Este 27 de enero, a un
año exacto de la toma de posesión del presidente Juan Orlando Hernández y
de su gobierno, miles de hondureños y hondureñas han vuelto a salir a
las calles, denunciando la dramática situación que vive el país y
pidiendo su renuncia.
Durante este primer año de gobierno
nacionalista, la creciente militarización de Honduras ha ido de la mano
con el férreo control de las principales instituciones, la desregulación
del mercado laboral y la precarización del trabajo, y con la
profundización del modelo neoliberal y la privatización del Estado,
trayendo al país más incertidumbre, violencia y miseria.
Esta visión del contexto actual hondureño es parte de un análisis más profundo que el histórico dirigente sindical
Carlos H. Reyes,
actual presidente del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la
Bebida y Similares (STIBYS) y miembro del Comité Ejecutivo Mundial de la
UITA, compartió con La Rel.
-¿Cómo está Honduras tras un año de gobierno de Juan Orlando Hernández y del Partido Nacional?-Lo
que tenemos no es solamente una gran cantidad de promesas incumplidas y
datos manipulados sino -que tal vez es lo más preocupante- una
capacidad creciente de demostrar fuerza y actitud dictatorial en el
manejo de los distintos aspectos políticos, económicos, sociales y
laborales. Hay mucha preocupación.
-¿Qué significado asume el
revés que el presidente Hernández acaba de sufrir en el Congreso, al no
lograr los votos para subir a rango constitucional la Policía Militar?-Por
un lado se ha derrotado su plan de crear una policía paralela al
Ejército dirigida por él, con miras a mantenerse en el poder después de
que venza su mandato en 2018.
Por el otro, hemos visto, por
primera vez, a los principales partidos de oposición unidos y capaces de
hacerle de contrapeso al régimen. Ojalá sea una señal de que algo está
cambiando y de que la oposición parlamentaria está buscando una línea
común y distinta a la del pasado.
La situación laboral. Más precarización y pobreza -¿Cuál es el balance de la política laboral y social de este gobierno?-El
balance es muy negativo. Pese a las cifras que el gobierno presenta y a
los anuncios acerca de la creación de más de 150 mil nuevos empleos, lo
que ha habido es una profundización de los programas que fomentan la
precarización laboral y la pérdida de derechos, como el empleo por hora,
que el mismo Hernández había impulsado cuando era presidente del
Congreso.
En ninguno de estos trabajos se les paga el salario
mínimo de ley a los trabajadores, ni se les respetan sus derechos
laborales y sindicales. Todo eso impacta fuertemente no solo en su
capacidad de compra sino también en su dignidad y en la capacidad de
hacer valer aquellos derechos que garantizan tanto la legislación
nacional como los convenios internacionales.
Además, este
gobierno ha acelerado el proceso de venta del país al mejor postor. A
través de la Comisión para la Promoción de la Alianza Público-Privada
(Coalianza) se ha venido impulsando la privatización de empresas
estatales, que operan en sectores estratégicos como puertos,
electricidad, agua y telecomunicaciones.
Esto ha conllevado el despido de miles de trabajadores y trabajadoras y ha golpeado fuertemente a los sindicatos públicos.
-¿Qué es lo que más te preocupa de este escenario tan complicado?-Después
del golpe de Estado de 2009 hubo una profundización del modelo
neoliberal y de la militarización, al tiempo que se dio una aceleración
del proyecto continuista del régimen.
Eso implica que, en todos
los campos de la vida, lo que impera es la imposición y la represión, lo
cual ha contribuido a generar una fuerte desarticulación del movimiento
social y popular hondureño.
Otra fuente de gran preocupación es
lo que está ocurriendo en el campo, donde el proyecto neoliberal sigue
impulsando la expansión de monocultivos -como la palma africana- a costa
de un proceso acelerado de expulsión de familias indígenas y campesinas
de tierras y territorios.
-¿Cómo está el movimiento sindical?-Desde
la esfera sindical la situación no es fácil. El ataque de estos
gobiernos neoliberales, que se han sucedido en los últimos años, ha sido
brutal y tendiente a anular las conquistas logradas con tantos
esfuerzos, así como a desarticularnos aún más.
Sin embargo, pese a
las dificultades y diferencias, estamos tratando de trabajar unidos en
algunos ejes estratégicos, como los proyectos del Código Procesal
Laboral y del nuevo Instituto Hondureño de Seguridad Social, logrando
sentar nuestras posiciones ante las propuestas del gobierno, que
pretendía desconocer el tripartismo y el rol de los sindicatos y las
centrales.
-¿Qué es lo que le espera a Honduras en estos próximos años?-Es
una situación que no se va a superar pronto, y a eso contribuye cierta
desmovilización y desilusión en la sociedad. Debemos volver a trabajar
desde abajo, levantándonos una vez más, como siempre lo hemos hecho tras
los duros golpes que hemos sufrido durante décadas.
Debemos
seguir haciendo conciencia ideológica sobre derechos. Si no logramos
entender que lo único que produce riqueza es el trabajo, que tenemos
derecho a mejores condiciones de vida, a participar activamente en la
sociedad y en las decisiones, que tenemos derecho a acceder al poder,
nunca vamos a tener elementos para entender lo que nos pasa y actuar en
consecuencia.
Fuente:
http://nicaraguaymasespanol.blogspot.com/2015/01/honduras-debemos-volver-trabajar-desde.html