Foto: EPA
En
efecto, el volcán Kliuchevskói está muy intranquilo. Una columna de
ceniza de diez kilómetros se eleva en el volcán activo más alto del
continente euroasiático. La nube de ceniza ha formado una estela de
doscientos cincuenta kilómetros de longitud. Se trata de la tercera vez
en este mes que el volcán Kliuchevskói ha lanzado ceniza a la atmósfera.
Estas emisiones, no obstante, no parecen representar un peligro para la
población. Así lo afirma Guénrij Shteinberg, Director del Instituto de
Vulcanología y Geodinámica de la Academia de las Ciencas de Rusia:
–El
volcán Kliuchevskói no representa un peligro inmediato para las
poblaciones de la zona. El pueblo más cercano se halla a treinta
kilómetros de las faldas del volcán, con lo cual está fuera de peligro.
Pueden producirse precipitaciones de ceniza, pero será en pequeñas
cantidades: unos cuantos milímetros por metro cuadrado. Cuestión
distinta son los aviones: los que se dirigen a Alaska, Japón y Asia
Sudoriental tienen que esquivar las nubes de ceniza.
Los
expertos en cualquier caso están haciendo un seguimiento constante de
la situación. Las agencias encargadas de la seguridad aérea son
conscientes del peligro que puede suponer la ceniza para los motores de
los aviones.
En Kamchatka de todas formas están suspendidos todos los vuelos debido a la aproximación desde Japón del tifón Wipha.
Este tifón, que ha sido bautizado con un bonito nombre femenino
tailandés, es un violento fenómeno atmosférico que ha llegado a las
costas del sur de la península después de haber castigado duramente a
Japón. En Kamchatka, las autoridades han declarado la alerta por
posibles tormentas: el momento más intenso de la actividad del tifón se
pronosticó para ayer 17 de octubre, como comenta Vladímir Kovbasiuk,
responsable del Servicio Meteorológico en Kamchatka:
–Se
esperan vientos huracanados con una fuerza de hasta cuarenta metros por
segundo en la zona sudoccidental de la península. A lo largo de la
jornada el viento y las lluvias irán extendiéndose hacia el norte.
En
las aguas del mar de Ojotsk y del océano Pacífico que bañan la
península se espera que la tormenta tome la forma de huracán. En algunas
zonas las olas pueden alcanzar la altura de un edificio de cuatro
plantas. Las empresas propietarias de buques en la zona han sido
instruidas para tomar todas las medidas necesarias para garantizar la
seguridad de las tripulaciones.
Mientas
tanto, en Japón proceden a evaluar los daños y hacen balance de los
desaparecidos. En la parte central de la isla, las inclemencias del
tiempo se han cobrado diecisiete víctimas. En la central nuclear de
Fukushima 1 se ha constatado un alto nivel de radiación en el agua que
se encuentra en el túnel de drenaje. A pesar de que estos conductos
vierten el agua al océano, no parece haber peligro para Kamchatka, según
afirma Vladímir Kovbasiuk:
–No
puede afectar a Kamchatka por el sistema de corrientes marinas de la
zona. Es un problema que ya contemplamos hace unos años cuando se
produjo el accidente en Fukushima 1. En un primer momento, las
corrientes oceánicas llevan el agua radioactiva hasta la costa oeste de
EEUU y, solo después, ya muy mezcladas, podrían volver a las costas
rusas. Estamos llevando a cabo controles periódicos de radiación y no
hemos notado ningún tipo de aumento significativo.
La
mayor fuga nuclear en Fukushima 1 ocurrió en agosto de este año.
Entonces, trescientas toneladas de agua contaminada se vertieron al
océano. El agua se coló por una grieta formada por efecto de la
corrosión. Los expertos consideran, sin embargo, que las medidas tomadas
para sellar las fugas detectadas serán suficientes para evitar las
fugas periódicas de agua radioactiva.
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