados al fundador de
Wikileaks. Manning está encerrado en una cárcel de Estados Unidos por
más de 860 días. Permanece incomunicado y sin fórmula de juicio, nada
menos que en el país ícono de los derechos humanos. ¿Qué pasaría con
Julián Assange si logran detenerlo y llevarlo a Estados Unidos?
A
medida que avanza el tiempo y se reúnen más datos, la hipótesis de que
Julián Assange cayó en una trampa hábilmente montada por la CIA,
comienza a convertirse en certeza si se considera que el periodista
australiano accedió a información valiosa y generalmente ocultada tras
los sellos de reservada o secreta. Demostró que es muy peligroso
divulgarla en todo el mundo si en el proceso logró destapar las
pestilentes actuaciones de gobiernos, mercados, instituciones
financieras-.bancarias o crímenes de guerra y de lesa humanidad.
Desdeñando
peligros para su seguridad personal, Assange aceptó una invitación para
viajar a Suecia a dictar conferencias, pero previamente le habían
advertido que se cuidara porque podría caer en “las trampas del sexo.” Y
el fundador de wikileaks, con advertencia de por medio, parece que cayó
redondo en una de esas trampas.
“Dos mujeres se presentaron como
admiradoras suyas en una conferencia que el incauto Assange dió en
Suecia, se lo camelaron y lo invitaron a su casa, se subraya en una
crónica de Cubadebate. Poco después las autoridades suecas presentaron
contra Assange cuatro cargos, los cuales se desprenden de las
declaraciones de las dos denunciantes: 1º: “Coerción ilegal”, porque
Assange al parecer usó el peso de su cuerpo para “forzar” sexualmente a
su “víctima” (es decir, se puso encima). 2º: “Molestar sexualmente” a
una de las denunciantes por tener sexo con ella sin preservativo. 3º:
“Molestar deliberadamente” a la denunciante “de una manera designada a
violar su integridad sexual”, porque según parece Assange tuvo la osadía
de llamarla otro día para volver a quedar con ella. Y 4º: Tener “sexo
por sorpresa” sin preservativo con la segunda denunciante. Es decir, lo
que viene siendo el aquí te pillo, aquí te mato”.
Esas dos
mujeres que lo acusaron de violación fueron la periodista sueca, de
origen cubano, Annita Ardin, la “demandante oficial”, y su amiga Sofía
Wilen, a quien según sus propias declaraciones “le costó mucho trabajo
llevarse a Assange a la cama”, pese a que fue ella la primera en
quejarse de “abuso sexual” a la policía. El periodista-investigador
Jerry Robalino informaba que la periodista Annita Ardin, una de las
mujeres que acusa al fundador de Wikileaks, Julian Assange, de delitos
sexuales parece haber trabajado con un grupo que tiene conexiones con la
Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos.
James
D. Catlin, un abogado que representó recientemente a Assange, afirmó
que la investigación por delito sexual contra el fundador WikiLeaks se
basa en afirmaciones de que no usó condones durante sus relaciones
sexuales con dos mujeres suecas. Fuentes de la Fiscalía sueca dijeron
AOL News que Assange no era buscado por violación como se ha informado,
sino por algo llamado “sexo por sorpresa” o “sexo inesperado”.
La “contra” cubana
Anna
Ardin tiene “vínculos con grupos financiados por Estados Unidos contra
Fidel Castro y por grupos anticomunistas”, de acuerdo con una
investigación publicada por Israel Shamir y Paul Bennett, en
CounterPunch. Ardin, nacida en Cuba, trabajó a favor de “Las Damas de
Blanco”, un grupo de mujeres que se oponen al gobierno cubano. Shamir y
Bennett también describen a Ardin como una supuesta “izquierdista” que
“publicó diatribas anti-Castro en lengua sueca para la Revista
Asignaturas Cubanas difundida por Misceláneas de Cuba.” El profesor
Michael Seltzer afirmó que el grupo está dirigido por Carlos Alberto
Montaner, un hombre vinculado con la CIA.
Shamir y Bennett
señalaron que “Las Damas de Blanco reciben financiamiento del gobierno
de los EE.UU. y cuentan entre sus partidarios con Luis Posada Carriles“.
Un
documento desclasificado en 1976 reveló que Posada era entonces agente
de la CIA y sus abogados han sostenido que mantuvo vínculos con la
agencia por 25 años. Ha estado vinculado a ataques terroristas que
mataron a decenas de personas.
Ardin “está vinculada a militantes
por la equidad de género en la Universidad de Uppsula, que optaron por
asociarse con ese grupo de mujeres cubanas financiado por EE.UU. y
apoyado abiertamente por terroristas y asesinos de masas”, observó Kirk
James Murphy en Firedoglake.
En agosto, Assange le dijo a Al
Jazzeera que las acusaciones eran “claramente una campaña de
desprestigio”. ”Se nos ha advertido que, por ejemplo, el Pentágono está
planeando usar trucos sucios para destruir nuestro trabajo”, dijo
Assange al diario sueco Aftonbladet.
El abogado Catlin señaló que
tanto Ardin com Sofía Wilén, la segunda acusadora, enviaron mensajes
SMS y tweets alardeando de sus conquistas después de las supuestas
“violaciones”.
“En el caso de Ardin está claro que hasta hizo una
fiesta en honor a Assange en su apartamento después de que él cometiera
“el delito” y ella aseguró a sus seguidores en Twitter que él era “una
de las personas más simpáticas e inteligentes del mundo, es increíble!”,
escribió. (El mensaje en sueco original está borrado del Twitter de
Anna Ardin, sin embargo fue publicado por un bloguero sueco. En otro
reportaje se dice que Assange huyó desde hace tiempo porque si acaba en
Suecia sabe que puede acabar en EEUU, donde se le acusa de destapar
secretos -vergüenzas- de Estado, y eso le puede costar en “el país de la
libertad”, la pena de muerte o cadena perpetua. También resulta que la
tal Annita Ardin es muy amiga del secretario general de las juventudes
democristianas de Suecia, Jens Aron Modig, precisamente el compañero de
viaje del dirigente de Nuevas Generaciones del Partido Popular Ángel
Carromero, el español que estuvo preso en Cuba acusado de homicidio
imprudente de dos disidentes cubanos.
Resulta además que hay
muchísimos antiguos indicios de que la tal Anna Ardin es agente de la
CIA desde hace tiempo y resulta que también estuvo en Cuba antes que su
amigo Jens, en 2004, con idénticos objetivos: alentar y financiar a la
disidencia cubana, informaba Cubadebate.
Por su parte, el
periodista Ricardo Cubillos Rodriguez, escribía en EFE: “La publicación
por el diario The Guardian de detalles de los cargos sexuales
presentados por dos mujeres suecas contra el fundador de WikiLeaks,
Julian Assange, ha causado gran indignación en sus abogados y entre sus
partidarios. En una acción que sorprendió a todo el mundo, el diario
británico elegido por Assange para publicar las filtraciones reveló
documentos de la policía sueca en los que se acusa a Assange de haber
agredido sexualmente a las mujeres con las que hizo el amor durante su
estancia en ese país.
Una de las mujeres se quejó no sólo de que
había "sido un polvo muy malo sino además violento", según la gráfica
descripción en el periódico, que ofrecía muchos otros detalles del
supuesto acoso a que las había sometido supuestamente Assange.
Según
el dominical "The Sunday Telegraph", el abogado sueco de Assange, Bjorn
Hurting, va a presentar una queja formal a las autoridades de ese país,
a las que exigirá que investiguen cómo ha llegado esa información a
dominio público.
"No sé quien ha dado esos documentos a la
prensa, pero el propósito está claro: presentar una mala imagen de
Julian", dijo el abogado de Assange. En un editorial, The Guardian
defendió el sábado su decisión de publicar detalles del contenido de los
documentos policiales que incriminan al hombre que ha ayudado a las
ventas de ese periódico al ofrecerle las filtraciones de WikiLeaks.
Vaughan
Smith, el periodista que ha decidido acoger a Assange en una mansión de
su propiedad mientras se tramitaba la extradición, se preguntó si la
intención de The Guardian al revelar esos detalles incriminatorios, no
sería aplacar a las autoridades por haber publicado antes los documentos
filtrados a Wikileaks.
El conocido periodista y documentalista
australiano John Pilger escribía en el dominical "The Independent on
Sunday" que, después del supuesto asalto sexual sufrido, una de las
mujeres confesó que se había sentido "abandonada" cuando, tras hacer el
amor, Asssange la dejó en la cama para ponerse a trabajar en su
ordenador.
"Sea o no una conspiración de la CIA, comenta Pilger,
lo cierto es que se ha denigrado a Assange. Los detalles proporcionados
por las mujeres están en Internet. Y sus serios enemigos de Washington
se han visto animados a seguir su viciosa campaña contra su persona".
Los
capítulos del drama del fundador de Wikileaks se intensificaron desde
el instante en que la justicia del Reino Unido decidió condenarlo a
arresto domiciliario, para concluido el proceso, extraditarle a Suecia.
En
esas circunstancias, Assange se introdujo en la Embajada del Ecuador en
Londres a fin de solicitar asilo político al gobierno que entre cálculo
de imagen nacional e internacional y cálculo político más consultas a
gobiernos del Reino Unido y del reino de Suecia demoró en su respuesta
hasta concluidos los juegos olímpicos. Sólo entonces, decidió con ceder
asilo diplomático a Julián Assange.
El Gobierno del Ecuador
afirmaba que “fiel al procedimiento del Asilo, y atribuyendo la máxima
seriedad a este caso, ha examinado y evaluado todos los aspectos
implicados en el mismo, particularmente los argumentos presentados por
el señor Assange para respaldar el temor que siente ante una situación
que esta persona percibe como un peligro para su vida, su seguridad
personal y su libertad.
Es importante señalar que el señor
Assange ha tomado la decisión de solicitar el asilo y protección del
Ecuador por las acusaciones que, según manifiesta, le han sido
formuladas por supuesto “espionaje y traición”, con lo cual este
ciudadano expone el temor que le infunde la posibilidad de ser entregado
a las autoridades de los Estados Unidos de América por las autoridades
británicas, suecas o australianas, pues aquel es un país, señala el
señor Assange, que lo persigue debido a la desclasificación de
información comprometedora para el Gobierno estadounidense. Manifiesta,
asimismo, el solicitante, que “es víctima de una persecución en
distintos países, la cual deriva no solo de sus ideas y sus acciones,
sino de su trabajo al publicar información que compromete a los
poderosos, de publicar la verdad y, con ello, desenmascarar la
corrupción y graves abusos a los derechos humanos de ciudadanos
alrededor del mundo”.
El asilo de Ecuador
Por lo
tanto, para el solicitante, la imputación de delitos de carácter
político es lo que fundamenta su pedido de asilo, pues en su criterio,
se encuentra ante una situación que supone para él un peligro inminente
que no puede resistir. A fin de explicar el temor que le infunde una
posible persecución política, y que esta posibilidad termine
convirtiéndose en una situación de menoscabo y violación de sus
derechos, con riesgo para su integridad y seguridad personal, y su
libertad, el Gobierno del Ecuador consideró lo siguiente:
1. Que
Julian Assange es un profesional de la comunicación galardonado
internacionalmente por su lucha a favor de la libertad de expresión, la
libertad de prensa y de los derechos humanos en general;
2. Que
el señor Assange compartió con el público global información documental
privilegiada que fue generada por diversas fuentes, y que afectó a
funcionarios, países y organizaciones;
3. Que existen serios
indicios de retaliación por parte del país o los países que produjeron
la información divulgada por el señor Assange, represalia que puede
poner en riesgo su seguridad, integridad, e incluso su vida;
4.
Que, a pesar de las gestiones diplomáticas realizadas por el Estado
ecuatoriano, los países de los cuales se han requerido garantías
suficientes para proteger la seguridad y la vida del señor Assange, se
han negado a facilitarlas;
5. Que, existe la certeza de las
autoridades ecuatorianas de que es factible la extradición del señor
Assange a un tercer país fuera de la Unión Europea sin las debidas
garantías para su seguridad e integridad personal;
6. Que la
evidencia jurídica muestra claramente que, de darse una extradición a
los Estados Unidos de América, el señor Assange no tendría un juicio
justo, podría ser juzgado por tribunales especiales o militares, y no es
inverosímil que se le aplique un trato cruel y degradante, y se le
condene a cadena perpetua o a la pena capital, con lo cual no serían
respetados sus derechos humanos;
7. Que, si bien el señor Assange
debe responder por la investigación abierta en Suecia, el Ecuador está
consciente que la fiscalía sueca ha tenido una actitud contradictoria
que impidió al señor Assange el total ejercicio del legítimo derecho a
la defensa;
8. Que el Ecuador está convencido de que se han
menoscabado los derechos procesales del señor Assange durante dicha
investigación;
9. Que el Ecuador ha constatado que el señor
Assange se encuentra sin la debida protección y auxilio que debía
recibir de parte del Estado del cual es ciudadano;
10. Que, al
tenor de varias declaraciones públicas y comunicaciones diplomáticas
realizadas por funcionarios de Gran Bretaña, Suecia y Estados Unidos de
América, se infiere que dichos gobiernos no respetarían las convenciones
y tratados internacionales, y darían prioridad a leyes internas de
jerarquía secundaria, contraviniendo normas expresas de aplicación
universal; y,
11. Que, si el señor Assange es reducido a prisión
preventiva en Suecia (tal y como es costumbre en este país), se
iniciaría una cadena de sucesos que impediría que se tomen medidas de
protección ulterior para evitar la posible extradición a un tercer país.
De
esta forma, el Gobierno del Ecuador considera que estos argumentos dan
sustento a los temores de Julian Assange, en tanto este puede ser
víctima de una persecución política, como consecuencia de su defensa
decidida a favor de la libertad de expresión y de la libertad de prensa,
así como de su posición de repudio a los abusos en que suele incurrir
el poder en determinados países, aspectos que hacen pensar al señor
Assange que, en cualquier momento, puede presentarse una situación
susceptible de poner en peligro su vida, seguridad o integridad
personal. Este temor le ha conminado a ejercer su derecho humano de
buscar y recibir asilo en la Embajada del Ecuador en el Reino Unido.”
Además,
la concesión del asilo a favor de Assange se fundamentaba en
disposiciones constitucionales y legales vigentes y en cierta tradición
ecuatoriana “de acoger a un gran número de personas que han solicitado
asilo territorial o refugio, habiendo respetado irrestrictamente el
principio de no devolución y de no discriminación…” Igualmente
argumentaba que el “Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados ha elogiado la política de refugio del Ecuador, y ha
resaltado el hecho significativo de que en el país no se haya confinado
en campamentos a estas personas, sino que han sido integradas a la
sociedad, en pleno goce de sus derechos humanos y garantías.
El
Ecuador sitúa el derecho de asilo en el catálogo universal de los
derechos humanos y cree, por tanto, que la aplicación efectiva de este
derecho requiere de la cooperación internacional que puedan prestarse
nuestros países, sin la cual resultaría infructuoso su enunciado, y la
institución sería del todo ineficaz. Por estos motivos, y recordando la
obligación que han asumido todos los Estados para colaborar en la
protección y promoción de los Derechos Humanos, tal como lo dispone la
Carta de las Naciones Unidas, invita al Gobierno británico a brindar su
contingente para alcanzar este propósito.
Para estos efectos, el
Ecuador ha podido constatar, en el transcurso del análisis de las
instituciones jurídicas vinculadas al asilo, que a la conformación de
este derecho concurren principios fundamentales del derecho
internacional general, los mismos que por su importancia tienen valor y
alcance universal, por cuanto guardan consonancia con el interés general
de la comunidad internacional en su conjunto, y cuentan con el pleno
reconocimiento por parte de todos los Estados. Dichos principios, que se
encuentran contemplados en diversos instrumentos internacionales, son
los siguientes:
a) El asilo, en todas sus modalidades, es un
derecho humano fundamental que crea obligaciones erga omnes, es decir,
“para todos” los Estados.
b) El asilo diplomático, el refugio (o
asilo territorial), y los derechos a no ser extraditado, expulsado,
entregado o transferido, son derechos humanos equiparables, ya que se
basan en los mismos principios de protección humana: no devolución y no
discriminación sin ninguna distinción de carácter desfavorable por
motivos de raza, color, sexo, idioma, religión o creencia, opiniones
políticas o de otra índole, origen nacional o social, fortuna,
nacimiento u otra condición o cualquier otro criterio análogo.
c)
Todas estas formas de protección están regidas por los principios pro
homine (es decir, más favorable a la persona humana), igualdad,
universalidad, indivisibilidad, complementariedad e interdependencia.
d)
La protección se produce cuando el Estado asilante, de refugio o
requerido, o la potencia protectora, consideran que existe el riesgo o
el temor de que la persona protegida pueda ser víctima de persecución
política, o se le imputan delitos políticos.
e) Corresponde al Estado asilante calificar las causas del asilo, y en caso de extradición, valorar las pruebas.
f)
Sin importar en cuál de sus modalidades o formas se presente, el asilo
tiene siempre la misma causa y el mismo objeto lícitos, es decir, la
persecución política, que es su causa lícita; y salvaguardar la vida,
seguridad personal y libertad de la persona protegida, que es el objeto
lícito.
g) El derecho de asilo es un derecho humano fundamental,
por tanto, pertenece al ius cogens, es decir, al sistema de normas
imperativas de derecho reconocidas por la comunidad internacional en su
conjunto, que no admiten acuerdo en contrario, siendo nulos los tratados
y disposiciones del derecho internacional que se les opongan.
h)
En los casos no previstos en el derecho vigente, la persona humana
queda bajo la salvaguardia de los principios de humanidad y de las
exigencias de la conciencia pública, o están bajo la protección y el
imperio de los principios del derecho de gentes derivados de los usos
establecidos, de los principios de humanidad y de los dictados de la
conciencia pública.
i) La falta de convención internacional o de
legislación interna de los Estados no puede alegarse legítimamente para
limitar, menoscabar o denegar el derecho al asilo.
j) Las normas y
principios que rigen los derechos de asilo, refugio, no extradición, no
entrega, no expulsión y no transferencia son convergentes, en la medida
que sea necesario para perfeccionar la protección y dotarle de la
máxima eficiencia. En este sentido, son complementarios el derecho
internacional de los derechos humanos, el derecho de asilo y de los
refugiados, y el derecho humanitario.
k) Los derechos de
protección de la persona humana se basan en principios y valores éticos
universalmente admitidos y, por tanto, tienen un carácter humanístico,
social, solidario, asistencial, pacífico y humanitario.
l) Todos
los Estados tienen el deber de promover el desarrollo progresivo del
derecho internacional de los derechos humanos mediante acciones
nacionales e internacionales efectivas.
También citaba numerosos
instrumentos internacionales vigentes relacionados con el asilo al
tiempo que declaraba había mantenido diálogos de alto nivel diplomático,
con Reino Unido, Suecia y Estados Unidos. El documento oficial de la
Cancillería afirmaba que “el Ecuador dirigió una comunicación al
Gobierno de Estados Unidos para conocer oficialmente su posición sobre
el caso Assange. Las consultas se referían a lo siguiente:
1) Si
existe un proceso legal en curso o la intención de llevar a cabo tal
proceso en contra de Julian Assange y/o los fundadores de la
organización Wikileaks;
2) En caso de ser cierto lo anterior, qué
tipo de legislación, en qué condiciones y bajo qué penas máximas
estarían sujetas tales personas;
3) Si existe la intención de solicitar la extradición de Julian Assange a los Estados Unidos.
La
respuesta de los Estados Unidos ha consistido en que no puede ofrecer
información al respecto del caso Assange, alegando que es un asunto
bilateral entre Ecuador y Reino Unido.
Equivocado o no, el
gobierno concedió asilo diplomático a Assange que originó la repudiada
amenaza británica de ingresar por la fuerza a la embajada del Ecuador en
Londres, como una muestra de la prepotencia inglesa que late en
políticos nostálgicos del poder colonial que olvidaron que nuestro país
es libre y soberano. Lo grave es que concedido el asilo haya asomado
ecuatorianos y ecuatorianas que por antipatía, odio o legítima oposición
a Correa parezcan aliados del Reino Unido y que otros sólo piensen en
negocios y antepongan los billetes al valor de la dignidad nacional al
argumentar que van a perder los famosos Atpda con Estados Unidos o la
imposibilidad de firmar acuerdos comercial.es con la Unión Europea.
De
pronto, el Ecuador ocupó las primeras páginas de la prensa mundial y
grandes espacios en televisión y radio porque este pequeño país había
concedido el asilo diplomático a pesar del innegable poder de Gran
Bretaña, Estados Unidos y Suecia.
Los famosos analistas de las
derechas políticas y económicas nacionales y extranjeras sostuvieron que
hay contradicciones y que el asilo es una “cortina de humo” para
ocultar la deteriorada imagen de Correa respecto de la libertad de
expresión y de prensa. Argumentaron que el otorgamiento del asilo
diplomático al fundador de WikiLeaks, Julian Assange para proteger esas
libertades, tiene el propósito de contrarrestar las críticas
internacionales recibidas precisamente por el irrespeto a esos derechos.
El
canciller Ricardo Patiño reiteraba que para conceder el asilo al
australiano, el Gobierno consideró “que Julian Assange es un profesional
de la comunicación galardonado internacionalmente por su lucha a favor
de la libertad de expresión, la libertad de prensa y de los derechos
humanos en general”. Los opositores se preguntan: ¿por qué no se
respetan esos derechos de los periodistas ecuatorianos? ¿Por qué Correa
acusa a la prensa nacional de ser corrupta de falta de ética y de mala
práctica profesional en tanto que convierte en adalid de la libertad de
expresión a Assange?
Los críticos del asilo niegan a Assange su
calidad de periodista y hasta lo acusan de conseguir la información
difundida de forma ilícita, pero si cualquier periodista en verdad
profesional, si hubiese tenido la oportunidad que tupo Assange, se
habría guardado la información? Muchos, tal vez, hubiesen corrido a la
embajada más cercana para “avisar” que circula esa información y, tal
vez, hubiesen recibido premios de sus amos de la CIA o de cualquier otra
agencia del imperio. El desenlace de este drama está muy lejos de
llegar a pesar del apoyo que recibió el Ecuador de parte del ALBA,
Unasur, y OEA, porque aún persiste el recuerdo de que en mayo pasado,
durante la evaluación del Consejo Permanente de Derechos Humanos de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ecuador recibió duras
críticas respecto a la libertad de expresión.
Sin duda existen
contradicciones entre el hacer y el decir del presidente Correa. Como
afirmaba el poeta Campoamor en HUMORADAS: “En este mundo traidor, nada
es verdad, ni mentira, todo es según el color del cristal con que se
mira”, y nadie sabe el futuro de Assange.
Correo electrónico: tribunalpazecuador@yahoo.com
Fuente:
http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article1514