http://amistadhispanosovietica.blogspot.com/
Por Oleg K.
En la conciencia colectiva del proletariado soviético, hay muchas canciones que recorren la vida de la URSS. Una de ellas es "Katyusha". Silbando la tonada aparecen muchas de las escenas cotidianas de los soviéticos durante 70 años.
En las construcciones después de la Gran Guerra Patria, con esta melodía se levantaron los edificios que fueron destruidos por las hordas nazis. Como dice la canción se plantaron manzanos a la ribera de los ríos. Quién no haya contemplado Leningrado tras el periodo de creación de los años 50, es que no ha visto milagros, tras el brutal asedio.
Si en diferentes foros se mencionan tanto por los ancianos, como los forjadores, los antiguos komsomoles, que una tierra madre como fue la Unión Soviética tiene que volver. Más del 60 % de la población rusa, ucraniana, moldava, bielorrusa, tayika, uzbeca, turkmena, azerbayana, etc... recuerda con nostalgia aquella sociedad.
Pero a la vez, hay una corriente de muchachas y jóvenes que no conocieron la URSS, pero que si han comprobado lo que es el capitalismo. Sus progenitores les han contado como vivían, cuando las tiendas estaban atestadas de productos, donde reconocían a las obreras y trabajadores que se esforzaban por sus compañeros.
Y sorprendentemente en diferentes foros de toda la Unión (nostalgia Urss, Ría Novosti, comstol. info, krasnoe TV, leningrad.ru, etc...) muchas de esas personas no quieren vivir en estas sociedades donde impera el egoismo, sino que anhelan ser soviéticos "sabok".
Estos son algunos comentarios recibidos, la traducción y recopilación se la debemos, con profundo agradecimiento, a nuestra colaboradora Irina Kondrátieva:
Tatiana Petróvskaya:
"Que todo vuelva a ser como era antes, será extremadamente difícil. La recuperación tardará al menos medio siglo, pues ahora está todo lleno de ladrones, traidores, enemigos del Socialismo y personajes llenos de odio por obtener dinero rápido. Pero estoy segura de que una cosa he aprendido de aquellos niños que vivieron hace treinta, cuarenta o cincuenta años, en lo que fue nuestra querida Unión Soviética. La confianza en el ser humano, en volver a llamar por la calle a otro ser "camarada", no "señor" o "ciudadano", que nada me dice. Camarada en las dificultades, camarada en las alegrías, camarada a tu lado.
La confianza en los trabajadores, la fe en nuestra tierra madre, para que más y más gentes y personas, de diferentes países, oteen la senda de un espacio luminoso de libertad: El socialismo".
Azer Barzigari:
"Cuando entro en las páginas que demuestran la pervivencia del marxismo en nuestras vidas, me siento más lleno. Gracias a los comentarios, vivo. Ahora busco a los camaradas, sin partido pero soviéticos, en los ojos y en sus palabras." "¡Siempre estoy listo para defender la URSS!".
Edward Berdichevsky:
"Hey, yo también. Ya no cantamos, nuestras baladas felices por una nueva vida, cuando era pequeño, nos reuníamos hasta altas horas de la madrugada, sin TV ni ordenadores, y riendo, y ensoñando proyectos, nos sentíamos dichosos".
Edgar Razmus:
"Muchos de nosotros no queremos quejarnos, queremos que nos devuelvan lo que nos robaron: un estilo de vida, de sentir, de luchar, de compartir".
Matei Slavik:
"¡Hurrá, camaradas, estoy seguro que entre todos si esparcimos estos sentimientos entre nuestros semejantes, llegaré a ver un nuevo renacimiento del socialismo!".
Ivetta Ayrumyants:
"¡Hemos tenido el mejor país del mundo. Y por desidia o ineptitud durante muchos años no nos hemos convencido!. Ahora, necios y comebollos están tratando de empañar los impresionantes logros que consiguieron los trabajadores soviéticos. Goebbels sigue cabalgando. Porque muchos de mis congéneres no llegan a darse cuenta aquella nación que hemos perdido".
Alexandra Babochieva:
"Solo digo una frase que hace mucho tiempo que guardo como un tesoro: Sigo esperando recogerme bajo el espesor de las alas de la URSS. Tan cálidas y tan próximas, que he oído su llamada. Cualquier persona que haya encontrado su huella, y sienta ese aliento, que como un soplo de nueva vida te renueva por dentro, te mantendrá viva y con conciencia de clase, y pugnarás por luchar para alcanzar esa sociedad de derechos y creación que fue la Unión Soviética, mucho mejor que la actual".
En la conciencia colectiva del proletariado soviético, hay muchas canciones que recorren la vida de la URSS. Una de ellas es "Katyusha". Silbando la tonada aparecen muchas de las escenas cotidianas de los soviéticos durante 70 años.
En las construcciones después de la Gran Guerra Patria, con esta melodía se levantaron los edificios que fueron destruidos por las hordas nazis. Como dice la canción se plantaron manzanos a la ribera de los ríos. Quién no haya contemplado Leningrado tras el periodo de creación de los años 50, es que no ha visto milagros, tras el brutal asedio.
Si en diferentes foros se mencionan tanto por los ancianos, como los forjadores, los antiguos komsomoles, que una tierra madre como fue la Unión Soviética tiene que volver. Más del 60 % de la población rusa, ucraniana, moldava, bielorrusa, tayika, uzbeca, turkmena, azerbayana, etc... recuerda con nostalgia aquella sociedad.
Pero a la vez, hay una corriente de muchachas y jóvenes que no conocieron la URSS, pero que si han comprobado lo que es el capitalismo. Sus progenitores les han contado como vivían, cuando las tiendas estaban atestadas de productos, donde reconocían a las obreras y trabajadores que se esforzaban por sus compañeros.
Y sorprendentemente en diferentes foros de toda la Unión (nostalgia Urss, Ría Novosti, comstol. info, krasnoe TV, leningrad.ru, etc...) muchas de esas personas no quieren vivir en estas sociedades donde impera el egoismo, sino que anhelan ser soviéticos "sabok".
Estos son algunos comentarios recibidos, la traducción y recopilación se la debemos, con profundo agradecimiento, a nuestra colaboradora Irina Kondrátieva:
Tatiana Petróvskaya:
"Que todo vuelva a ser como era antes, será extremadamente difícil. La recuperación tardará al menos medio siglo, pues ahora está todo lleno de ladrones, traidores, enemigos del Socialismo y personajes llenos de odio por obtener dinero rápido. Pero estoy segura de que una cosa he aprendido de aquellos niños que vivieron hace treinta, cuarenta o cincuenta años, en lo que fue nuestra querida Unión Soviética. La confianza en el ser humano, en volver a llamar por la calle a otro ser "camarada", no "señor" o "ciudadano", que nada me dice. Camarada en las dificultades, camarada en las alegrías, camarada a tu lado.
La confianza en los trabajadores, la fe en nuestra tierra madre, para que más y más gentes y personas, de diferentes países, oteen la senda de un espacio luminoso de libertad: El socialismo".
Azer Barzigari:
"Cuando entro en las páginas que demuestran la pervivencia del marxismo en nuestras vidas, me siento más lleno. Gracias a los comentarios, vivo. Ahora busco a los camaradas, sin partido pero soviéticos, en los ojos y en sus palabras." "¡Siempre estoy listo para defender la URSS!".
Edward Berdichevsky:
"Hey, yo también. Ya no cantamos, nuestras baladas felices por una nueva vida, cuando era pequeño, nos reuníamos hasta altas horas de la madrugada, sin TV ni ordenadores, y riendo, y ensoñando proyectos, nos sentíamos dichosos".
Edgar Razmus:
"Muchos de nosotros no queremos quejarnos, queremos que nos devuelvan lo que nos robaron: un estilo de vida, de sentir, de luchar, de compartir".
Matei Slavik:
"¡Hurrá, camaradas, estoy seguro que entre todos si esparcimos estos sentimientos entre nuestros semejantes, llegaré a ver un nuevo renacimiento del socialismo!".
Ivetta Ayrumyants:
"¡Hemos tenido el mejor país del mundo. Y por desidia o ineptitud durante muchos años no nos hemos convencido!. Ahora, necios y comebollos están tratando de empañar los impresionantes logros que consiguieron los trabajadores soviéticos. Goebbels sigue cabalgando. Porque muchos de mis congéneres no llegan a darse cuenta aquella nación que hemos perdido".
Alexandra Babochieva:
"Solo digo una frase que hace mucho tiempo que guardo como un tesoro: Sigo esperando recogerme bajo el espesor de las alas de la URSS. Tan cálidas y tan próximas, que he oído su llamada. Cualquier persona que haya encontrado su huella, y sienta ese aliento, que como un soplo de nueva vida te renueva por dentro, te mantendrá viva y con conciencia de clase, y pugnarás por luchar para alcanzar esa sociedad de derechos y creación que fue la Unión Soviética, mucho mejor que la actual".
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