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por Laboratorio de Paz (Venezuela)
Miércoles, 17 de Julio de 2013 04:19
la comercialización de los llamados bienes comunes (agua y recursos
naturales) y la resistencia campesina e indígena a los grandes proyectos
de extracción minera
Fuente: El Libertario
1) ¿Por qué es importante hablar sobre los proyectos mineros hoy en América Latina?
Cualquiera que tenga interés sobre las
principales causas de conflictividad que involucra a los movimientos
sociales actuales en América latina podrá constatar que son generadas
alrededor de dos temas relacionados: la comercialización de los
llamados bienes comunes (agua y recursos naturales) y la resistencia
campesina e indígena a los grandes proyectos de extracción minera
Un rápido vistazo regional lo revela:
En Bolivia la iniciativa gubernamental de construir una carretera que
atraviesa el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure
(TIPNIS) ha generado un importante rechazo popular. En Cajamarca, Perú,
fueron asesinados por lo menos 4 manifestantes que repudiaban el
Proyecto Conga, de la minera canadiense Newmont Mining Corporation. En
Argentina las convocatorias han relacionado la denuncia de la aprobación
de una ley antiterrorista con la exigencia de Reforma integral del
Código de Minería y derogación de la Leyde Inversiones Mineras. En Ecuador la presión ciudadana logró que el Estado haya sido sentenciado por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos por haber violado el derecho a la consulta previa en
el caso de la promoción de proyectos extractivos dentro del territorio
Sarayaku, además del juicio abierto contra Chevron por la generación de
pasivos ambientales producto de su actividad dentro del país. En
Guatemala diferentes comunidades indígenas alegan inconstitucionalidad
de la Ley de
Minería, el decreto 48-97. En Venezuela los pueblos indígenas Pemón,
Wayuu y Barí exigen la demarcación de sus tierras rechazando el aumento
de explotación de carbón. En todos estos países la movilización en
contra ha generado políticas estatales de criminalización de la
protesta.
La globalización económica actual
exige a los países de América Latina continuar cumpliendo el rol de
proveedores seguros de recursos naturales y energéticos al mercado
mundial, independientemente del signo ideológico de sus gobiernos. 5
organizaciones indígenas de la región (Coordinadora Andina de
Organizaciones Indígenas, CAOI; Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del
Ecuador, ECUARUNARI; Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu,
Conamaq; Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC;
Confederación Nacional de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería,
Conacami) difundieron en marzo del 2012 un manifiesto en el que
afirmaban: “Los gobiernos abiertamente neoliberales y los llamados
alternativos o progresistas coinciden en insistir en el capitalismo
neoliberal extractivista que saquea y depreda la Madre Tierra, vulnera los derechos humanos y colectivos de los pueblos indígenas y criminaliza a sus líderes, autoridades y dirigentes”.
2) Los países de América
Latina están promoviendo mecanismos propios de integración, como el ALBA
y el Mercosur. ¿Esto no es bueno para combatir el capitalismo
globalizado?
Todos los procesos de integración
regionales adelantados hoy en América Latina tienen como primer objetivo
la integración de los mercados nacionales para competir, en mejores
condiciones, en el mercado internacional. Sin embargo, no es el ALBA o
Mercosur el más importante modelo de integración regional en desarrollo
en la actualidad, sino la llamada Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana
(IIRSA), un proyecto que abarca las áreas de transporte, energía y
telecomunicaciones con la finalidad de promover las oportunidades
comerciales en el territorio sudamericano, entendido como un gran
mercado, construyendo grandes obras de ingeniería que permitan mejorar y
aumentar la capacidad de exportación de recursos naturales y
energéticos.
3) ¿Cuándo nació la IIRSA y quienes la financian?
Esta iniciativa se originó en la Reunión de
Presidentes de América del Sur en agosto del año 2000 en la ciudad de
Brasilia, República Federativa de Brasil. Fue el Presidente Fernando
Henrique Cardoso quien promovió la invitación a conformar un foro de
discusión sobre un futuro espacio económico de integración sudamericana,
proponiendo la coordinación macroeconómica necesaria “con vistas a la
ampliación de la infraestructura física de integración”. En esa reunión la IIRSA fue
aprobada por 12 presidentes sudamericanos. Tanto la coordinación
técnica como su funcionamiento se delegó a tres bancos: El Banco
Interamericano de Desarrollo (BID), la Corporación Andina de Fomento (CAF) y el Fondo Financiero para el Desarrollo de la Cuenca del
Plata (FONPLATA). Además del papel activo en el financiamiento de los
estudios y proyectos relacionados con IIRSA, estas instituciones
financieras han facilitado y promocionado la participación del sector
privado.
4) ¿Cuáles son los intereses promovidos por la IIRSA?
En sintonía con la globalización
económica, el objetivo de aumentar el flujo de capitales se encuentra
por encima de promover el flujo de las personas y la integración de los
pueblos. Los ejes económicos pertenecen a los grandes complejos de
extracción de recursos naturales (sectores: mineros, agroindustriales
–básicamente monocultivos transgénicos-, forestales, etc.) y/o de
prestación de servicios (megaobras, transporte, energía eléctrica, gas,
agua, etc.).
5) El IIRSA también habla de “integración” latinoamericana. ¿En qué consiste?
La visión “integracionista” del IIRSA
está compuesta por 10 ejes que trascienden las fronteras nacionales con
la finalidad de “apoyar” las cadenas productivas empresariales y sirven
como base para la armonización de los sistemas regulatorios entre los
países latinoamericanos. Los ejes son el instrumento fundamental de la
iniciativa IIRSA para lograr sus objetivos de desarrollo. Los 10 ejes de
integración definidos son los siguientes: 1) Eje Andino (Bolivia,
Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela); 2) Eje Andino del Sur (Chile,
Argentina); 3) Eje de Capricornio (chile, Argentina, Paraguay, Brasil);
4) Eje del Amazonas (Colombia, Ecuador, Perú, Brasil); 5) Eje del Escudo
Guayanés (Venezuela-Brasil-Guyana-Surinam); 6) Eje de la Hidrovía Paraguay-Paraná (Paraguay,
Argentina, Uruguay); 7) Eje Interoceánico Central (Bolivia, Brasil,
Chile, Paraguay y Perú); 8) Eje MERCOSUR-Chile (Chile, Argentina,
Uruguay, Brasil); 9) Eje Perú-Brasil-Bolivia; 10) Eje del Sur
(Argentina, Chile).
6) De qué manera afectan los proyectos extractivos al medio ambiente en América Latina?
América del Sur ha alcanzado altísimos
grados de modificación de sus ambientes naturales. Un estudio realizado
en el año 2010 ubicó al Brasil en el primer lugar, entre 228 países,
por sus impactos ambientales absolutos encima de los Estados Unidos y
Brasil. Esa ubicación se debe a su alta tasa de pérdida de boques,
deterioro de hábitats naturales, alto número de especies amenazadas y
uso intensivo de fertilizantes. Entre los veinte primeros países con los
más altos niveles de impacto ambiental a nivel global, también se
encuentran Perú, Argentina y Colombia. Las principales causas del
deterioro ambiental en América del Sur son la altísima tasa de
deforestación de bosques, al avance de la frontera agropecuaria
(incluyendo ganadería y agricultura) y a un extractivismo depredador,
desde la explotación minera y petrolera, hasta el avance de los
monocultivos.
7) ¿De qué manera contribuye América Latina al cambio climático?
Según los estudios la contribución de
Sudamérica al total de emisiones globales de CO2 es un 3,11%. El mayor
contribuyente de la región es Brasil que se ubica en el lugar 17 en el
rango mundial. Si se consideran las emisiones por habitante el mayor
contribuyente es Venezuela que se ubica en el puesto 55 del rango
mundial. Por otra parte las emisiones de gases de efecto invernadero de
Sudamérica consideradas en su conjunto representaron más del 11% de las
emisiones totales mundiales. A diferencia de lo que ocurre en el resto
del mundo en América del Sur no es el consumo de energía, sino las altas
tasas de deforestación y la actividad agropecuaria las responsables de
los grandes volúmenes de emisiones.
8) ¿Cuál es la relación entre el militarismo y el extractivismo en América Latina?
El escritor uruguayo Raúl Zibechi ha
asegurado que “No hay extractivismo, no hay minería, no hay soja, no hay
monocultivos sin militarización de la sociedad… Esto no es que sea un
error, la militarización, es parte de modelo. No hay minería a cielo
abierto, mega minería sin militarismo”. En cada uno de los países los
yacimientos de petróleo, gas, carbón, diamante, oro, bauxita y el resto
de los minerales destinados a la exportación se encuentran vigilados por
los ejércitos nacionales, por lo que a quienes enfrentan las
comunidades indígenas y campesinas en resistencia es a funcionarios de
las fuerzas armadas.
9) ¿Existe una relación entre los gastos militares y el desarrollo de proyectos extractivos en la región?
Como lo demuestran las cifras del
SIPRI, América latina es una de las regiones del mundo que ha mantenido
un alto nivel de compra de armamentos en los últimos años. Por otra
parte, como han sido los casos de Argentina y Venezuela, se están
promulgando leyes antiterroristas según el patrón creado en los Estados
Unidos y, como se viene realizando en Ecuador y Bolivia, los luchadores
sociales e indígenas que rechazan los proyectos extractivos han sido
acusados de “terrorismo”. El fortalecimiento de las Fuerzas Armadas, que
incluyen un alto presupuesto destinado a la compra de armas, es primero
una estrategia simbólica para mantener la gobernabilidad y disuadir a
los manifestantes antiextractivistas y, en segundo lugar, la posibilidad
real de reprimir y desarticular las protestas contra los grandes
proyectos de minería.
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