Foto: RIA Novosti
Una
escuadra de la Flota rusa del Norte liderada por su buque insignia, el
crucero lanzamisiles de propulsión nuclear Pedro el Grande ya desembarcó
en las islas tropas, materiales de construcción, combustible y
comestibles. A partir de octubre el aeródromo podrá recibir helicópteros
y aviones de transporte militar An-72. Para el año que viene la base de
Temp se habrá convertido en un fuerte militar de Rusia más allá del
Círculo Polar.
Un tesoro tentador
Es
bien sabido que Artico es rico en recursos energéticos, minerales y
biológicos aunque no siempre el significado de esta región y las
posibles amenazas se valoran adecuadamente. Las reservas de petróleo y
gas en zonas árticas, cada vez más accesibles debido al calentamiento
global, ya se disputan por varios países cuya plataforma continental se
extiende bajo el Océano Glacial Ártico. En este sentido, es previsible
que la lucha por los recursos del Ártico vaya pasando progresivamente a
un primer plano en el ámbito internacional, marcada por la singularidad
de que esta zona no está controlada por ningún país.
En
este contexto todos los estados ribereños aumentan su presencia,
también la militar, en la región. Y es un hecho que no se puede pasar
por alto: la historia pone de manifiesto que el alto nivel de desarrollo
de los estados árticos no garantiza una convivencia pacífica. Por
ejemplo, en el momento cuando la URSS estaba debilitada por los
conflictos internos en los años veinte del siglo XX, los pescadores y
los cazadores de Japón, EEUU, Canadá, Gran Bretaña, Noruega y otros
países practicaron pesca y caza ilegal y descontrolada en el Ártico
soviético. Al mismo tiempo de tanto en tanto intentaban demostrar su
supremacía militar: sus buques de guerra hacían incursiones esporádicas
en las aguas territoriales soviéticas violando las fronteras marítimas.
Lo mismo ocurría en el Oriente Lejano de la URSS. La situación empezó a
cambiar cuando Moscú procedió a restablecer la Flota del Pacífico y a
crear la del Norte a mediados de los años 1930. La caza y pesca furtiva
por parte de buques extranjeros fue eliminada, mientras el reforzamiento
de vigilanción de fronteras puso fin a las incursiones de buques
militares.
Hoy
en día, ante la perspectiva no muy lejana de déficit de hidrocarburos,
el interés hacia el Artico y sus reservas es cada vez mayor. La
presencia militar va cobrando importancia para tener bajo control los
vastos territorios árticos donde toda actividad ilegal deberá ser
suprimida.
El atajo ártico
La
importancia del Artico no se acaba con sus recursos naturales. La ruta
marítima del Norte, que se hizo practicable durante los meses de verano
gracias al calentamiento climático y el deshielo, hace posible
economizar de doce a quince días de viaje entre Europa y Asia con
relación a las rutas comerciales tradicionales, pasando por el canal de
Suez. Hasta ahora poco usada, esta vía desempeñará un papel creciente en
los intercambios internacionales. Esto no sólo es relevante para el
transporte comercial, sino también para los militares. La disminución de
tensiones entre EEUU y Rusia en los años 1990-2000, y con ella la
disminución de la amenaza de una guerra nuclear, restó importancia al
tema. Sin embargo, ahora resulta evidente que las tensiones entre
Washington y Moscú no se debían únicamente a las discrepancias
ideológicas. En este contexto, la restauración de la infraestructura
militar en el Ártico es especialmente importante.
Las
islas de Nueva Siberia no fueron eligidos al azar. Rusia controla la
parte occidental de la región desde sus bases en la península de Kola y
en el archipiélago de Nóvaya Zemliá (Tierra Nueva). Pero en la parte
oriental no hay ninguna base. La reconstrucción del aeródromo en las
Islas de Nueva Siberia permitirá realizar un despliegue rápido de
aviación militar en caso de necesidad. En los tiempos de paz esta base
podrá utilizarse como punto de abastecimiento para los barcos que sigan
la ruta marítima del Norte, ya que además de los militares en la base
trabajarán los representantes del Ministerio para Situaciones de
Emergencias, los hidrólogos y climatólogos para garantizar la seguridad y
la eficacia de la navegación.
Rusia
no es el único país ártico pero es el que tiene mayor proyección en el
Ártico y, por tanto, el mayor beneficiario de los cambios climáticos en
esa zona. Sus intereses nacionales en la región requieren una protección
correspondiente, también militar.
ap/lj/er
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
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