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martes, 12 de noviembre de 2013

Centenario de la Primera Guerra Mundial: Hollande, heredero de las traiciones del Partido Socialista


 http://www.kaosenlared.net/component/k2/item/73504-centenario-de-la-primera-guerra-mundial-hollande-heredero-de-las-traiciones-del-partido-socialista.html

por Lutte Ouvrière
Lunes, 11 de Noviembre de 2013 22:46

A. Thomas y A. Briand reciben al general Sarrail A. Thomas y A. Briand reciben al general Sarrail
El 7 de noviembre, Hollande iniciaba oficialmente desde el Eliseo, las conmemoraciones del centenario de la Primera Guerra Mundial. A los que se pretenden a menudo herederos de los socialistas de principios del siglo XX les corresponde por lo tanto legalmente rendir homenaje a los ocho millones de “poilus” (soldados franceses) que la burguesía francesa envió entre 1914-1918 a “morir por los industriales”, en palabras de Anatole France.
Hace un siglo, quince días antes de la entrada en guerra, en agosto de 1914, los militantes socialistas, reunidos en congreso extraordinario en Paría a mediados de julio, todavía escuchaban a Jaurès: “Denunciaremos el peligro por medio de la acción parlamentaria y con la agitación en el país. Pero cuando las multitudes caigan, porque los trabajadores estén amenazados por la tormenta,  será imposible que no recuerden que son una fuerza y que no afirmen bien alto y claro su voluntad de paz. Y, de hecho, a pesar de las disensiones teóricas, estamos todos de acuerdo para proclamar que cesar el trabajo  es un medio de inquietar y de advertir a todos los gobernantes. Si es verdad que en todos los países en momentos de crisis, los trabajadores han recurrido a la huelga general, es imposible que no recurran con este medio contra la guerra.”
La llamada de la CGT a la huelga general estaba en el aire y Marcel Samba, Aduar Bailante, Albert Tornas, dirigentes del Partido Socialista, apoyaron a Jaurès, el cual hizo votar una moción: “Entre todos los medios empleados para prevenir e impedir la guerra y para imponer a los gobiernos el recurso del arbitraje, el Congreso considera como especialmente eficaz la huelga general  obrera simultánea e internacionalmente organizada en los países interesados, así como la agitación y la acción populares bajo las formas  más activas.”
Pero como escribió años más tarde el comunista revolucionario Alfred Rosmer, “el 1º de agosto de 1914, Jaurès moría (la víspera), Jouhauz (el secretario general de la CGT) era comprado. La guerra podía pasar. A las 4 horas de la tarde, se daba la orden de movilización”. Los dirigentes socialistas no iban a tardar en hacer sonar las trompetas de la “unión sagrada” con la burguesía. El 2 de agosto, Édouard Vaillant y Marcel Sembat llamaban a “los socialistas” a “cumplir a la vez su deber patriótico y su deber socialista (…) por la Patria, por la República, por la Revolución” y a “luchar para defender la cultura francesa y la libertad de los pueblos”.   El Partido Socialista ocupó puestos en el gobierno; Albert Thomas llegó el 26 de agosto a la subsecretaría de Estado para la artillería y el equipamiento militar en el gabinete del republicano-socialista  René Viviani y Marcel Sembat entró en Obras Públicas.
Cincuenta y dos meses después y quince millones de muertos más tarde, el 11 de noviembre de 1918, la carnicería finalizaba. En Francia, un movilizado de cada seis no volvió.
Hollande, Valls y Montebourg son los herederos de esta traición del Partido Socialista en 1914 y ellos lo asumen.  Bien es verdad que desde entonces, el Partido Socialista ha cometido  otras muchas.
Viviane LAFONT

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