Y a esto amigo se le llama Patria
y se le canta un himno
y hablamos de ella como cosa suave,
como dulce tierra.
OSWALDO ESCOBAR VELADO
Vámonos patria a caminar, yo te acompaño
Yo bajaré los abismos que me digas.
Yo beberé los cálices amargos.
Yo me quedaré ciego para que tú tengas ojos.
Yo me quedaré sin voz para que tú cantes.
OTTO RENÉ CASTILLO
Tendría unos 7 u 8 años, y se paró sin
miedo frente cientos de estudiantes de la Escuela Mercher de
Quezaltepeque. Yo era maestro y tenía que estar velando el orden, pero
cuando aquella hermosa niña comenzó a dirigir a todos los presentes en
las sublimes notas de nuestro Himno Nacional, no pude hacer otra cosa
más que cantar. Recuerdo perfectamente ese día porque fue un 15 de
septiembre y cuando el Himno cesó yo no pude contener las lágrimas. Esa
pequeña había cantado con el corazón, que es como siempre se le debe
cantar a la Patria.
De mis años como maestro en la Escuela
Mercher guardo muchos recuerdos. Hay en mi memoria anécdotas de mis
alumnos y alumnas. Sus ocurrencias. Lo mucho que me hacían reír. Y
tendré presente siempre su esmero en decorar la escuela con los colores
de la bandera cuando llegaba septiembre. Se les veía entusiasmados por
los pasillos memorizando poemas para declamarlos en la semana cívica. A
pesar de las muchas dificultades que mis alumnos atravesaban en sus casa
−yo los visitaba así que conocía bien las necesidades de sus familias−
siempre estaban animosos, tal como dice la letra.
Cantar a la Patria es cantar a nuestra
gente: niños, niñas, jóvenes, adultos y ancianos. De todos los oficios y
profesiones: amas de casa, obreros, costureras, artesanos, ganaderos,
agricultores, pescadores, negociantes, artistas, músicos, médicos,
maestras, maestros, vendedores, empresarios, periodistas, carpinteros…
Cantar a la patria es cantar a nuestros
volcanes: Chaparrastique, Izalco, Chinchontepec… A nuestras playas: El
Majahual, El Espino, Los Cobanos… Cantar a la Patria es cantar al río
Lempa, al río Sumpul, al Lago de Ilopango…
Cantar a la Patria es cantar a nuestros
padres y hermanos, a nuestros hijos y nietos. Cantar a la Patria es
cantar a los amigos. A todos los que ya no están aquí y a los que
vendrán.
Pero la mejor forma de cantar a la
Patria es amando a nuestros hermanos y hermanas. No permitamos que
nuestras actitudes interfieran nuestro himno a El Salvador. Lo que
nuestro país espera de nosotros es que seamos ejemplo de los pequeños.
Lo que El Salvador espera de nosotros es que trabajemos todos los días
con orgullo y compromiso para seguir construyendo un mejor futuro.
Este domingo 15 de septiembre la mayoría
de calles y plazas de nuestro país rebosarán de personas queriendo ver
los desfiles. No olvidemos que este domingo, como todos los días que
podamos ver el sol, es una oportunidad más para ser mejor.
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