Top List hecho por la revista de artes y culturas africanas Wiriko
La redacción de Wiriko ha elaborado un resumen de lo mejor del año en la música africana. |
2013 llega a su fin y
las redacciones de las principales revistas, magacines, blogs,
periódicos y suplementos culturales confeccionan sus listas de “lo mejor
de 2013″. Nuestro especial de fin de año en la sección de Música quiere
repasar lo que más ha trascendido a nivel sonoro en este 2013 y
desgranar lo que más nos ha sorprendido de la escena musical. Pero
también quiere presentar una última novedad de final de temporada para
ir calentando motores para 2014.¿Qué nos deja 2013?
De punta a punta de continente, cerramos el año con la música maloya del reunionés Zanmari Baré y su primer disco Mayok Flér. El groove del Sahel vuelve a bañar nuestros oídos de la mano del tercer álbum de los de Niamey: Mamar Kassey. Descubrimos al guitarrista malgache Teta y su increíble poder en formato acústico. Nos dejamos embriagar una vez más por los sudafricanos The Brother Moves On. Todo después de haber tenido que rejuntar los pedazos de nuestro corazón al escuchar la voz de la ugandesa Somi. De habernos embriagado con la psicodelia tuareg del álbum Nomad de Bombino, directo de Niger. De volver a rememorar el invaluable legado musical del recientemente desaparecido músico congoleño Tabu Ley Rocherau o descubrir nuevas formas de fusionar el Pop, el Soul y la música electrónica con la ghanesa Oy.
Pero sin lugar a dudas, 2013 ha sido el año en que el Azonto ha realizado su paso de gigante hacia la escena internacional con el mega-hit de los nigerianos P-Square resonando en todas partes. Cuando los sudafricanos Mafikizolo han pegado el salto en la escena Kwaito y el Kuduro de los angoleños Os Lambas ha infectado las ondas radiofónicas de lado a lado del mundo luso. El año en que Ghana nos ha regalado el new-soul de Tawiah. O cuando la nigeriana Tiwa Savage se ha tirado al Afrobeat posicionándose en la cabeza de las listas de éxitos.
También 2013 ha sido el año en que Zimbabwe ha roto los esquemas y nos ha brindado los ritmos de Mokoomba o descubierto a nuestros queridos Jacaranda Muse. Cuando los raperos senegaleses han tomado posesión del audiovisual y se han decidido a hacer de la música un medio de comunicación. El año en que la cultura de club en África ha despegado para generar nuevos discursos musicales entre diferentes ciudades de África y Europa.
En 2013 hemos visto nacer el primer proyecto musical Pan-nilótico de la mano de los exitosos músicos que conforman The Nile Project. Pero también ha sido el momento en que el Zouglou ha vuelto a la carga y el Afro-jazz se ha hecho un hueco en las principales listas de reproducción africanas (como os lo contamos junto a nuestros compañeros de Sonideros el pasado mes de octubre).
Pero Wiriko no quiere despedir esta temporada sin lanzar el último bombazo de 2013, e incluir en nuestro Top List Musical un producto que va, sin embargo, mucho allá de lo musical. Yegna son un grupo femenino formado por cinco chicas de Addis Ababa que han sido descritas por algunos como las Spice Girls etíopes. Aunque el apodo tiene afán claramente populista, Yegna son mucho más que estrellas mediáticas en busca de fama rápida y dinero fácil, a pesar de que uno de sus objetivos era convertirse en un producto puramente comercial. ‘Yegna’ --que en Amharic significa ‘nuestras’-- despegaron en abril con su single “Abet” (‘Estamos Aquí’), en colaboración con el etíope Haile Roots. Pero no se trataba solo de un grupo de música, sino de una campaña de concienciación sobre la salud sexual femenina en Etiopía lanzada por la organización Girl Hub y con la colaboración de la fundación de una marca deportiva. Aunque sus más de 500.000 visitas en Youtube apuntan a que se han convertido en una de las bandas etíopes más mediáticas de todos los tiempos.
Con su debut, Yegna iniciaban una serie de programas semanales de radio donde han ido narrando las diferentes historias de cada una de las cantantes, transformando sus vidas ficticias en canciones y sembrando semillas de solidaridad entre jóvenes adolescentes que han caído rendidas a los encantos de las cinco etíopes protagonistas (Yerusalem Kelemework como Sara; Rahel Getu como Lemlem; Teref Kassahun como Melat; Lemlem Haile Michael como Mimi y Zebiba Girma como Emuye). Sara, Lemlem, Melat, Mimi y Emuye se enfrentan a problemas como el tener que dejar la escuela, tener que afrontar limitaciones familiares que les impiden desarrollar sus cualidades artísticas, tener que aceptar matrimonios precoces, embarazos no deseados o lidiar con violencia o abusos sexuales dentro de la propia familia.
Romper los tabúes que siguen hoy en día reinando entre las adolescentes etíopes es el mayor logro de Yegna y hacerlo desde la escena musical, arrasando en las listas de éxitos, sea quizás no solo un logro sino también un ejemplo para muchos otros proyectos y campañas de concienciación. Su último pelotazo, ‘Taitu’, vio la luz hace tan solo dos semanas, y cuenta con la colaboración de la cantante más famosa de Etiopía y una de las más internacionales de toda África: Aster Aweke. Un ejemplo más de la música como herramienta para la transformación social que representa un perfecto postre para el suculento menú musical que nos ha dejado este 2013.
De punta a punta de continente, cerramos el año con la música maloya del reunionés Zanmari Baré y su primer disco Mayok Flér. El groove del Sahel vuelve a bañar nuestros oídos de la mano del tercer álbum de los de Niamey: Mamar Kassey. Descubrimos al guitarrista malgache Teta y su increíble poder en formato acústico. Nos dejamos embriagar una vez más por los sudafricanos The Brother Moves On. Todo después de haber tenido que rejuntar los pedazos de nuestro corazón al escuchar la voz de la ugandesa Somi. De habernos embriagado con la psicodelia tuareg del álbum Nomad de Bombino, directo de Niger. De volver a rememorar el invaluable legado musical del recientemente desaparecido músico congoleño Tabu Ley Rocherau o descubrir nuevas formas de fusionar el Pop, el Soul y la música electrónica con la ghanesa Oy.
Pero sin lugar a dudas, 2013 ha sido el año en que el Azonto ha realizado su paso de gigante hacia la escena internacional con el mega-hit de los nigerianos P-Square resonando en todas partes. Cuando los sudafricanos Mafikizolo han pegado el salto en la escena Kwaito y el Kuduro de los angoleños Os Lambas ha infectado las ondas radiofónicas de lado a lado del mundo luso. El año en que Ghana nos ha regalado el new-soul de Tawiah. O cuando la nigeriana Tiwa Savage se ha tirado al Afrobeat posicionándose en la cabeza de las listas de éxitos.
También 2013 ha sido el año en que Zimbabwe ha roto los esquemas y nos ha brindado los ritmos de Mokoomba o descubierto a nuestros queridos Jacaranda Muse. Cuando los raperos senegaleses han tomado posesión del audiovisual y se han decidido a hacer de la música un medio de comunicación. El año en que la cultura de club en África ha despegado para generar nuevos discursos musicales entre diferentes ciudades de África y Europa.
En 2013 hemos visto nacer el primer proyecto musical Pan-nilótico de la mano de los exitosos músicos que conforman The Nile Project. Pero también ha sido el momento en que el Zouglou ha vuelto a la carga y el Afro-jazz se ha hecho un hueco en las principales listas de reproducción africanas (como os lo contamos junto a nuestros compañeros de Sonideros el pasado mes de octubre).
Pero Wiriko no quiere despedir esta temporada sin lanzar el último bombazo de 2013, e incluir en nuestro Top List Musical un producto que va, sin embargo, mucho allá de lo musical. Yegna son un grupo femenino formado por cinco chicas de Addis Ababa que han sido descritas por algunos como las Spice Girls etíopes. Aunque el apodo tiene afán claramente populista, Yegna son mucho más que estrellas mediáticas en busca de fama rápida y dinero fácil, a pesar de que uno de sus objetivos era convertirse en un producto puramente comercial. ‘Yegna’ --que en Amharic significa ‘nuestras’-- despegaron en abril con su single “Abet” (‘Estamos Aquí’), en colaboración con el etíope Haile Roots. Pero no se trataba solo de un grupo de música, sino de una campaña de concienciación sobre la salud sexual femenina en Etiopía lanzada por la organización Girl Hub y con la colaboración de la fundación de una marca deportiva. Aunque sus más de 500.000 visitas en Youtube apuntan a que se han convertido en una de las bandas etíopes más mediáticas de todos los tiempos.
Con su debut, Yegna iniciaban una serie de programas semanales de radio donde han ido narrando las diferentes historias de cada una de las cantantes, transformando sus vidas ficticias en canciones y sembrando semillas de solidaridad entre jóvenes adolescentes que han caído rendidas a los encantos de las cinco etíopes protagonistas (Yerusalem Kelemework como Sara; Rahel Getu como Lemlem; Teref Kassahun como Melat; Lemlem Haile Michael como Mimi y Zebiba Girma como Emuye). Sara, Lemlem, Melat, Mimi y Emuye se enfrentan a problemas como el tener que dejar la escuela, tener que afrontar limitaciones familiares que les impiden desarrollar sus cualidades artísticas, tener que aceptar matrimonios precoces, embarazos no deseados o lidiar con violencia o abusos sexuales dentro de la propia familia.
Romper los tabúes que siguen hoy en día reinando entre las adolescentes etíopes es el mayor logro de Yegna y hacerlo desde la escena musical, arrasando en las listas de éxitos, sea quizás no solo un logro sino también un ejemplo para muchos otros proyectos y campañas de concienciación. Su último pelotazo, ‘Taitu’, vio la luz hace tan solo dos semanas, y cuenta con la colaboración de la cantante más famosa de Etiopía y una de las más internacionales de toda África: Aster Aweke. Un ejemplo más de la música como herramienta para la transformación social que representa un perfecto postre para el suculento menú musical que nos ha dejado este 2013.
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