El periodista Alan Rusbridger hizo la aseveración en un artículo de opinión publicado en la página digital del periódico. Dijo que un par de elementos de la agencia de espionaje británica, conocida como GCHQ, vigilaron el proceso en lo que él describió como "uno de los momentos más extraños en la larga historia de The Guardian".
No quedó claro cuándo se efectuó exactamente la destrucción de los discos duros. Rusbridger mencionó una fecha vaga al dejar entrever que tuvo lugar en el último mes, más o menos, informó AFP.
Rusbridger dijo que la destrucción de los discos duros fue la culminación de semanas de presiones a The Guardian por parte de funcionarios británicos, que incluyeron la exigencia de agentes del gobierno de que se entregaran o destruyeran los materiales de Snowden, exanalista de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense.
Poco después de que su periódico comenzó a publicar reportes basados en información de Snowden, el director del medio dijo que fue contactado por un "alto funcionario del gobierno para manifestar los puntos de vista del primer ministro", quien demandó que se devolviera o destruyera el material filtrado por el exanalista estadounidense.
WikiLeaks revela los datos que
destruyó The Guardian
Unas horas después de que el editor
de The Guardian Alan Rusbridger revelara
que las autoridades del Gobierno
británico lo obligaron a destruir el
disco duro que contenía la data
relacionada con la información
confidencial que aportó Edward Snowden,
WikiLeaks posteó en Facebook varios
enlaces que contienen el material.Respecto a la importancia de la información en este caso, Reuters reporta que un funcionario de seguridad les indicó que la detención de David Miranda, pareja de Glenn Greenwald, reportero de dicho medio que se reunió en Hong Kong con Edward Snowden, fue dar una advertencia a los destinatarios de los materiales que el exanalista de la CIA envía.
El brasileño, de 28 años, fue interceptado en Heathrow a su regreso de un encuentro en Berlín con Laura Poitras, una cineasta que trabaja con Greenwald y The Guardian en el caso Snowden.
"Me trataron como a un criminal", relató ayer Miranda en sus primeras declaraciones tras regresar a su domicilio de Río de Janeiro, desde donde anunció que ha contratado a una firma de abogados para cuestionar la ilegalidad de su detención e impedir el acceso policial a su material informático. (SE)
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