Tema de actualidad: Escándalo por el espionaje cibernético en EEUU
13:51 06/08/2013
Dmitri Kósirev, RIA Novosti
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Es más, cuando se hayan apaciguado los ánimos, podrá verse que nuestros países, gracias al exagente de la CIA, se han acercado en un ámbito muy relevante: el de los valores.
¿Una puñalada trapera?
Para empezar, hay mucha gente, tanto en EEUU como en Rusia, que no quiere saber nada de un tal Edward Snowden que se fugó a China, filtró secretos de los servicios especiales estadounidenses y luego pasó 38 días atrapado en un aeropuerto moscovita. Pero algunos siguen con atención las peripecias del exagente y las fases del escándalo que provocó entre Moscú y Washington.
Este escándalo creció de manera notable tan sólo en un día, el posterior a la decisión del Kremlin de conceder asilo político al extécnico de la CIA.
Estados Unidos advirtió que evalúa la "utilidad" de la cumbre bilateral prevista para septiembre. El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, aseguró que Washington está "extremadamente decepcionado" por la decisión de Moscú y advirtió que la Administración estadounidense evalúa "la utilidad" de la cumbre bilateral que el presidente Barack Obama tenía previsto mantener con su homólogo ruso, Vladímir Putin, en Rusia el próximo mes de septiembre, en paralelo a la reunión del G-20.
También el Departamento de Estado dio a entender que está examinando la conveniencia de celebrar una reunión de formato 2+2, con la participación de ministros de Exteriores y Defensa de ambos países, prevista para el 9 de agosto en Washington.
El senador demócrata por Nueva York, Charles Schumer, fue el más expresivo en sus críticas a Rusia. "Rusia nos ha apuñalado por la espalda, y cada día que al señor Snowden se le permite deambular libremente, se hunde más el puñal", dijo Schumer, el demócrata 'número tres' del Senado, en un comunicado.
El senador John McCain, famoso por su postura intransigente con Rusia, llevó la situación al borde de lo absurdo poniendo de manifiesto cuánto se diferencia la etapa actual de las relaciones ruso-estadounidenses de la anterior, en la época de la Guerra Fría.
Gracias a McCain
“Hacía tiempo que necesitábamos un enfoque más realista a las relaciones con Rusia”, insistió McCain, quien tildó el asilo a Snowden de “una bofetada a todos los estadounidenses” y un “intento premeditado de molestar a EEUU”.
El senador republicano John McCain, excandidato en las elecciones presidenciales de 2008, declaró que Washington debe ahora ampliar la 'lista Magnitski' (una serie de funcionarios rusos sancionados por la presunta implicación en la muerte en 2009 del abogado Serguei Magnitski en prisión preventiva), concluir el despliegue del escudo antimisiles en Europa, acelerar el ingreso de Georgia en la OTAN y apoyar a la oposición rusa.
Pero eso es precisamente lo que Washington ha venido haciendo desde hace muchos años, primero con George Bush, luego con Bill Clinton y, finalmente, con el presidente actual. Y siempre con escasos resultados.
Pero las amenazas de McCain demostraron mejor que cualquier otra declaración que Washington no sabe cómo actuar ante esta situación e intenta comportarse como una potencia temible y todopoderosa.
Al mismo tiempo, el Kremlin tampoco expresa un gran júbilo por la presencia de Snowden en el país. No es lo mismo que cuando el ex espía británico George Blake, conocido por haber sido un doble agente al servicio de la Unión Soviética, logró en 1966 culminar una espectacular fuga de la cárcel británica donde cumplía una larga sentencia por traición y espionaje, para huir a la URSS.
Entonces los servicios secretos soviéticos cantaron victoria. Ahora, los rusos sueñan con deshacerse de Snowden cuanto antes, ya que nadie quiere sus secretos y nadie intentó realizar una operación para desacreditar la Inteligencia de EEUU.
La mayoría de los políticos rusos están de acuerdo con sus colegas estadounidenses: un agente que filtra secretos a los que tiene acceso por sus funciones no es ningún héroe. Puede considerarse como tal por unos pocos revolucionarios radicales que están en contra del Estado en general.
En otras palabras, la situación actual no tiene nada que ver con la época de la Guerra Fría, cuando todo lo que perjudicaba a EEUU beneficiaba a la URSS. Ahora estamos viviendo una guerra fría al revés. Lo único que hace falta es que todo el mundo se de cuenta de ello.
¿Cómo conseguirlo? Hablando claro. Las partes, tanto rusa como estadounidense, deberían reconocer que coinciden en su visión del problema en torno a Snowden, pero la solución del mismo se ve obstaculizada por la actitud claramente hostil de los que, como McCain o algunos políticos rusos, adoptan injustificadamente una postura agresiva con respecto a Rusia o EEUU.
El precio que paga EEUU
En este sentido, quizás la cuestión más interesante sea por qué Moscú no quiso entregar a Snowden a la Justicia de EEUU. La respuesta a esta pregunta pone de relieve el principal problema de Estados Unidos en el mundo actual: el país busca elaborar una nueva postura acorde a la nueva situación en el mundo, pero no lo consigue debido a que su imagen está demasiado perjudicada ante la comunidad internacional.
Así las cosas, entregar a Snowden significa ceder ante la presión de Estados Unidos, reconocer su propia impotencia y perder el prestigio, el capital político más valioso.
Desde hace más de diez años en este mundo es más beneficioso ser un estado independiente que depender aunque sea de un aliado tan potente como EEUU. En Washington lo entienden perfectamente pero la Administración estadounidense se ve incapaz de superar el propio legado, ejemplificado por las presiones a la justicia tailandesa para extraditar a Estados Unidos a un presunto traficante de armas, el ciudadano ruso Victor Bout.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
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