Foto: La Voz de Rusia
El presidente ruso, Vladímir Putin,
afirmó durante su intervención en el tercer foro del Consejo del Ártico
que se celebró en la última semana de septiembre en la ciudad rusa de
Salejard, en el círculo polar ártico, que la cooperación internacional
en la estratégica región del Ártico estar abocada a la preservación del
medio ambiente y a la ampliación de las áreas protegidas, debido a que
es un ecosistema extremadamente vulnerable. Está claro que la prioridad y
el principio básico del desarrollo del Ártico pasa por asegurar un
balance entre la actividad económica y la presencia del hombre, subrayó
Putin.
Estos
principios rigen la actividad industrial de las empresas rusas, según
pude ver con mis propios ojos al visitar el yacimiento explotado por el
grupo ruso Akrón, en la península de Kola (en el norte del país). El año
pasado la empresa empezó la extracción de apatitas y nefelinas en los
yacimientos de los Jibini, cerca de la ciudad rusa de Kírovsk.
El
parque industrial minero Oleni Ruchei (Arroyo del Ciervo) de la
Compañía de Fósforos del Noroeste, una empresa del grupo Akrón, fue
creado en el marco del proyecto de extracción de la materia prima para
la industria del fósforo con el uso de tecnología punta.
La
empresa, que se adjudicó la explotación del yacimiento en 2006, empezó a
construir las instalaciones y la infraestructura en 2009. El año pasado
las plantas del parque minero empezaron a funcionar siendo su capacidad
productiva de un millón de toneladas del concentrado de apatita al año.
Las
inversiones en el proyecto alcanzaron hasta el momento doscientos
cuarenta millones de dólares. Se calcula que en la próxima fase del
desarrollo del proyecto (entre 2012 y 2017) ascenderían hasta
seiscientos millones de dólares. En esta segunda etapa se prevé aumentar
la capacidad de producción hasta dos millones toneladas del producto
final anual.
Todas
las inversiones son privadas ya que la financiación se realiza, en su
totalidad, por el grupo Akrón, señala Vadim Riazántsev, el vicedirector
de la Compañía de Fósforos:
–Es
el primer proyecto importante en Rusia tipo Greenfield (tierra verde,
terreno virgen), un concepto que se refiere a realizar un proyecto desde
cero donde no es necesario remodelar o demoler una estructura
existente. El Instituto ruso de Ecología Industrial evaluó las
perspectivas ambientales de la construcción del parque minero, mientras
el Instituto Nacional de Protección Medioambiental preparó el informe
sobre las posibles consecuencias de la realización de nuestro proyecto.
En base a estos documentos buscamos una solución tecnológica para
convertirlo en sostenible.
En
primer lugar se trataba de evitar la contaminación de las aguas
subterráneas por el vertido de los residuos industriales Para este fin
las plantas fueron dotados de un sistema cerrado de circulación de agua
que se usa en el proceso de producción. Además, la empresa organizó un
sistema de monitoreo permanente con el fin de evaluar y controlar el
estado del medio ambiente en la zona. Vadim Riazántsev subraya:
–El
monitoreo ambiental se efectúa en cada etapa de la cadena productiva en
todo el territorio del parque minero y los territorios adyacentes.
Para
disminuir el impacto ambiental, una parte del yacimiento se explotará
en forma subterránea para no dañar las capas superiores del suelo en las
que, durante la exploración geológica en el marco del proyecto, se
detectaron importantes reservas de aguas subterráneas.
De
esta manera la producción minera no afectará al ecosistema único del
macizo de Jibini que junto al macizo de Lovozero constituye la principal
área montañosa de la península de Kola.
ap/lj/sm
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
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