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En
muy poco tiempo, podemos enfrentarnos a una escasez global de agua. El
agua potable ya es más cara que el petróleo. Próximamente, la sed puede
causar un nuevo reparto del mundo.
El
clima global se está calentando. Podemos discutir sobre las causas de
este fenómeno, pero un hecho es un hecho, la media anual de temperaturas
en el planeta está subiendo. Expertos internacionales pronostican su
aumento de 1,5 a cuatro grados centígrados en cien años. Y es que nos
faltan solo dos grados para que comience el deshielo de los glaciares.
Para algunos países, como, por ejemplo, los de Asia Central, esto
significaría un desastre: sufrirían una sequía irremediable, según
afirma el director del programa Clima y Energía de WWF, Alexéi Kokorin:
–El
glaciar acumula toda la humedad producto de las precipitaciones de
invierno y la devuelve a la atmósfera paulatinamente. Si hay un glaciar,
el río tendrá un caudal más o menos parejo y adecuado a lo largo de
todo el verano. Y si no lo hay, se dan unas fuertes crecidas en la
primavera, cuando se derrite y baja la nieve de las montañas, después de
lo cual viene la sequía. Es bueno si hay instalaciones hidrotécnicas
modernas. Pero son muy costosas. Y en los países que mencionamos, ya son
obsoletas e incapaces de cumplir debidamente su función.
Los
intentos de construir nuevas represas causan conflictos
internacionales. Así, Uzbekistán advierte abiertamente a Tayikistán que
comenzará una guerra, si éste último le restringe el abastecimiento de
agua construyendo la central hidroeléctrica de Rogún, arriba el río
Vajsh .
Una
situación similar se observa en África . La cuenca del Nilo es
compartida por una decena de países. Todas tienen cuotas definidas de
consumo de agua. Pero desde la época colonial, es Egipto el que se queda
con el grueso del caudal. El Cairo siempre se ha negado a revisar las
cuotas, pero últimamente el país está debilitado por una crisis interna,
y Etiopía decidió aprovechar la ocasión. En el territorio etíope tiene
sus orígenes el Nilo Azul que proporciona la mayor parte del caudal del
gran río africano. Addis Abeba comenzó a construir allí una represa. Los
etíopes sostienen que podrían prescindir de la ayuda alimentaria desde
el exterior, si logran irrigar sus campos con el agua del Nilo. Los
egipcios se ven indignados. El analista Ahmed Al-Najar, del Centro
cairota de Estudios Económicos y Políticos, comenta:
–Etiopía
trata de solucionar el problema unilateralmente, lo que siempre supone
graves consecuencias. Pretende revisar a su propio antojo nuestra cuota
histórica del caudal del Nilo que nos fue asignada desde antaño. No le
importa que durante miles de años esta agua mantenía la vida en el delta
regando los campos y siendo una garantía de la propia existencia humana
en la tierra egipcia.
Los
egipcios están dispuestos a defender con las armas su derecho al agua.
Hay una canción egipcia que dice: “Restableceremos con nuestra sangre
cada gota del Nilo que nos falte”.
Cabe
decir que las regiones del mundo aparentemente exentos de los problemas
de escasez de recursos acuáticos, tampoco pueden sentirse protegidas de
los conflictos en torno al agua. La población mundial sique creciendo y
consume ya más de lo que puede recuperar el planeta. Según previsiones
de la ONU, al ritmo que vamos, gastaremos todo el crudo en los próximos
cincuenta años, el gas natural en sesenta años, y en solo diez años la
mitad de la población del planeta se enfrentará a una fuerte escasez de
agua dulce. Entonces, una guerra sería inevitable, inicialmente en los
medios de comunicación y luego como Dios quiera. Rusia con sus enormes
riquezas de agua dulce y el singular lago Baikal es el primer candidato
para ser agredido, según opina el profesor docente de la Escuela
Superior de Economía, Oleg Matveichev:
–La
guerra informativa significa un lavado de cerebros global para
convencer a todo el mundo de que las riquezas naturales son de
patrimonio universal y forzar a Rusia darles a todos un libre acceso al
Lago Baikal y a sus depósitos de agua dulce en general. Es como el aire
que todos respiramos. De la misma manera deberíamos usar el agua. Luego
legaría la hora del crudo y las riquezas naturales de la plataforma
continental del Ártico. Este plan ya se está poniendo en marcha.
Abogados suizos y franceses insinúan que desde el punto de vista legal
todas las riquezas naturales del planeta son patrimonio de todas las
personas. Solo que en este caso no queda claro para qué murieron
millones de nuestros compatriotas defendiendo estos recursos y la
soberanía del país en todas las guerras.
Solo
un consumo razonable de riquezas naturales permitiría evitar la
batalla. Y el primer paso en este sentido podría ser el consumo de agua a
la hora de cepillarse los dientes. Con el chorro que sale del grifo en
un promedio de un minuto y medio que necesitamos para hacerlo se puede
llenar un cubo. Es decir, en un año perdemos por negligencia al menos
tres mil seiscientos cincuenta litros de agua por grifo. Y si usamos un
vaso, solo gastamos doscientos mililitros de agua en un cepillado, lo
que equivale a setenta y tres litros anuales. El ahorro y las
tecnologías modernas permitiría evitar la catástrofe ecológica y el agua
ya no correría el riesgo de convertirse de una fuente de la vida en un
motivo para matar.
nv/sk
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
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