Como aves carroñeras otean sobre
los hombros del pueblo buscando qué arrancar
de las pocas hilachas que al pueblo deja la oligocracia.
Ante la presencia de la carroña
tienen mejor olfato que cualquier lebrel dingo y cuando se traduce ésto a la política,
andan queriendo subirse a la tarima primero que los candidatos y a quien quiera que llegue al poder le pedirán
el mendrugo.
Este tipo de personas dan
problemas al Partido del Pueblo, se nos meten a los colectivos y siembran la especulación,
la distorsión y en consecuencia la destrucción y poco desarrollo de los mismos y si consiguen un puesto en el aparato de
gobierno hacen todo lo contrario que el pueblo espera de ellos y entonces el Partido
es el que paga las consecuencias.
Actúan dirigidos: son barreras donde chocan todo tipo de cambio, no
sirven ni siquiera en la menor actividad partidaria, siembran el desorden
administrativo, meten las uñas en cualquier oportunidad y en la calle, dicen que nunca han sido del partido, por
momentos tratan de aparentar apoliticidad y es donde esconden su derechismo descarado.
Corruptos genéticos, falsarios,
enemigos de todos y de ellos mismos, no son capaces de un halo de decencia, son
peligrosos, maestros de la intriga y del trinquete y vaya, hasta llegan a ministros y aun a mandatarios.
Sueltos de palabra y maestros de la pantomima, caen de hinojos ante
cualquier jefe y se ponen la careta grotesca de acuerdo a la ocasión, son
destructores de todo y por órdenes oscuras son capaces de destruir esperanzas,
son irrespetuosos ya que no son capaces de respetarse a ellos mismos, son ante
todo, rastreros oportunistas, cobras de
muda, perros rabiosos, lo más sucio que cualquier atolladero puede abortar.
Por la puerta de atrás entraron,
quiera que no se repita, hay suficiente gente en el pueblo que puede ocupar
esos puestos con dignidad y entrega por el bien de la patria.
EL PUEBLO NO ES CIEGO...EL PUEBLO
LOS VE.
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