Agencias
El papa Francisco
exclamó ayer “sólo me viene la palabra vergüenza, es una vergüenza” para
referirse al naufragio registrado cerca de la isla de Lampedusa en el
que han muerto al menos un centenar de personas y otras están
desaparecidas al volcar una embarcación con 500 inmigrantes. El papa
argentino improvisó estas palabras al término del discurso a los
participantes en el convenio sobre el aniversario de la encíclica “Pacem
in Terris”.
“Hablando de crisis, hablando de la inhumana crisis económica mundial, que es un síntoma grande de la falta de respeto por el hombre, no puedo dejar de recordar con gran dolor las numerosas víctimas del enésimo trágico naufragio ocurrido hoy cerca de Lampedusa, añadió.
“Recemos junto a Dios por los que han perdido la vida, hombres, mujeres, niños, por los familiares y por todos los inmigrantes. Unamos nuestros esfuerzos para que no se repitan tragedias similares. Sólo una decidida colaboración de todos puede ayudar a prevenirlas”, dijo a los presentes.
Previamente el pontífice manifestó a través de su cuenta en la red social Twitter: “Recemos a Dios por las víctimas del trágico naufragio”.
El primer viaje que hizo Francisco como papa fue a la isla de Lampedusa el pasado mes de julio en el que quiso mostrar al mundo el drama de la inmigración.
Los servicios de rescate siguen recogiendo cadáveres del mar que ya se elevan a más de 100, de los 500 inmigrantes que se encontraban a bordo.
Según explicaron los supervivientes de la tragedia, decidieron encender un fuego en la embarcación para permitir ser localizados, puesto que no lograban contactar con los servicios de rescate con los teléfonos que llevaban.
La barcaza después se incendió y muchos inmigrantes tuvieron que arrojarse al mar y en el caos consiguiente la embarcación acabó volcando.
La tragedia de hoy se suma a la ocurrida el pasado 30 de septiembre cuando trece indocumentados fallecieron después de haber sido obligados por los traficantes a saltar de la barcaza en la que viajaban a pesar de que no sabían nadar y había un fuerte oleaje.
El grupo de 200 inmigrantes fue obligado a tirarse al mar a pocos metros de playa del “Pisciotto” de la localidad de Scicli, en la provincia de Ragusa, Sicilia.
El pasado 10 de agosto, otros seis indocumentados, entre ellos un menor de edad, fallecieron al intentar alcanzar a nado la costa de Sicilia tras haber encallado el pesquero en el que viajaban junto a un centenar de inmigrantes procedentes de Siria y Egipto.
“Hablando de crisis, hablando de la inhumana crisis económica mundial, que es un síntoma grande de la falta de respeto por el hombre, no puedo dejar de recordar con gran dolor las numerosas víctimas del enésimo trágico naufragio ocurrido hoy cerca de Lampedusa, añadió.
“Recemos junto a Dios por los que han perdido la vida, hombres, mujeres, niños, por los familiares y por todos los inmigrantes. Unamos nuestros esfuerzos para que no se repitan tragedias similares. Sólo una decidida colaboración de todos puede ayudar a prevenirlas”, dijo a los presentes.
Previamente el pontífice manifestó a través de su cuenta en la red social Twitter: “Recemos a Dios por las víctimas del trágico naufragio”.
El primer viaje que hizo Francisco como papa fue a la isla de Lampedusa el pasado mes de julio en el que quiso mostrar al mundo el drama de la inmigración.
Los servicios de rescate siguen recogiendo cadáveres del mar que ya se elevan a más de 100, de los 500 inmigrantes que se encontraban a bordo.
Según explicaron los supervivientes de la tragedia, decidieron encender un fuego en la embarcación para permitir ser localizados, puesto que no lograban contactar con los servicios de rescate con los teléfonos que llevaban.
La barcaza después se incendió y muchos inmigrantes tuvieron que arrojarse al mar y en el caos consiguiente la embarcación acabó volcando.
La tragedia de hoy se suma a la ocurrida el pasado 30 de septiembre cuando trece indocumentados fallecieron después de haber sido obligados por los traficantes a saltar de la barcaza en la que viajaban a pesar de que no sabían nadar y había un fuerte oleaje.
El grupo de 200 inmigrantes fue obligado a tirarse al mar a pocos metros de playa del “Pisciotto” de la localidad de Scicli, en la provincia de Ragusa, Sicilia.
El pasado 10 de agosto, otros seis indocumentados, entre ellos un menor de edad, fallecieron al intentar alcanzar a nado la costa de Sicilia tras haber encallado el pesquero en el que viajaban junto a un centenar de inmigrantes procedentes de Siria y Egipto.
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