Esta última quincena se ha
producido un repunte de las luchas obreras y estudiantiles
en Honduras. Los detonantes han sido la ejemplar lucha de
los trabajadores de Hondutel contra la privatización
que impulsa el gobierno de Porfirio Lobo, las reformas a la
Ley de Educación Superior que pretenden darle mayor
participación a las universidades de capital
privado, en la toma de decisiones vinculantes en materia de
educación, la lucha de los estudiantes de secundaria
por recuperar el bono escolar y la lucha del magisterio
contra los atropellos del ministro Marlon
Escoto.
El deterioro de la educación
pública no es un fenómeno estrictamente de
Honduras sino que a nivel centroamericano se han dado
procesos muy similares. Por ello se produjeron luchas
estudiantiles en la Universidad de San Carlos (USAC), en
Guatemala, y en las universidades de Costa Rica, solo para
mencionar los ejemplos más relevantes. La
política de los gobiernos regionales para superar la
crisis fiscal consiste en implementar “reformas
fiscales” que aumentan los tributos y reducen el
gasto público, atacando la educación
pública.
En ese marco,
hace más de tres años el diputado del Partido
Nacional, Ricardo Díaz, presentó ante el
Congreso Nacional la propuesta de Ley de
Educación Superior, que en esa coyuntura no
contaba con la aprobación de Julieta Castellanos,
quien acababa de ser nombrada rectora de la
Universidad Nacional de Honduras (UNAH).
Bajo la administración de
Julieta Castellanos se produjo una mejoría de la
infraestructura de la UNAH y una mayor eficiencia del
aparato administrativo, a costa de suprimir la
participación de los estudiantes y trabajadores
universitarios de los organismos de gobierno. Castellanos
ha concentrado el poder absoluto en sus manos. Por otro
lado, ha incumplido de forma sistemática con las
disposiciones contempladas en los convenios laborales no
otorgando los aumentos contemplados en el Estatuto del
Docente universitario y en el décimo cuarto Contrato
Colectivo.
Julieta Castellanos, que aspira a la
reelección, y como pago por los favores obtenidos
por Juan Orlando Hernández, presidente del Congreso
Nacional, cabildeó la reforma a la Ley
Orgánica de la UNAH, logrando imponer la
reelección del rector. Pero la burguesía no
otorga ningún favor político sin exigir nada
a cambio.
La propuesta de Ley de
Educación Superior se negoció con
las mercantilistas universidades privadas y se
integró una mesa de diálogo permanente
conformada por los rectores de las universidades
públicas y privadas, sin participación de
trabajadores, profesores y estudiantes.
Las reformas al sistema de
educación superior conceden autonomía a las
universidades privadas, otorgándoles independencia
política y administrativa respecto a la UNAH,
violentando de esta manera el artículo 160 de la
Constitución de Honduras que ordena que la UNAH
“goza de la exclusividad de organizar, dirigir y
desarrollar la educación superior y
profesional”.
De igual manera, dentro de las
reformas propuestas contemplan la creación de entes
autónomos subvencionados con dinero del Estado y de
la empresa privada como el Sistema Hondureño
de Acreditación de la Educación Superior
(SHACES), éste le quitaría a la UNAH
todo vínculo directo en la regulación de la
educación superior.
Una vez más los estudiantes
universitarios de Honduras se ha levantado en defensa de la
educación pública y en defensa del rol de la
UNAH. Solo la movilización popular hará
retroceder al gobierno de Porfirio Lobo. Las autoridades
universitarias han apuñalado a la UNAH, por ello
desde el Partido Socialista Centroamericano
(PSOCA) llamamos a los estudiantes (secundaria y
universitarios) de Honduras a luchar junto a docentes y
trabajadores a conformar un bloque unitario de lucha que
garantice la defensa de la educación pública y
fortalezca el rol de la UNAH y su
autonomía.
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